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YO: Si me pongo a pensar en qué sistema me trae a la mente cuando pienso en los pies, inevitablemente debo pensar en el sistema óseo, básicamente porque los pies sostienen el peso de todo, son los cimientos de la estructura que somos.


SOY: Así es. El sistema Óseo es la estructura que mantiene a todo el cuerpo en pie, es la parte rígida sobre la cual se construye todo lo demás. Podríamos tomar al esqueleto como la arquitectura fundamental de un cuerpo.


YO: ¿Por qué algunos tenemos huesos y otros seres no?


SOY: En el inicio de los tiempos biológicos, la vida se daba en ambientes acuáticos, líquidos, y por lo tanto, el movimiento dependía de las olas, del agua. Esto deja entrevisto que no hay una necesidad primordial de poseer una estructura ósea pesada. Así, los primeros seres en moverse, constituyeron capas de condrocitos (células basadas en colágeno y proteoglicanos) que conforman el tejido conectivo llamado “cartílago”. Esta estructura permitió a los seres vivos de los mares a ser flexibles pero a la vez tener fuerza para desplazarse. Así, el reino animal marino, acuático, se constituye de estructuras cartilaginosas, las cuales se fueron complejizando con el objetivo de permitir la firmeza de los músculos, la unión y contención de la estructura de órganos. En tanto las células se van multiplicando y los organelos que viven en el citoplasma de una célula empiezan a multiplicarse convirtiéndose en órganos, las membranas celulares no bastan para contener el peso de esta nueva organización, por lo que los tejidos de cartílago ayudan a contenerlos, fortaleciendo la estructura. Protegen al sistema nervioso en primer lugar, creando la idea de una espina dorsal, una columna. Esto divide a los reinos marinos entre “invertebrados” (aquellos que poseen sus órganos protegidos en cáscaras o cartílagos, como los cangrejos y las medusas, los pulpos y langostinos), y por otro lado los “vertebrados”, cuyos cartílagos conforman un eje central del sistema nervioso al cual se sostienen el resto de los órganos y cartílagos.


YO: Pero, en el mar hay vertebrados que no poseen sistema óseo sólo de cartílago, como ballenas, delfines…


SOY: Pero esto se debe a que esas especies hoy son marinas, aunque hubo un largo periodo en que no lo fueron.


YO: ¿Cómo?


SOY: En la línea histórica, podríamos decir que los organismos unicelulares nacen en los océanos, produciendo posteriormente el zooplancton, de los cuales comienza a componerse una base cartilaginosa que da lugar a los organismos invertebrados como moluscos y medusas, que empiezan a constituir capas de minerales creando caparazones y corazas, como cangrejos y corales. Luego se manifiestan los vertebrados cartilaginosos, es decir el reino de los peces, desde el paedocypris que mide 7 milímetros hasta el tiburón ballena de unos 10 metros (esto sólo hablando de los animales actuales, sin contar los gigantes de la era de los dinosaurios, donde el Leedsichthys medía unos 16 metros con la apariencia de un salmón). Entre los periodos prehistóricos, los cambios climáticos llevaron a que muchos animales marinos se desplazaran a las costas para llevar una vida de anfibios. Cuando estos animales empezaron el desarrollo de sus vidas en la superficie terrestre, los cartílagos pasaron a ser además una forma de almacenamiento de minerales para el cuerpo, que anteriormente obtenían de las corrientes marinas. Así, los cartílagos comenzaron a calcificarse, adquiriendo partículas de calcio, y conteniendo en su interior la médula, un tejido celular que produce las células sanguíneas. La gravedad que se siente en la tierra no es la misma que puede sentirse en el mar, debido a que la densidad del agua reduce la sensación gravitatoria, haciendo que seres pesados puedan flotar, y por ello, los grandes seres que pasaron a vivir a la superficie, se vieron forzados a mejorar su capacidad de movilidad en ambientes secos, lo que llevó a que los cartílagos se volvieran huesos para sostener la estructura, el peso. Así surgieron criaturas vertebradas con formación ósea, que permitió el soporte estructural del peso, la protección de los órganos débiles y la reserva de minerales, así como la contención de la médula.


YO: Oh, o sea que las ballenas y delfines una vez vivieron sobre la Tierra…


SOY: Y parecían vacas que se convirtieron en morsas y lobos marinos, que nunca más salieron del agua.


YO: La historia es tan extraña… Millones de años, que no entran en la cabeza ante tanta transformación.


SOY: Del mismo modo, nosotros, los humanos, hemos sido también seres marinos que eventualmente nos convertimos en seres terrestres.


YO: Wow… ¿Como sirenas?


SOY: No. Pero si te gusta pensarlo así…


YO: Ok. Entonces, empezamos a constituir huesos para poder ponernos de pie, movernos, caminar, trepar, correr, mantener la estructura de nuestro cuerpo.


SOY: Así es. Un humano posee unos 206 huesos aproximadamente, ya que algunos se unen volviéndose uno solo con el paso del tiempo, como el coxis, que de ser 3 vértebras, pasa a ser una sola en la adultez.


YO: ¿Por qué?


SOY: El coxis es la última parte de la columna vertebral, que antes solía ser la base de una cola.


YO: ¿¡Teníamos cola como los gatos!?


SOY: Hubo un tiempo hace millones de años que sí, como ciertos monos, aunque los homínidos la perdimos, convirtiéndose en el coxis. De ser una extensión flexible para mantener el equilibrio al caminar, pasó a ser el eje sobre el cual nos sentamos con firmeza. Por ello, al no tener movilidad ni flexibilidad como antes, las mismas se calcifican volviéndose una.


YO: Oh, entiendo… ¿Cuáles son los 206 huesos?


SOY: No nos centraremos en cada uno, pero podemos contemplar los más importantes. Hay dos formas de ver el esqueleto. El esqueleto Axial, compuesto por las partes que constituyen el axis, el eje del cuerpo: Cráneo, Columna y Costillas; mientras que el esqueleto Apendicular constituye las partes espejadas, replicadas desde los hombros y brazos, así como cadera y piernas. En el Cráneo se protege muy bien las partes fundamentales de la vida de un ser, conteniendo al cerebro, el centro de operaciones centrales del sistema nervioso, con sus glándulas fundamentales. El mismo es una estructura lisa, donde las partes no poseen articulaciones, sino que conforman un todo. Dentro del cráneo se encuentra el hueso más pequeño de todos, el “martillo” y su “yunque”, los cuales se encuentran sostenidos por cartílagos sensibles que vibran ante las ondas de sonido, generando pequeños golpes al estilo del código morse, transmitiendo las señales del sonido a las neuronas que los interpretarán como palabras, ruido o música. El maxilar inferior prende de los cartílagos y tejidos musculares que lo presionan contra el maxilar superior formando parte del conjunto craneal, los cuales contienen 32 dientes, entre incisivos, laterales y molares. Estos están constituidos de esmalte, dentina y cemento, tejido duros diferenciados de los huesos. La Columna Vertebral sostiene al cráneo desde su base, uniéndola al resto de las estructuras óseas. La columna está compuesta de 33 vértebras, las cuales en algunos casos se unen formando una, como hemos dicho del coxis. Hay 7 vértebras Cervicales, 12 Torácicas (o dorsales), 5 Lumbares, más el Sacro (6 unidas) y el Coxis (3 unidas). Estos 33 pasos constituyen el camino iniciático de un ser humano, con sus 11 pasos físicos, 11 emocionales y 11 mentales.


YO: 11:11:11, el código de la ascensión.


SOY: Exacto. Por ello, en el interior de la columna, encuentras la médula espinal, el tronco nervioso al cual se unen todos los órganos y desde donde se ramifica toda la información emitida y recibida. Desde la Columna se contiene al resto de los huesos, siendo desde arriba las Clavículas las que sostienen el torso a la altura del cuello, desde donde prenden el esternón por delante y las escápulas por detrás en la espalda, conectadas las mismas hasta el esternón por las costillas, dos hileras de 12 de cada lado, un total de 24, dedicadas a proteger los pulmones y el corazón, y por detrás los riñones.


YO: Es como una jaula protectora… Cuidando al tesoro cardíaco.


SOY: Sí. A la altura del abdomen, sólo las vértebras lumbares se encuentran sosteniendo el cuerpo, hasta llegar al hueso Sacro, donde prende la Pelvis a ambos lados. Aquí encontramos las extremidades. Desde la conjunción clavícula-escápula prenden los húmeros (del brazo) y de los mismos surgen el radio y el cúbito (antebrazo), donde prenden las manos constituidas por carpos, metacarpos y falanges en los dedos. Desde la pelvis, surgen los huesos más largos y grandes del cuerpo: el Fémur, el cual se une a las pantorrillas por las rótulas de las rodillas que unen a la Tibia y el Peroné. Estos culminan en los tarsos, metatarsos y falanges de los pies. Cada hueso se constituye por una epífisis (en los extremos abultados), una metáfisis (la transformación de bulto hacia la extensión media) y una diáfisis (el espacio entre las metáfisis). El exterior del hueso es una capa calcificada que le da su dureza y fuerza, mientras que por dentro, se constituye de porosidades atravesadas por vasos sanguíneos, rodeando la cavidad interna por donde se encuentra la médula amarilla, productora de células sanguíneas y del sistema inmune.


YO: Son columnas huecas…


SOY: Más que huecas, son fluidas, ya que en su interior se mueve la esencia fundamental de la sangre que circula. Los huesos son la parte más rígida, constituyendo el 12% del peso humano, pero a su vez, la que habilita el flujo y flexibilidad del mismo.


YO: La estructura permite la flexibilidad…


SOY: Algo que entenderás con las articulaciones. Cada hueso se conecta a otro a través de una capa de cartílago que rodea a la epífisis y que se une mediante cartílagos y tendones a los otros huesos creando una capa protectora llamada membrana sinovial, en cuyo interior se encuentra el líquido sinovial. Estel reduce el choque entre los huesos permitiendo mejor movimiento y flexibilidad.


YO: Esto es algo interesante de comprender. Los huesos suelen parecernos duros, rígidos, como aquello que nos parece patrones y estructuras inquebrantables del mundo interno. Y además, nos provocan un poco de temor, ya que al ser lo último de desintegrarse de un cuerpo debido a la mineralización, el esqueleto termina siendo como un símbolo de la muerte, de aquello que tememos, y pasamos a rechazar comprender la vida que nos otorga…


SOY: Exactamente. La relación del esqueleto con la muerte, nos impide ver la importancia del mismo en nuestra vida. Oculto por los músculos que dan suavidad y humanidad, los huesos son la cara oculta del sistema que tememos contemplar. Es el final, es lo último que desaparece, y nos recuerda en cierta forma en lo que podemos convertirnos. La simbología de adoración a lo eterno mediante el esqueleto, ha hecho que tomemos al cráneo y los huesos como símbolos temidos, emblemas de la muerte. Pero cuando comprendes los huesos, ves la vida que surge de ellos. No habría sangre sin huesos, no habría sistema inmune sin huesos, no habría movimiento sin huesos, el humano debe sus capacidades a los huesos que unifican sus partes y le mantienen firme, protegiendo la vida en su interior, además de producirla.


YO: Nos hace fluir…


SOY: La paradoja de la existencia. Debes comprender en la biología que son los cartílagos y los huesos con sus articulaciones los que han hecho del fluir un potencial, que le han dado fortaleza al movimiento. Llevado a la vida misma, a la sociedad, podrás entender que las estructuras, los sistemas, permiten que haya orden, que las cosas no se rompan, no queden sueltas y sin sentido; dan coherencia a la vida, son necesarias, ya que a su vez, las estructuras sistémicas, tradiciones, culturas, sociedades, pueden fluir, moverse, evolucionar mediante patrones. Puedes ver de esta forma que la flexibilidad, para encontrar coherencia, necesitará siempre patrones y estructuras, y una estructura y patrones necesitarán siempre de la flexibilidad para no quebrarse.


YO: O sea que los sistemas que busquemos deben ser flexibles, pero debemos buscar sistemas, o esa flexibilidad acabará en caos.


SOY: Por ello, presta atención a tus huesos, reconócelos, hónralos, y piensa a su vez cuáles son los pilares y estructuras que sostienen tu vida, cuáles son flexibles, y cuáles no… Y aquellos que consideres rígidos, son los que necesitarán de un fisioterapeuta que te ayude a encontrar la manera de hacer del mismo y movimiento fuerte y ágil.


YO: Entiendo. Sistemas Flexibles. Estructuras Fluidas.


SOY: Aprende de tus estructuras, descubre tus sistemas de flujos.


YO: Yo Soy la articulación entre lo rígido.


SOY: Yo Soy el canal entre los aprendices. Esqueleto significa “disecado, marchito” (skel), es momento de resignificarlo, y reconocerle como clave del florecimiento.


YO: Yo Soy el Esqueleto de la Vida.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

LINFÁTICO= Funciona como una especie de extensión del sistema circulatorio, pero su misión principal consta en la distribución de las materias grasas de los sistemas de digestión hacia la sangre. Además, recoge el exceso de líquidos acumulados en las células, limpiando el sistema en general, desintegrando las grasas dañinas, lo cual a su vez le da otra función fundamental que es inmunológica, es decir, reconociendo los elementos desconocidos o peligrosos del sistema circulatorio y acumulándolos en las linfas para su depuración.
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