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CHü: Yo Soy el Vacío del Espacio

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YO: Hoy hubo eclipse de Luna, y ya sabes cómo me pongo…


SOY: Lunático.


YO: Sí… Recuerdo que desde que iba a la escuela solíamos hacer con mi madre un calendario marcando algunos de los eclipses, sabiendo que esos días no debía hacer nada, más que descansar. Me ponían muy mal, quedaba raro, autista, agotado, con taquicardia, movilizado. He aprendido a gestionarlo, pero descansar es lo mejor, dejar que la energía simplemente me atraviese, se absorba, se procese… Dormir… Me cuesta hasta abrir los ojos y mantenerme en pie.


SOY: Has vivido siempre muy conectado y alineado a estos fenómenos, así que es importante respetarlos.


YO: Sí. Un eclipse de luna deja ver la sombra de la Tierra sobre nuestro satélite natural, y es lo que nos permite vernos a nosotros mismos proyectados como un todo afuera. Por ello, más allá de que a cada individuo le afecte diferente, es inevitable reconocer que un eclipse se refiere a todos, no sólo humanos, sino todos los seres vivos, la Tierra misma. Y concretamente, un eclipse habla del cierre y apertura de procesos sombríos del alma desde los últimos 6 meses contando desde el momento que la sombra empieza a proyectarse. ¿Qué estaba haciendo el 30 de Mayo? Ah, sí, en cuarentena, encerrado en Francia, aceptando que el Camino YoSoy no podría realizarse como era previsto y que debería permanecer quieto en un mismo lugar por un año…


SOY: Todo un trauma, no?


YO: Sí… Realmente. Hace exactamente 6 meses mi mundo se dio vuelta, como supongo que a la mayoría en relación a este virus y la cuarentena planetaria. Pero claro, desde 2015 que, habiendo recibido las indicaciones de todo lo que debía hacer, esperaba este Agosto de 2020 como el momento de lanzarme al planeta a conectar el mundo; 32 lugares equidistantes en la esfera global, rodeando el mundo, además de los polos norte y sur. Un viaje que llevaría un año y medio, y que a finales de Mayo, entrado en Géminis, como el eclipse de Luna hoy, se frustró por completo. Si no podía viajar a los 32 sitios de la red y a los polos, entonces debía ir a un lugar desde el cual pudiera conectarme con todos esos sitios desde su interior…


SOY: Egipto, La Gran Pirámide.


YO: Que representa a la Tierra, y su cámara interna, el núcleo de expansión. Esa semana, tuve que empezar a replantearlo todo, mi viaje, mi camino, ya no serían hacia afuera, sino hacia dentro. Ya no sería con la naturaleza día a día, sino con los humanos día a día en conexión. Debería hacer lo contrario a lo que estaba acostumbrado: quedarme quieto, llevar una rutina, y hablar a las personas todos los días. La frustración de semejante idea y expectativa me sumió en una sombra horrible de depresión esa semana, en un no entendimiento, en una desesperanza, sin sentido, me sentí usado por el Universo, habiéndome hecho pasar por tantas cosas… ¿con qué fin? Sentí que perdí mucho tiempo. Pero en tanto los días pasaron, me di cuenta de que todo lo que había vivido me había preparado para poder hacer esto de la mejor manera, libre de todos los pesares pasados, siendo yo mismo, estando presente en equilibrio en mí, sin juicio, neutro. Entonces, tras sentirme despojado de todo lo que esperé por tanto tiempo, resignifiqué mi camino externo, y lo convertí en mi camino interno.


SOY: Y ahora puedes comprender lo que le pasa a tu dolorido cuerpo esta semana. Está dejando salir las sombras de la tensión y la frustración. Tu mente lo aceptó en un instante, tu alma necesitó unos 2 meses para procesarlo, y tu cuerpo está reaccionando ahora, 6 meses después.


YO: Claramente, es como si la onda expansiva de aquel conflicto, me hubiese alcanzado ahora. Enfrentarse a la realidad que sólo intentas negar y rechazar. No quiero ir a la pirámide, no quiero estar en Egipto, todas esas ideas que mi mente percibió hace 6 meses un día hasta que le encontró el sentido. Todas esas emociones que mi alma sintió por dos meses, sintiendo desesperanza, frustración, tristeza, ahora pasaron a ser manifestadas en el cuerpo, como siempre, con mayor lentitud. Realmente es como si me encontrase en las sombras y mi espíritu, por más que intente decirme que todo está bien y que hay mucho más allá, mi cuerpo sólo quiere tirarse en la cama y autocompadecerse, haciéndose la víctima… Metido en su cueva.


SOY: Había una vez, en una isla del mar Egeo, una profunda cueva donde vivía un pequeño grupo de personas. Las mismas eran esclavas, y no sólo tenían prohibido salir de la cueva, sino que además, estaban atadas de pies y manos. Unas altas rocas, haciendo de muro, impedían que las personas vieran lo que había más allá. Vivían en las sombras. Pero cada tanto, una luz parpadeante se encendía, y sobre los muros rocosos de la caverna, veían sombras proyectarse en movimiento. Los esclavos creían que todo lo que existía en el mundo, era esa cueva, esas sombras, y la parpadeante luz tenue. Sin embargo, detrás del muro era donde pasaba la magia. Allí, otras personas se encargaban cada día de encender un fuego que emitía esa luz, y delante del fuego, colocaban figuras de animales, personas y objetos, moviéndolos como marionetas. Esto proyectaba las sombras sobre las rocas que obnubilaban a los esclavos. Entonces un día, uno de los esclavos logró desatarse y se liberó. Atravesó el muro y vio las marionetas y el fuego. Entendió que lo que había visto toda su vida criado allí, había sido sólo la sombra de la verdad. Pero no se detuvo allí, y se envalentonó para salir de la cueva. Al llegar al final del túnel, vio la brillante luz del día, algo que jamás había visto, y dañó su vista, impidiéndole ver el mundo. Por un largo tiempo se negó a ver, cubriéndose, buscando las sombras, sitios oscuros, para sentirse a salvo en lo conocido, a lo que estaba habituado. Sólo podía ver y comprender las sombras, así que empezó a seguirlas, mirando al suelo, hasta que empezó a animarse a ver los objetos desde los cuales la sombra era proyectada. Vio la naturaleza, las plantas, los animales, las personas, y comprendió que las marionetas no eran la verdad, eran sólo un juego, una simulación de este mundo verdadero. Pero aún le llevaría más tiempo poder entender de dónde provenía la luz de verdad que permitía verlo todo. En la noche se atrevió a ver las estrellas, luego la luna, y un día, estuvo listo para mirar al Sol. Cuando descubrió todo el mundo, decidió volver a la caverna, para ayudar a sus hermanos esclavizados y liberarlos para que pudieran ver la verdad. Al adentrarse por el túnel, se dio cuenta de que su visión fallaba, y no podía ver las cosas con claridad, pues se había acostumbrado a la luz, y volver a las sombras le era muy difícil. Al encontrar a los demás, les contó lo que había descubierto, pero los otros esclavos veían lo inútil que se había vuelto, tropezándose con las piedras, no viendo bien el muro ni a ellos, siendo bastante torpe. Los otros esclavos creyeron que se había vuelto loco y que no podía ser como ellos. Empezaron a temerle, a llamarle loco, apartándolo, e incluso llegando a pensar en asesinarlo si sus locas ideas amenazaban con la comodidad de sus vidas. Así el esclavo liberado vuelve al exterior, frustrado por ver que fue imposible convencer a los otros de lo que era la verdad, de que ellos vivían en las sombras y las sombras no son reales, sólo es ausencia de luz. Ausencia de Consciencia.


YO: El mito de la Caverna de Sócrates y Platón.


SOY: Este mito, esta historia, narra la vida misma, entre las luces y las sombras. Toda la vida y existencia es un juego de luces y sombras, se convierte en un problema cuando te tomas dicho juego muy en serio. Las primeras partículas que generarán energía, proyectarán luz. Las partículas de luz atravesarán todos los espacios vacíos, pero rebotarán al encontrarse con otras partículas en su camino. Esto hace que más partículas formen átomos, y más átomos generen moléculas, y éstos a su vez compuestos químicos, elementos químicos, materia, objetos. Será mucho más difícil para los fotones atravesar los cuerpos, rebotando en la superficie de todas las millares de partículas, lo cual impide el paso de la luz del otro lado. Esto genera un vacío de luz, que llamamos Sombras. En las historias mitológicas, la luz y la sombra son enemigas, pero en la realidad, la sombra no es una fuerza real ni opuesta, sino que simplemente es la luz sin poder ser proyectada. Ausencia de Luz. Lo opuesto a la luz sería la materia, que impide su paso al comprimirse más y más. Pero la materia no es más que luz distorsionada. Por ello en la historia es la mismísima luz la que decide transformarse y crear la oscuridad de la densidad que permitirá la existencia de la sombra. En latín, “llevar la luz” se dice “lux fero”, lo que dio origen al nombre “Portador de la Luz”: Lucifer.


YO: El que se considera culturalmente como enemigo de la Luz es justamente quien posee la luz.


SOY: Más paradojas. La historia de Lucifer es mejor explicada desde otro punto de vista no tan mitológico. Cuando la luz consciente se expande, se ve capaz de manifestar realidades a través de la energía. La energía, pues, en su positivo y negativo, empieza a aglomerar las ondas en forma de partículas, y éstas en átomos que darán lugar a la materia que percibes con tus sentidos. La misma luz, se dobla en tiempo y espacio para poder vivir sus ideas, sentir sus pensamientos, experimentar sus expresiones. La distorsión de la luz se vuelve el mecanismo mismo de la creación, pero a su vez, una especie de trampa para la consciencia divina, pues empieza a tejer un entramado laberíntico del cual es muy difícil escapar. Así, uno se vuelve preso, esclavo, de su propia creación, pudiendo sólo percibir las distorsiones.


YO: Como los esclavos de la caverna…


SOY: Allí es cuando las personas empiezan a vivir engañadas por su propia psique, su propia alma y energía, desde el subconsciente y el inconsciente, tejiendo un entramado infinito y caótico, sin sentido, sin escape. Ese es el mundo de las sombras. La vida misma que vives basada en creencias, en sensaciones, perspectivas y percepciones. Crees todo lo que te dicen tus sentidos, crees todo lo que otros te digan, lo conviertes en tu verdad, y sólo puedes ver el mundo con esos ojos obnubilados por la distorsión y las sombras. Es el subconsciente el que enciende cada día el fuego, escondido tras el muro, poniendo patrones a relucir. Es el inconsciente el que, sin idea alguna de las cosas, se deja llevar por las sombras y vive su vida en función de ellas. Pues en cada paso que das, tu sombra es lo único con lo que tienes contacto…


YO: A no ser que seas Peter Pan, y busques a tu sombra.


SOY: Peter Pan no era de este mundo físico, por ello no poseía sombra, y él quería sentir, vivir, por ello buscaba su sombra.


YO: Entonces, nuestros pies, en cada paso, nos mantienen viviendo en el mundo de las sombras… Diseñamos nuestras vidas en función de ellas, proyectadas en los suelos, en nuestros caminos, propósitos, destinos…


SOY: Oscurecen cada día la claridad del ser. Hasta que un día, las mismas sombras te muestran la verdad: no es la sombra lo que te permite ver o identificar algo, sino la luz que las rodea. Entonces, empiezas a buscar la luz.


YO: Claro! Tiene lógica. Las personas que están fijas en un patrón de creencia, están ancladas en la forma, en la sombra, el objeto. Es como quien mira el cielo observando las estrellas sin darse cuenta que sólo puedes ver sus brillos gracias a la oscuridad que les envuelve, al espacio.


SOY: Cuando comprendes el contraste de las cosas, empiezas a entender que lo que siempre has visto no es más que una mera proyección. Así, el esclavo, atrapado en sus propias cuerdas del tejido de su psique, empieza a desligarse. Y ¿cómo lo hace? Igual que Ariadna en el laberinto del Minotauro. Desenrollando el Hilo Dorado al adentrarse, podrá luego enrollarlo otra vez para encontrar la salida, yendo a las preguntas “¿dónde estoy, de dónde vengo, quién es mi familia, con quiénes me relaciono, cuál fue mi historia?”, todas las preguntas existenciales del clan, la familia, la cultura. Busca los orígenes, empieza a desentrañar los misterios del tejido que le mantenía preso. Llevando claridad. Así descubre el fuego del subconsciente y los patrones usados como marionetas que se repiten una y otra vez, día a día.


YO: Y allí decide salir al mundo real, al perfecto mundo de las Ideas… Donde encuentra la divinidad, la realidad del Alma.


SOY: Aunque le cuesta adaptarse. Deberá seguir muchos caminos para lograrlo, mirando primero las sombras, ocultándose en ellas para no dañar su vista y consciencia. Así sigue los pasos de religiones, de estudios, de filosofías, de la espiritualidad, de la ciencia, dogmas de iluminación, sombras en el mundo de las ideas, y entonces, deja la teoría sombría, para encontrarse con la experiencia.


YO: Como aquel que estudia botánica y nunca vio un árbol. Un día, cuando le vea, todos sus conocimientos tomarán sentido.


SOY: Es así que descubre maravillado la realidad. Y un día, verá el Sol, la Verdad, descubrirá Todo.


YO: Y volverá a contárselo a los otros…


SOY: Y lo creerán loco.


YO: ¿Por qué?


SOY: Porque el camino de la Consciencia, salir de las sombras hacia la luz, es un camino personal, nunca colectivo. Depende de cada esclavo desenmarañar sus propios hilos en el laberinto del subconsciente. Un esclavo sin voluntad de ser libre, si es llevado a la libertad a la fuerza, sólo acabará por quedar ciego ante la luz, temeroso de lo que vio, y correrá a la seguridad de las sombras, negando la luz por siempre.


YO: Claro, por eso no se puede hacer que la humanidad sea consciente de una manera mágica, forzada, sino con cariño, paciencia y educación.


SOY: Los esclavos de las Sombras estarán dispuestos a destruirte por defender la integridad de sus percepciones. Pues la luz sólo ha venido a dañar sus ojos acostumbrados a la oscuridad. Y entonces deben echarle la culpa a alguien de su incapacidad de ver…


YO: A Lucifer, al Diablo…


SOY: Al cual vestirán de todas las formas que se te ocurra, según les convenga para no perder su visión de seguridad.


YO: Recuerdo que cuando era niño, tenía unos 12 años, unos Testigos de Jehovah golpearon la puerta y empezaron a hablarme de cosas que yo había recordado hacía poco. Vi que sabían de lo que hablaban y me entenderían, entonces los hice pasar a casa. Les mostré mis dibujos, mis anotaciones, que hablaban también de su apocalipsis. Pero en lugar de compartir, me miraron fijo y me dijeron: “esto es obra del Diablo”. ¿Por qué?, les pregunté defraudado por su reacción. Me dijeron que sólo el diablo es capaz de mostrar esas cosas. A lo que les repliqué: pero si esto que digo es lo mismo que dicen sus profetas… Y me dijeron que los profetas ya no existen, sólo hubo los que están en el libro, y todo lo demás es obra del Diablo. Los eché de mi casa. Claro. Decirle a un niño que le hablaba el Diablo sobre cosas que ellos mismos hablan, me pareció demasiado hipócrita y poco pedagógico e incondicional por su parte.


SOY: Bueno, ellos sólo defienden su postura y misión, y no pueden ver más que eso. En la historia, las religiones se aseguraron de que nadie más pueda cambiar las cosas diciendo que después de lo escrito en los libros sagrados, nadie más pudo hablar con Dios, y por lo tanto todos los demás son del Diablo.


YO: Me lo han dicho muchas veces, que lo que yo hago es diabólico…


SOY: Es una estrategia política que sigue funcionando, que hace que las personas duden de toda innovación o idea esclarecedora o diferente, incrustando la idea de que algo es real cuando no lo es.


YO: Como cuando dicen que somos Democracias, cuando no es así.


SOY: Ese es un tema para otro post.


YO: Entonces, el mito de la caverna es vigente en todos los niveles de nuestra vida. Vivimos en un mundo de sombras, y los eclipses nos lo recuerdan siempre que pueden.


SOY: Por eso son momentos claves para reconocer las sombras que nos constituyen desde el subconsciente. Momento de hacer las preguntas claves: “¿Lo que veo, pienso, creo, hago y siento, es la verdad?”. Tal vez, sean sólo sombras del pasado que siguen reflejándose en nuestras vidas, a las que nos hemos acostumbrado tanto, que tememos negar como distorsiones y nos aferramos a ellas como verdades absolutas.


YO: Es como ayer cuando hablamos de Aborto, son temas difíciles, pero se suele ver muy rápido cómo todos estamos condicionados por lo que creemos o vemos según nuestra propia historia y crianza o experiencia. Es difícil ser neutral en un mundo dual, que considera a la neutralidad como un pensamiento flojo, que “no se moja” en temas delicados por no tomar una postura.


SOY: El camino a la neutral incondicionalidad es largo, y debes practicarlo si buscas la coherencia, entendiendo que todas las posturas son verdades y ninguna está por encima de la otra. En un mundo de sombras, las luces son meras guías.


YO: Como un cielo estrellado.


SOY: Que en las sombras encuentra puntos de referencia…


YO: Aunque sepamos bien que las estrellas no son la verdad, sino una ínfima manifestación de la misma, que es invisible a los ojos.


SOY: Por ello debes hacer las paces con las sombras en lugar de querer eliminarlas. Pues las sombras te han formado, te han hecho lo que eres, han trazado tu historia, tus caminos, tus destinos, objetivos, propósitos y misiones, cada emoción, relación y acción, pertenencia, apego y sensación. Todo lo que conoces surge de las sombras, y sólo verás la luz cuando tomes consciencia de que así como las sombras que ves proyectadas en el suelo son sólo visibles por la luz que les rodea, la única razón por la que puedes ver el Sol, la Luna y las Estrellas es gracias a la Oscuridad que les envuelve.


YO: El mundo de las sombras en que vivimos es visible gracias a la luz de lo divino y celestial…


SOY: Así como el mundo celestial y divino sólo es visible gracias al mundo de las sombras en que vivimos.


YO: Honro a todas mis sombras…


SOY: Y sólo así hallarás el camino de salida del laberinto, hacia la luz de la Verdad.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

TRASCENDENCIA INCONSCIENTE= Así mismo el alma, la emoción, se neutraliza, perdiendo la noción de los vínculos, de la pertenencia incluso de mi prpio cuerpo, sin emociones en relación a las más grandes alegrías ni a las más duras tristezas, pues todo es perfecto. Simplemente los sentimientos le dan sentido a dichos hechos, y me permito ser y estar con todos por igual, sin determinaciones de ninguna proyección externa.
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