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DHy: Yo Soy Esencia de la Madre Matrix

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YO: Ayer me quedó una duda… Muchas veces hemos hablado del espíritu como algo tan grande que no puede habitar un cuerpo, y por ello se expande como el wifi por el universo, y los cuerpos lo descargan como aplicaciones de móvil. Sin embargo no es lo que ayer describiste, donde el espíritu es la base de todas las cosas en su interior, y que el mismo es la semilla expresada en el cuerpo… Entonces, ¿Cómo se entiende?


SOY: “Mïrkabayn-há”.


YO: ¿Cómo?


SOY: Vuestras lenguas se han preocupado tanto por describir los detalles del mundo que han perdido la capacidad de expresar lo esencial. Es casi imposible explicar en vuestros idiomas un concepto tan grande e interdimensional. La expresión Mïrkabayn-há, proviene de la frase “Mïr kah bah aeynon há”, que describe el atributo del hombre siendo el propio hogar donde se desarrolla la consciencia y la energía. “Mïr”, describe la mente individual de un humano, hombre o mujer, el autorreferenciado y su consciencia del ser, la cual existe sólo por su manifestación interconectada en redes pulsantes, la conexión espiritual llamada “kah”, y todo ello habitando en un mismo, en la energía del cuerpo, en la esencia material llamada “bah”, el hogar del ser. Aeynon es una construcción que no existe en las lenguas actuales, y que describe un lugar, locación, que se convierte en un sujeto realizando una acción, en este caso, aquel aparente ser del interior que en su observación se moviliza a desarrollarse desde la percepción interior, pero atreviéndose a ir más allá y evolucionando en la vida, lo cual se llama “há”. La frase se traduce en un solo concepto: Mïrkabayn-há, que trata de narrar que todo lo que vive fuera es adentro, que lo que se expande es tan grande que sólo puede encontrarse en lo interno, pues nada de lo que existe realmente es, y por ello, lo que está dentro se mueve constantemente por el afuera. Vuestro idioma está construido por conceptos duales, polarizados, y les imposible describir el concepto “bah”, es decir: hogar que vive dentro. “Bär” describe la casa física, concreta, material, y “bahab” el hogar celestial, lo sutil, que da origen a la palabra trascendencia: “buhub” (misma palabra para muerte) es decir, algo que va más allá y aún así sigue estando aquí pues regresa al hogar. La palabra describe la forma en que algo puede estar dentro y fuera a la vez, puede ingresar en el cuerpo y aún así al hacerlo ver que está saliendo de él. Son palabras que naturalizan lo que llamáis paradojas, porque describen la realidad desde una dimensión diferente a la cual habéis construido vuestra realidad. Todos los tejidos, la creación, vuestra tecnología, fue diseñada para adaptarse a un entorno específico, y entendéis, pues, todas las cosas desde ese punto de vista.


YO: Entiendo, o sea que el espíritu es tan amplio que no puede pertenecer a un cuerpo, pero a su vez, es el espíritu o una parte de él la que se manifiesta en la materia.


SOY: Así es…


YO: Es como complejo de visualizar.


SOY: Es un Tesaracto. La araña tejedora de realidades. Es vuestro propio espíritu interior generando a su alrededor la estructura de crisálida de un cuerpo, y a su vez, expandiéndose fuera de él de manera eterna para volver a ser descargado en el mismo. Es la tecnología de retroalimentación más perfecta.


YO: Hablando de retroalimentación, me surgió otra duda: la Tecnología es el arte que nuestro Espíritu ha manifestado mediante el Cuerpo. ¿Qué es lo que nuestro Cuerpo entrega o manifiesta al Espíritu?


SOY: La Cultura.


YO: Emmm ok. ¿Cómo?


SOY: Cultura, tal como la conoces hoy, es un concepto utilizado más que nada a partir del siglo XX para describir el conjunto de conocimientos, tradiciones, características, atributos, capacidades artísticas de un grupo humano específico o general. La cultura describe el aglomerado de informaciones que nutren a los individuos. Se puede considerar una cultura por sí sola la construcción de diversos individuos que desarrollan formas de interrelacionarse, o también puedes conocer el concepto de cultura como el bagaje intelectual adquirido de un individuo por estudio o experiencia. Pero la cultura no siempre fue considerada así. La palabra Cultura no tiene más de 600 años, y describe la acción o cualidad activa (-ura) de habitar o cambiar el hábitat. Su raíz etimológica proviene del indoeuropeo “Kwel” que significa “cambiar, mudar, habitar un nuevo sitio”, palabra que dio origen al griego “kyklós”, es decir “ciclos”, que se refiere a círculos de tiempo repetitivos, como las estaciones del año; razón por la cual, en latín, ciclo pasó a ser llamado “circulo”, dando el verbo  “colo”, es decir: colectar, recoger, y que origina “colere” que es recolectar el fruto de lo sembrado en los ciclos de las estaciones, de cuyo participio es “cultus”, traducido como recogido, recolectado”. Por esto, en la edad media, se llamaba Cultivo a lo que se recogía en la cosecha y Cultivar se volvió el verbo de realizar todo el proceso de siembra, cuidado y cosecha. Así, del indoeuropeo: kwel, dar vueltas, girar, mudar, cambiar de sitio, llegamos al concepto de las estaciones como círculo de tiempo mediante el cual se realiza la siembra y colecta de los frutos y granos.


YO: ¿Qué tiene que ver el Cultivo con el Culto a un Dios?


SOY: Toda la relación. En primer lugar, recuerda que los humanos realizan todo lo que hacen por la comida, necesitan alimentarse, y los dioses son una especie de seguridad para conseguir la comida. Así, de la misma forma en que se realizaban las tareas agrarias, se debía pedir ayuda a los dioses para la buena siembra, la lluvia, el cuidado de plagas, la buena cosecha, etc. Por lo tanto, honrar a los dioses y dar ofrendas a los mismos, estaba sincronizado con los ritmos cíclicos del campo, y debido a que era un ciclo, también el concepto era llamado “Culto”, participio de algo que se repite en un cambio o mudanza. El término de habitar o mudarse se relacionaba con las casas astrológicas, casas o mansiones de los dioses en el cielo, que iba cambiando, mudando, según la estación o mes del año. Por ello, por su mudanza y repetición reiterativa de los rituales a los dioses año a año, se conoce como Culto a seguir una divinidad específica.


YO: Entiendo. Y, alguien considerado Culto, ¿quién es?


SOY: Aquí podemos entenderlo desde dos posibles visiones. La primera, describe el hecho de que esta persona no se queda con una sola postura o visión de las cosas, sino que se atreve a mudar, cambiar su forma de ver, mirar distintas perspectivas, ampliar su visión de las cosas, y por lo tanto, circula reiterativamente por distintas áreas de conocimiento, nutriéndose de cada uno. Así, alguien “culto”, es una persona con distintos conocimientos que ha adquirido en su movimiento por la vida. Pero por otro lado, llegamos al concepto que estamos buscando. Una persona culta es aquella que se ha cultivado. Imagina que tu cuerpo y tu mente en él, son como un terreno con muchos minerales y potenciales, pero los mismos no despiertan si no agrego a él los elementos necesarios: agua y semillas. Si tu cuerpo es un huerto o tierra rico en minerales con el potencial de crear frutos para compartir como sus dones con el mundo, deberás saber que, para lograr crearlos se necesita labrar la tierra. Arar la tierra es crear los surcos que flexibilizan el terreno. Un terreno plano es más propenso a secarse y crear una capa rígida donde agua y semillas simplemente se deslizan y no nutren el suelo. Por ello, los surcos crean curvas, arrugas en el terreno, que permiten al agua moverse y permanecer, permeabilizarse, permiten que otros nutrientes se aferren a los rincones de los surcos y sean absorbidos por el suelo. También, hacen de casa, cobijo, para las semillas que vuelan o que depositas en la tierra. Una mente lisa y llana es una mente vacía e infértil. Una mente con muchas curvas y laberintos, es una mente rica y fértil. Naturalmente, tu cerebro se ha ordenado con surcos, con dobleces para afianzar la información. Un terreno con arrugas tiene mayores posibilidades de crear vida, y uno liso, de convertirse en un desierto. Por ello, para que haya buen cultivo, colecta, cosecha, necesitas aprender a flexibilizarte, a doblar tu terreno, a tener otros puntos de vista, a abrir tu corazón, mente y cuerpo. Y luego, debes regar el terreno. ¿Con qué?


YO: Con agua…


SOY: Que tu ser llama “emociones”. Hay que aprender a regar la cantidad justa para que no ahogues el terreno o no se seque. El agua trae vida, y sana las heridas del terreno moldeando los surcos, suavizando el terreno. Y así se plantan las semillas, el potencial espiritual que viene del Árbol de la Vida y el Conocimiento. Ahora bien, un monocultivo puede darte una sola razón, pensamiento, idea. Por ello, es necesaria la variedad, pues un solo fruto no es nutritivo, para tener una alimentación sana, es necesaria la variedad: consumir distintas formas, distintos colores, y cocinarlos de distintas formas. Así, tu Cuerpo es regado por el Alma y sembrado por el Espíritu. Y el potencial del Cuerpo, del terreno, sus minerales, su fósforo, hierro, calcio, silicio, nitrógeno, son los que harán crecer la semilla espiritual, nutrida por el agua emocional del alma.


YO: Qué hermoso verlo así…


SOY: Es hermoso. Así es como surgen los dones humanos, las habilidades del individuo, el arte, que en la interacción de distintos terrenos y plantas, diseñan más dones, creando arte. Y ese arte, es lo que el espíritu recoge, colecta, es el producto de su propia semilla. Las semillas no germinan sin el agua del alma, y por más que germinen, no se harán fuertes sin los minerales del cuerpo. Las raíces, las ramas, los frutos, crecen gracias a los nutrientes del suelo, y sin los mismos no habría producto final, no habría fruto espiritual. Por ello el espíritu necesita manifestarse, nacer, vivir, experimentar, pues por más que la semilla contenga todo el potencial en su centro, su interior, sin lo que el alma y el cuerpo tienen para entregar, jamás podría expresar lo que realmente es. Es su cosecha, es su cultivo. Y cuantos más interactúen, más cultivos habrá, y es así como cada semilla crea su cultura.


YO: Las culturas humanas son los frutos espirituales de los individuos.


SOY: A mayor cantidad de culturas, mayor es la capacidad del ser que cosechar los frutos del espíritu.


YO: Así es que cuantas más culturas conozcamos, cuanto más nos abramos a otras razas, países, tradiciones, estaremos nutriendo nuestro espíritu, para descubrir el potencial propio. La forma de descubrir lo que soy es abriéndome a nutrirme de los demás. De cada cultura, de cada religión, filosofía, ciencia, visión, tradición, cultura, antigua o moderna, nutriéndome del arte humano que hemos creado entre todos.


SOY: La vida es un museo en transformación constante. La vida es un Museo. Puede que la palabra museo te recuerde hoy a un sitio frívolo de objetos viejos y muertos, acumulados y catalogados que describen la historia de artistas o activistas y sus logros. Sin embargo, para los antiguos, era todo lo contrario. Museo viene del griego “Mouseion” que significa “hogar de las Musas. Musas eran las divinidades griegas que describían los atributos de las artes. Calíope (épica), Clío (historia), Erato (lírica), Euterpe (música), Melpómene (tragedia), Polimnia (pantomima), Talía (comedia), Terpsícore (danza) y Urania (astronomía). En este espacio se cultivaban las almas y las mentes de las personas, se cosechaba el espíritu viviendo presentes plenamente en el cuerpo.


YO: Así que, debo convertir mi cuerpo en un Museo, donde todas las culturas del mundo tengan un espacio, donde pueda nutrirme de todas ellas para que crezcan mis propios frutos. La cultura deja de ser, pues, una tradición pesada para mí, deja de ser un constructo humano que nos aferra a apegos de grupos y manadas, para convertirse en la clave que nutre la semilla espiritual para que mi ser dé sus frutos al mundo.


SOY: Honra la cultura, cultiva tu ser, ábrete a todas las culturas del mundo, y encontrarás el fruto de tu espíritu.


YO: Yo Soy la Cultura Espiritual. Yo Soy el suelo de ricos nutrientes, potenciales que despiertan con el riego de mi alma, y que se manifiestan en la semilla de mi espíritu.


SOY: Y ciclo tras ciclo, te expandirás más y más.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

NITRÓGENO= El 78% del gas atmosférico está compuesto de este elemento básico. El mismo es una de las bases más importantes para la vida. En griego, siginifica “generador de sales”, y cumple una función muy imporante en nutrir al mundo elemental de los vegetales. La mayor consumisión de este químico hace que las plantas crezcan más rápido y grandes, lo cual a su vez ayuda al desarrollo de todos los seres que viven de las plantas y que no pueden procesar el nitrógeno naturalmente del ambiente.
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