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Hü: Yo Soy la Vida anclando ideas

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YO: Ayer hablamos de que todos los caminos transitados por los ancestros se unen en mí como destino, quien trazará un nuevo destino. Dijiste que tú eres el último Destino. ¿A qué te refieres con eso?


SOY: Básicamente, que todos los Caminos conducen a mí. Sin importar cuántos haya ni lo mucho que se alejen entre sí, todos volverán al centro pues todos, en su infinita búsqueda exterior, algún día llegarán a la búsqueda interior, y la única respuesta a todas sus preguntas será “Soy”. “Todos los Caminos conducen a Roma”, “todos los senderos conducen a Dios”. Todos los Yo conducen al Soy. Por esto, soy el último destino.


YO: La información de mis destinos están en mis pies… ¿Por qué?


SOY: “Jesús lavó los pies de sus discípulos”. Esta antigua tradición no es del Mesías, sino algo mucho más anterior, en que los estudiantes, a diferencia de ahora, no se recibían de sus estudios de sacerdocio o doctrinas y doctorados mediante un diploma, sino mediante el Lavatorio de pies de sus maestros. Esto significaba que durante su vida habían transitado un largo camino de pruebas y aprendizajes, y que todas ellas habían sido superadas. Por lo tanto, el maestro se disponía a limpiar los pies de todo lo transitado y vivido, para que pudieran caminar ahora un sendero de sabiduría. En cierta forma, era la manera en que los estudiantes pasaban al camino de la maestría, un símbolo de comenzar un nuevo camino: la Iniciación.


YO: O sea que en los pies yacen todas las cosas que hemos vivido, las que nosotros como individuos hemos realizado…


SOY: Como hablamos ayer, existen dos caminos por los cuales tú heredas todo lo que te hace ser quien eres hoy: uno mediante la biología y el otro mediante la energía. El camino de la biología es el del árbol Genealógico. Miles y miles de finas y lejanas raíces absorben los nutrientes que se van uniendo en raíces cada vez más gruesas hasta llegar a las últimas dos que generan el tronco, que eres tú; y de ti surgen las ramas que serán tus hijos o proyectos, los cuales se seguirán ramificando hasta las más lejanas y pequeñas ramitas donde encontrarás las hojas. La imagen del árbol muestra muy bien el camino biológico en que aquellos del pasado entregan los nutrientes que tú convertirás en equilibrio para entregárselo a tus futuras generaciones como herramientas. Y estas herramientas permitirán a los del futuro en las hojas absorber la luz y devolver esta luz a las raíces en forma de claridad. El futuro entrega consciencia a las voces del pasado, y el pasado entrega herramientas a las miradas del futuro. Tú eres el nexo. Así, comprenderás una cosa. Ni el tronco ni las raíces ni las ramas son seres separados, son un mismo ser vivo que se expande en tiempo y espacio cambiando sus formas, cumpliendo distintos roles. Dicho esto, puedes comprender que tus ancestros y descendientes no son otras personas, sino que son tú mismo en distintas expresiones. A esto le llamamos Vidas Pasadas y Futuras Biologías. En ti viven sus memorias, todo lo que eres y la potencialidad de lo que serás. Así, un conflicto en tus raíces es a su vez un conflicto para todo el árbol. Solucionarlo no elimina la raíz, ni te libera de su pesar, solucionar los pesares del pasado es funcional al presente y al futuro de manera práctica, pues te entrega herramientas para transitar tu camino. Su información se registra en el ADN a a través de las acciones mecánicas, repetitivas, emociones, intenciones, que cada persona realiza y siente, y pasa como nutrientes a las siguientes generaciones. Todos, pues, viven en ti.


YO: ¿Y el camino de la energía?


SOY: Ese es el que tú sueles llamar “camino del alma”. Alma viene de la palabra latina “anima” que significa “mover”, es decir, un objeto animado. Así nace el concepto de reino Animal, es decir, de criaturas que se mueven. Se considera pues que todo lo que está en movimiento y que es capaz de controlar su propio movimiento, es un ser con Alma. Y la verdad es que el movimiento se produce por una reacción y pulsos eléctricos generados por energía positiva y negativa. Así, el Alma, es en realidad energía. Y la energía es eterna, se transforma, y pasa de un cuerpo a otro, al ambiente, entre dimensiones, pues la energía es generada por electrones, y los mismos puede comportarse como partículas o como ondas, moviéndose sin tiempo y sin espacio. Así, también existe el otro camino que atraviesa a tu árbol pues es también parte del bosque, de la biosfera, de todo lo que existe, es decir, la luz. El árbol es luz pues se alimenta de ella. Los Animales son luz pues se alimentan de energía producida por la luz. Así, la luz vive y atraviesa todas las cosas, la energía cambia de reinos, mineral, vegetal, animal, humano… Cambia de árboles genealógicos, pues atraviesa a todos los árboles de todas las especies por igual, y en ella, pues, se registra la historia de cada familia y grupo o especie. Llamas a esta información Vidas Pasadas y Futuras de la Energía. Es decir, lo que todo el mundo suele conocer por Vidas pasadas. Pero si miras la naturaleza entenderás que ambas son simbióticas, pues los dos caminos son tu misma Vida. La Vida Eterna que tanto anhelan muchos, ya existe, pero tenéis la mirada tan acotada a vuestro egocéntrico mundo existencial que no podéis verlo. Sois como esa célula dentro de un riñón que se cree única en el mundo, y no logra ver el riñón, ni mucho menos comprender que forma parte de un cuerpo. Y mucho menos aún de un mundo. Y las células mueren rápidamente, pero su energía es reabsorbida por el sistema, nutriendo a nuevas células que nacen día a día también. Esa energía, esa consciencia, nunca se fue, ni se perdió, se reintegró, en una nueva forma. Ya eres eterno, pero tu ego no lo ve, pues él quiere serlo, y el ego es sólo uno de todos los que existen en el Soy. Cuando comprendes la verdad de tu ser, el ego deja de ser los ojos con los que juzgas la existencia, y pasa a ser la herramienta con la que te desarrollas en esta etapa de la misma.


YO: Entonces… ¿Dónde queda el camino propio, eso que llamamos misión de vida?


SOY: Una célula, un humano, un ser, debe cumplir distintas etapas de la existencia antes de empezar a cumplir con su misión, y luego con su propósito. Vamos a entender los pasos de tu camino. En primer lugar, vamos a comprender algo esencial, que es la clave de todo lo que debas entender posteriormente: “No existe ningún propósito”.


YO: Esto lo había oído varias veces… Pero es difícil de asimilar.


SOY: Los humanos viven una vida lineal en sus mentes que les lleva de nacer a morir y en el medio pasan cosas. Esto ha diseñado un camino psicológico en el cual ponéis un punto de partida y un objetivo. Al objetivo le llamáis propósito, pues el propósito da sentido a todo lo que sucede. Dime, ¿no sería horrible pensar en una existencia sin propósito? ¿Para qué haces todo lo que haces?


YO: Básicamente acabas de destruirlo… O sea que puedo divisar lo que se siente…


SOY: Tienes una dependencia emocional muy fuerte al propósito. No sólo tú, todos. Para llegar al Propósito, en el medio, en ese “pasan cosas”, nos ponemos metas a corto plazo, que llamamos “Misiones”. Nuestra mente, pues, diseña la vida en metas, y en tanto las cumplimos, comienza una nueva. Es decir, nos iniciamos en un nuevo sendero de la vida, pero con una nueva misión. Nacer es la primera meta o misión. Luego caminar, luego hablar, luego tener amigos, luego terminar el parvulario, luego el primer año de estudio, luego la primaria, luego la secundaria, luego la universidad… Cada uno tiene sus propias formas, pero esta visión de la humanidad hace que vivan siempre en el futuro en lugar del presente. Preguntándose qué harán luego al terminar este ciclo.


YO: Sí, me pasa constantemente… El “para qué”, “hacia dónde”, “qué sigue”…


SOY: Toda esa búsqueda surge del impulso. La primera etapa es reaccionaria. Es decir que el primer camino es una búsqueda de encontrar comida. La segunda es  luchar por conseguirla. La tercera es de supervivencia, la cuarta es la de adaptarse a nuevos ambientes, la quinta es multiplicarse. Y estos 5 pasos se repiten una y otra vez en el sistema de impulsos y reacción. Hasta que surge la Cultura en la especie humana. En ese instante, el impulso pasa a ser un pulso, y la reacción pasa a ser una acción. El primer paso deja de ser buscar comida y empieza a ser nutrir el espíritu y el alma. El segundo paso deja de ser luchar para convertirse en integrar, el tercero deja de ser sobrevivir para volverse en la búsqueda de la iluminación, el cuarto deja de ser adaptarse para volverse creativo, y el quinto nos libera de la multiplicación para buscar la trascendencia. Así, el ser cultural convierte las necesidades en misiones, y los objetivos en propósitos. Ahora bien, un ser animal y humano inteligente poseen a su vez 3 formas de ver la realidad: desde el subconsciente, el inconsciente y el consciente. Así, el propósito del subconsciente engloba la necesidad de toda una especie. El del inconsciente engloba la búsqueda de todo un grupo dentro de la especie. Y el Consciente contempla la búsqueda de un individuo dentro del grupo. Este individuo, en su andar, tiene a su vez la capacidad de cambiar el destino de los otros dos grupos inconscientes y subconscientes. Este individuo ya no busca la resolución de misiones terrenales ni el cumplimiento de propósitos globales, sino que se sumerge en el sendero de la Espiritualidad, del mundo interior, donde la misión es aprender y el propósito es conocerse.


YO: Parece complejo, es mucho…


SOY: Lo es, pero no tienes la obligación de hacerlo. Es una elección, y allí está el camino del que me preguntas.


YO: ¿En la elección?


SOY: Exacto. En tanto te muevas por las necesidades de tu especie o las de un grupo, tus misiones y propósitos serán movidas por la reacción y el impulso. Pero en tanto decidas detenerte y contemplar desde la consciencia, tienes la capacidad de salirte de este movimiento de péndulo, y convertirte en creador, en quien pulsa y acciona en una nueva dirección.


YO: Si no entendí mal, entonces… Todo lo que llamamos misión y propósito de nuestros caminos son meras fractalidades y ecos de un impulso básico que es la energía positiva y negativa pulsando. Y cuando nos volvemos creadores conscientes, somos capaces de crear nuestro propio propósito y misiones…


SOY: “¿Qué fue primero: el huevo o la gallina?”… O vamos a complejizarlo más: “Qué fue primero: Dios o el humano?”.


YO: Según mi punto de vista, lo primero fue el humano, porque es el humano quien diseñó la idea de Dios.


SOY: Exacto. Dios no existe. Aunque…


YO: …Existe si yo lo creo…


SOY: O sea que tú eres parte del Creador… Creándose a sí mismo. De igual manera que un niño nace y no sabe quién es hasta que el entorno y la experiencia le otorgan herramientas para reconocerse y decir “yo”, pronunciar su nombre y ocupar un espacio consciente en la vida; el Universo se ve realizando exactamente lo mismo. No sabe que es Dios hasta que sus neuronas se desarrollan y pueden mirarse al espejo, y decir: “Ah, yo soy Dios”.


YO: Es un concepto fuerte… Aceptar que somos los ojos de Dios reconociendo quién es…


SOY: El espejo es medio irregular, por eso hay tantas visiones de Dios; aún está tratando de reconocerse. Y es por eso que los que se miran y se dan cuenta que nada es real, sino que es uno mismo conociéndose, reconociendo quién es, deben darse cuenta de que ahora que lo saben, pueden crear. No existe ningún propósito, así como no existe Dios. Pero tú, en tu infinita creatividad, puedes construir un propósito, y crear una idea de Dios que te guíe por ese sendero. Hasta que no seas capaz de crear tu propio camino a tu imagen y semejanza, verás el mundo por los ojos de tus ancestros y recorrerás los pasos guiados por sus miradas.


YO: Como el hamster que gira en la misma rueda una y otra vez…    


SOY: El chakra del karma: la “rueda de la acción”, literalmente transcripto del sánscrito. Aunque en este caso, la acción no sea más que una reacción. La rueda gira a tal velocidad que no nos queda otra que aceptar con naturalidad lo que vendrá, una y otra vez, repitiendo y observando lo mismo, vida tras vida. Pues saltar de la rueda implica un riesgo, puedes salir dañado, entrar en crisis. Es como ese cuerpo que decide hacer ejercicio para bajar de peso pero no deja de comer harinas diariamente. No importa cuánto ejercicio hagas cada mañana, si al terminar te comes 5 croissants con chocolate, no verás nunca el cambio.


YO: Entiendo. No es cuestión de cumplir los objetivos, es cuestión de cambiar los hábitos.


SOY: Construir el propio camino es reconocer los senderos que te construyeron y resignificarlos. Pero para ello, debes liberar la tensión emocional de tus pies: la creencia de que “este es mi destino”… Cuando no lo es.


YO: Las palabras fuertes de “no existe el propósito”, “no hay destino”, “Dios no existe”, nos dejan un vacío desde el cual la única opción viable es crear a Dios, diseñar un destino e intencionar nuestro propósito.


SOY: Todas las personas que te han preguntado “¿cómo encuentro mi propósito, cómo descubro mi misión?”, primero deben acudir al funeral de su creencia sobre ello.


YO: “Dios ha muerto”, como dijo Nietzche, no aludiendo al hecho de que no exista, sino al concepto que se tiene de Él. O Ella…


SOY: Para encontrar tu propósito, debes construirle en acciones e intenciones, utilizando las herramientas de tu árbol y resignificándolas. Acude al funeral de tus creencias y expectativas, y atrévete a ser el creador y creadora de este camino. Lo primero es enfrentarnos a la emoción que nos produce el sinsentido.


YO: Cuando me dijeron la primera vez que no existía propósito, sentí que mi mundo se desmoronaba. Todo lo que yo hago es por un propósito, el cual tenía tan claro, que sentí que moría al oír esas palabras, sentí un vacío tan grande que me costó meses recuperarme. Llegué incluso a pensar en el suicidio, aunque el mismo tampoco tenía ningún sentido. ¿Por qué adelantar algo que de todas maneras llegaría? Al menos en la Vida podía divertirme y cambiar mi realidad… Pero ese sinsentido me hacía creer que nada valía la pena. Que daba igual todo lo que hiciera.


SOY: Y allí te diste cuenta de lo que significa la frase “nada valía la pena”… ¿Por quién haces lo que haces o pretendías hacerlo?


YO: Por la humanidad…


SOY: Oh, no, querido amigo… No lo haces por la humanidad. Lo haces por el reconocimiento de la humanidad. Todo lo que buscamos hacer por los demás es por obtener el reconocimiento de lo que hacemos, pues en una manada de mamíferos, el ser parte lo es todo, el sentirse útil marca la diferencia. La visión de nuestros propósitos es meramente “Paternalista”, es decir, con la intención inconsciente y reaccionaria de enorgullecer a nuestro papá y mamá. Es lineal, pues si no existe nadie que al morir te diga: “lo has hecho bien”, o si al terminar con el propósito te das vuelta y no hay nadie para decirte “gracias por lo que has hecho”; o si al hablar con tu Yo Superior, como ahora estás haciendo conmigo, en mitad de una tarea planetaria como la tuya, te dice que “No hay plan, ni nunca lo hubo”… La pregunta que te harás es: ¿lo habría hecho igual?


YO: Hace ya un año que tuvimos esta misma charla, y tras meses de lucha interior, sabes bien que ahora hago lo que hago porque lo he elegido yo, y no porque alguien me lo haya pedido.


SOY: Hemos trabajado por unos 23 años con esto, y ahora ves que está funcionando todo perfectamente, porque ya no tienes expectativas en tu camino. Porque ahora eres creador de tu propio destino.


YO: Dejar de buscar el propósito, y crear el propio, eso es lo que me está haciendo cumplir con el propósito de todo mi árbol.


SOY: Eso es lo que construye el Camino. Así que, ve y lávate los pies… Pero esta vez, con plena consciencia de que lo que estás haciendo es Iniciarte en el reconocimiento máximo: el propio. Tú eres dueño de tu destino. Paso a paso. Suelta la emoción que ponías en tus pies, buscando que te lleven a cumplir un plan divino que estaba fuera de tu poder. Lávate los pies y déjales llorar en el velorio de tu antiguo Yo. Y cuando hayas derramado las lágrimas de tus creencias, empieza a trazar tu camino.


YO: Sólo yo soy el que diseña y elige los pasos si tomo consciencia, pues sino desde la inconsciencia le permitiré a todos los demás guiarme en sus intenciones.


SOY: Toma poder de tus pasos, y construye tu nuevo camino.


YO: Yo Soy el Camino.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

VIBRACIÓN “Ï”: El sonido del Ser resuena en cada pulso conectándolos en una red sonora, la sinfonía que despierta el potencial de cada instrumento divino, de cada criatura viviente. Sus fuerzas internas, sus personalidades, sus emociones, generan los vínculos que nos hacen ser. La ï es pues el sonido del Soy Yo.
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