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Bo: Yo Soy Hogar de los Hijos Universales

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SOY: ¿Haces lo que te gusta? ¿Eres esclavo de un sistema? ¿Vives sometido a tus propias proyecciones? ¿Eres libre?


YO: ¿No es acaso el trabajo una contradicción a la libertad?


SOY: Etimológicamente hablando sí…


YO: E históricamente…


SOY: Sí.


YO: ¿Entonces?


SOY: La idea de Trabajo cambió con el paso del tiempo, pasó de ser una tortura animal a una tortura humana, a representar la labor del parto y luego a describir la dignidad de ganarse el pan de cada día, hasta el día de hoy que es un sinónimo de bienestar y éxito. Habría que ver desde dónde percibes tú el trabajo.


YO: Cuéntame… ¿Qué es el trabajo realmente?


SOY: Iremos por cada uno de los aspectos mencionados, teniendo en cuenta que hay muchas formas de nombrar a este concepto, y muchas formas de interpretarlo también. Pero vamos a entender los significados del mismo. La palabra trabajo proviene del latín “tri-palu”, es decir: tres palos. Estas tres tablas de madera se colocaban en forma de X con un eje en medio, como la letra ZHE en cirílico: “Ж”. Esto se empleaba como herramienta para los herreros, quienes ataban a los animales de granja para realizar sus tareas de cambiar las herraduras y limpiar los cascos de las uñas o pezuñas de los equinos y bovinos. En los tiempos de guerra, los “tri-palu” fueron utilizados para torturar enemigos, privarlos de su libertad. Durante los tiempos del imperio, el tri-palu se utilizó como método de prisión, de castigo, de privar de la libertad a los que pensaban diferente. Fue una herramienta de tortura durante la inquisición.


YO: No entiendo por qué en español y otras lenguas latinas relacionamos la palabra trabajo con esta herramienta de tortura.


SOY: Porque antes no lo era. Tú puedes torturar y matar a alguien con un cuchillo, lo cual no significa que haya sido creado para ello. Usas el cuchillo para cortar comida, para cortar cosas, y el hecho de que algunos lo utilicen para matar, es diferente. Un bolígrafo también puede destruir vidas, si lo piensas desde un sentido amplio, ya que la firma de muchos dictadores han ocasionado genocidios.


YO: Claro… Nosotros hemos tomado la otra raíz, la anterior… La del herrero.


SOY: Ser herrero era uno de los oficios más importantes en la Edad Romana y la Edad Media. Todos tenían un tri-palu en sus fraguas, y todos acudían a ellos: zapateros, joyeros, guerreros, artesanos, feudales, campesinos… En cierta forma, era uno de los oficios más consultados.


YO: Claro… Tenían mucho “trabajo”.


SOY: Y era un trabajo duro… Mucho esfuerzo, día a día, de manejar elementos difíciles. Todas las actividades que implican hacer con las manos, “manufacturar”, labrar la tierra en el campo, producir con las manos, con la paciencia, el esfuerzo de manipular la materia. Este esfuerzo implica sufrimiento, dolor físico, y hace que quienes ejercen esta presión cotidiana se encuentren cada día al borde de desfallecer, de caerse, colgando de un hilo al terminar del día, vivir en el límite del agotamiento sólo para sobrevivir. A ello, los latinos le llamaban “labor”.


YO: ¿Cómo? Siempre pensé que la opción positiva de trabajo era labor… Entonces, ¿no es así?


SOY: Oh, no, claro que no. Labor viene de “leb”, que en indoeuropeo significa “colgar”. El concepto se refiere a aquello que está al borde de caerse, que cuelga de un hilo, que puede resbalarse, deslizarse, caer. “Leb” ha dado origen a palabras como “lapsus”, “colapso”, “prolapso”, y también “labio” y “lóbulo”. Así, el verbo que describe el pender de un hilo, estar al borde de caer, desmayarse, sería “laborar”, y el nombre que designa al concepto de laborar, es “labor”.


YO: Por eso se llama “labor de parto”… Porque la mujer sufre desde las contracciones y durante el nacimiento…


SOY: Innecesariamente, pero sí, lo hace. Labor, nos ha traído la idea de sufrir trabajando la tierra de sol a sol, algo que llamas “labrar”, que sería “sufrir arando”, abriendo surcos de tierra para las semillas. En las lenguas latinas y anglosajonas, las palabras “labor (labour)” y “trabajo (travail)”, se refieren a acciones realizadas con esfuerzo, sufrimiento…


YO: “Ganarse el pan con el sudor de tu frente”.


SOY: Este concepto se acuñó a lo largo de toda la humanidad, en que para obtener recursos había que poner mucha fuerza física, lo que llamaron “esfuerzo”, lo cual produce contracción muscular, y al finalizar dicha presión y distenderse, se produce la sensación de dolor. En inglés, la palabra “job” también designa situaciones de dolor. Desde la visión religiosa (Jacobo, Jacob o Job, proveniente del nombre hebreo Yag, que en latín dices “iagus” y que al volverse Santo reconoces hoy como “Santiago”), Job se volvió un sinónimo del martirio, del sufrimiento por cumplir la labor de Dios encomendada por Jesús en la tierra. Su nombre recuerda al esfuerzo de conseguir algo mediante el dolor constante. Pero a su vez, tiene muchas otras etimologías compartidas, entre las cuales probablemente la más lógica sea del griego “kópos” (golpear) que da el verbo inglés “chop”, que significa “picotear” o “cavar”, como un pájaro carpintero, dedicado a trabajar la madera con eficacia y constancia.


YO: “Sin dolor no hay ganancia” (no pain no gain), se suele decir por ahí… Lo cual me recuerda exactamente esto. Sin esfuerzo muscular, no había comida en la mesa. Era preciso labrar la tierra para obtener alimentos, esforzarse para construir una casa, enfrentar el dolor para crear herramientas, e incluso luchar para sobrevivir y defender los logros.


SOY: Así es como labor y trabajo se convirtieron en sinónimos de éxito y seguridad. Hacer, hacer y hacer, una y otra vez, es lo que nos da el trabajo repetitivo, esclavizante, rutinario, es decir, que rota como una rueda. Y aquí te sorprenderás de otras palabras que definen este concepto. La palabra “hacer” proviene del indoeuropeo “dhë”, que signfica “poner, colocar”, que dio el latín “dhac/fac” (portugués “fazer”, francés “fair”, italiano “fare”), y a las lenguas sajonas y eslavas “dhu” (inglés “do”, alemán “tun”, ruso “delat”). Aunque la palabra “hacer”, en indoeuropeo se decía de otra forma: “werg”,  que define una acción. Cuando los indoeuropeos se dividieron, unos yendo a India y otros a Europa central, los últimos convirtieron el verbo “werg” en 3 conceptos: uno sajón (ärb, que dio origen a “arbeiten” en alemán), otro nórdico (verk, que dio origen a “work” en inglés ) y otro griego (ergon, que da origen a palabras como “ergonómico”). Pero por el lado de la India, “werg” originó “kër”, que dio lugar a la famosa palabra “karma”.


YO: Wow… Trabajar es un karma, y está directamente relacionado con el mismo origen de la palabra… Karma significa “acción”.


SOY: Como verás, buscando hacia atrás en el tiempo, descubres que en realidad, todo se conecta al concepto de la acción. Acción viene de la palabra “agere” o “ag” que significa “mover”, “agitar”. Y todo lo que realizas en tu vida, es un movimiento, pues el universo es movimiento constante. En dicho movimiento, tienes dos opciones: hacerlo por la voluntad de tu espíritu y por placer de tu ser creador, o hacerlo por reacción, impulso externo, presión del ambiente, condición del medio, lo cual inflige fuerza, sufrimiento, dolor.


YO: A ver… Entonces, muéstrame los dos caminos.


SOY: El camino más conocido al que todos se enfrentan, es el que está condicionado por el medio que les rodea. En el Universo todo es acción, pero cuando un ser es Inconsciente o dominado por su Subconsciente, no existe ninguna acción que surja de sí, todo se realiza por reacción. Come por hambre, se reproduce por sentir placer, labra por necesidad, trabaja por obligación, todo lo que hace es por sobrevivir, encajar, pertenecer. El entorno, la familia, la sociedad, las creencias, la cultura, la naturaleza, el medio; todo lo que está a su alrededor es lo que le lleva a la acción. Por lo tanto sus actos son condicionados, controlados, manipulados por factores externos. No es libre. Esto lleva a concebir la acción como un gasto de energía, y esa energía está en el cuerpo, y para sacarla hay que hacer fuerza. Y la fuerza produce dolor muscular, que al repetirse una y otra vez llama labor, y el labor del herrero es estar bajo el peso del hierro, ¿te acuerdas?


YO: Sí… “Sub-ferrum”: sufrimiento (bajo hierro).


SOY: Así, la memoria celular traspasa estos datos al cerebro, quien interpreta el dolor ya no sólo como algo físico, sino como algo emocional y psicológico. Debido a esto, la sociedad empieza a utilizar la labor como sinónimo de castigo: esclavitud, servicio, trabajo forzado. Las mismas herramientas que las personas usan para sobrevivir, se convierten en herramientas de dominio y control, en que los sistemas de reinos, feudales, imperios y empresariales utilizan a los individuos para producir bajo presión. Y quien no lo hace, es castigado… ¿Cómo? Con sus propias herramientas. Tri-palu, tripalium, trabajo, travail… Llega la inquisición, las torturas, y el concepto del trabajo como forma de opresión y castigo a la población.


YO: Wow… y ¿cuál es el camino Consciente de esto?


SOY: Volvamos al inicio de la Acción. La misma sólo puede ser llevada a cabo por una mente original, un ser consciente que decide crear un movimiento desde el punto 0, sin ser reacción de algo anterior, condicionado por experiencias previas. Es una mente libre, que elige su propio camino. Es decir, es un ser creador. Para un ser consciente, los conceptos de trabajo, esfuerzo y labor no tienen ningún sentido, pues nadie ejerce presión sobre sí; pues un ser consciente es un artista libre, creador de magníficas obras. La creación es una Obra de arte, y quien la construye es un “obrero”. Obra es también conocida como “ópera”, pues el origen de la palabra indoeuropea es “op”, que significa “producir en abundancia”. En latín llamaron a esto “Opus”, así, todo trabajador, en realidad, era un artista, creando, manifestando una obra.


YO: El ser consciente no sufre el trabajo, crea obras libres donde encuentra satisfacción.


SOY: ¿Eres libre o eres esclavo?


YO: Me doy cuenta que soy esclavo de mis propios proyectos, de mis propias intenciones. A veces, en lugar de disfrutar de lo que estoy creando, siento la presión de culminarlo para quitarme un peso de encima… Claramente, mi subconsciente sigue creyendo que si no trabajo, si no siento la presión, no estoy haciendo nada. Muchas veces me siento un inútil, como si viviera de hacer nada, y pienso en frases que algunas personas me han dicho: “¿cuándo piensas dejar de hacer lo que haces y trabajar de verdad?” “Búscate un trabajo digno”, “Trabaja como una persona normal”, “Deja de vivir del cuento”, Y muchas veces creí que esas frases eran la verdad. Sentía que si no había esfuerzo o sufrimiento, rutina o sensación de esclavitud, no era trabajo. Recuerdo mi primera pareja, él decía que lo ideal para su salud mental era tener un trabajo de 8 horas diarias, con contrato y días de vacaciones establecidos que le dieran la sensación de que se ha ganado el descanso tras el buen trabajo. Como un premio, una recompensa. Siempre me pareció que esa visión era como la zanahoria de un burro, que hacía todo el trabajo, el esfuerzo, sufriendo, sólo por saborear una ínfima y jugosa raíz naranja. Llegué a pensar que la única forma de realización sería esa en este mundo. Pero no, me di cuenta que no, entonces hice algo que no estuvo nada bien: convertí a mis propias ilusiones en mi trabajo. Sentí que hacía lo que yo deseaba, que yo elegía y por lo tanto era libre, pero lo único que hice fue decorar de trabajo lo que yo amaba, con la intención de encajar en el sistema… Ser aceptado y no creer que “vivía del cuento, del humo”, creyendo que así tendría “un trabajo como la gente”.


SOY: Pero no…


YO: No, justamente fue así como todo salió mal, cuando forcé, y sufrí innecesariamente para hacer algo que en realidad pasaba por mi corazón, por mi libertad y creación. Era mi obra, y la convertí en mi tri-palium. Hoy estoy día a día, poco a poco, retomando lo que hago como una obra de un artista, en lugar como el trabajo de un misionero. La pregunta es si todos los humanos podemos hacer lo mismo. Porque hay cosas que implican sí o sí trabajo duro.


SOY: Lo que tú ves como trabajo duro, para otro puede ser su liberación. Lo que para ti es libertad, para otro puede ser un sufrimiento. Cada individuo tiene una forma diferente de aplicar su obra en la existencia, y hay obras para todos, el error de este mundo es forzar a unos a hacer los sueños de otros. Un mundo que despierta al ser creador de un niño, es un mundo que encuentra la obra de toda una civilización que se desarrolla en la armonía de la expansión y no en la supervivencia de la competencia. Hoy, la humanidad sigue siendo esclava del trabajo, pues el sistema se las ingenió para hacer creer al humano que “el trabajo dignifica”.


YO: “¿El trabajo no dignifica?”.


SOY: No… Es la Obra la que dignifica. El sistema jerárquico construido en base a la supervivencia y la desconfianza, ha hecho creer a la población, a los individuos, que la forma de ser libre es ganarse el propio pan. El Capitalismo considera el trabajo como única forma de acceder al recurso y la riqueza mediante la competencia del trabajo. El Comunismo considera el trabajo como lo que dignifica a un ser humano que genera cosas con sus manos, pero que obtiene la riqueza de manos de un estado que elige por él lo que necesita. Ninguno de los dos sistemas incorpora la libertad del creador. En ambos, el sistema convierte a los individuos en esclavos, pero ambos han construido la idea colectiva de que sólo el trabajo dignifica, pues es lo que te permite conseguir comida por ti solo.


YO: Es la mejor esclavitud de la historia: en la cual el señor feudal o rey no tiene que mantener a los esclavos, porque ellos mismos pagan sus cosas.


SOY: Algo así, sí. Pero no puedes juzgar a estos sistemas, pues ambos son nacidos de la visión del individuo inconsciente mediante la visión del sufrimiento para conseguir comida. Los individuos no son sometidos nunca por sistemas, sino por sus creencias. Los sistemas son los resultados de las ideas y creencias de un colectivo de individuos.


YO: ¿Cómo me libero del trabajo de este sistema?


SOY: Recordando que eres un creador ilimitado, y lo que hagas es tu obra, y tu obra es lo que te da la vida.


YO: Pero, ¿y si no funciona?


SOY: No será porque debes trabajar, sino porque debes encontrar las formas de crear mejor… Un artista no se detiene porque su primera pintura salió mal, un artista se crea a sí mismo en cada obra.


YO: ¿Y cuándo da la última pincelada?


SOY: Cuando su obra le trasciende a sí mismo, y gracias a ella todos han recordado que son también el Creador.


YO: Dejo de usar la palabra trabajo, labor… La clave de mi obra radica en aquello que me gusta y me da placer. La trascendencia de la misma se da cuando la misma me trasciende y es útil a los demás.


SOY: Allí eres libre, y en esa libertad, liberas a los otros. Libera tu sagrada trinidad de las ataduras limitantes del tri-palium. Haz, pues, que tu espíritu, alma y cuerpo descubran lo que son capaces de crear, y en ello serás abundante.


YO: “Libérate del fruto de la acción”.


SOY: Pues el fruto es la zanahoria del burro, pero la acción es el amor.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

DESTINO= Los extremos de estos caminos o cuerdas de la red, son llamados destinos. Implícitamente en ellos existe la palabra propósito. Si tomamos un nodo, la cuerda y otro nodo, podemos interpretar que en la geometría existe un origen, un camino y un destino, pero dicho origen se convierte a su vez en otro destino dentro de los patrones, así, todos se convierten en propósito. El destino pues, no es un final, sino parte de un proceso de integración y comprensión dentro del camino evolutivo.
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