YO: Hablando de la idea histórica de abundancia, mencionaste que los individuos solían relacionar abundancia con acumulación debido a que quien más tenía vivía más, y por lo tanto, quien menos tenía vivía menos. Una simple relación lógica, de que quien come vive, quien no come muere. Lo que vimos en esto es que por una mera cuestión de supervivencia, las culturas humanas han desdibujado la idea de ser abundantes al punto de creer que tiene que ver con riqueza, y no con intercambio, olvidándose de la clave fundamental de la riqueza que es el intercambio, y por lo tanto el compartir. Esto, que llevó a crear individuos mezquinos y avariciosos, condujo a una sociedad del consumo y acumulación de bienes, como fundamento humano, pero sobre todo, creo, llevó a algo peor.

SOY: ¿A qué?

YO: Al Control. Quien acumula lo que en otros escasea, tiene poder sobre los demás…

SOY: Bueno, vamos a resignificar este concepto, pues al cual te quieres referir realmente es el Poder. La palabra Control no tiene que ver con manipular a alguien, aunque así haya llegado hasta nuestros tiempos. Control, surge del latín “contra-rotulus”; la palabra “contra” viene de dos cosas que se oponen o diferencian entre sí (“con-“= unidad, y “-tra-“= entre; en inglés “against”), mientras que “rotulus” significa “dispositivo que rota, que gira”. Esto hace referencia a un sistema de comunicación oficial desde los tiempos romanos extendido por Europa y de allí al mundo en la época medieval y colonial, donde los comunicados reales o imperiales se hacían en rollos de papel, con un duplicado certificado. Esos rollos oficiales se llamaban “rotulus” y los duplicados “contra”. Así, el Contra-Rotulus o Contre-Role (en francés), era un certificado duplicado que validaba lo mandado por el gobernante para que no se falsificaran documentos. Esto se llama “mecanismo de Contre-role”, término que al pronunciarlo en francés pasó a otras lenguas romances como “Control”.

YO: Wow… Nunca lo hubiera pensado. O sea que el mecanismo de control no es imponerse sobre los otros, sino asegurarse que algo sea como se ha dicho, comprobado.

SOY: Sí. Pero claro, ¿quién pone la ley?

YO: El rey, el emperador, el feudal…

SOY: Razón por la cual la ley comprobada por los “controles” del estado, terminó siendo un sinónimo del peso de la ley o del gobierno sobre la población.

YO: Ah, claro, tiene lógica ahora…

SOY: El control es un mecanismo necesario para la seguridad de lo dicho o mandado, es una forma de corroborar que lo que se dice es cierto ante la ley, y así no pueda haber engaños. Pero este mismo sistema de control es el que se tergiversa cuando entra el verdadero conflicto.

YO: El Poder…

SOY: Nuestro viejo y deseado amigo. Hoy en día, así como “control” tomó una connotación negativa, “poder” suele ser muchas veces una palabra con connotación positiva, ya que tanto en el mundo social, cultural como espiritual se suele hablar de “poder interior” o “poder del pueblo”. Nosotros mismos usamos la palabra empoderamiento para reconocer el mandato interno de la propia vida, y de hecho el mantra “Yo Puedo” es un concepto importante a desarrollar como en el primer mes de nuestro año, en el signo de Leo. Sin embargo despierta ambigüedades, como la lucha “contra el poder”, o el poder de los que tienen más, o el poder del gobierno, o de los ricos… La idea de poder ha gobernado la humanidad por milenios, y todo tiene su lógica y origen en las primeras tribus o familias humanas. “Poder” viene de la palabra indoeuropea “potis”, significando “amo, señor, dueño”. La idea proviene de que, igual que la mayoría de los homínidos, en tiempos de crisis el macho alfa toma el mando de la manada, y se apodera de los individuos que la componen como propios, tomando a las hembras a su disposición, algo que llamamos “esposarse” (que significa “estar bajo el dueño”, o pertenecer al amo).

YO: Oh, es fuerte. La palabra “esposos” implican sentido de pertenencia a alguien.

SOY: Objetos y Sujetos bajo el poder de un individuo que les acumula, y aparenta ser abundante, sólo por que su poder le ha permitido poseerlo. El poder es el dominio que se tiene sobre las cosas, y por ello, el poder interior se refiere a tener pleno manejo de los pensamientos, emociones y acciones de un mismo; el poder cultural es la facultad de dominar la libertad de expresión; el poder de un gobierno es la gracia otorgada para regular a los individuos que componen una nación. Dominar viene de la palabra “domus” que significa casa, hogar, es decir, quien puede administrar su propio hogar. Es así, que aquel que administraba los recursos, era el poderoso, quien tenía el poder sobre las cosas. La idea se fue intensificando cuando la ley de supervivencia implicaba una lucha constante. Así, la seguridad se volvió clave para la subsistencia, y se estableció la ley natural más vieja de todas.

YO: La ley del más fuerte.

SOY: El macho alfa era el que más fuerza poseía, y por lo tanto, podía proteger lo suyo. Pero en los humanos, debido al desarrollo neuronal y la inteligencia, la fuerza pasó a ser también estrategia. La estrategia dio más poder de regir a los otros, manipularlos, extorsionarlos, dirigirlos, lo que dio origen a la aparición de los reyes. La fuerza ya no dependía del físico de quien tiene el poder, sino de su capacidad de administrar la fuerza de los otros. Y los otros acataban sus órdenes, pues el rey tenía en su custodia el alimento, necesario para la subsistencia. A cambio de comida, el rey obtenía protección y confianza, y si alguien osaba a traicionar esta confianza, el poder caía sobre éste, incluso con pena de muerte. La fuerza pasó a ser una herramienta natural de control, ya que boca en boca se transmitía la ferocidad del rey ante sus enemigos, agrandando su imagen, generando temor y miedo, las emociones de control por excelencia. La fuerza bruta pasó a ser fuerza mental, y de allí se constituyó la fortaleza del poder.

YO: Y por ello siempre que alguien obtiene poder suele escudarse en la fuerza de los otros, como los estados usan a los militares y la policía.

SOY: Exactamente. Desde los principios, el que posee los bienes, el dinero, los recursos, tiene el poder para mandar sobre los demás, y se asegura la subsistencia al estar protegido por las fuerzas de seguridad.

YO: Es horrible…

SOY: Pero es lo que habéis creado a lo largo de la historia. El miedo a morir os ha hecho construir sociedades que necesitan mecanismos de control, porque las personas no tienen poder interior, entonces, necesitan a alguien que les dé poder, o la idea del mismo. El sentido de pertenencia a un clan dio origen al sentido del nacionalismo, que es el origen de los populismos, en que los individuos entregan su poder personal al poder del grupo, y el grupo entrega su poder a un líder que les diga dónde dirigir esa fuerza. Y si los individuos despiertan su poder, el líder se girará usando la fuerza misma del pueblo para defenderse. No es nuevo, esto es de siempre.

YO: ¿Significa esto que estamos relegados a vivir así?

SOY: No, significa que aún estáis en proceso de evolución.

YO: Y ¿cómo comenzamos a transformar esto?

SOY: Encontrando la propia fortaleza que da poder, para poder dominarse a uno mismo, y así ser abundantes.

YO: ¿Qué es la fortaleza?

SOY: Fuerza viene de Fuerte, que proviene del indoeuropeo “bheregh”, que significa “montaña alta”. La montaña es un símbolo de rigidez, solidez, firmeza inamovible, y por ello, era el sitio predilecto para la construcción de sitios protegidos, como castillos, o fortificaciones, como la misma palabra lo dice: una fortaleza medieval, un fuerte de batalla, fortín o fortificación. En inglés, “strength” proviene de “strenk”, que también da origen a “strong” (fuerte), y se relaciona con lo estrecho y ajustado, algo que da idea de colocar cosas muy cerca de la otra hasta ser imposible de mover.

YO: Todo hace referencia a una estructura, a una construcción rígida.

SOY: Es decir, un objeto o sujeto que integra todo, que posee todo lo que se requiere, que es firme en su ser. Un ser que no ha logrado trabajarse en cada uno de sus aspectos internos, es una construcción destinada al colapso, desde la cual nadie puede reclamarse poderoso. Imagina que tu cuerpo es una torre. Si esta torre no posee cimientos, o le faltan piedras en sus muros, o se ve desprovista de algún contrafuerte, o no se ha usado una buena argamasa para conectar las partes, entonces la torre no tendrá consistencia en sí misma. Debes entender en esta analogía que nos estamos refiriendo al estado físico, emocional y mental de una persona, al hecho de trabajarse interiormente o no, de reconocer las sombras y luces, de ser flexible o no, íntegro o ignorante.

YO: Fortalecer al Ser, es reconstruir sus partes, como armar una torre…

SOY: Es convertirte en la montaña. Integrando cada roca, río, árbol en ti.

YO: Me recuerda a la frase “ser fuerte como un roble”. Cuando era niño, tenía 12 años, en mi colegio tenía un amigo Roble. Siempre iba a visitarlo, me sentaba debajo y le contaba todas las cosas que me pasaban, las que en la mayoría de las veces eran bastante pesadas, depresivas. Un día, llegué llorando, por sentir tanto peso de todo lo que me estaba pasando, y encima el bullying del colegio. Necesitaba hablar con alguien, pero nadie me entendía, porque ni yo mismo sabía qué me pasaba, y recuerdo que él me dijo: “durante años he sido débil, frágil ante los cambios del mundo que me rodeaba, pero nunca me detuve. El viento puede doblarte como las palabras hirientes, pero sólo les vencerás haciéndote flexible. La rigidez del suelo te impedirá expandirte, como las estructuras que diseñan tu mundo, pero con paciencia siempre encontrarás las grietas por donde extender tu ser. El sol a veces quema, de igual modo que las expectativas que tenemos. Sin embargo, como sus rayos, las mismas se vuelven el combustible para tu expansión. Y a veces te enfrentarás a tormentas, y algunos rayos caerán muy cerca de ti, lo he vivido, y he salido dañado, pero en cada tormenta llega una nueva esperanza, el agua. La constancia, la confianza en ti mismo, la flexibilidad, el reconocer lo que el mundo te entrega, es lo que despierta la fortaleza para afrontar el mundo”. “Mírame”, me decía, “Hoy soy fuerte y robusto, centrado en mí. Nadie me dio esa fuerza, la construí con mi experiencia”. Siempre que paso por mi colegio siendo adulto, le voy a visitar. Y de hecho siempre pienso y digo que el día en que me muera, quiero que me entierren bajo un roble, para convertirme en uno como él.

SOY: Como el roble te ha dicho, la fortaleza es algo que se construye con la integridad interior, con la capacidad de tomar dominio de uno mismo ante las fuerzas del mundo. La fortaleza íntegra no otorga poder para controlar lo que te rodea, sino para despertar el poder sobre ti mismo. El poder es el producto del potencial, y el mismo sólo surge de la energía que yace en ti, no en las cosas que obtienes de fuera. Todo poder generado por acumulación de recursos, no es más que la máscara de una inminente decadencia. Todo poder construido en el interior, es el que perdura a través del tiempo y el espacio.

YO: La fortaleza del ser, en el plexo solar, pues, no tiene que ver con la capacidad de expandir mi poder a aquellos con quienes me relaciono, sino a encontrar la firmeza de mí mismo sin perder el eje entre las fuerzas externas que jalan de mí. Es no perderme a pesar de las emociones, de los conflictos, de las ideas.

SOY: Quien, inconsciente de sus potenciales, oscila entre sus relaciones personales, oscila en las verdades de otros, oscila en las creencias del mundo, se romperá. Quien en consciencia oscila, aprende de los otros, recordando que la razón de su movimiento es gracias al eje sobre el cual se ancla su péndulo.

YO: La fuerza surge de mí, y cuando comparto esta fuerza, creamos una red de seres poderosos sobre sí mismos.

SOY: Construye tu poder interior desde la fortaleza de tu integridad, y sólo así podrás generar un movimiento de seres conscientes que transformen la realidad. Conviértete en la montaña, conviértete en el roble, y afírmate en quien eres.

YO: Yo Soy.