YO: Cuatro de la mañana, y un mosquito me despertó. Desde entonces, no podía dormir, y me sentía totalmente incómodo, estresado, nervioso. Hasta las 6am no pude volver a dormir, y desperté muy tarde, pero con la cabeza llena de situaciones horribles.

SOY: Pesadillas…

YO: Sí. Me encontraba en la misma habitación en la que estoy ahora, y sabía que estábamos esperando algo importante. Creo que era el evento de 2022, en Febrero. La gente comenzaba a llegar, y yo me sentía un poco impaciente, o ansioso mejor dicho, por todo lo que vendría. La gente estaba contenta, pero se volvían un tanto invasivos. Algunos incluso se metían en mi habitación por la ventana, sin permiso, y yo los sacaba. Uno de ellos se molestó tanto cuando lo eché, que tomó una herramienta y comenzó a romper todo el balcón, destrozando la fachada. Yo llamaba a la policía, pero nadie venía por más que gritara mucho. Tenía que hacer la transmisión como cada día, pero en tanto me sentaba frente a la pantalla, la gente entraba, se sentaba en cualquier sitio, rompía cosas, se llevaba otras, y yo trataba de detenerlos. Sentía impotencia, y buscaba gente que me ayude, pero no había nadie, ningún amigo, ningún conocido. Mucha gente se agrupaba ante el espacio cada vez más deteriorado, y, aunque todos con una enorme sonrisa, yo me sentía atacado. Trataba de quejarme con los del hotel, pero nadie veía el problema, sólo yo, y los guardias decían: “y bueno, no podemos hacer nada, son clientes”.

SOY: Desesperante.

YO: Recuerdo que había perros en jaulas, que había que alimentar, pero yo no quería que estén en esas jaulas, sin embargo todos decían que eso era lo mejor. En un momento, al regresar a mi cuarto para tratar de hacer nuevamente la transmisión, vi cómo todos habían destrozado el cuarto y se habían llevado todo. Y entonces, en el mismo sueño me dijo: “me siento como en la película -Mother!- (Madre)”, de Darren Aronofsky. Cuando reconocí esto, desperté, extrañamente habiendo descansado, pero con una sensación horrible en mi ser.

SOY: ¿Qué crees que significa esto?

YO: Algunas personas cercanas me dijeron que había ataques energéticos, que me cuidara…

SOY: ¿Pero sabes por qué hay ataques, no?

YO: ¿Por lo que hago? A muchos no les conviene que haga lo que estoy haciendo…

SOY: No. Más allá de una visión mesiánica de tu tarea, hay una verdad más profunda, raíz de todo esto.

YO: Estoy… Débil. Siento los ataques por debilidad.

SOY: ¿Por qué crees que estás siendo débil?

YO: Porque me siento agotado…

SOY: ¿De qué?

YO: De… Compartir. Hay una parte de mí que le encanta estar delante de la gente, y otra parte que no… Que necesita su libertad… Y hace casi 300 días que mi día a día está siendo en función de los demás.

SOY: Pero tú sientes que estás demasiado cómodo. Eso te estresa.

YO: Sí, siento que no merezco estar viviendo como estoy viviendo. Siento que por lo que hago no merezco vivir tan bien, y otros que hacen mucho más vivan mal.

SOY: ¿Fuiste tú quien buscó vivir bien?

YO: No… Simplemente las cosas se dieron así, días antes de empezar este camino…

SOY: Ibas a estar muy incómodo sin la pandemia, y la pandemia te puso en un extraño sitio al que llamarías siempre “zona de confort”.

YO: Eso me molesta mucho. La zona de confort. La comodidad me produce una sensación encontrada. A mi signo solar de Leo le fascina vivir como los reyes, mi ascendente en Capricornio siente que no merece vivir bien, que debería esforzarme y trabajar más duro para merecer lo que tengo. Y mi luna en Sagitario sólo espera que esta pesadilla de dependencia y rutina desaparezca cuanto antes y pueda escapar sin límites.

SOY: Aunque aún quede bastante, tu camino llega a su fin, y esto está removiendo muchas cosas en ti. Cuando un camino está cerca de su límite, el cuerpo empieza a tener problemas. Tu mente quiere irse, tu alma busca volver a viajar, pero tu cuerpo, se acostumbró. Tu sueño utiliza a la gente, aquel factor que a veces te aterra, para destrozar tu zona de confort, para mostrarte que es el tiempo de dejarlo ir. “Este no es tu hogar”.

YO: Por eso este mes no he estado haciendo otra cosa más que buscar un hogar…

SOY: Los perros están encerrados, pues sientes que no eres fiel a tu ser, te sientes atado de manos ante una voluntad superior, como la madre de la película, que se encuentra presa de la voluntad del padre, de su marido. En tu caso, la misión, el propósito, es ese padre que te dice qué hacer, dónde ir, con quién hablar, mientras que tú te sientes esa madre, conteniendo a sus hijos cada día, en cada alineación, queriendo sentir armonía, estabilidad. Pero los hijos del padre buscan más, y más, comodidad, respuestas, verdades, pedirán más de ti, hasta agotar todas tus reservas, y esto destruye tu hogar, tu zona de confort, tu habitación que es tu hogar.

YO: Me da miedo abrir las ventanas a veces, por si hay alguien que me conoce asomado al balcón… A veces, mi zona de confort se convirtió en una cárcel.

SOY: Porque para ti, una casa no es tu zona de confort, esa zona para ti es moviéndote por el mundo, desapegado de los sitios.

YO: Aunque últimamente estoy necesitando un lugar donde sentirme… En casa.

SOY: Pero ese sitio no es aquí.

YO: Entiendo…

SOY: No te sientes seguro aquí, nadie puede protegerte. Los tuyos no están aquí, ya no lo están. Ahora perteneces a otros sitios. Egipto ya no es tu hogar, es la tierra que te vio surgir, pero ya no es tu hogar, pues hogar es allí donde estás con los tuyos, no donde has puesto cimientos. Sabes bien que cuando todos vengan a Egipto en 2022, será el fin de tu dependencia con esta tierra, y sabes bien que cada uno de los que vendrá se llevará una parte de lo que has hecho aquí… Tu ser siente que despedazarán tu casa, llevándose lo que has construido, pero lo que vienen a hacer, es a llevar eso que construiste a todo el mundo…

YO: Un amigo soñó un día que al encuentro del 2022 venía tanta gente, que en un momento yo dije: “ahora cada uno tome una piedrita de la pirámide para llevarla al mundo”, y de repente se hizo más y más pequeñita con cada pedacito, hasta que desapareció.

SOY: ¿Lo ves? ¿Te da miedo que lo que has construido desaparezca?

YO: Tal vez… Tal vez me he acostumbrado a que las cosas sean como son… Una parte de mí quiere hacer que se mantengan así… ¿Por qué? Si yo sé que vinimos a transformar las cosas, ¿por qué me invade el pensamiento de no querer cambiar las cosas? A veces siento que quisiera tener una casita en medio de la nada y olvidarme del mundo…

SOY: ¿No es acaso lo que la mayoría de los humanos piensan a veces?

YO: Creo que sí… Al menos con todos los que hablo, suelen tener estos pensamientos…

SOY: Comodidad.

YO: Sí…

SOY: …El tema de hoy, es la Comodidad.

YO: Ah!

SOY: Poner los pies en un sitio donde todas las formas que deseas se unen. La palabra Comodidad viene del latín “commodus”, de las palabras “com” (con) y “modus” (medio, medida, modo). La idea del concepto, transmite la voluntad de que las formas o modos de realizar algo combinen en una sola manera, unidos en una forma de hacer las cosas concreta. En inglés, le llaman “confort”, haciendo alusión al conjunto de las fuerzas unidas (del latín com-fortis= unidad de fuerzas). El Confort es la idea de que las fuerzas no se disipan en lo externo, sino que se contienen juntas en lo interno. Una palabra que une la etimología inglesa con la latina es la palabra “commodity”, que se refiere a “mercancía”, es decir, los productos que se poseen, que se tienen y que no necesitan un esfuerzo mayor o exterior para conseguir.

YO: Cuando pienso en comodidad, hay una parte de mí que me dice: mereces vivir cómodo (y lo hago), y otra parte de mí que lo interpreta como una derrota (por eso siempre quiero hacer algo incómodo). Había amigos que me decían de ir una semana de vacaciones a Cancún a un hotel all inclusive, y para mí es lo peor que se me pueda cruzar por la cabeza: todo perfecto, ni siquiera olas en el mar, sin aventuras… Y la vida me terminó llevando allí por trabajo, donde me regalaron todo para pasar esa semana así. Lo extraño es que yo no quería. Me negaba a eso… Y desde luego que no descansé un solo día, sino que hice mil cosas de aventuras que me agotaron, con tal de no sentir que perdía el tiempo sentado en una playa.

SOY: La comodidad va más allá del concepto actual en que estar cómodo implica estar relajado y no querer moverse, o en el hecho de ser cómodo, y no poseer voluntad de acción. La comodidad se relaciona con el direccionamiento de todas las fuerzas y actitudes hacia el interior, volcadas hacia la idea de preservar energía, de cuidar lo que se tiene, y no gastar innecesariamente las reservas, las mercancías propias. En la naturaleza, muchas especies de animales y vegetales basan su subsistencia en la comodidad, o en el concepto llamado “conformismo”.

YO: ¿Qué es? 

SOY: Conformismo es hermano del Confort, de la Comodidad. Mientras que la comodidad habla del modo, la metodología o dirección en que se dispone una energía, el conformismo habla de la forma en que se contiene esa energía (com-formis= unidad de formas, imágenes). Tras un largo periodo de cambio y adaptabilidad evolutiva, que implica un gasto enorme de energía por parte de los organismos, los mismos encuentran formas que les sirven para adaptarse sin generar mucho cambio, ser más “perennes” (constantes). Uno de los medios óptimos para la reserva de energía es mantener la forma. Un objeto que mantiene su forma la mayor cantidad de tiempo posible, no pierde energía, y por ello, ciertas especies tratan de permanecer igual por largos periodos, razón por la cual la evolución es lenta, y razón por la cual los seres que cambian mucho en su vida suelen adaptarse más rápido pero vivir menos tiempo.

YO: Como la tortuga y el conejo… O el oso de agua y la mariposa.

SOY: Sí. La comodidad y la conformidad, dando el conformismo o el llamado globalmente “confort”, no son herramientas negativas, sino de una utilidad evidente en la naturaleza. Hay un factor que convierte a estos conceptos en un conflicto: la modificación del entorno. Cuando hay cambios del ambiente, las formas pueden verse afectadas si no se adaptan con facilidad, razón por la cual muchas especies se extinguen ante el mínimo cambio.

YO: Como los corales, que durante millones de años mantienen la misma forma, y con sólo un grado de diferencia en el agua, mueren.

SOY: Esto mismo sucede con las personas a nivel social. Durante siglos los humanos se adaptan a un sistema, a un entorno, que ante el mínimo cambio, genera una crisis aplastante.

YO: Como la aparición de la tecnología informática dejó a muchas personas en la marginalidad, defendiendo derechos del trabajador propios de las revoluciones sociales tras la Primera Guerra Mundial.

SOY: La adaptación a una forma que se considera buena para una circunstancia, acaba por ser la clave de su extinción por un ínfimo cambio de contexto. La estabilidad de un sistema otorga seguridad, que se ve provista de riquezas, pero esa seguridad se ve afectada ante el cambio de paradigmas. Surge el miedo a perder, y se niega la evolución, avance y desarrollo por temor a perder el control sobre lo conocido.

YO: Como quienes se aferran a defender sistemas obsoletos o engañosos como la democracia republicana representativa y parlamentaria.

SOY: Era la estabilidad más factible encontrada ante las revoluciones antimonárquicas y en contra de los absolutismos. Pero ya no sirve, pues estamos en la era de la Tecnocracia. Y aquí surge una paradoja.

YO: ¿Cuál?

SOY: Las revoluciones sociales democráticas y republicanas defienden el trabajo y el esfuerzo como una forma de dignificar al ser. Esto es contrario al conformismo y el sentido de comodidad. La cultura del trabajo castiga la pereza, como un pecado capital, poniendo el conformismo y comodidad a su mismo nivel. Esto hace que se piense que ser cómodo o vivir cómodo va en contra de los valores de nuestra sociedad de desarrollo, pues se adjudican estos estados a la monarquía.

YO: Sí… Tiene lógica.

SOY: Pero a su vez, el esfuerzo de la cultura de trabajo se basa en lograr estabilidad, seguridad, tranquilidad, para que un ser se sienta “cómodo”.

YO: El famoso “Sueño Americano”.

SOY: Surgido de la idiosincrasia americana tras su independencia, que vendía la imagen de una tierra nueva en la que no había que trabajar para sufrir, como en Europa, sino que aquí se podía trabajar para vivir bien. La paradoja es que la cultura del trabajo fomentó el confort.

YO: Volviendo a las personas más perezosas que antes, al tener más cosas que antes, más posibilidades de descanso.

SOY: Y la tecnología mejoró esto, facilitando la comodidad del trabajo.

YO: Pero… Eso es bueno, no?

SOY: Lo es, sí, pero como todo, el conflicto radica en el sentido que se le da. La tecnología hoy es en gran parte sinónimo de Ocio.

YO: Diversión y distensión.

SOY: ¿Te acuerdas lo que verdaderamente significa ocio?

YO: Sí, era el tiempo que los griegos destinaban a aprender, estudiar, compartir, filosofar, para salirse de sus trabajos cotidianos.

SOY: Hoy el ocio no se utiliza para aprender, sino para olvidar. Olvidarse de los problemas. Dejarlos ir, no enfrentarse a nada, vivir desde la comodidad.

YO: ¿Por qué?

SOY: Porque el sistema ha fomentado una disconformidad tan grande con sus ciudadanos, que los mismos, en lugar de buscar responsabilizarse, prefieren evadirse, ante la pregunta: “¿para qué?, si total todo sigue igual y siempre es lo mismo”.

YO: Oh… Sí, reconozco esa frase…

SOY: Es el escape típico de la Era de Piscis: inventarse un sueño para evadir la realidad, y así, generar la “realidad virtual”, un escape de comodidad donde no enfrentar las aventuras del mundo real, pues el mismo se diseñó de tal forma que los individuos no tengan que ocuparse de nada, simplemente: trabajar y relajarse los fines de semana.

YO: Es como si fuéramos ganado… Vacas para el sistema.

SOY: Pero esto no es culpa del sistema. El sistema vio lo que el pueblo pedía, y lo construyó de forma sistémica, encontrando un statu quo: “si nadie se quiere ocupar del gobierno, ya lo haremos nosotros, y vosotros haced lo que podáis, trabajar para que luego nosotros desde el sistema aseguremos vuestro descanso y relax”.

YO: Nosotros mismos nos metimos en una cárcel de comodidad.

SOY: Esa es la Zona de Confort, es un espacio que tú mismo te has creado para ahorrar energía, ya que salir de ella implica un exceso que el sistema no está dispuesto a entregarte, y deberás generarlo por ti mismo. Por ello, fuera de esa zona, hay conflictos y crisis que enfrentar, problemas que resolver por uno mismo, todo ello se llama adaptación y evolución.

YO: Para evolucionar hay que salirse de la zona de confort…

SOY: Pero reconociendo que la misma no es mala, sino que tiene el objetivo de estabilizar tu energía. El conflicto, como siempre, es considerarlo la única vía de escape, por miedo a perder, y convertirlo en una costumbre.  Esta palabra, costumbre (en inglés: custom), define el hábito de una persona en relación a las demás, aquello que por mecanismo se ha repetido y se constituye como parte integral de su ser físico, emocional y mental, con lo cual cambiar la costumbre, implica hacer un cambio integral que exige mucha energía, e incluso genera el miedo de perder una parte de sí mismo. Perderse incluso a sí mismo.

YO: Que es lo que aterra a muchos, esa frase de “antes no eras así, cambiaste”.

SOY: Exacto. La cual lleva a uno de los miedos más ancestrales: el ser rechazado por la manada. Las tradiciones sociales nos mantienen en la comodidad por miedo a ser distinto, y por ello, ser rechazado por el grupo. Esto nos mantiene repitiendo las mismas cosas, sintiéndonos seguros en un mismo lugar.

YO: Entonces, si mal no entendí, la comodidad, el conformismo, no son cosas negativas, sino que definen las formas y modos en que un ser encuentra estabilidad. Lo negativo es aferrarse a esos modos por temor a ser rechazado, lo cual me inhabilita a evolucionar y adaptarme a algo nuevo. Salir de la zona de Confort no es una prioridad del organismo, sino una necesidad, hasta el momento en que el medio se transforma.

SOY: Aquellos que se transforman en su interior, por naturaleza salen de su zona de confort, teniendo en cuenta que comodidad implica las fuerzas, formas y modos de administrar la energía hacia dentro. Pero si esa fuerza de dentro decide emerger y expresarse fuera, inevitablemente el sistema de comodidad desaparece, y su misión será enfrentarse al ambiente que se ha estancado en su confort. Esto es lo que lleva a muchos a luchar con el ambiente, a querer cambiar a los demás por la fuerza, algo innecesario. Pero en el efecto contrario de que es el medio que ha cambiado, el entorno pedirá un cambio al cual el individuo, aún así lo vea, se negará por miedo a perderse en él.

YO: ¿Cómo trascender el miedo y salir de la zona de confort?

SOY: Lentamente cambiando pequeñas cosas en nuestra vida. Lento, con calma, educando al cuerpo físico, emocional y mental mediante la intención de hacer algo que no haríamos comúnmente.

YO: ¿Como qué?

SOY: Si eres una persona sedentaria, trata de tomar un paseo los fines de semana a algún sitio que nunca hayas ido antes. Si eres una persona de hacer cosas rápidas, trata de comenzar a leer un libro, o ver una serie. Si nunca has limpiado en tu casa, un día decide limpiar. Si no bailas… Un día ponte música a todo volumen y baila. No hace falta hacer grandes cambios para salir de la zona de confort, sólo mostrarle al cuerpo, al ser, que estás dispuesto a modificarte en caso de que algo suceda. Poco a poco.

YO: Entiendo.

SOY: Ahora… ¿Has comenzado ya a hacerlo?

YO: Esta semana sólo fui dos veces a la pirámide… Sentía la necesidad de empezar a pensar en otros sitios, a imaginarme en otros proyectos que no sean éste… Y empecé a manifestarlos. También me puse a pintar cuadros que no sean mapas, y eso me sacó de mi comodidad de creer que no podía hacer otra cosa. Empecé a ir al gimnasio, cosa que detesto. Y cambié mi alimentación lentamente, costumbre que me es difícil.

SOY: Paso a paso. Cambiar como una mariposa al paso de una tortuga, es la clave de la evolución equilibrada. Disfruta de sentirte cómodo, pues demuestra tu estado de estabilidad, sólo reconoce cuál es tu zona de confort, para atreverte a dar un paseo por fuera de este círculo. Y cada día podrás alejarte más sin temor.

YO: Recordando que quien siente la comodidad, soy yo, y donde yo me encuentre, debo sentirme cómodo.

SOY: Allí radica la mayor fortaleza de un ser, “estar cómodo con uno mismo”. Cuando disfrutas de estar contigo mismo, cuando no necesitas de otros ni de cosas externas para sentirte pleno, has entendido la verdadera clave de la Comodidad: cuando todas las cosas se referencian a ti.

YO: Pues yo soy el Origen de todo Destino.

SOY: Confórmate como tu propio destino… Confórmate siendo El Destino.