YO: Me encuentro sentado en un parque frente a la Gran Pirámide, mirándola fijamente, con la naturalidad de ver una palmera, y me doy cuenta que verla se ha vuelto una rutina. Hoy hay tormenta de arena, y todo se ve un poco gris, tanto los edificios como el cielo, todo el ambiente está en el mismo color arenoso. Monótono.

SOY: ¿Qué piensas?

YO: Que no estoy inspirado. Hoy me siento como el clima… Arenoso, nublado, monótono, aburrido…

SOY: Sin ideas…

YO: Sí, como si no hubiese nada que hacer…

SOY: Pero lo hay.

YO: Bueno… Eso desde luego. Puedo escribir, pintar, organizar cosas que debo terminar, pero estoy haciendo de todo ello un poco, pero no hay prisas. Porque nada me presiona…

SOY: Necesitas la presión…

YO: Sí, vivo siempre con la presión de que cada 3 días algo pasará y necesito readaptarme. Aquí no… O sea, estoy bien, pero desconcierta el que no hay desconcierto.

SOY: La rutina…

YO: Sí. Admiro a aquellos que pueden vivir en la rutina, que se sienten seguros en ello. Desde Agosto de 2020 hasta Agosto de 2021 mis días serán todos iguales. Alguna vez cambian las cosas, tengo algunos amigos que han venido y vendrán, otras personas para viajes iniciáticos… Pero, siempre es igual. Este mes aprendí que no debo ir todos los días a la pirámide, pues por más que mi espíritu se elevaba, había algo que no estaba bien, mi cuerpo no lo toleraba, necesitaba descansar, así que opté por respetarlo. Esto cambió mi rutina, pero la hizo más monótona aún.

SOY: Te sientes como un monje de clausura.

YO: Sí…

SOY: Sé que te aburrirá lo que te diré… Pero el estado emocional no se debe a lo que haces sino a lo que sientes haciéndolo.

YO: Imagino que es así, claro. Parte de la creatividad, de la capacidad de expresar.

SOY: Hoy estás incómodo… ¿Por qué?

YO: ¿Tengo que hablar de esto en serio?

SOY: Sí…

YO: Uf… Ok. Hace 4 días que dejé de sentir dolor en el ano y recto, pero hace ya 5 días que no puedo… Hacer… Nada.

SOY: Defecar.

YO: Gracias… Por la palabra. Sí. Eso. Y sé que me dirás: “¿qué tienes miedo de soltar?”…

SOY: Vale. ¿Qué temes soltar?

YO: No sé… No puedo darme cuenta… Aún no veo qué es lo que temo dejar ir.

SOY: ¿Qué has tenido que dejar para estar aquí?

YO: Viajar… El estar en contacto con otros…

SOY: A todos les ha pasado lo mismo. Pero tú. ¿Qué?

YO: Proyectos… Familia… Amigos… Amores… Pero no me refiero por el hecho de estar aquí, sino, para poder estar aquí.

SOY: Exacto. Para hacer lo que haces, has tenido que dejar a muchos, y tu cuerpo se niega a soltar lo que creía era bueno. Pero hay un mayor temor, que sólo tiene que ver contigo…

YO: Ser… Yo mismo… Ese es mi temor… Cambiar, dejarme ir a mí mismo… Temo a este 14 de Diciembre…

SOY: ¿Por qué?

YO: Porque siento que cuando uno añora las relaciones con otras personas o proyectos, lo que más añora era la versión que uno es en relación a ello. Y el eclipse que se acerca, este 14 de Diciembre 2020, es como… Que me hace plantearme: ¿y si ahora lo que se me pide es que justamente deje la versión?

SOY: A ti mismo… En tu viejo yo.

YO: Sí. A ver… Este eclipse se dará en Patagonia, cuya mayor sombra se dará a las 13:13hs Argentina sobre la ruta 8 de Río Negro, cerca de la estancia La Esperanza. Como ya he contado, hace años escribí un libro en que en una realidad paralela yo me disponía a morir allí a mis 87 años, para dejarme un mensaje a mi yo del 2020, diciéndome mediante la muerte: “hay esperanza de volver a hacer todo de una mejor manera”. En este libro, mi nieto en esa realidad paralela, siguiendo mis pasos llega a Egipto y se recuesta en el interior de la Pirámide, donde se reconecta con todo lo que debe hacer para lograr corregir un error universal. Es una ficción, pero este año cuando vi lo del eclipse, justo ahí, me dije: oh no, es real, este 14 algo pasará en mí… Un mensaje del futuro de mi propio yo. Este mes de Diciembre, será muy importante en muchas cosas, y siento que hay algo de mí que puede que se empiece a transformar, y es como si mi cuerpo no quisiera que pase…

SOY: ¿Por qué?

YO: Tengo miedo de dejar de ser yo mismo. No sé.

SOY: Nunca dejarás de ser tú mismo, sin importar con lo que conectes. Sólo puedes sumar cosas a lo que eres, pero no dejar de ser. Yo Soy todas tus posibilidades, y sostengo lo que eres. Transformarse no es Cambiar, no es dejar de ser algo para ser otra cosa, sino sumar. Este es un nuevo tiempo que comienza, y necesitas estar preparado…

YO: Lo sé…

SOY: Todos deben estar preparados, abiertos a recibir lo que se moverá desde este 14 al 21 de Diciembre. Es una bisagra.

YO: ¿Qué es lo que viene?

SOY: No puedo decirte.

YO: ¿Por qué?

SOY: Sería arruinar una película o un buen libro. La vida es un libro que posee un índice muy claro, pero que para ver el desarrollo necesitas leerlo e interpretarlo tú mismo.

YO: O sea que en el índice dice: Página 21.12.2020 … “Conjunción Júpiter y Saturno en Luna Nueva a 0 grados de Acuario”… Luego, hay que leer el capítulo…

SOY: Así es… Pero este es un libro interconectado, en el que si no lees todo, no entiendes.

YO: ¿De principio a fin?

SOY: Claro que no. El Universo no posee principio y fin… Puedes empezar por donde quieras, pero según tu interpretación, deberás continuar leyendo hacia atrás o hacia delante.

YO: Como esos libros de “Elige tu propia Aventura”.

SOY: Así es. La Vida es una aventura. La palabra viene del latín “ad” (hacia), “venire” (venir, llegar) y “urus” (sufijo de futuro). Todo junto significa: “Hechos inciertos que están por llegar”. La rutina hace que tu vida parezca predecible, y ello te aburre, te hace ver todo gris. Pero es sólo un instante de preparación previo a la Aventura. A las cosas que no sabes que están allí por venir.

YO: ¿Para qué necesitamos la Aventura?

SOY: “¿Qué pasaría si…?” Se preguntó el Universo durante la creación. El Ser que lo es y sabe todo, dijo… “Y si lo hago diferente?”. Eso le dio libertad.

YO: ¿Por qué?

SOY: Porque saber todo te hace esclavo de tu mente. No saber lo que pasará flexibiliza tu imaginación para crear. La capacidad de inventiva, de desarrollo, de aprendizaje, nacen todas de lo desconocido, de la incertidumbre, del no saber. La voluntad de moverse a descubrir, está en el hacer siempre algo cuya respuesta desconozcas. Estar cómodo en la posición de “el que todo lo sabe”, del que puede predecir el futuro, del que vive como un reloj suizo, del que se cree dueño de la verdad; todo ello sólo te llevará a encontrarte entre las más sosas y desabridas creaciones y expresiones de la realidad.

YO: O sea que aventurarse no es lanzarse a una aventura con mochila hacia el horizonte y a ver qué pasa, o subir una montaña, o viajar alrededor del mundo… Sino que la aventura es la cualidad de sorprenderse y aprenderse en el descubrimiento.

SOY: Para lograrlo debes hacer siempre algo mínimo que cambie tu rutina, por más tonto que sea. Dale la opción a tu cerebro, alma y cuerpo de vivir algo inesperado que no puedan reconocer. Una aventura puede ser simplemente ir por la izquierda en lugar de por la derecha al sitio que siempre voy. El camino será más largo, pero tu cerebro sentirá emoción. Una aventura puede ser cambiar un horario programado, o no poner el despertador. No hace falta tomar un avión y volar al Congo y sumergirse entre gorilas salvajes. La aventura es recuperar el asombro.

YO: Me gusta eso. Asombrarse de hacer algo diferente, del resultado que me lleva ello. Escribir este posteo de hoy fue una aventura para mí, pues no tenía idea que llegaría a esto…

SOY: Recupera la mirada del niño, del juego, de la diversión, del no saber lo que harás ese día. La capacidad del universo creador radica en la pregunta: “¿Qué pasaría si…?”

YO: ¿Qué pasaría si hoy entro a otra pirámide? ¿Qué pasaría si hoy pinto? ¿Qué pasaría si hoy viajo? ¿Qué pasaría si hoy hablo con alguien nuevo?

SOY: Se abren sinfines de posibilidades, de realidades paralelas.

YO: Como mi yo del futuro que dijo: ¿Qué pasaría si me dejo morir en “La Esperanza”, en medio de la Patagonia? Y lo que pasó fue esta gran aventura que ha sido mi vida…

SOY: Tal vez es momento de que dejes morir algo para poder iniciar una nueva aventura…

YO: Esto me anima más… Sí… Lo haré. Me recordó esa historia de que Jules Verne, cuando era niño, decidió escaparse de su casa para subirse a un barco y lanzarse a una gran aventura. Su padre se dio cuenta, y lo fue a buscar al siguiente puerto, donde tras propinarle una paliza, lo llevó a la casa y le prohibió salir, y nunca más viajó. Esto le inspiró a viajar con su imaginación, y si no hubiera sido por esa desafortunada y desesperanzadora situación, jamás hubiéramos tenido hoy los mayores libros de aventura de la historia: Vuelta al Mundo en 80 días, Viaje al Centro de la Tierra, De la Tierra a la Luna, Isla Misteriosa, y tantos otros…

SOY: La mayor de las aventuras vive en tu imaginación. Deja ir los miedos y expectativas que te atan, y permítete soñar la mayor de las aventuras.