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BHï: Yo Soy el Legado del Uno

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YO: Otro día increíble en la


pirámide. Hoy éramos muchísimos, creo que unas 20 personas, todos rodeando la cámara desde las paredes, y yo caminando en el centro. Los guardias nos cuidaban, y de repente el ambiente se volvió un entorno de mucho cariño y contención. Con suavidad, me dispuse a calibrar desde el sarcófago, y entonces sentí de nuevo la presencia de Thot e Isis. El primero, me hizo anclar un eje y lo conectó a seis direcciones. Me recordó que la reconstrucción de un nuevo mundo debe surgir de un eje firme, desde el centro del Ser, y que nuestra tarea es recordar que todos somos ese centro, y que ya estamos en él, donde quiera que nos encontremos. El centro nos sigue, pues nunca salimos de él, sólo somos hologramas de su imaginación, de su sueño, y como tal, sólo basta con dejar de correr para estar, y ahí sentirle, volver al centro. La segunda, me recordó que somos la red, que este centro sólo es posible gracias a la conexión de los reflejos, de todos los hologramas. En tanto todos se comuniquen, podrán crear la imagen. “Soy la Madre Divina”, dijo, “Soy la matriz que lo conecta todo, soy los enlaces que dan sentido a la existencia”. Y pude ver la conexión en todas las cosas… Pude sentir cómo desde el núcleo todos estábamos vinculados…


SOY: Enlace, del latín “in-laqueus”, estar ligado, cuerda, lazo. En inglés (link), del indoeuropeo “kleng”, significando “doblarse, volver”. Es aquello que mantiene a todas las cosas conectadas entre sí…


YO: Aunque esa conexión a veces parece ser pesada. Estamos hoy en relación al Plexo Solar en la semana Emocional, es decir, los lazos creados desde la emoción con los otros, y normalmente se escucha el concepto: cortar lazos, desligar, romper cadenas, todas ideas que llevan a la idea de que los enlaces, los “amarres”, nos hacen prisioneros.


SOY: Como tu amigo islámico, quien piensa que Dios nos tiene como esclavos.


YO: Exacto. La idea de los lazos nos remite primero a la idea del encadenamiento. La búsqueda de la libertad, de romper las cadenas, atraviesa la historia de lo físico, lo emocional y lo mental. Las creencias son enlaces, los vínculos son enlaces, la supervivencia genera enlaces… Entonces, ¿cómo considerar que los enlaces cósmicos no son la prisión de ese Dios…?


SOY: ¿Cómo se genera un enlace?


YO: Pues, tomando la imagen original del universo, un punto interior se proyecta hacia lo exterior, lo cual podemos ver como una onda expansiva que genera un eco, volviendo hacia el origen, doblándose, y por dicho reflejo se genera un condicionamiento entre ambos.


SOY: O sea que el -1 (en negativo) se proyecta en otro 1 (en positivo), pero son lo mismo, y su vínculo sólo se produce por el eco de la expansión primigenia. Dicho de otro modo, el enlace se produjo por una causa que da lugar a un efecto, el cual modificará la perspectiva de la causa. Y así, al verse, el enlace se llamará 2. Y cuando el 2 se vea reflejado en el -2, crearán el 4, y así continuará hacia el -4, creando el 8. Como ves, los lazos no son más que una idea proyectada, un concepto que se fractaliza por ecos, por causas y efectos, por un vaivén penduleante. Los lazos son una idea, un concepto, modificable sólo si te modificas a ti mismo. Pues lo único que mantiene la dependencia de un vínculo es la imagen que el -1 proyecta sobre el 1. El universo es un ser libre, eterno e infinito, que ha creado lo limitado sólo para experimentar los aspectos de su potencialidad. A mayor expansión, más posibilidades, y así, lo que antes era sólo un ser y su reflejo, ahora se ha convertido en una red, una matriz interconectada, donde cada reflejo genera sus propios, determinando a los que se proyectan a su alrededor. Esto da la sensación de trampa, de lazos o vínculos aprensivos, casi como una especie de prisión en la que te sientes prisionero, esclavo del Cosmos.


YO: Esto es lo que algunas religiones sienten, pues pueden sentir que hay una fuerza mayor e invisible que determina nuestras vidas.


SOY: Y esa fuerza no es más que el vínculo divino, reflejos de la mismísima divinidad que se observa a sí misma con millones de ojos nacidos de uno solo. La existencia es tan simple, que no permitía crear, jugar. Así el cosmos se complicó a sí mismo para gozar de la experiencia. Es así que sentimos que volver es también complicado, pero no, es muy simple, sólo basta con recordar que somos reflejos, y que es todo un juego de reflejos y miradas. Sólo así encuentras la libertad de esta prisión que tú mismo te has creado.


YO: Los vínculos que unen las cadenas de la creación, son los eslabones del ADN, los patrones que se van manifestando, multiplicándose una y otra vez. La primera estructura, un tetraedro, que se multiplica sobre sí mismo en una cadena espiralada, de doble hélice, generando todos los lazos posibles de un ser, delimitando su potencial, pero a la vez registrando todo de lo que es capaz. Las propias cadenas que sentimos nos atrapan en la existencia, entonces son las mismas que contienen la fuerza de nuestra expansión.


SOY: “Haz de tu máxima debilidad, tu máxima fortaleza”. Por esto mismo, convierte a la Matrix en la Red.


YO: Hoy, Isis dijo: “despierta a Manik en ti”. Manik es la Araña Tejedora del Sueño Divino. Todo lo que existe fue tejido por Manik, es su gran red. Sus 8 patas son los 4 espacios y 4 tiempos. Sus 8 ojos son la eternidad, el infinito. Su cuerpo son las dos esferas que componen la meiosis, la “vesica piscis”. Su espíritu estuvo presente en la Madre, diseñando su vestido, un precioso tejido blanco de seda, que conecta los cantos de todos los seres vivos.


SOY: Su tejido tiene tres capas: subconsciente, inconsciente y consciente. En el subconsciente, Manik condiciona todas las creaciones, limitándolas mediante sus libertades.


YO: ¿Cómo es eso?


SOY: La infinita capacidad de imaginación de un ser, genera creencias, un laberinto interminable de recovecos en cada esquina, con curvas y ángulos rectos o agudos. El propio infinito que da la opción de ser lo que quieras te lleva a una trampa sin salida que tú mismo tejes de acuerdo a tus creencias y preconceptos. Allí es donde los vínculos se vuelven anclas a las cuales el cuerpo se aferra como única salida. Allí creamos lazos de dependencia que nos vinculan con los demás por genética o por afinidad, ya sea positiva o negativa. Así surge el karma, en la transmisión constante y repetitiva de la información por reflejos, como dos neuronas que juegan al ping-pong.




YO: ¿Y el inconsciente?


SOY: Aquel que niega sus vínculos, aquel que considera que vive exento de todo, desconectado de los demás, y se niega a ver los lazos que posee creyéndose libre cuando en realidad vive sumergido en condicionamientos y patrones. No sucede así como el consciente, que reconoce vivir en un mundo creado por enlaces, pero que en lugar de buscar escapar de sus condicionamientos, decide convertirse en la araña.


YO: Esto me lo han dicho muchas veces. “La única forma de salirse de la Red o Matrix es convirtiéndote en dicha Red o Matrix”. Es como si, al vivir desde el subconsciente o inconsciente, fuésemos como moscas atrapadas en una telaraña, y cuanto más esfuerzo hacemos por buscar liberarnos de ella, más atrapados y enredados nos vemos en vínculos, lazos de todo tipo, presa fácil para las consecuencias de nuestras acciones.


SOY: Pero si te conviertes en la araña, si recuerdas que siempre fuiste la araña, tendrás la opción de caminar por la red, de utilizarla.


YO: Recuerdo que hace unos cuantos años atrás, me encontraba en el aeropuerto de Ezeiza por volar hacia Bogotá, y sentí escribir sobre mi miedo a las arañas. Puse que en realidad mi temor a ellas era porque temía quedar enredado en la propia red que yo estaba tejiendo, enredado en mis propias historias y las proyecciones de los demás. Temía pasar de ser araña y tejer la Red de Consciencia a ser una mosca desde la Inconsciencia. Al llegar a Colombia, quienes me recibieron dijeron que me llevarían a un lugar especial, donde un “mamo”, un sacerdote Muisca, realizaría una ceremonia para mí en el centro ancestral Piedras del Tunjo, en el poblado de Facatativá. Al llegar, se dio una bella ceremonia entre todos. El sacerdote se acercó a mí pidiéndome que me incline, para realizar su limpieza y bendición.  Entonces siento que toca mi espalda y me vuelve a hacer poner recto, pidiéndome que ponga mis manos en posición de recibir. Y pronunció: “la Madre Tierra ha decidido darte este regalo hoy”. Entonces suelta dese sus manos una araña a las mías. Blanca y amarilla, era una araña preciosa, pero aún así un escalofrío recorrió mi espalda. La araña comenzó a caminar por una de mis manos hacia mi brazo, tejiendo una red hasta mi hombro, y subió por mi cuello, rodeando mi oreja y mi cuello, haciendo lo mismo en la otra oreja. Volvió hacia mi pecho y se detuvo en mi corazón. Luego de un rato tejió en círculos y siguió hacia mi otro brazo volviendo a mi otra mano. La deposité en el suelo y se fue entre las plantas. Me encontré tejido a lo largo de todo mi cuerpo. La madre araña me dijo: no temas a estar conectado, eres la Araña… Su suavidad me hizo sentir en casa, envuelto en su tela no me sentí atrapado, sino protegido. Fue una experiencia impresionante.


SOY: Los lazos que te atan a este mundo, los miedos y expectativas, no son más que las cadenas que tú mismo te has construido en tu mente. Liberarte de ellas no las elimina, sino que te convierte en el tejedor.


YO: Me recuerda al himno argentino… “Oíd mortales, el Grito Sagrado: Libertad, Libertad, Libertad… Oíd el ruido de rotas cadenas, ved el trono a la noble igualdad…”.


SOY: “Escuchad, humanos, el Sonido Universal: la liberación del cuerpo, de la emoción y de la mente… Escuchad la transmutación del ADN, mirad cómo os coronáis en el eje de la coherencia…”. Las mayores cadenas y lazos viven en tu cuerpo, y sólo les puedes liberar viviendo en plenitud. Cada ser es un reflejo, un eslabón en la creación que crea la consciencia divina. No puedes cortar los lazos, pues en realidad, los mismos no existen, sólo viven en la percepción de tu mente. No puedes liberarte de algo que no existe, la única forma de encontrar la libertad es volviéndote tú mismo la Libertad.


YO: Y así los vínculos con mi historia, con las personas, con el mundo a mi alrededor, se volverán mis caminos, mi viaje hacia mí mismo, hacia el conocerme en el otro, hacia el integrarme en la conectividad. Aquello que me hace sentir ligado a los demás, es la clave de mi libertad.


SOY: Los enlaces son los pulsos, son los latidos que comparten la información del ser, son las descargas eléctricas entre las neuronas. Nada existiría sin los enlaces, nada sería percibido sin los enlaces. Vivir atrapado en ellos o crear a través de ellos, es sólo un cambio de perspectiva. La Red de la Gran Araña necesita almas y mentes libres tejiendo en cuerpos livianos, felices de ser tejedores y tejedoras.




YO: Tomo todas mis cadenas, pero esta vez no para romperlas sino para transmutarlas. Y mi grito de libertad ya no será para escapar, sino para recordarme que nada puede esclavizarme a no ser que yo se lo permita.


SOY: El tejido es la libertad, viaja por el tejido, libérate en él, y harás de los enlaces, puentes que conectan las realidades de tu propio ser.



YO: Yo Soy el Tejedor, Yo Soy la Red.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

NARANJA= En tanto la longitud de la onda de la luz eleva su resonancia, podemos contemplar los tonos anaranjados como los del atardecer, relacionados a la manifestación, a la nutrición y gestación, vibración que da vida a la iluminación del chakra sacro, despertando a su vez los tonos marrones, como los de la tierra y la vegetación, como las pieles y órganos.
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