YO: Un nuevo yo renace. De entre las tinieblas del karma y el pasado, resurge en mí la fuerza de un nacimiento hacia la luz y la expansión. Pero no miro hacia lo alto, sino a mis pies, llenos de tierra y barro. Pues reconozco que ese nuevo Yo no surge de la gracia de la Luz sino de la Experiencia de las Sombras. Honro cada paso, pues ha diseñado lo que soy. Es la historia, es mi andar, el andar de todos los que fui, de mi pasado, de mis ancestros. Las huellas que quedaron marcadas en cada clima y geografía, en el barro, en la arena, en el pasto, en la nieve… Mi espíritu vive en mí hoy más que nunca. Antes le sentía por encima, levitando en los aires, con carácter de superioridad, de lejanía; con una sensación de intocable; como un famoso, un amor platónico, un regente sentado en su trono inalcanzable. Pero desde que le he invitado a descender a las sombras, al barro, a ver mis penurias, a reconocer mis más oscuras emociones, mi infierno interior, es que he podido sentirle más presente, más en mí que nunca. En lugar de realizar el esfuerzo de subir a un sitio invisible escapando de lo que soy, tomé la fortaleza de plantarme donde me encuentro y me realizo, sintiendo al espíritu llegar a mí, como un invitado a mi hogar. Como nacer en vida. Renacer. Como si un aliento diferente surgiera de mi respirar, sintiéndose más liviano… Cuando más desciendo la luz a la materia, menos peso siento. Tal vez la clave de la alegría, la clave de cómo salirse del ciclo del sufrimiento, era justamente no escapar de la vida buscando lo celestial, sino permitirse vivir lo celestial aquí… En la vida.

SOY: “Ater Tumti”… El Cielo en la Tierra… Dijeron hace 12000 años. “Carpe diem, carpe vitam”, dijeron hace 2000 años: “Disfruta de los días, disfruta de la vida”. La palabra Vida proviene del griego “Bios” (vida) y “Zoos” (animal), dando el sonido “Bitzoa” que da “Vita” en latín. Una traducción posible y conceptual de la misma podría identificarse como “La expresión continua del alma en movimiento”. En inglés “Life” proviene del indoeuropeo “Leip”, que significa “continuo, perseverancia, adherir, permanecer”. La Continuidad de las cosas es lo que llamamos Vida. La vida es la manifestación de la Eternidad. La vida no sólo se expresa en la materia, sino en todo lo que es constante. Y la energía atómica, la energía universal, es constante, pues las bases de la construcción de la realidad se basan en las ondas, en la vibración expansiva y eterna; pues no hay forma de detener algo que no tiene límites. La vida es el espacio en tanto el mismo vibre. la Vida es el tiempo en tanto las frecuencias sigan danzando en la realidad.

YO: Y por ello mi vida no es más que uno de aquellos instantes de la vida eterna, de la historia viva que compone cada ser en la existencia a través del tiempo y el espacio…

SOY: La muerte es sólo una expresión intensa de la vida. La vida nunca termina, la vida continúa, sigue, y todos podemos apreciarlo. Cuando una madre da a luz a un hijo o hija, es la onda de la vida continuando en distintas formas, una onda pequeña en un océano de trillones de olas; algunas más intensas que otras, moviéndose en un mismo espacio, el agua, pero en distintos tiempos, las mareas. Las células multiplicándose y nutriendo a otras, el ARN creando nuevas cadenas de ADN, un árbol creando miles de semillas y gestando cientos de nuevas plantas. Las estaciones del año, el ciclo del agua, el girar de los planetas, el magnetismo de las estrellas, la atracción de las partículas subatómicas… Todo ello es vida.

YO: Y Yo le conozco por la biología.

SOY:  “La Palabra de Vida”, es decir, la verdad o conocimiento que engloba la vida, explica cómo se vive esta continuidad en todas las cosas. Mediante la alimentación, mediante la reproducción, mediante las migraciones, las estaciones, todos los ciclos se manifiestan y registran en la biología mediante la experiencia.

YO: En mis células se guardan los registros de todas las cosas que cada ser vivo ha hecho en la existencia, ¿verdad?

SOY: Si la memoria no está activa en ti, esa memoria vive igual dentro de ti. La biología es tu biblioteca de Vida, el registro de todo lo que has sido, por lo que has atravesado. La energía con la que se han creado tus células proviene de la misma agua que bebieron los dinosaurios, de las mismas moléculas que nutrieron selvas, que volaron por desiertos… La vida de la Tierra vive en ti, pues la vida es constante. Tu vida es sólo una expresión de la gran Vida, no existe tal cosa como “mi vida”.

YO: ¿Cómo podría entenderse pues lo que es esta vida en relación a otras vidas?

SOY: Vamos a comprender la infinitud de conceptos de esta pregunta. En primer lugar, lo que llamas “vida” es un continuo, como dijimos, una ola en un océano. Lo que llamas “mi vida”, entonces describe ese momento de consciencia en que una ola se reconoce como tal. Pero tarde o temprano, la ola se sumergirá desapareciendo para nacer en la siguiente. A ese momento le llamas muerte, creyendo que “tu vida” ha finalizado. Pero no. Tu vida ha trascendido su forma, pasando a una siguiente generación, ya sea por genética o por familiaridad.

YO: ¿O sea que alguien puede trascender sin necesidad de dejar descendencia biológica?

SOY: Sí, porque más allá de la manifestación biológica, lo que más perdura es lo que los otros toman de nosotros. Y la presencia, palabras, experiencias que compartimos se registran en el ADN de aquellos con los que convivimos, y por ello perdura en sus células y las de sus descendientes. El decir que la vida es mía o tuya no es más que una de esas formas que posee el universo de autorreferenciarse para buscar el núcleo en el “Yo Soy”. Es la forma de recordar que cada uno es un camino al centro, a lo divino, y por ello se utiliza el posesivo para indicar que en ese momento, “yo soy este camino, yo soy esta vida que va a la Unidad”.

YO: Es una simple cuestión conceptual del aspecto consciente del cosmos, pero no es real…

SOY: No… La vida no nos pertenece, es imposible poseer una vida, es imposible hacerse dueño de una realidad que es inexistente y flexible. Esta no es tu vida, esta es una expresión de la vida en la que te encuentras como Matías.

YO: ¿Y las vidas pasadas?

SOY: Son las olas pasadas. Cientos de olas. Pero hay tres formas: un río, un lago o un mar.

YO: ¿Cuáles son sus diferencias?

SOY: En un río, tu energía avanza, creando diferentes olas y rompientes en las rocas recorriendo un camino inevitable y fluctuante. A esto le llamas “tus vidas pasadas”, es decir, que eres tú mismo viniendo desde la montaña y recorriendo el mismo camino, transformándote; y en cada estadio vas creando una nueva realidad. La consciencia reconoce este recorrido como unidireccional, y por ello lo interpreta como el sendero propio. Pero luego está el Lago, donde diferentes arroyos y ríos convergen, mezclando las aguas, las energías y los caminos, creando una comunión estable y contenida. A esto le conocerás como el Árbol Genealógico. Un conjunto de caminos personales que conviven como uno solo, compartiendo datos e información. Así, tu familia biológica es parte de la historia de tu alma, y tus ancestros son parte de lo que llamas “vidas pasadas”. Para luego hallar el Mar, donde la propia historia o camino, junto a la historia del árbol familiar, se unen al de todos los seres vivos intercambiando datos. Y aún así, todos siempre fueron agua, y el agua es un sólo cuerpo, y el agua es la memoria de ese cuerpo. Así que… ¿Qué es tu vida?

YO: Yo siempre digo que he tenido vidas pasadas, que recuerdo haber sido Shiw en el Nilo, Sigurd en Escandinavia, y tantos otros, ¿esas personas qué serían para mí si no son mis vidas pasadas?

SOY: Son tu Río. Son el sendero desde la perfección de la nieve hacia el arroyo de tu existencia y el serpentear de tu experiencia.

YO: Y las memorias que viven dentro de mí, de mis abuelos, de mis ancestros del sur de Italia y España, así como los del País Vasco Francés, los De Stefano, los Heredia, los Cuadrelli y los Bide, ¿ellos son mi Lago?

SOY: Así es. Viven en ti, en tus células, son la memoria de tu evolución, e incluso más y más atrás hasta las primeras células que surgieron en el origen de la vida.

YO: Entonces… Mi Mar ¿qué sería?

SOY: Tu memoria cósmica, lo que recuerdas de las culturas, de la Tierra, de los planetas, de las dimensiones. Los registros generales que comparten todos pero que nunca han pasado por tu río ni tu lago. Pero recuerda que el agua está conectada en todas las cosas, en los alimentos que consumes, en los besos que has dado, en el agua que has bebido, en el aire que respiras, en todo. Por lo tanto, mientras vives tus propias vidas de río, mientras te desarrollas fluyendo en las aguas de tu Lago, también recibes datos de la lluvia que proviene de la evaporación del mar, o de la nieve que cae en las montañas. Por ello, la información de la vida no se aferra a un sólo camino, no puedes decir que sólo vives en un río o un lago, sino que siempre estarás conectado a todo. Pues la Vida es todo.

YO: La Vida es el Agua, no las formas que toma…

SOY: Así es. Por lo tanto, todos los seres vivos comparten las mismas memorias de todo el Universo, sólo que no han recordado aún que pueden hacerlo. Tú no recuerdas tus vidas pasadas, tú simplemente te has abierto a sentir la memoria del agua. Si te aferras a la creencia de que tus memorias son de vidas pasadas, te perderás la verdad, que es que todo es Vida. Reconocer la historia de tu familia no es para liberarte de sus patrones, sino para reconocer que tú eres ellos. Recordar las vidas pasadas no sirve para saber lo que tu alma ha vivido, sino para reconocer que toda la historia vive en ti. Recordar que la vida atraviesa todo el universo no sirve para entender al Universo, sirve para recordar que tú eres la vida universal, y ésta está en ti. La consciencia es la que te permite autorreferenciarte en lo eterno para no perderte en el Océano de la Existencia. Sin embargo, es inevitable lanzarse a navegar en él.

YO: La Vida, pues, es el océano universal donde todo confluye a través del tiempo y el espacio, y reconociendo que no existe tal cosa como “mi vida” o “las vidas pasadas” o “las vidas paralelas” en el universo, es cuando puedo empezar a vivir todo ello como realmente es… Conectado a todos los tiempos y los espacios… Reconociendo que la Vida es Eterna y no posee límites…

SOY: Por ello cada día es un renacer, cada concepto es una nueva respiración, cada muerte es un paso en el camino, cada vida pasada, paralela o futura no es más que una expresión de tu propio ser. Pues eres Eterno, y sólo reconociendo esto puedes unir todos los caminos.

YO: Y así lo haré. Pues hoy puedo decir con firmeza y plena consciencia y entendimiento “Yo Soy la Vida”.

SOY: …Vive… Es tiempo de Renacer…