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Pü: Yo Soy Voluntad que enseña

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YO: A veces me olvido que vivo en un país tan religioso. Ya naturalicé el hecho de que cada día voy por Giza a meditar, a activar, y me tomo un instante de conexión dentro de la Gran Pirámide. Cuando viene gente a visitar o trabajar conmigo en algo específico, en alguna activación o meditación, me olvido de lo fuerte que es para muchos lo que hacemos, sentarnos a meditar. Muchos aquí nos llaman “Abada”, es decir, Adoradores. ¿Qué adoramos? Según ellos, a las pirámides. Tienen miedo en muchos casos de las cosas que hacemos, y algunos de ellos rechazo, aunque algunos pocos sienten sorpresa, admiración y curiosidad, y un simple puñado, sienten lo mismo, y viven como nosotros. Egipto es un país muy religioso, musulmán, y aún así, de los más abiertos del mundo que abarca el islam. Yo crecí en un país de herencia católica, e incluso la Constitución Argentina parece ser que nos reconoce como Católicos Apostólicos Romanos, aunque en mi familia, barrio y colegio, eran en su mayoría agnósticos. El entorno en que crecí, fue de una educación laica, en un hogar que no creía en un Dios, y que no poseía un dogma religioso. En mi infancia fui una sola vez a la iglesia, acompañando a unos vecinos. Nunca tuve contacto con la religión, no entendía a qué se referían, y nunca tuve que hacer nada para salirme de un pensamiento religioso. Esto, tal vez, hace más difícil para mí comprender el esfuerzo que muchos han tenido que hacer para salir de la pecera, para liberarse de la jaula, y encontrar lo que había afuera. Al principio, la religión me parecía absurda, sin significado. Si yo había podido sobrevivir tantos años sin creer en nada ni ningún Dios, entonces, ¿qué diferencia había en creer o no creer? Pero cuando crecí pude entender que había muchas personas que necesitaban seguir pasos para vivir lo que otros viven con libertad.


SOY: Cuando viajas, sueles poner el GPS. Tú, particularmente, tomas el Google Maps y lo colocas para saber cuánto demoras y por dónde irás más rápido. Y, como sabes muy bien, detestas sacar el GPS hasta que no llegas al destino, siguiendo la línea azul que te dice dónde girar, qué salida tomar. Cuando conduces respetas las normas de tránsito, y paras si hay luz roja, avanzas si hay luz verde. ¿Prestas atención al camino? Si no tuvieras GPS, ¿llegarías al mismo destino?


YO: Bueno… Me permito ver alrededor, sí, pero es verdad que al estar pendiente del GPS no suelo mirar los carteles que no me interesan, voy sólo por donde deseo ir…


SOY: Ignorando otros caminos posibles para llegar al mismo sitio, tal vez más largos, complejos, pero con más paisajes que te perderás por querer llegar rápido. Además, te hace sentir más seguro seguir las instrucciones del GPS, que lamentar el perderte y tener que pensar cómo salir de allí donde te has metido, en esa crisis momentánea que tiene quien conduce cuando se pierde o toma la salida equivocada…


YO: Sí…


SOY: Pues ahora entiendes por qué la gente elige una religión en lugar de la espiritualidad.


YO: Hoy vi un meme en Instagram que era la imagen de este post: dos peces, uno en el océano mirando a otro dentro de una pecera que flota en el océano. Creo que es bastante acertado. Veo que esta imagen está tratando de explicar que la religión te encierra, pero la gracia de esta imagen es a favor de la espiritualidad, negando el punto de vista del pez que está en la religión.


SOY: Ahí está la cosa. Cuando alguien descubre la espiritualidad, suele querer romper la pecera de toda la gente que conoce en el mundo, gritando: “¡Sed libres, el océano tiene espacio para todos!”. Pero lo que no piensan es que muchos de los que se encuentran en una pecera, es por decisión propia. La pecera les da seguridad, porque es todo lo que conocen: La pecera es el hogar donde saben cómo manejarse. La religión es tu GPS. La palabra Religión proviene de “Re” (volver, otra vez) y “Ligare” (atar, unir, ligar). Esta idea hace referencia a unir a las personas en un mismo camino para que ninguno se pierda.


YO: ¿Por qué?


SOY: Para entenderlo hay que, como siempre, ir a los principios de nuestra historia. Recuerda que las personas primitivas vivían sus vidas en manadas que llamamos “clan”. La clave de la supervivencia de los individuos de un clan era “permanecer juntos”.


YO: Como en la película “The Croods”, en la cual el padre está todo el tiempo asustado, tratando de mantener a la familia junta para que no les pase nada.


SOY: Esta idea es lógica en un tiempo de tantos peligros para un ser tan débil como lo es un humano en medio de la naturaleza, desprovisto de otras defensas más que la inteligencia y la interacción con los demás. Así, la clave de la supervivencia era la interconexión, y permanecer todos juntos era fundamental. Pero todos debían hacer sus tareas, así que necesitaban vínculos fuertes, emocionales y mentales, que les mantuvieran unidos. Esto crea la moral (normas de habitar un sitio), que lleva a la idiosincrasia (conglomerado de ideas y conceptos que rigen un grupo), que da lugar a la cultura (tradiciones cíclicas que repite un clan o pueblo manteniendo esa unidad en forma de celebraciones y fiestas), y con ésta, se da la religión (leyes que determinan qué está bien y qué está mal y que se proyectan hacia el infinito, no sólo a la vida en un lugar concreto). La religión une la cultura y la moral con la idiosincrasia, y genera un cóctel de imágenes atribuidas a los tótems de poder o los héroes, produciendo entidades dignas de ser adoradas, primero en la naturaleza tangible, y luego en el cosmos intangible.


YO: Por esto las primeras religiones hablan de seres divinos con atributos de animales, montañas y ríos, y en las últimas religiones, estas entidades se humanizan a la imagen y semejanza de los héroes de la historia.


SOY: Todas las miles de religiones, fueron, pues, un mecanismo y herramienta de subsistencia, que ayudó a los clanes y civilizaciones a crear vínculos fuertes entre los individuos más allá de la vida. La imagen de una divinidad unía pueblos más allá de sus tradiciones o lenguas, y las familias podían agruparse formando poblados y ciudades en función de estas imágenes.


YO: Podríamos decir que los dioses son a las religiones lo que las banderas a los países.


SOY: Algo así, un emblema que une. Por ello, la religión es sinónimo de seguridad. El cacique de un clan, el chamán, el sabio, el sacerdote, tanto sea hombre o mujer, pasa a ser quien guía y une a las personas. La religión fue clave en la supervivencia y expansión de los pueblos, y aún lo es. De igual manera que un niño necesita a sus padres en el proceso de desarrollo hasta convertirse en un adulto, la religión es como esa madre que guía, que acompaña, que da de comer, que protege, que da seguridad y protección. ¿Quién puede negarse a una madre? Por ello existen las religiones.


YO: ¿Y qué hay de la espiritualidad?. Aquello que, al menos yo, considero que estoy tratando de hacer, de vivir.


SOY: Como hemos dicho una y otra vez, la palabra Espiritual proviene del latín “Spirare” que significa Respirar. “Re-spirar” o “Re-spira-tio”, es la acción de inspirar una y otra vez en un ciclo constante. Así, la espiritualidad es la cualidad de respirar correctamente.


YO: Nada que ver a lo que consideramos espiritualidad hoy en día.


SOY: Porque habéis decorado a la Espiritualidad de Religión. Y es normal. La espiritualidad no esconde más que la belleza de vivir, de gozar, de reconocer que la vida es un suspiro constante. Por ello los antiguos decían que El Creador, ya sea en femenino o masculino, era una constante respiración.


YO: Ham (inspiración), Het (sostener el aire) y Hum (exhalación) según la tradición atlante.


SOY: Quien respira correctamente no necesita de nada. Encuentra la libertad. Quien respira profundo encuentra la calma, la vida, la verdad, la contemplación, observa el todo, se reconoce parte de todo lo que respira, conectado a los cielos, pues el aire parece ser infinito en todas direcciones. Igual que un pez en un océano, tú respiras en una atmósfera, y sientes que estás expandido. Pero así como en una Atmósfera o en un Océano, el aire o el agua en cantidades infinitas, diseñan un ambiente eterno, donde no hay por dónde aferrarse, donde eres tanto que te sientes nada, no hay apego, sólo expansión e integración, palpitar, un latido, pulso, que lleva de lo interno a lo externo constantemente, pero de manera infinita en tiempo y espacio. La espiritualidad, pues, es eterna, es infinita, y no posee límites, reglas, patrones ni indicaciones. No hay guía, líder, no hay nadie más que tú mismo en medio de una gigantesca masa de agua o aire que te rodea. Y muchos se ven aterrados por esta imagen, necesitan sentirse seguros, necesitan una jaula, necesitan una pecera. De lo contrario no encontrarían libertad, sino desesperación. Pero, hay momentos en que alguien abre la puerta de esa jaula, o sumerge la pecera en un lago, y aún así, el pez o el ave se acercarán a ella, tal vez darán unas vueltas por fuera descubriendo el infinito, pero regresando a su casa, a la seguridad de las estructuras. Se sienten bien sabiendo que la jaula está abierta, que pueden salir cuando quieran, que pueden nadar libres en cualquier momento, pero necesitan la seguridad de los límites, Y por esto, decoran a la espiritualidad con religión, para que el cambio de la pecera al océano no sea traumático.


YO: Razón por la cual la gente espiritual sigue hablando de ángeles, hadas, ceremonias, o jerarquías espirituales…


SOY: Es un paso de adaptación a la verdadera espiritualidad, la que no posee cultura, moral ni idiosincrasia.


YO: Ya hemos hablado una vez de que comparaste lo que hago con una religión. ¿Cómo hago para que la gente que me sigue sepa nadar en el océano?


SOY: Pues, debes nadar tú. Mostrarles que no tienes miedo de hacerlo. ¿Tienes miedo?


YO: Supongo que no…


SOY: Pues ya lo demostrarás… No puedes crear un movimiento y pretender que sea espiritual. La espiritual es de la Unidad, pero para llegar a ella, a veces es necesario el cardumen.


YO: Un grupo de peces… Que viajan juntos en el mar.


SOY: Esto da la seguridad del hogar, de la religión, pero dándoles la oportunidad de nadar en el mar. Libres. Paso a paso, no puedes empujar a nadie a vivir en medio del océano Pacífico cuando toda su vida han vivido en el estanque de una casa.


YO: Me llama la atención la imagen de los dos peces en relación al día de los Pies. En el cristianismo, se relaciona a los peces con los pies, y a los discípulos como pescadores de hombres. ¿Por qué?


SOY: Caminar sobre las Aguas, una historia del cristianismo, mojarse los pies en el mundo sin sumergirse en él. La enseñanza de caminar por las aguas de Galilea está relacionada a la demostración de que es posible vivir las emociones sin sumergirse en sus pasiones y necesidades de apego, que el maestro va por encima de ello, y a su vez, se permite sentir estas aguas, pues para poder caminar con sus hermanos y hermanas, necesita sentir como ellos en el camino de la vida. Mojarse los pies, es unir el camino espiritual al terrenal. Los discípulos de Jesucristo eran todos pescadores en Galilea, vendían peces en el mercado. Cuando Jesús trabajó con ellos y les ayudó, y éstos le ayudaron a él, Jesús les dijo: “Seguidme y seréis Pescadores de Hombres”. Con esto quiso incentivarlos a reconocer que seguirían haciendo su misión de vida, pero con un propósito aún mayor. Por esto, los cristianos dejaban grabada su presencia con una firma en forma de pez. Durante las persecuciones a los cristianos, aquellos que buscaban el mensaje del Mesías, podían encontrarlo siguiendo el símbolo del pez, y así se reconocían entre ellos. El Maestro les dio un nuevo mandamiento para convertir a las personas en cristianos, y era lavar sus pies. El simbolismo trasmitía que una vez que se volvían cristianos, todos los errores del pasado debían quedar atrás, y debía caminar limpio en este nuevo camino que emprendía. La tradición del lavado de pies y manos es mucho más antigua, desde tiempos mesopotámicos y egipcios, y que al día de hoy se mantiene en tradiciones musulmanas y judías, y en algunas ocasiones en las cristianas, aunque las mismas optaron por el bautismo unos cuantos siglos más adelante.


YO: Entonces, cada pie es un pez el cual, al lavarlo, nos hace poner la intención de comenzar un nuevo camino.


SOY: Con un pie marcas la manera, y con el otro hacia dónde. Un pie es la espiritualidad que te impulsa a buscar la libertad, mientras que el otro es el dogma por el cual la encuentras. Ambos son útiles, necesarios en una vida humana. Ahora recuerda que debes lavar tus pies para atreverte a comenzar una nueva vida, un nuevo camino, para nadar y sumergirte en las aguas eternas del océano. Todo lo que traes contigo de las religiones, son herramientas, flotadores, bañador, patas de rana, salvavidas, snorkel, respirador y todo lo que necesites para hacer tu primer inmersión algo más seguro. Poco a poco, cuando veas que puedes nadar, que no te da miedo hundirte, irás quitando capas de cosas, y podrás nadar libre. Podrás respirar en la inmensidad.


YO: La espiritualidad es la total libertad de los vínculos culturales, es simplemente conectarse con uno mismo, sintiéndose parte de todas las cosas en cada suspiro, sin necesidad de metodologías, sin necesidad de seguir a nadie, ni de dogmas o parámetros de bien y mal, sino reconociendo la armonía.


SOY: Un ser espiritual es un ser plenamente coherente o en búsqueda de la coherencia, quien piensa, siente y actúa en correspondencia con su esencia, sin seguir lo que los otros le demandan, o lo que la cultura le impulsa. El camino espiritual está plagado de distintas vías, caminos, y todos son válidos. La libertad no está en no tomar ninguno, sino en saber que puedes viajar a través de todos. Y ¿sabes por qué?


YO: Por que Yo Soy el Camino.


SOY: Así que no pongas el GPS, pues no es importante llegar al destino, lo importante es disfrutar cada camino que elijas, pues todos llegarán al mismo sitio, al centro, al cual encontrarás al maravillarte con los paisajes que descubrirás, y que integrarás a través de cada suspiro. Respira…


YO: …Y así seré espiritual.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

ARIES= En nuestro cielo terrestre, el Yo Soy se manifiesta en la constelación de Aries. La misma es nombrada así pues en el período en que la misma se posiciona con mayor presencia era el tiempo de los sacrificios de carneros en medio oriente, por lo que la nombraron honrando a los sacrificados, pidiendo cosecha buena. Es el iniciador, la potencia, la chispa del fuego, la casa 1 del cielo, que se basa en uno mismo y en suplir las necesidades básicas del cuerpo físico.
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