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Sa: Yo Soy el Camino del Espíritu

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YO: Hoy desperté mareado, sin fuerzas y con un leve dolor de cabeza…


SOY: Probablemente alineándote con la tarea del día.


YO: Sí, es lo más seguro, ya que vengo viviendo el proceso día a día alineado con lo que debemos trabajar. Ayer pude comprender algo muy fuerte para mí, y que culmina mi semana de trabajo emocional, y tal vez eso es lo que me hace sentir así hoy.


SOY: ¿Cuál fue el proceso comprendido?


YO: Bueno… Tras trabajar con lo que siento, con mis ancestros, y demás, me di cuenta que elegí aprender a tocar el piano esta semana, justo terminando los 10 días del emocional. En Febrero 2020 compramos un piano para que Guille toque en los viajes, pero nunca me había dado realmente cuenta de que el piano era mío, en mi cabeza lo había comprado para Guille. La cuestión es que el piano quedó en Egipto para todos los siguientes viajes, y decidí que aprendería a tocarlo si volvía aquí. Como estaré en Egipto un año, no tenía excusas, así que lo traje conmigo y empecé hace unos pocos días. Pero no fue hasta ayer, que cerramos el toroide emocional, que me di cuenta de por qué me cuesta tocar el piano y me pone tan nervioso a la vez que me frustra. Desde que nací, en mi casa no se escuchaba otra cosa más que la música clásica. Mi abuelo era fanático y tenía una enorme colección de CDs. Yo lo oía todo con él, cada día, mientras él limpiaba su colección de monedas, ya que amaba la numismática, yo me sentaba a dibujar cerca, y en silencio ambos, oíamos a Chopin, Mozart, Holst… Y debido a esto quise aprender piano. Mi madre, para mis 8 años, me regaló un piano pequeño, un órgano, y empecé con mis clases. Yo quería tocar clásico, pero la profesora que tenía era horrible. Me hacía tocar “la Cucaracha” y “el Cumpleaños Feliz”, y me tenía horas anotando la nota DO en una página, la RE en otra, y así, todas. Además, fumaba a mi lado mientras me “enseñaba”. Nunca aprendí nada con ella. Cuando volvía a casa, trataba de tocar yo sólo, “Para Elisa”, “Claro de Luna”, y muchas otras. Un día, hice mi propia melodía, y logré algo que me parecía imposible: tocar con las dos manos. Perfeccioné la canción, y la practicaba todas las semanas. Ya con 9 años, mi abuelo estaba muriendo, aunque ninguno de nosotros lo sabía, sólo él, debido a que había elegido dejarse morir al no usar la insulina para su diabetes. Un día, ya siendo mayor, mi abuela me contó que cuando mi abuelo escuchó la canción completa que compuse, se puso a llorar, algo muy poco común en él. Mi abuela le preguntó qué le pasaba, y él le respondió: “Es mi Réquiem” (canción u oración que se hace a los muertos). A él le gustaba bromear siempre con que le daba un infarto, pero pocos meses después de eso, le llegó el de verdad.  La canción que compuse, era su Réquiem, y desde su muerte, no volví a tocarla, y poco después, no toqué nunca más el piano. Ayer me di cuenta que es la mano izquierda, la del corazón, la que no logro mover con facilidad, y reconocí el trauma emocional que mi subconsciente posee en relación al piano. Mi cuerpo estaba reaccionando a algo que nunca había relacionado. Y me pareció muy simbólico que sanando todo esto haya decidido volver a aprender a tocarlo.


SOY: Es normal que, cuando el proceso emocional se comprende o se permite sentir, éste pase al cuerpo físico como una reacción. Al principio todo es una idea, que se mueve por energía, se procesa en emoción y se materializa en la acción. Así, todo lo que pienses o percibas, lo sentirás como una emoción dentro de ti, que pasará a tus órganos. Por esto, la reacción en nuestro cuerpo, que llamamos “síntomas”, puede darse en dos sentidos: uno, que nunca hayas prestado atención al proceso emocional. Entonces, llama la atención mediante la enfermedad y el problema físico. Y otro, que al trabajarlo y empezar a hacerse consciente, el cuerpo trate de procesarlo y equilibrarlo, sintiéndose agotado, con mareo, y ciertos dolores.


YO: O sea que no importa si es bueno o malo, dolerá igual, jejeje.


SOY: Bueno, es como cuando te sientas todo el día frente a la computadora en una mala postura y luego te duele todo, o a la vez cuando vas al gimnasio y te duele todo pero te sientes mejor.


YO: Sí… Entiendo.


SOY: El cuerpo funciona por pulsos, reacciones a los sucesos externos que modifican lo interno. Por lo tanto, muchas veces el cuerpo no sabe interpretar entre placer y dolor, ambos se mezclan. Una de las claves fundamentales a comprender, es que para el cuerpo, son sólo pulsos, es tu capacidad de gestionar esos pulsos eléctricos lo que despertará adrenalina o dopamina.


YO: …Espera un momento. Acaba de venirse algo a mi mente ahora con lo que acabas de decir… Ayer hablamos de que la emoción es clave como forma de asimilar información, y es la inteligencia más importante; pero cuando te oía describir esto me di cuenta de que todas las emociones no son energías externas, sino producidas por hormonas. Una hormona, o la mezcla de ellas, produce cada una de las reacciones físicas que conocemos como emociones… Entonces, todas las emociones que sentimos, no surgen antes que el síntoma, sino que son una reacción al síntoma…


SOY: Y así es como vas abriendo las capas de la cebolla. Las emociones, como bien hablamos ayer, son pulsos electromagnéticos, energéticos, pulsos positivos y negativos. Pero tú, como muchos humanos, estás diseñado para analizar las partes. E instintivamente, cuando dijimos esto, separaste al cuerpo físico como si fuese otra cosa, cuando el cuerpo físico es la manifestación de esos pulsos. Tarde o temprano los religiosos, espirituales y espiritualistas verán que no existe división entre mental, emocional y físico, sino que los tres son reacciones entre aspectos de un mismo ser o cosa. Como hablamos, igual que el Agua tiene estado sólido, líquido y gaseoso, el Ser tiene estado mental, emocional y físico. Y algún día, pues, los ateos, científicos y cientificistas entenderán que el espíritu y la divinidad son parte de la materia que tanto estudiaban, hasta comprender la espiritualidad que yace en ella. Como un Uróboros, el pulso de la vibración cósmica genera energía, esa energía genera materia, y la materia genera hormonas, que permiten mediante pulsos eléctricos generar emociones que interpretan esas energías, y que son procesados por la mente como datos de información.


YO: Entiendo, o sea que es como un ciclo, es el mismo ser, que mediante su propia creación se manifiesta y luego se interpreta en dicha creación.


SOY: Así, tú eres el espíritu manifestado; el cuerpo, la biología, la materia, son la plasmación de la consciencia espiritual, son la proyección de la energía cósmica. Ahora bien, has comenzado a estudiar piano, no?


YO: Sí…


SOY: Pues permíteme explicarte algo sobre su música. No existen en el universo diferentes sonidos o notas, sino una constante onda de vibración que cambia sus frecuencias, como un único océano con mucho oleaje. Imagínate ahora en una pequeña balsa en ese enorme océano, por ejemplo, en medio del océano Pacífico. ¿Hasta dónde crees que podrás ver olas en el horizonte con tus ojos humanos?


YO: Mmmm no lo sé bien…


SOY: Aproximadamente unos 5 kilómetros con un buen y limpio horizonte. Ahora, el Océano Pacífico tiene un ancho aproximado de 18500 por 14500 kilómetros. Es decir que sólo verás 5 kilómetros a la redonda de oleaje que, cuanto más lejos esté, más difícil de percibir será. Ahora cierra tus ojos, e imagina que sólo puedes oír el oleaje en esos 5 km. Pero las olas más lejanas serán tapadas por el ruido de las olas más cercanas junto a ti. Pues, imagina oír las olas que están a 10000km de distancia de ti…


YO: Imposible…


SOY: Lo cual no significa que no existan. Entonces, el humano esquematizó el océano, dividiéndolo en regiones, en mares, en corrientes oceánicas, delimitando las olas para poder marcar distancias y espacios o puntos de referencia. En música, a eso le llamas Notas. En realidad, no existen, son aleatorias, y sólo delimitan los espacios que puedes ver. Las notas que conoces son las mismas en toda tu vida, son las que entran en los 5 km que puedes ver y oír. Así es como tu cerebro funciona. Separa, limita, divide, con la intención de poder percibir algo imposible de controlar. Y por eso la energía, ese vasto océano, necesita de notas para poder ser comprendido. Cuando lleguen las olas a los 5 km, volverá a empezar el ciclo, pero en otra instancia superadora, lo cual crea lo que llamas “escalas”, o sea, una octava de vibración más, repitiendo el ciclo hasta que va desapareciendo ante tu incapacidad de percibirle. Observa el teclado de tu piano, y verás que en el medio te encuentras tú frente a 12 notas principales, 7 tonos mayores y 5 menores. Esas 12 son las principales que habrás de tocar para toda canción que quieras hacer sonar, y a veces, puedes deslizarte 12 notas más abajo, más graves hacia la izquierda, o 12 notas más arriba, agudas hacia la derecha. Pero el centro, eres tú. Eres un continuo de vibraciones que han sido divididas en aspectos que puedes percibir, de los cuales los 12 centrales son tu cuerpo. Así, en las 12, ves a los 7 tonos mayores que llamas glándulas, cada uno vivo por sus ruedas energéticas (chakras). Es decir: hipófisis, pineal, tiroides, timo, páncreas, suprarrenales y genitales. Y luego, tienes los 5 tonos menores: rodillas, tobillos, centro inferior o conexión a tierra, centro superior o conexión al Yo Superior, y la Piel conectada al Corazón. Dentro de la inmensidad de la vibración eterna, el ser se dividió en cientos de agrupaciones de 12 notas, y una de ellas, eres tú, aquí y ahora. En una escala más grave vibran tus órganos, en una más media suenan tus emociones, y en una más aguda tus ideas. Pero la escala sigue, hacia el Yo Superior, hacia las otras dimensiones, a la Maestría, la Divinidad por un lado, a la naturaleza y la oscuridad por el otro. Un ser gigantesco del cual tú eres tan sólo 12 notas unido a una escala mayor y una inferior, es decir, 36 notas que conforman tu ser mental, emocional y físico.


YO: Wow… Sí, creo que puedo visualizarlo.


SOY: Entonces, tu equilibrio se vale de los armónicos entre estas notas.


YO: Los Acordes.


SOY: Los Acordes son grupos de 3 notas cada uno, es decir, un órgano o glándula junto a una energía o emoción, conectado a una idea o creencia. Cuando logras conectar una nota física con una emocional o mental, la música suena armónica. Es decir, si tocas la nota de DO (C) en una escala media a la vez que una nota de DO en una escala grave, sonará algo melódico. Pero si tocas la nota de DO con una nota de RE (D), sonará disonante.


YO: Un ejemplo… Por favor…


SOY: Vamos a visualizar el Acorde de Do en tu cuerpo: supongamos que de las 12 notas el DO (C) es tu centro inferior debajo de tus pies. Así, tendríamos DO# (C#) en los tobillos, RE (D) en las Rodillas, RE# (D#) en los Genitales, MI (E) en el Sacro, FA (F) en el Plexo, FA# (F#) en el Corazón, SOL (G) en el Alto Corazón, SOL# (G#) en el Laríngeo, LA (A) en el Tercer Ojo, LA# (A#) en el Corona y SI (B) en el centro superior sobre la cabeza.


YO: El acorde de DO mayor (C) sería: Centro Inferior (DO), Sacro (MI) y Alto Corazón (SOL), lo que significaría más o menos que es el acorde relacionado al “Infinito e Incondicional Amor de la Madre Tierra Creadora de Vida”.


SOY: Exactamente. Ahora imagina que mi cuerpo está relacionado a la Tierra y su potencial creador, pero toda mi emoción está en el acorde de DO# mayor (C#), es decir DO#, FA, SOL#, o desde los chakras: Tobillos, Plexo y Laríngeo, que básicamente significaría “Realizar el Camino Propio hacia la búsqueda de mi Verdad”.


YO: Claro, mi ser físico estaría en disonancia con mi voluntad emocional, y se crearía un conflicto, pues nunca lograría cumplir mi objetivo.


SOY: Cuando estamos desalineados, no hay armonía, si no hay armonía, hay disonancia, y eso genera ruido, caos, frustración, disgusto, depresión… Ahora piensa que cada nota es sólo una vibración, no tiene un peso emocional. Es sólo un código, pero sólo puedes identificar la emoción que la misma despierta en ti cuando la escuchas sonar en conjunto con la melodía que crea tu cuerpo y tu espíritu. Todos juntos, en la canción que eres tú.


YO: Ahora puedo ver con mayor claridad el mecanismo de los tres cuerpos, como uno solo, es como una canción. Cada nota me compone, pero son sonidos neutros escogidos en el mar de sonidos. ¡Claro! No es hasta que les vivo a todas juntas que siento la emoción. De la misma forma que nos emocionamos al oír una buena canción y nos produce un shock cuando alguien toca notas fuera de lugar.


SOY: Así es como datos sin aparente relación entre sí, conforman lo que crees sentir. Una emoción es una perspectiva más, una interpretación de la energía que vibra en las notas que te componen. Tus órganos, tus energías y tus creencias son las notas que, combinadas, generan una canción. Si lo que piensas, lo que sientes y lo que haces tienen cada uno un propósito o necesidad diferente, esta reacción sonora creará un ruido disonante que producirá hormonas que te harán sentir esa disonancia energética, avisándole a tu consciente que hay algo mal. A eso le llamas odio, ira, frustración. Todo tu ser es un ser en formación.


YO: …Y la cabeza, qué tiene que ver en todo esto?


SOY: Eso mismo… Estás en un gran proceso de formación. Un ser que está desarrollándose, está acumulando muchos datos en forma de experiencia, los cuales se interpreta que son acumulados en la cabeza. En latín, el proceso de estar en formación se conoce como “información”. Erróneamente, los humanos creéis que tener información, compartir información, entregar información, es sólo un proceso mental, inútil para el emocional y el físico. A su vez, cuando no podéis soportar lo nuevo, soléis decir frases como “no me da la cabeza”, “me rompe la cabeza”, “estoy perdiendo la cabeza”, y la lista sigue. Pero volvemos a lo mismo, seguís separando las cosas. Información es el acto o capacidad de ingresar en el proceso de formarse como persona, de comprender los datos que me componen y crear melodía a partir de la armonía. Tu dolor de cabeza te está mostrando que estás en un proceso de demasiada “in-formación”, en que tus notas están tratando de alinearse en los acordes correctos. No fuerces el proceso de acumular datos, pues información implica eso mismo, un proceso de formarse.


YO: La cabeza representa el Yo Soy, donde están todos los datos de los distintos Yo, que son los que están tratando de unirse en mí ahora mismo.


SOY: Por esto mismo… Deja de pensar, y permítete ser atravesado por el proceso de la formación de tu Yo. El reordenamiento de tu música interior. Toca el Réquiem de quien creías ser, para que pueda sonar una nueva melodía, la Canción de tu nuevo Ser.


YO: Y sin el cuerpo… Sin sus hormonas, jamás podré sentir el proceso que estoy viviendo.


SOY: Bendita sea la materia, pues es el milagro del espíritu.


YO: …Inhalo…


SOY: …Exhalo…


YO: Mi cabeza recibe mediante 4 de los 5 sentidos todos los datos que me hacen percibir el mundo: oído, vista, olfato y gusto… Mis 4 Yo diferentes, todos tratando de encontrar el equilibrio.


SOY: Pero la música, la oyes por el oído, pues es este sentido en tu cabeza el que encuentra el equilibrio, el balance, la homeostasis de tu ser. Por ello, la música es el lenguaje del espíritu, pues es el oído el sentido del chakra Corona, de la Hipófisis, de quien busca el equilibrio. Si te mareas, es porque tu oído interno está buscando el balance. Por eso en el despertar “escuchas las voces del espíritu en tu cabeza”. Por ello le llamas “escuchar voces”, “oír mensajes”. No sólo son seres de otras dimensiones, en el 99% de los casos, son tus notas más graves o más agudas tratando de alinearse a las medias que están en ti, que suenen como voces externas, pues sigues disonante. Relájate, recuéstate, escucha el silencio, y luego, renueva tu canción.


YO: Suficiente información para mi cabeza…


SOY: Nunca será suficiente, pues eres infinito…


YO: Yo soy equilibrio, armonía, melodía…


SOY: Yo soy la consciencia en la canción de la creación.




TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

VIBRACIÓN “H”: Así, el alma suspira al ver la maravillosa generación, producto de su energía y emoción, de su amor. La tercera “H” es Hum, la exhalación, donde las ideas del espíritu y las emociones del alma, se vuelven físicas, acción, materia, cuerpo. Es el momento de la gran expansión, de la enorme explosión que origina nuestra realidad conocida: “Big Bang”.
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