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SSo: Yo Soy Entramado de Creaciones

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YO: Ayer explicaste que el proceso de la vida es como ir a través del sistema digestivo de la realidad. Entenderemos el proceso en que estamos si observamos el punto de la digestión en que nos encontramos.


SOY: Así es. Tú eres energía del universo constituida como cuerpo físico que, desde el punto  de vista de la vida, es un alimento que comienza su camino a través de los labios. Igual que los labios vaginales por donde nace un bebé, los labios de la boca son los que llevan a ese bebé al camino de la vida. A partir del primer alimento, el cuerpo se predispone a comprender que todo lo que ingiera le hará ser lo que es, le hará renacer día tras día, multiplicando sus células y regenerando las viejas. Imagina, pues, que los labios y la lengua, el padre y la madre, acarician tu cuerpo en el ingreso a la vida, la boca, útero creador. Allí se procesa tu esencia, siendo dividida por la fuerza de tus ancestros: los dientes. Todo tu árbol genealógico y la carga genética hacen que el ser real se divida en chakras, y de chakras a órganos, glándulas, músculos, huesos, creando muchos aspectos que te compondrán, y que por más unidos que se vean, son aspectos diferentes moldeados por la fuerza de la biología ancestral. Cada diente en cada mordisco te dará una nueva forma. Puede que lo veas como algo terrorífico, pero en realidad, es lo que te permite ver lo que llevas dentro, tu potencial. Digerir o procesar una información es separarla en partes para entender lo que se puede hacer con cada una de ellas. La vida es el mecanismo de digestión espiritual, en que un ser que lo es todo tiene la posibilidad de dividirse para entender la utilidad de sus partes. Así los ancestros y familiares moldearán y dividirán tu ser para que puedas utilizar cada pequeño aspecto del mismo.


YO: Sí, es una visión un tanto traumatizante verlo desde esa manera. Es como si la familia y el entorno nos masticasen, es como una pesadilla.


SOY: Y sin embargo, si no masticas, no comes, y mueres. La presión de los dientes es equivalente a la presión de los ancestros, la tensión generada por la historia. Los incisivos y colmillos cortarán, separándonos del todo, convirtiéndonos en un individuo, con una personalidad con la que enfrentaremos el mundo. Los mandatos del padre y la madre en esa persona son los que moldearán este trozo de vida que soy. Luego, tu voluntad por aprender, por hacer, tu posición en la sociedad, la cultura, la escuela, los amigos, el trabajo, los mandatos ancestrales, cada diente y molar ejercerán una presión sobre ti que dará forma a lo que eres. Y llamarás traumas a muchas de esas presiones. Suelen surgir en el proceso de formación, cuando más presión el mundo ejerce sobre ti, pues está formándote, moldeando tu materia para ser digerida. Trauma viene de la palabra griega “Herida”. Es decir, los cortes, golpes, mordidas que recibimos en nuestra historia. Cuando muerdes una manzana, estás provocando una enorme herida, y cada mordisco que le das para convertirla en un bolo alimenticio, es una nueva herida. Cada llanto, reto, castigo, grito, juicio, crítica, abuso, mandato, control, crisis, manipulación, herencia; todo ello moldea tu ser al punto de separar tanto tu esencia que la misma deja de estar en tu centro para ser parte de tus emociones, actitudes, manos, pies, órganos. Seguramente ves este proceso como algo doloroso y absurdo, pero tiene un sentido.


YO: ¿Cuál?


SOY: ¿Si tienes un niño de 2 años y quieres enseñarle todo del mundo, para que lo haga, qué propones?


YO: Emmm bueno… Pedagógicamente habría que generarle un ambiente libre donde pueda experimentar y descubrir.


SOY: ¿A través de qué mecanismo?


YO: Prueba y error. Así se asimila mejor.


SOY: ¿O sea que optarás pedagógicamente por que el niño sufra?


YO: Bueno, no es que sufra, sino que aprenda mediante sus propios actos…


SOY: Es decir que estás en contra de que le hagamos tragar una enciclopedia con el puré. ¿No?


YO: Qué imagen más extraña…


SOY: O tal vez, operarlo y meterle una enciclopedia universal dentro para que tenga todas las claves del conocimiento. ¿Eso no funcionaría no?


YO: No… Porque el conocimiento debe ser asimilado por todos los tipos de inteligencias del ser: emocional, mental, creativa, todas; y para eso necesita experimentar. Sólo así se puede asimilar biológicamente un dato y despertar sabiduría.


SOY: Es decir que la frustración, el dolor y el llanto son parte de tu pedagogía…


YO: Podría decirse. No provocados, pero sí permitir que el niño pueda cometer sus errores para discernir.


SOY: ¿Por qué la vida y el Universo debería ser diferente?


YO: …Emm…


SOY: El Universo es como un gran pedagogo que aconseja el libre albedrío como forma de aprendizaje, mediante prueba y error. El dolor, la herida, el llanto, la crisis, la frustración, son parte del proceso de asimilación. Creer que un universo que fue diseñado para aprender y expandirse debería ser justo en el sentido de que no debería permitir que una persona sufra o viva injusticias, es la mentalidad de un dictador que considera según sus creencias qué está bien y qué está mal sin discernimiento inteligente de sus propias creaciones. Cuando dices que el Universo es injusto por permitir el sufrimiento que ocasionan tantos traumas, te olvidas que aprendiste a andar en bicicleta porque te caíste varias veces intentándolo. Incluso el ADN tiene sus errores, llamados mutaciones, los que nos hacen ser lo que somos. Sin errores y sin enzimas que hayan sufrido dichos errores, hoy seguirías siendo una bacteria en el caldo químico de un géiser de un volcán marino.


YO: ¿Estás diciendo que los traumas nos han hecho evolucionar?


SOY: “Las heridas te hacen más fuerte”. El problema que tienen los humanos es que lo moralizan todo según sus creencias. Es injusto que el Universo permita el sufrimiento, pero es educativo castigar a un niño cuando se porta mal. Es injusto que haya hambre en el mundo pero es normal enviar a un niño a su cuarto sin cenar por haber dicho algo que no correspondía. Es natural pensar que un niño aprende por errores, berrinches y caídas, pero se horrorizan cuando hay una crisis nacional culpando a otros. ¿Qué es lo que hace que no veáis que las pequeñas cosas que aceptáis con naturalidad son los cimientos de las grandes cosas que juzgáis con soltura?


YO: Creo que es por esa necesidad de supervivencia de la que hemos hablado muchas veces. Es más fácil juzgar lo que no puedo controlar, pues lo que sí puedo controlar me vuelve responsable y culpable a la vez, y el cerebro prefiere negarlo para seguir cómodo y no arriesgar su seguridad.


SOY: Exactamente. Ahora bien, lo dicho nos tiene que ayudar a comprender los siguientes pasos. El bolo alimenticio se dirige por el esófago, el camino personal de la vida, en que me dirijo hacia un destino inevitable impulsado por el mandato de los padres en la lengua. Hasta que al llegar al mundo, amplio, en el estómago, me doy cuenta de que todo es mucho más amplio, que no hay un sólo destino, sino que puedo convertirme en lo que quiera. Así, los fuertes ácidos de la vida, las culturas, los viajes, las personas que me rodean, la sociedad, las creencias; todo comienza a destrozar mis mandatos creando los propios, desmenuzando lo que soy. Aquí comienzo el proceso de entender que las cosas no son lo que yo creía, y empiezo a analizar el mundo a mi alrededor. Hasta que me doy cuenta de que ese mundo que percibo y me disuelve, en realidad es una percepción interior, y me dirijo a mi propio camino hacia el mundo interno: el intestino delgado. Aquí es cuando entiendo la esencia de cada uno de mis componentes, pero ya no como la esencia, sino transformada, pues en el camino, la esencia hizo reacciones que despertaron potenciales que de otra manera nunca hubiera visto. Los intestinos empiezan a absorber todo lo esencial. Llega la entrega, el perdón, el soltar, el liberarse, la sanación. Así, en este largo camino de 9 metros, me dispongo a comprender la lógica y objetivo de cada uno de mis traumas, de mis heridas, de lo que mis ancestros me hicieron, me dieron, y lo que yo acepté. Cada mordida de la familia dental y cada descomposición de mi ser por parte del mundo estomacal, han permitido que hoy pueda ver la verdadera esencia y potencial del interior, volviéndome alguien útil aquí y ahora, para el Todo.


YO: El trauma cobra sentido. Aunque nos cueste comprender muchas veces cosas tan dolorosas como los abusos, violaciones, asesinatos, golpizas, y tantas cosas horribles que suceden en la vida.


SOY: Ellos son lo que contemplas como la mierda del mundo. Hemos hablado de esto. La maldad del mundo son todos esos trozos que no se han abierto a entregar su esencia, a expandirse en libertad, y se aferran a lo que creen y a la personalidad, cerrándose, endureciéndose, al punto en que ninguna de sus partes es integrada, y así, pasan al intestino grueso a estar bajo mayor presión, creando el bolo fecal, es decir, la caca. La palabra Caca viene del griego “kakós”, significando “Malo”. Lo malo “nos huele mal”, y esto es una reacción natural y biológica de nuestra evolución que nos ha ayudado a sobrevivir sin intoxicarnos, haciéndonos percibir lo venenoso o dañino para el organismo como algo maloliente y que nos da asco. Olor fuerte o tufo es el origen de la palabra “mierda”, desde el protoeslavo “smordh”.


YO: Entonces usamos estas palabras despectivas al referirnos a las personas o situaciones que nos hacen daño, que nos han provocado heridas, como “mala persona”, “persona o gente de mierda”, “esto huele mal”, todo con un sentido orgánico de supervivencia.


SOY: Así es como una persona se vuelve mala, cuando se cierra a despertar su potencial. Lo bueno es que en el universo, esa caca servirá para nutrir las plantas, que florecerán, y generarán frutos. Toda mierda, toda caca, toda maldad, es el abono de un nuevo florecimiento, de un nuevo fruto. De igual manera que alguien abusado defiende a los indefensos mediante organizaciones y justicia, o a gran escala cómo los fascismos han sido abono de la libertad de expresión y el avance en derechos humanos.


YO: La clave está entonces en ver a todo aquello negativo de nuestras vidas como el abono para nuestro florecimiento…


SOY: Y no cerrarnos al dolor, no bloquearnos a las creencias y prejuicios, pues nos llevará todo al mismo destino: a no ser absorbidos por el cosmos, y volver como abono nuevamente. El ciclo de la reencarnación es justamente el hecho de que el abono se vuelva planta, flor, fruta y vuelva a ser comido por el proceso de una nueva vida, naciendo en los labios de la madre. ¿No es bonito ver este ciclo de esta manera?


YO: En cierta forma, siento libertad al comprenderlo, ya que desde la ideología veía el morir como una liberación, no como un continuo. Entender el continuo del Universo le da sentido a que las cosas no están separadas, le da un propósito lógico y útil a lo que llamamos bueno y malo…


SOY: Entonces, si estás listo para enfrentarte a ello, toma la libreta, y apunta todos los traumas que recuerdas de tu vida. Éstos se han aferrado a tu cuerpo y forman parte de ti como las cicatrices de aquellas heridas que te has o te han provocado. Hay cientos de formas de ser traumatizado: mental, emocional o físicamente. Y la mayoría tratan de estar ocultas en el inconsciente, o aún peor, en el océano del subconsciente. Anota tus traumas, no los niegues, son parte de lo que eres hoy, de tu búsqueda, tu camino y proceso. Sólo sabiendo cuáles son y de dónde vienen es que podrás entender lo que han despertado en ti, saber si tu camino es ser nutriente o caca. Esa diferencia depende de cuán abierto o cerrado estés en el proceso. Por ello, no importa si eres buena o mala persona, lo importante es que reconozcas si estás cerrado a los patrones y mandatos de la familia y de los traumas para decidir tus pasos en la vida.


YO: Mis traumas definen lo que he aprendido en la vida. Por ello, debo aceptarlos como parte de los errores y caídas que me hicieron levantarme.


SOY: Toda herida te hace más fuerte, toda caca es el abono de tu flor. La pregunta que debes hacerte es si estás dispuesto a florecer.


YO: Sí, lo estoy.


SOY: Entonces acepta el abono de cada uno de tus traumas, agradece en lo que te has convertido por ellos, observa el preconcepto y suéltalo, libéralo, para que puedas absorber lo esencial de este abono, y así puedas expandirte hacia la luz, abriendo tu hermosa y bella flor, la cual dará sus frutos para nutrir un nuevo mundo, una nueva vida.


TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

PATRÓN ÁLMICO: R= Y aquel que hace, tiene un objetivo, y el mismo, requiere de una planificación, la cual implica pensamiento. El Sonido R es el patrón que se oyó en el pensamiento cósmico creando el plan para lograr su meta. Pensamiento crítico y de disernimiento, que entrega ingenio y otorga el don de la duda. A su vez, activa los patrones de creencias que se heredan en la historia, creencias que determinan familias, grupos, culturas, naciones, estados, filosofías y religiones.
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