YO: Si hay algo controversial en el mundo, y sobre todo en el mundo de la espiritualidad, es la Economía. Es algo que siempre nos cuesta comprender, reconocer, aceptar o incluso entender. La verdad es que el mundo ha utilizado la economía como una forma de control, y esto se ha quedado grabado en nuestro subconsciente… Pero, en cierta forma, todo surge de la economía, y sin ella, no existiría nada, no?

SOY: Así es. Economía viene del término griego “oikós” (casa) y el verbo “neméin” (distribuir). El concepto “oikonomía” se refiere a la administración de una casa. Y con administración, me refiero a la distribución de las tareas y recursos. Cuando los primeros humanos se organizaron en grupos pequeños, manadas de homínidos sapiens, vieron que la mejor manera de sobrevivir era si cada uno de ellos tenía una tarea específica, encargados de una función concreta. Esto aseguraba la subsistencia, pues cada uno tenía una responsabilidad que cumplir, lo cual generaba seguridad y recursos. Cuando los humanos nómades se dedicaron a cazar y recolectar, esos frutos, carnes y huesos, eran repartidos entre los miembros del clan con la finalidad de distribuir el peso en el viaje. Cada uno llevaba lo que podía comer, y cargaban algunos más por su fuerza. Cada uno se ganaba su comida por formar parte del equipo, pues aquellos que no aportaban, retrasaban a la manada. Cuando los humanos sapiens descubrieron la agricultura, los mismos se volvieron sedentarios, y comprendieron que la mejor manera de subsistir era acumulando bienes para pasar el invierno o la sequía. Durante una parte del año sembraban, recolectaban, cazaban, producían, y uno de ellos se encargaba de administrar lo que pasaba a la reserva de invierno – sequía, y qué porcentajes se dividían entre los individuos.

YO: Me parece justo.

SOY: Esto aseguraba la supervivencia, aunque, no siempre. En ciertas épocas del año, por más que se trabajase duro para obtener los recursos, los mismos comenzaban a escasear, y era imposible pasar el invierno. Entonces no tuvieron otra opción que pedir ayuda a otros clanes, otras familias. Si una familia tenía escasez de semillas y la otra de carne, intercambiaban el peso de carne por el peso de semillas, creando el trueque.

YO: El sistema de intercambio por valores. Es algo bastante subjetivo, porque ¿quién define el valor de las cosas?

SOY: Por esto mismo el peso era la forma de evaluar. Valor es un término indoeuropeo (wal) que significa Fuerza. La fuerza que un individuo poseía para trabajar, luchar, discutir, era lo que aseguraba la vida, por ello, se evalúan las cosas de la vida en función de lo que da fortaleza al cuerpo. Debido a esto, la más clara forma de dar valor a algo es por su fuerza en peso. Un kilo de Semillas es igual que un kilo de Carne.

YO: Aunque no es tan así, porque conseguir la carne y las semillas exigen tiempos diferentes de producción y habilidades muy diferentes para conseguirlas…

SOY: Ese fue el pensamiento que algunos tuvieron en el trueque, y por ello, fracasó. Y esto se debió a algo muy clave: ¿qué diferencia el trabajo de un médico de un agricultor, de un arquitecto y el de un maestro, el de un artesano y un artista, el de un cocinero y un transportista?

YO: No lo sé…

SOY: Es la fuerza del ser. El valor que uno mismo o el grupo dan a esta función en relación a la necesidad del entorno. En un entorno donde faltan transportistas, el transporte será más caro, en un sitio donde sobren artesanos, las obras serán mucho más económicas. La cantidad de un producto o servicio es lo que regula el valor. Pero a su vez, hay otro factor: la calidad. Pues puede haber muchísimo de lo mismo, pero ser todo de baja calidad, y por lo tanto, un mismo objeto de mejor calidad, con mayor dedicación, tendrá más valor. Por ejemplo: en relación a la cantidad, la lechuga y el tomate son más baratas que el ananá o el aguacate, pues crecen mucho más rápido que los últimos que necesitan al menos 2 años y medio para dar su primer fruto. Y en relación a la calidad, no es lo mismo una lechuga mordida por insectos y débil, blanda, que una rugosa, fuerte y crujiente con sus hojas sanas. La relación de valor de cantidad se comienza a dar cuando hay abundancia de opciones. La relación de valor de calidad se da cuando hay abundancia y estabilidad, seguridad en la supervivencia. El mismo valor de calidad atribuido a un alimento, comienza a ser dado a las herramientas, a los trabajos, a los servicios, e incluso a las ideas. En el momento en que los clanes formaron reinos y dieron origen a las civilizaciones, el valor dejó de ser por el peso del producto, y pasó a ser por el valor conceptual del conocimiento y las habilidades. Y esto trajo un problema: a tanta cantidad de servicios y productos, todos tenían algo que aportar, pero no todos tenían los mismos valores para intercambiar. Entonces, se tomó una decisión inteligente: crear una moneda de intercambio.

YO: Metales…

SOY: Para que no haya problemas con el intercambio de valores, los reinos decidieron crear una forma de intercambio que fuera fácil de administrar y distribuir, contabilizar y pesar, y que su peso pudiera equivaler al peso de cualquier objeto. De esta forma, si alguien era pagado por un servicio, no tenía que intercambiar de nuevo este servicio para poder comer, pues sería imposible o esclavizante para algunos. De esta forma, se buscaron minerales que pudieran ser contabilizados y controlados en su cantidad y calidad, como el bronce, la plata, el oro. De todas formas, muchas culturas optaron por otra forma: intercambiar semillas. Las semillas eran una forma de intercambio excelente en tiempos en que el 99% de la población mundial era agricultora. El intercambio de semillas era un dinero que nunca escaseaba, pues siempre se reproducía, ya que de una semilla, podían crecer muchas plantas y hacer más dinero.

YO: “Que se reproduzca en tus manos”, algo que se suele decir, en los momentos de intercambio. Es un sistema genial.

SOY: Pero inútil para una civilización como la actual. Hoy en día, un pequeño porcentaje de la humanidad vive de lo que siembra, pues la mayoría de ellos trabajos se relacionan a temas en su mayoría intangibles, o producción de servicios. Intercambiar semillas hoy no tendría sentido, es una utopía.

YO: ¿Por qué?

SOY: Porque para lograr que dicho sistema funcione, primero cada poblador humano debería ser poseedor de al menos un huerto de unos 200 metros cuadrados, con terreno para algunos animales como aves de corral al menos. Así intercambiar huevos y semillas fértiles. Que se reproduzcan. Pero exigiría que cada humano tenga que cosechar su propio dinero. Nadie podría viajar, nadie podría comprar una casa, nadie podría salir a comer a un restaurante, nadie podría hacer un curso… Pues para que todo dé sus frutos, todos los trabajos deberían estar relacionados al campo. ¿Entiendes? ¿Qué podría hacer aquel que se dedica a otra cosa que nada se relaciona a la agricultura? Nada.

YO: Entiendo.

SOY: Por ello, hablar de trueque o intercambio de semillas en el siglo XXI es un concepto anticuado. Es momento de mirar a Acuario…

YO: Y allí la economía será diferente…

SOY: Pues ya no será una casa, la casa será el Mundo, y la administración será en Redes. Como decíamos antes, se eligió la opción del metal. Al mineral se le otorgó un valor por su peso, pero también en función de su rareza o cantidad y calidad, ya que un diamante pequeño valdría lo mismo que un enorme puñado de oro, y un puñado de oro equivaldría a una gran cantidad de plata. Esto fue generando distintos tipos de valores. Las minas se encargaban de asegurar el valor de los metales en circulación, es decir que corrían entre las personas (de ahí el inglés “currency”, proveniente del latín “currens”= correr). En Roma, en las minas del Capitolio, se extraía el mineral a los pies del templo de “Juno Consejera” la anunciadora o quien advierte de los enemigos que se acercan. En latín, Anunciadora se dice “Moneta”, del verbo “monere” (avisar), y debido a que desde allí se producían los valores de pesos, se estampaban con la imagen de Juno Moneta, con lo cual surgió el concepto de “Monedas”, que en inglés generó “Money”. En Iberia, circulaba otro mineral que valía su peso en 10 unidades, algo que en latín se llamaba “Deni” (10 veces), y que nombraba a la moneda como “Denarius”, lo que originó en iberia el concepto de Dinero en español. A partir de aquí, el administrador de la casa, ahorraba en monedas, en metales, y les utilizaba para intercambiarlo por objetos o servicios. En el colonialismo, los países invasores de las Américas encontraron montañas con toneladas de plata y oro en las minas de los Andes y las Rocosas. Así se volvió a evaluar en peso por mineral, lo que dio lugar a las monedas americanas conocidas como “pesos”, y al pago de pesos le llamaron Salarios, debido a que se pagaba a la gente en sacos de Sal de las minas.

YO: De todas formas, es un sistema injusto, pues hay algunos que tienen más que lo que necesitan…

SOY: El sistema es injusto porque las personas que le usan no son justas. Volvamos al concepto de poder. La falta de poder personal y coherencia interior hace que los humanos busquen obtener el poder en lo exterior mediante la herencia exterior. Es decir, que consideran que la consecución de su subsistencia se debe a mantener la cantidad de poder necesario para controlar a otros. En un mundo donde la fuerza pasó de ser del cuerpo a estar evaluada en minerales y su intercambio, la fuerza, el peso, comienzan a tenerlo los ricos, no los fuertes, y los débiles y pobres pasan a ser súbditos de los primeros.

YO: ¿La solución cuál sería? ¿Eliminar la pobreza? ¿Eliminar la riqueza? 

SOY: Ninguna de las dos. La solución es ser coherente y hacerse las preguntas: “¿Realmente necesito lo que tengo? ¿Controlo a otros con lo que tengo o no tienen? ¿Para qué necesito lo que quiero?” Preguntas como estas ayudan a darnos cuenta de si somos coherentes o no. Mira, la palabra “pobre” viene del latín “pauper” y significa “infértil”.

YO: ¿Infértil? Como una mujer u hombre que no puede tener un hijo, como una tierra que no puede dar frutos…?

SOY: Así es. Se conjuga de “pauco” (poco) y “parere” (parir, engendrar). En su contrario, encontramos a los que poseen mucho, los poderosos, los “ricos”, que proviene del gótico “reik”, es decir, quien rige, quien tiene el derecho, la fortaleza. En el mediterráneo, debido a aquella familiaridad de los oligarcas con la divinidad por herencia jerárquica, se les conocía como los “divos”, es decir, los que tienen todo, como un Dios. Esta percepción de los ricos oligarcas proviene de las visiones antiguas en que los poderosos eran un grupo que heredaba el poder por lazos de sangre y divinidad. Y el pobre, era aquel que no sabía producir por sí solo, que dependía de otros para vivir. Durante siglos, los ricos, para mantener el poder, quitaron más y más derechos a los individuos para que los mismos dependieran constantemente de la jerarquía. Sin embargo, con la Revolución Industrial y Francesa, esto comenzó a dar un giro histórico, pues muchos de los que antes no podían producir, ahora tenían la oportunidad de crecer. En el último siglo, el desarrollo de la clase media liberó a muchos a ver que era posible encontrar una equidad, saliéndose de la pobreza, sin necesidad de entrar en la riqueza, o al revés.    

YO: Sin embargo sigue siendo un sistema de control.

SOY: Es fácil quejarse de ideologías desde un barco en el Nilo mirando el paisaje.

YO: Buen punto…

SOY: Cuando miras toda la historia de la humanidad, no hubo en la historia otro momento de mayor riqueza, oportunidad y libertad como lo hay ahora. Es importante que puedan valorar lo logrado. Vuestras mentes son como aquel pesimista que empieza a mejorar tras una larga y tediosa enfermedad y su reacción es: “sí, pero no me he curado”. Para curarse, primero hay que sanarse. No es magia, y la única forma de sanarse es reconociendo el pasado, liberándonos de él y reconociendo los logros del presente. Lo que hoy ves como conflicto, hace 100 años era el mayor de los sueños.

YO: Entiendo, es lo que siempre decimos, nos quejamos una y otra vez de lo que nos pasa, sin evaluar lo mucho que hemos avanzado. Tras miles de años de trueque, se inventó la moneda, y tras miles de años de monedas, se están recién hoy inventando nuevas formas electrónicas mediante internet… ¿Esto significa que el dinero desaparecerá? Muchas gente considera que el mal del humano es el dinero.

SOY: Jeje, no, no es el dinero. Te propongo imaginar un mundo sin dinero donde habitan 8 mil millones de habitantes que quieren ser libres en el mundo.

YO: Se me complica.

SOY: Desde luego… Porque la única solución a un mundo sin dinero, es una Dictadura. ¿Por qué? Te preguntarás, porque sin algo externo que evalúe el peso de las cosas externas según las necesidades de los individuos, el valor de las mismas debe ser impuesto por una ideología. Esto haría que todos tengan lo mismo, y genera el proteccionismo de los recursos territoriales. Allí comienzan a inventarse nuevas formas de intercambio. El humano es nómada, es inteligente, busca soluciones a conflictos, y por ello siempre estará intercambiando cosas. El dinero es una de las tantas. El dinero con que pagas alimentos para tu familia y tus estudios es el mismo dinero con que se pagan armas para la guerra y drogas a la mafia. ¿Fue acaso el dinero el problema, o es la desviación distorsionada de la consciencia humana?

YO: Claramente la consciencia humana.

SOY: No gastes energía peleando una batalla contra un pedazo de metal o papel, cuando la verdadera transformación está dentro de ti. Las ideologías políticas manipulan a los individuos a creer que hay grupos oligárquicos que controlan sus recursos a través del veneno del dinero, sólo para obtener el poder de sus consciencias.

YO: Esto es lo que se ve en muchos países, ¿verdad? La creencia de que protegiendo lo propio y repartiendo los recursos en partes iguales, se distribuye la riqueza.

SOY: Exacto. La riqueza no puede distribuirse, sólo puede generarse. Nadie es rico por acumulación, sino por generación. Obtener un recurso sin ser el partícipe de la generación, vacía de poder al individuo, dándole poder a quien se lo entrega.

YO: Esto me recuerda a “Enséñale a pescar, no le des pescado”.

SOY: Cuando le das el pescado, le quitas poder, valor, al individuo. Cuando le enseñas a pescar, le das poder y valor a su ser. La riqueza, como dijimos, significa poder, regir, no significa “tener”. Los ricos no poseen nada, simplemente administran su poder.

YO: Pero existe una lucha histórica entre ricos y pobres. Existe aún la oligarquía.

SOY: Sólo existe debido a la ignorancia.

YO: ¿En qué sentido?

SOY: La Religión ha construido una idea espiritual entorno a la pobreza, describiéndola como el camino hacia la salvación. “De los pobres será el Reino de los Cielos”. Esta idea fue utilizada en la edad medieval para controlar y conformar a las clases serviciales y agropecuarias. “Trabajen mucho, que aunque en la vida no ganen, ganarán en el Cielo”. La idea fue adoptada por la Política, pues fue útil para controlar grandes territorios imperiales con grandes poblaciones. Así, pasó a las ideologías que se plasmaron en la Educación, canalizando las ideas del oprimido, la lucha de derechos, de igualdad, embadurnadas en conceptos clasistas, en la mayoría de los casos con un claro mensaje: elige al correcto representante y te dará todo lo que pidas.

YO: Manipulación.

SOY: Así es como todos llegaron a creer que viven en Democracia, cuando nunca lo habéis hecho. A base de repetición, os han hecho creer que la riqueza es el enemigo, que la pobreza es una condición, que la única forma de salirse de allí es eliminando una de las otras y dependiendo de estados capaces de actuar de madres y de padres. Algunos más liberales que otros, y sin embargo, la idea es la misma.

YO: ¿Y las empresas?

SOY: Empresa viene de emprender, de realizar algo con el objetivo de conseguir algo a cambio. Todo humano es emprendedor por naturaleza, pero en la pérdida de poder personal, al crecer en una cultura basada en el miedo y la manipulación de sus individuos, ha dado todo su valor a emprendedores sin temor. En la Revolución Industrial, la expansión de las fábricas hacen que los mercaderes obtengan mucho más recursos que los ricos oligarcas del siglo XVII y XVIII. Surge así la Mercadocracia, es decir, el poder de la compra, del latín “merx” = mercancía.

YO: Qué paradoja que Marx, en latín signifique Mercado.

SOY: El Mercado pasa a formar parte nuevamente de la oligarquía, cuando el mismo había venido a acabar con la misma.

YO: ¿Por qué pasa esto una y otra vez?

SOY: Por lo que una y otra vez volvemos a repetir: el problema no está en los objetos ni los sistemas, está en el humano y su incapacidad de ser coherente y armónico. En la búsqueda de sobrevivir, se asegura el poder en distintas formas de jerarquías. Esto es algo que sucede en cualquier familia, y de allí, al mundo. No puedes juzgar al mundo por ser mundo, ya que el mismo se compone de familias, y son éstas las que moldean el mundo. Las pequeñas consciencias son las que crean la supraconsciencia, y si las mismas no toman poder de sí mismas, entregarán siempre la decisión a la supraconsciencia.

YO: ¿Cómo se soluciona todo esto?

SOY: En la casa. Allí surge la Economía. Sobre todo en el sitio donde se empezó todo esto… En la cocina. Los antiguos administraban la comida para sobrevivir, de allí surge la verdadera economía, y por lo tanto, está ligada al miedo a morir de hambre, a perder el control de la vida. La Economía no se soluciona con filosofías de carácter económico, o estrategias de los ministros o economistas, la economía se soluciona con aquello con que nutro a mi corazón.

YO: El corazón…

SOY: El sistema económico se relaciona en la naturaleza biológica al sistema circulatorio. El corazón es como el Banco, pero en lugar de acumular y guardar, administra haciéndole circular hacia cada órgano. Las venas mueven los recursos que llamas sangre, y los órganos absorben de ellas lo justo y necesario para su funcionamiento. Hay días que necesitan más, y otros que necesitan menos. Nunca acumulan, pero tampoco son iguales. Los órganos saben lo que necesitan, y colaboran entre sí haciendo circular los recursos. Esto es posible porque cada célula, individuo, es consciente de sí misma, del lugar que ocupa, y no depende del gobierno central llamado Cerebro, para administrar su propio hogar. Las preguntas que hay que hacerse es si somos capaces de administrar nuestros propios recursos emocionales y físicos. Como humanos, ¿sois capaces de intercambiar? ¿Cuáles son los recursos que tenéis? ¿Sois fértiles? ¿En qué? ¿Compartís vuestra cosecha? ¿Dependéis de algo externo? ¿De qué? ¿Tenéis el poder y control de vuestras vidas, o a quiénes se lo debéis y entregáis?

YO: Creo que son las más difíciles preguntas, responder cómo vivimos nuestra economía emocional y física.

SOY: Vuestro dar y recibir comienza en el corazón, en la forma de relacionarse. Si no sabéis dar y recibir emocionalmente, tendréis un caos en vuestra vida económica. Y con caos me refiero a pobreza o riqueza, pues ambas son extremos innecesarios en un ser equilibrado.

YO: La clave de reestructurar una nueva economía es volviendo al corazón. ¿Qué decir a los que dicen que las cosas invisibles no pueden cobrarse? Es decir, que los trabajos espirituales o de consciencia no pueden cobrarse.

SOY: Hay una gran diferencia entre Servicio y Trabajo. El Servicio tiene un gran valor que es incalculable, y por lo tanto, es absurdo cobrarlo, pues si realmente dicho servicio posee el valor que se le da, todo lo que necesites llegará a ti para que puedas hacerlo por ley de correspondencia. Si el servicio no surge del corazón, habrá pobreza. Por otro lado, uno puede utilizar su Don como forma de trabajo en la tierra, sin ser un servicio. Todos los trabajos remunerados en la Tierra se deben al don de quien lo ejerce, y la espiritualidad no está excepta de esta ley. Tienes un cuerpo con necesidades básicas en la tercera dimensión, y la economía nació para administrar dicho cuerpo.

YO: Entonces, puedo trabajar de la espiritualidad como cualquier don y valorarlo como yo lo considere, pero cuando me disponga a hacer un servicio, ponerle un valor o cobrarlo es absurdo, pues significa que no confío en tal servicio. Este año me he puesto al servicio y he recibido más que nunca gracias a ello. Y aún así, seguí trabajando, pues considero que merezco vivir en esta vida como yo valoro mi propio ser.   

SOY: Como siempre… Sabes lo que es dar y recibir en equilibrio cuando sabes hacerlo desde tu corazón, no importará después qué uses, si servicios, minerales, sal o semillas, si vuestro corazón no es coherente, tratarás de ahorrar o luchar por cualquier cosa a lo que le hayas puesto valor.

YO: Y el valor es conceptual.

SOY: Es una idea, es imaginario. Sólo hay un valor real en la vida: Comer y Dormir. Sólo hay un valor trascendental en la vida: Reproducirse o Producir. Sólo hay un valor existencial en el Universo: la Unidad que se contabiliza en Amor.

YO: Viene Acuario… Y la economía será diferente…

SOY: Las formas lo serán, no así el valor sino recuperas tu poder perdido. Valórate, vuelve al hogar de tu corazón, y entenderás la verdadera economía. Dime: ¿cuál es tu valor?