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Las Proyecciones

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Emocional

Yo Puedo

Ha: Yo Soy la Vida Espiritual

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YO: Tras haber escuchado a la mente, en cierta forma todas las dudas se disipan, es como si ya nada tuviera sentido, pues todo tiene demasiado sentido.


SOY: Explícate…


YO: Bueno… Es como cuando estás viendo una serie, de unas 9 temporadas, muy compleja, en la que al principio no entiendes nada, luego te vas enamorando de la historia de un personaje, y muere… Luego te aferras a la historia de otro para entender la trama, y cuando le tienes estima, muere… Pero siempre hay uno nuevo, y vas descubriendo cosas que te asombran, y de repente, por la tercera temporada, viene el escritor de la serie, se te sienta al lado, le haces una simple pregunta, y te cuenta el final, el desenlace y la idea intencional de la trama.


SOY: ¿Y cómo se siente que te hagan semejante “spoiler”?


YO: Es raro… Por un lado, es liberador, porque ahora entiendes que todo lo que pasaba tenía un propósito, y entiendes la lógica. Entonces, todo lo que venga a partir de este instante será fácil de asimilar. Ya tengo herramientas para gestionar las sorpresas y conflictos. Pero por el otro… Es como si no hubiera emoción, no hay sorpresa. Como si entender el mecanismo de la historia destruyera la magia de la misma.


SOY: Es decir que saber la verdad, o al menos un parte de ella, te hace sentir una dicotomía en tu forma de asimilar la realidad que te rodea: te libera y a la vez anula el sentimiento de ser libre.


YO: Exacto, esa es la sensación. En cierta forma todos somos atraídos por películas, libros, series, historias, porque de alguna forma nos identificamos con los personajes, queremos resolver los problemas, y verles a ellos solucionarlos, nos hace sentir que nosotros mismos lo hemos logrado. Hay una búsqueda de resolución, hay una búsqueda de ser libres del conflicto, de encontrar la calma, el estado de paz tras la tempestad, y entonces, cuando alguien nos explica que ni la tempestad ni la libertad existen, que todo era simple imaginación y percepción, la historia deja de tener sentido. Me libero instantáneamente de cualquier tipo de problema, conflicto, sensación, percepción, soy tan pero tan libre de todos los enredos de la existencia, que de repente también se pierde esa necesidad innata de resolver conflictos, de buscar la libertad. ¿Qué sentido tiene ahora su búsqueda si sabes que nunca estuviste atrapado más que en tus creencias? ¿Qué sentido tiene la historia, el vivir, el experimentar? Pues cuando conoces el mapa general, ya no hay aventura… No hay emoción.


SOY: El paradigma del Sabio. El Universo es un Ser sabio mental, que reconoce que en su imaginación yacen todas las posibilidades. Traza los mapas de su mente en todos los tiempos, crea todas las realidades proyectadas de su interior, pero no sabe qué camino tomar, porque los conoce a todos. Debe empezar por algún sitio a experimentar lo que expresa, pero no tiene voluntad para recorrer el camino aún, pues no tiene nada en su ser que le movilice. Es un sabio, lo sabe todo, entiende el mapa de la existencia, pero no sabe cómo lanzarse a lo desconocido, pues lo conoce todo. Sólo hay una manera de ser libre de lo que sabe…


YO: …Olvidando que lo sabe.


SOY: Exacto. Y para olvidar, hay que dejarse ir, soltar el control de la mente que todo lo sabe. Olvidar proviene de la palabra “Oblivion”, que a su vez, surge de las palabras indoeuropeas “ob” (estar en contra) y “livis” (oscuro) y “leiv” (viscoso, liso), en cierta forma olvidarse significa sencillamente “Resbalar y caer”. Es el primer acto de torpeza del sabio, caer en el olvido, resbalarse en las profundidades viscosas de su memoria, errar en su diaria tarea de diseñar el mapa de miles de senderos. ¿Qué sientes inmediatamente cuando resbalas y caes?


YO: Un calor enorme, que proviene del aceleramiento del corazón que se prepara para la caída.


SOY: O sea, el latido. Pum pum… Pum pum… Pum pum… El origen del latido del corazón es el primer “error” del Universo, el que generó la maravilla más espectacular: la Creación. Y no me malinterpretes. Errar es el verbo de la palabra “errante”, es decir, aquel que deambula, que vaga por el mundo sin rumbo aparente. Quien olvida deambula, mareado por haber perdido su eje. Pero gracias a ello, se encuentra en el laberinto del mapa que creó. Aunque esta vez dentro, en uno de sus caminos, al cual cayó, y ya no puede ver todo el mapa desde encima. Entonces, desolado, tiene sólo una herramienta posible a utilizar para guiarse, algo que marca un punto de inicio y un destino… Dentro, y fuera…


YO: Pum… Pum… El latido.


SOY: Le llamáis corazonada. La sensación de percepción, una especie de brújula interior que guía al ser a través de la resonancia del eco de dicho latido. Los latidos de cada corazón, son un “marca-pasos”, que indican los pasos a seguir de aquellos que se ven perdidos. Así, el corazón, a ciegas, nos guiará en las sombras del laberinto, resonando en cada latido, guiándose como un murciélago, como un delfín, una ballena, por el sonar de su vibración y los ecos en los interminables pasillos. Esto despierta el otro atributo del Universo…


YO: … El Amor.


SOY: El Amor es la energía positiva, el primer latido hacia afuera, y la energía negativa, el segundo latido hacia dentro. La energía de resonancia genera un invisible trazo del mapa, que no se ve con los ojos ni analiza con el cerebro, sino que se percibe, se siente en el corazón. Aunque no sepas cómo acaba la historia, es el latido quien te marcará los pasos. La energía de resonancia, es energía en movimiento: e-moción, la emoción que nos inunda, que nos genera, que nos envuelve y surge de nosotros, la eterna capacidad de crear vibración, calor, energía constante a partir del amor. Así, la resonancia nos ayuda a encontrar a los otros que vibran como nosotros, en la misma sintonía, ayudándonos a tejer el camino, guiándonos en el mapa…


YO: …Y nos enamoramos… Sentimos amor por los demás, pues son reflejos de ese eco en el laberinto de la existencia.


SOY: La emoción se convierte en la brújula, una guía, y el corazón marca el compás de mi camino. Cuando voy encontrándome con mis otras partes a lo largo del camino, empiezo a tejer una red invisible, a comprender el panorama, y los latidos se hacen cada vez más fuertes, pues a mayor cantidad de caminos, más cuerdas, más sonido, y mejor puedo oír la melodía. Como el cordal dorado de Ariadna en el laberinto del Minotauro, las cuerdas comienzan a tejer el camino de regreso, y se unen entre sí por amor, lo que yo llamo resonancia. Allí nace la palabra “Recordar”, es decir, volver a “cordar” los caminos, volver a unir a todas las partes de mi ser. “Remembrar”, unir los miembros que forman mi ser, perdidos, errantes, en el laberinto, como en inglés “remember”. Todo ello, para volver al latido original, el primero que originó el eco de mi camino, Volver al Corazón, que en latín se dice “Re-Cordis”, origen de la palabra recordar.


YO: Amar, sentir amor, enamorarse, guiarse por el latido del corazón, reconocer en el latido la resonancia del mismísimo universo, todo ello es la clave fundamental para volver a recordar el camino, para entender la historia.


SOY: Es el latido el que me impulsa a activar la Voluntad. El tercer atributo. Pues es el amor el que me lleva a la acción, a la búsqueda de encontrar los senderos. Y en cada esquina sentiré amor, por mis padres, hermanos, amigos, parejas, romances, animales, plantas, el mundo, la vida, el universo, la divinidad… Por uno mismo. Cuanto más comienzas a tejer la red del Amor, más cerca estás de sentir todos los latidos como uno, y entonces te das cuenta que todos vibran al unísono; y por lo tanto, todos siempre estuvieron en ti, y amándote a ti mismo, recordándote a ti mismo, estarías amando a muchos más de los que te crees capaz de amar hoy. En tu camino encontrarás a algunos, en tu latido, les sentirás a todos.


YO: El Amor es la clave para no perderse en el olvido…


SOY: Pero a su vez, el Amor nace del Olvido, pues es la capacidad de la mente de proyectarse en el otro, de sentir las polaridades, de reconocerse en la neutralidad tras la experiencia e integración. Así, ser errante, es lo más hermoso de la creación, pues es lo que hace del cartógrafo un aventurero, del arquitecto un constructor, del agricultor un cocinero. Al conocedor lo hace sabio, al aprendiz un maestro y al enamorado lo hace amor. Olvidar es un don, perderse es una gracia, enamorarse es un misterio, vivir es la magia.


YO: Entonces, las emociones son los pinceles y óleos del artista, el compás y la escuadra del constructor, el lápiz y el libro del estudiante, el arado y la pala del agricultor, la brújula y el sextante del cartógrafo…


SOY: La mente te enseñará lo que significa el Inicio, el Nudo y el Desenlace de una historia, te enseñará los Arquetipos del Héroe y personajes cruciales que atraviesan todas las historias; te enseñará las letras, vocabulario y expresiones con las que has de escribirlo, la ortografía y caligrafía, la semántica y sintaxis, la interpretación lectora, los tipos de textos; ya sea novela, poesía o teatro… Toda esta información te explicará las modalidades, los esquemas, los lineamientos del mapa, pero por más que el esquema sea el mismo, es tu capacidad de creación de la historia, de amor a los personajes, de emoción en las aventuras, lo que hará de esa historia única e irrepetible.


YO: El sentido, pues, es la proyección de mi latido, no importa cuál sea la verdad de la mente, las reglas del juego, pues la razón por la que he creado este camino es por la emoción de vivirlo, algo que la mente no posee.


SOY: Todo es una proyección de la emoción, pues por más que los pulsos eléctricos sean los que promueven el latido de tu corazón, no habría dichos pulsos sin el latido que bombea sangre al cerebro para poder impulsar al sistema nervioso. Los pulsos y los latidos de la mente y el corazón son un circuito cerrado e inevitable entre sí.


YO: Son reflejos el uno del otro… El Pensamiento y la Emoción.


SOY: Son Proyecciones, y proyección viene de la palabra Proyecto,  del latín “pro-iectus”, que significa “lanzar hacia delante”, es decir, moverse, tomar impulso, salir del negativo al positivo, del origen al destino, de la mente al corazón.


YO: Entonces no está mal sentirse perdido, no está mal basarse en las emociones, seguir las corazonadas, resonar sin entender…


SOY: Nada está mal, pues el único error es creer que errar está mal. La única forma de conocer la potencialidad que tu mente ha proyectado en tu corazón, es divagar, deambular, ser vagabundo del laberinto emocional, conociendo tus potencialidades, erráticamente errando para ser el errante de tu propia historia.


YO: Errar es humano…


SOY: Errar es divino…


YO: Yo soy el errante del corazón.


SOY: Yo soy el errante de la consciencia.


YO: Yo Soy la proyección de la Mente.


SOY: Yo Soy la proyección del Corazón.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

CONTEMPLACIÓN (TRASCENDENCIA): Vuelve a echar un vistazo a su futuro, su presente y su pasado, su ejercer ningún juicio, ni poner intención alguna, se permite amar, sin condición alguna, todo lo que fue, es y será, llevándolo todo al cobijo de la máxima neutralidad, donde ama realmente lo que es a través de todo tiempo y espacio.
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