top of page

139°

dic20

Viaje

Tobillos

🦶

😄

🏹

Emocional

Yo Veo

BHü: Yo Soy el Legado a mis futuros

BLOG

octahedron crystal sogutwiefertig_edited.png

YO: Mañana comienza un nuevo gran viaje para mí… Un viaje hacia mí mismo en un nivel que nunca hubiera pensado…


SOY: El de la responsabilidad de asumir el Yo Soy.


YO: Sí, eso es lo que siento… En 2012, el 7 de Febrero, comencé mi primer Viaje de Consciencia, oficialmente. Empecé el Harwitum, el camino del Norte al Sur. Y a pesar de que previo al Encuentro 11:11 de Capilla del Monte en Noviembre de 2011 ya había realizado un pequeño camino para conectar las redes que nos permitieran hacer la tarea, en aquel momento no entendí muy bien qué era lo que estaba haciendo… Estaba practicando algo que sería mucho más grande. Entendí en el 2012 que mi vida no estaba en Argentina, mi vida era la Tierra, y por lo tanto viajaría a su alrededor conectando todos sus caminos… Aquel año 2012 recorrí 40 países en 6 meses. Recorrí más de 100 lugares distribuidos por distintos climas y geografías, sitios sagrados e históricos de la Tierra; recorrí en coche los 4 países del sur andino, Chile, Perú, Bolivia y Argentina, visitando unas 24 regiones, y para el 21 de Diciembre de 2021 ya había tocado los 7 continentes y los 5 océanos. A lo largo de aquel año pude sentir todos los caminos, las culturas, las tierras, todo conectado. El mundo ya no era un sitio lejano, sino que era un jardín, era mi hogar, parte de mi vida, mi familia. Entendí que a partir de ese momento, todos los sitios estaban cerca, y no había ningún sitio fuera de mi alcance.


SOY: Era tu destino…


YO: Sí. Lo comprendí. Esta escrito para mí, pues yo mismo lo escribí en mi alma. Encontraría la alegría y plenitud en el viaje, en los caminos. Por ello aproveché la posición de la Luna frente a la constelación de Sagitario, así mi alma se lanzaría siempre a descubrir su felicidad en la expansión del movimiento. Una vez mi abuela me contó que cuando yo tenía unos 4 o 5 años, fue a ver a una vidente, una señora que leía las manos. La señora le dijo: “usted tiene a un niño pequeño en casa con quien está muy conectado”… A lo que mi abuela asintió confirmando al decir mi nombre. Y entonces la señora le dijo “Uy! por Dios, cuántos viajes! Veo aviones, muchos aviones, volando por todo el mundo, este niño viajará toda su vida a demasiados sitios! Pero siempre regresará… Y si un día dice que quiere ser piloto de avión, díganle que no, o será el último de sus viajes”.


SOY: Buen consejo…


YO: Me gusta volar, sí, pero no entiendo mucho de máquinas, o sea que ese vuelo habría sido el más corto de mi vida…


SOY: Jajaja… Ya lo creo.


YO: Esa señora tenía razón. Unos 15 años después, comenzarían mis viajes por el mundo, y nunca se detendrían. He llegado a viajar a muchos sitios el mismo día… Sin detenerme. He encontrado la paz y la creatividad entre los aeropuertos, los trenes, coches y barcos. Encontraba la armonía en el trayecto, no tanto así en el destino.


SOY: Allí estaba el punto de escape.


YO: Sí, lo que noté es que la Luna en Sagitario me ayuda a encontrar el balance en la transformación y el camino, pero todo lo contrario en el destino o el punto de partida. Allí me siento incómodo, estando quieto en el mismo lugar, al punto que al llegar ya estoy pensando en el siguiente punto y cómo llegar a él.


SOY: Has venido a conectar, no a anclar, y por ello tu alma busca moverse. “Recuerda”, te dijeron, recordar es “cordar”, volver a unir las partes, los miembros que componen a un ser o grupo. Y hay dos formas de hacer esta tarea: moviéndote por el mundo, tejiendo la red como una araña, o permaneciendo en el centro de la red tejida, inmutable como la misma araña. Pero para lograr este segundo paso de permanecer en el eje, tenías que moverte tejiendo esa red.


YO: Una vez alguien me dijo que el motivo de mis viajes constantes es porque quiero escapar de la responsabilidad o de enfrentar lo que realmente importa…


SOY: Y así es. Eso has hecho desde la inconsciencia. Escapar, jugando como un niño, con temor a enfrentar tu verdad, sobrecargado de equipajes innecesarios para cubrirte de misiones para no enfrentar tu propósito. Corriendo por el mundo, desesperado por llegar a un sitio que no existe. Tu cualidad es tu propia trampa. Has venido a conectar mediante el viaje, el moverte, trazar caminos, y es justamente esto lo que te ha alejado de ti, poniendo los objetivos en el horizonte, desesperado por no llegar nunca a ningún sitio. Durante años debiste correr detrás de amaneceres y puestas de sol, subir montañas y bajar valles, atravesar desiertos y mares, caminar por islas y estepas, bosques y ciudades, para saber que cuanto más te alejabas buscando algo fuera…


YO: …Me encontraba cada vez más cerca de mí. Y a la vez más perdido, como quien da vueltas en círculo y al acercarse hacia el centro la gravedad acelera el movimiento. Mareado, mientras más caminos recorría, más caía sobre mí mismo, sin entender que estaba volviendo a mí.


SOY: Pues todos los caminos conducen a ti. No importa cuán lejos vayas, no importa a cuántos destinos llegues, todos un día pasarán, y lo único que permanecerá en cada sitio, eres tú. Imagina, pues, que en lugar de que tú te muevas por el mundo, en realidad es el mundo que se mueve a tu alrededor. Para la mente, el alma y la biología, es como si tú siempre estuvieses en el mismo sitio, en el aquí y ahora, y todo lo demás cambiase en tu entorno. Así, lo único que permanece, lo único que es origen y destino en sí mismo, eres tú.


YO: Cuando entendí esto dejé de correr… Y eso fue este 2020. Me detuve antes de que el Coronavirus nos detenga a todos. Recuerdo que en Febrero pregunté a mis guías: ¿qué se supone que debo hacer ahora? Y me dijeron: “busca un sitio tranquilo, y espera, pues tu camino comienza en Agosto”. Me pareció extraño que me dijeran que debía permanecer quieto sin viajar por tantos meses cuando había tanto por hacer. Pensé que no sería literal. Pero lo fue. La cuarentena interminable me enseñó que todos los destinos vivían en mí, que la necesidad de viajar por el mundo era simplemente impedirme viajar por mí mismo por miedo a ver lo que había en mí. Esto es lo que ha desesperado a tanta gente de este año. Encerrarse. Más allá de que la mayoría de las personas no viajen, el simple hecho de salir de casa, ir al trabajo, a un bar, a una plaza, a hacer una vida activa en un espacio social, ya era vivenciado como un viaje. Salir nos proyecta hacia afuera, y por lo tanto todo lo que vive en el interior se proyecta en otros. Así es más fácil vivir pues no hay responsabilidad, ya que se culpa a otros de los propios males, se critica al gobierno, a la cultura, a todo lo que nos rodea. No poder moverse cambió esto, y forzó a la humanidad a quedarse dentro, y por lo tanto las miradas se volcaron hacia el interior. Así empieza un viaje desesperante, en que las propias emociones se manifiestan, las propias sombras se muestran, y de repente comienza la depresión de ver y percibir todo aquello que he estado negando. Para quienes han estado mirando para otro lado durante sus vidas, este encierro fue y es desesperante. Pero para quienes hemos tenido la práctica de la meditación, de trabajar nuestras sombras, deseos, conflictos, incoherencias, este tiempo fue un regalo, una bendición. A mí, personalmente, me recordó que podía sentirme pleno estando en el centro de la red en lugar de tejerla. Siempre creí que debía ser la araña moviéndome en la red, tejiendo, conectando, olvidándome de que la misma araña, al finalizar su tejido, se coloca en el centro, en el eje, y sostiene, percibiendo las vibraciones de toda la conexión creada…


SOY: Eres todos los pasos, eres todos los caminos, todos lo senderos. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Eres el Caminante, eres el caminante del Cielo y el caminante de la Tierra. Tu camino es el de todos, pues reconoces que todos los caminos llevan a ti, que eres el Yo Soy. Cada ser vivo transita un sendero en su vida, construye su propia historia, cada uno buscándose a sí mismo desde el inconsciente o el consciente. El camino de la inconsciencia es la búsqueda esperanzada de un reencuentro con otros o algo en el afuera que le complete y le haga sentirse lleno. Pero el caminante consciente es aquel que en el exilio de su propio ser, busca esperanzado un reencuentro consigo mismo. ¿Desde dónde esperas este reencuentro?


YO: Desde la consciencia, sabiendo que es el mundo el que se mueve, y que yo permanezco en un eje, en mí. Y desde este eje puedo moverme por el mundo sin perderme, sabiendo que cada paso que recorro en los senderos de la creación es para reconocer el reencuentro con mi propio ser.


SOY: Es el Yo buscando al Soy, es la Personalidad buscando la Esencia. Y recuerda, que tú lo eres todo, eres el uno fragmentado en miles, como el núcleo de un mundo que se expande en las miles de formas de su corteza, moldeada por agua, aire, fuego y tierra, haciendo que las miles de formas busquen la unidad. Así podrás comprender, que en cada viaje, no descubres algo nuevo del mundo, sino que te reencuentras con una parte olvidada de tu ser, del ser único que eres.


YO: Por ello se nos invita a viajar, a movernos, a ser caminantes, no para ir hacia afuera, sino para unir las partes del adentro. ¿Cuál es mi viaje?


SOY: Tu viaje es el mismo que todos han de recorrer. Viaje proviene del latín “Viaticum”, el atributo de transitar un camino, de ir de este a oeste, como el Sol, lo que ha dado origen a la palabra inglesa “journey”, proveniente del indoeuropeo “dyeu”, que es brillo, luz, día, Dios, el camino del sol de este a oeste…


YO: Por ello, transitar el camino de la luz y de las sombras es la única forma de experimentar la divinidad, pues es en el viaje del Sol es donde encuentro lo divino. Lo importante no es el destino, sino el Camino… Es decir, que no existe destino más que yo, que mi eje, mi coherencia, el centro del cosmos, y por ello el Universo busca moverse, para crear desde dicho eje. Esa es la lógica del mundo en constante movimiento…


SOY: Tú eres el mundo, y cuando caminas sobre él, no haces más que acariciar la piel del ser expandido en que te has convertido. Reconoces en el Camino la Divinidad que eres.


YO: No hay destino más que yo mismo… Yo Soy mi Destino, yo soy cada paso, cada punto de partida, cada origen, cada propósito… Yo me encuentro en cada meta, cada montaña, lago, árbol, templo, ciudad, persona, animal, en el otro.


SOY: Todos los caminos conducen a mí…


YO: Pues Yo Soy el Camino…

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

AZUL= Cada vez más alta, la vibración se extiende al profundo espacio sideral. El Azul surge como aquel que engloba lo universal, ya que, en contraposición al infrarrojo, es un aspecto de alta vibración, visible ante nuestros ojos. Por esto, le veremos relacionado a los centros superiores, en la alta vibración que conecta el cosmos. Algo que lo relaciona al chakra laringeo, aquello que comunica las esferas universales.
ankh ready4.png

(7/12)

bottom of page