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Física

Yo Sé

Do: Yo Soy Equilibrio del Mundo

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YO: Esta semana pasada, el 18 de Febrero de 2021, el Rover “Perseverance” enviado por la Administración Nacional del Espacio y la Aeronáutica Estadounidense (NASA), amartizó en el Planeta Rojo, a unos 102 millones de kilómetros de la Tierra, en su momento más alejado en la órbita del perihelio (alrededor del Sol). La fascinación por buscar vida en Marte va más allá de saber sobre la vida en ese planeta, sino que plantea la posibilidad de que alguna vez los humanos podamos cambiar la atmósfera de este planeta y habitar este mundo. Aunque siempre me pareció un gasto de dinero innecesario. Pensar en poblar otro mundo cuando aún no sabemos ni cuidar el propio, me parece muy osado.


SOY: Para un animal que ha evolucionado a la razón, a la inteligencia, siendo que su mente se ha vuelto infinita, el espacio físico le queda pequeño. Y si puede, no encuentra límites, siempre buscará la forma de ir más allá. Y algo que el humano inteligente, intelectual posee, es la falta de sentido común.


YO: ¿Por qué?


SOY: Pues un ser con una mentalidad ilimitada, no comprende la responsabilidad de cuidar los límites. Un intelectual siempre se preguntará: “¿Por qué no?” Mientras que un limitado se dirá: “No, no puedo.


YO: Uf… Aquí tengo un conflicto muy grande. Pues yo soy de los que suele decir “¿por qué no?”, y sin embargo, muchas veces me parece un pensamiento muy egoísta, que no evalúa los resultados de su indiferencia ante los límites. Pero a pesar de ello, no habríamos logrado nada de lo que hemos hecho si no hubiera habido gente preguntándose “por qué no”. No habría tecnología, arte, culturas, derechos humanos, libertad de expresión… No habríamos vivido ninguna revolución, y no habría habido evolución. Sin el “¿Por qué no?”, el primer homínido no habría salido nunca de aquel bosque, y hoy seguiríamos siendo como los primates de África. Pero es justamente el “¿Por qué no?” la misma afirmación que ha destruido los bosques de África y puesto al borde de la extinción a todos los primates, esclavizado otros humanos y destrozado los recursos naturales…


SOY: Es la gran dicotomía. Los extremos de la contracción y la expansión. El Humano es como un latido del corazón terrestre, que palpita contrayéndose y dilatándose, consumiendo civilizaciones y expandiendo nuevas. La contracción duele, pues se siente presión, limitación, y es su represión constante la que impulsa a la dilatación, al efecto opuesto que expande, que suelta, libera en busca de nuevos horizontes, de encontrar la libertad en todos los sentidos fuera de la presión y las limitaciones. Ambos extremos de la polaridad de la acción son inherentes al humano. La Acción limitante es contenedora, pero destructiva. La Acción ilimitada es expansiva pero devastadora. Ambos conceptos se unen en la visión humana de la necesidad de pertenecer, pero también de poseer.


YO: ¿Dónde nace?


SOY: Del miedo a perder la vida. Como todo. Antes de descubrir la Agricultura, los nómadas no tenían este problema, pues comprendían que nada les pertenecía, sólo podían tomar lo que necesitaban y luego seguían su camino. Pero cuando entendieron la magia de la siembra, se volvieron sedentarios, y vieron que podían producir mucho más sin tener que preocuparse por el día a día. Podían tener sus animales en corrales, y contabilizar sus granos y frutos para pasar el invierno. Esto creó un nuevo sentido en el humano que lo cambió todo.


YO: ¿Cuál?


SOY: El poseer. La Posesión. Posesión viene del latín “potis” (poder) y “sedere” (sentarse), es decir, quien descubre el poder del asentamiento, el que se sienta y dice “sobre esto tengo poder”. Empezó a surgir la idea de territorialidad, y así la idea nómada de “el límite es el horizonte”, pasó a ser “el límite es donde cultivo y crío el ganado”. Empezaron a poseer la tierra, a hacerse dueños, amos y señores de lo que crecía en ellas, y por lo tanto, tuvieron que defenderla.


YO: La lucha por las riquezas, por las posesiones.


SOY: Los etruscos llamaban a la posesión como los indoeuropeos: “moris”, es decir, “morada”, sitio donde se vive, terreno, hogar. Y al espíritu de esas tierras fértiles le conocían como “Maris” (moaris). Éste era el “dios” de la Agricultura. Un niño, joven, vigoroso, fuerte, laborioso, que se paseaba por los campos, que fertilizaba las semillas, que incentivaba la abundancia. Pero desde luego que la producción debía cuidarse de los invasores, los ladrones, los ajenos a esas tierras. Así, Maris defendía con dureza los territorios y cultivos etruscos de Italia. El espíritu del guardián, del joven fuerte y poderoso que cuidaba la vegetación, se convirtió en un emblema para los nuevos pueblos de Etruria, hijos de Rómulo en las 7 Colinas de Lacio: Roma. Los romanos, inmigrantes de las costas del poniente de Anatolia, exiliados de Troya, tomaron las claves de su nueva tierra, y con su ímpetu de poder, empezaron a expandirse como todos sus ancestros lo habían hecho tiempo atrás, siguiendo el legado de la expansión territorial, defendiendo sus cultivos, pero esta vez, con un poco más de ambición: conquistar cuantos más cultivos sean posibles. Los pueblos iban creciendo, y con ellos la necesidad de alimentar a más y más personas, de generar más recursos y productos, lo que llevó a los pueblos Mediterráneos a iniciar incesantes aventuras con el estandarte del dios de la Agricultura.


YO: ¿El de la Agricultura? ¿Todo lo hacían por el campo?


SOY: Desde luego. Así, Maris pasó a romanizarse convirtiéndose en Martius, conocido hoy como Marte.


YO: El dios de la Guerra Romano era el dios de la Agricultura… Nunca lo habría pensado…


SOY: Todo sea por la comida. Pero los antiguos no eran nada tontos, y sus campañas de guerra nunca se hacían durante el frío invierno, pues de nada servía pelear con el frío, con escasez de alimentos. Invadir territorios sin trabajadores activos no era una buena opción. Así que establecieron ciertas normativas de lucha: todas se realizarían a partir de Primavera, con las primeras siembras. Así podrían al menos conquistar campos en producción para alimentar a los soldados. Debido a esto, el primer mes de año fue nombrado en honor al dios de la Agricultura y la Siembra, que pronto se convirtió también en el dios de las Batallas y la Guerra para defender los campos.


YO: Los Campos de Marte… En el mes de Marzo. ¿Marzo surge de Marte?  


SOY: Martius, es el tiempo de Marte, igual que el segundo día de la semana, Martes. Todo en honor a este dios. Los nórdicos llamaban a Marte como Tyr, razón por la que en inglés conoces al segundo día de la semana como “Tuesday”, el día de Tyr, pero mantuvieron la nomenclatura del mes en relación a Roma.


YO: ¿Marzo el primer mes del año?


SOY: Enero y Febrero son meses agregados para los romanos y griegos, quienes tenían 10 meses en su calendario. Marzo dedicado a Marte (Martius), el iniciador de la siembra. Abril dedicado a Afrodita (Apru – Aphro), la belleza primaveral. Junio a la diosa Juno, esposa de Júpiter, divinidad de la juventud y el matrimonio, la unión. A partir de aquí, los meses eran llamados por el orden desde el inicio del año: Quintilis (quinto mes: Julio), Sextilis (sexto mes: Agosto), Septembris (séptimo mes), Octobris (octavo mes), Novembris (noveno mes) y Decembris (décimo mes). Aunque Quintilis fue renombrado por Julio César, a quien Augusto César no se le quedó atrás, cambiándole a su nombre como divinidad en el Sextilis, así tenemos Julio y Agosto.


YO: Wow… Interesante. ¿Y Enero y Febrero?


SOY: Dos meses agregados tras tomar el calendario Solar de Egipto y Mesopotamia. Donde los días de celebración de cambio anual fueron reordenados. Enero es en honor al dios del Tiempo, Janus, quien posee dos caras, una mirando al pasado y otra al futuro, hablando del fin y comienzo del año. Y Febrero proviene del periodo de la Purificación, tiempo en que uno se renovaba para comenzar con el nuevo ciclo en Marzo, del latín “februa” (expiación, purificación). Y en ciclo vuelve a comenzar en Marte. Este planeta, pues, está relacionado a Aries, el signo iniciador, el comienzo, la fuerza, la voluntad, la inercia y chispa que empieza todas las cosas.


YO: Y el que puede activar un incendio y calcinarlo todo.


SOY: La ira del fuego, la rabia, la cólera. Por esto mismo, los griegos llamaban a este dios como Ares, de la palabra “aré” que significa “desgracia”. A diferencia de los romanos, los griegos veían a este dios como quien englobaba todas las desgracias, los conflictos, las batallas, guerras que irrumpían con la armonía de la vida cotidiana, aquello que destruía todo a su paso. Odiado por el resto de los dioses y humanos, Ares no dudaba en mostrar su descontento con el mundo atropellando todo a su paso.


YO: Y el planeta englobó este concepto. ¿Por qué lo llamaron Marte?


SOY: A simple vista puedes entender por qué. Si le miras en el firmamento, verás que su color no es como las demás estrellas, blanquecina, sino rojiza. El color rojo de su luz hacía que se le imaginara bañado en sangre, y por ello, se le caracterizó como Ares, mojado en la sangre de sus enemigos, o Marte, avanzando por los territorios apoderándose de ellos. Así, los humanos otorgaron a este mundo el poder del dios de la Guerra. Marte es rojizo debido a su gran concentración de óxido de hierro en la superficie, que corroe todo volviéndolo rojo, oxidado. El planeta, aún siendo aproximadamente unas tres veces más pequeño que la Tierra, tiene ciertas particularidades, y son que posee la montaña o volcán más alto del sistema solar, llamado Monte Olimpo, en honor al hogar de los dioses griegos, que es 3 veces más alto que el monte Everest con una base de 600 km de ancho, es decir, un volcán tan grande como toda Alemania. Tiene además el cañón más grande y profundo del sistema Solar, con zonas anchas de entre 200 a 700km, una profundidad máxima de 11km, y 4500 km de largo, como de costa este a costa oeste de Estados Unidos. Y demás, posee un aspecto en particular que lo asemeja a la Tierra: tiene agua. Congelada, en sus dos polos, pero su geografía lleva de valles y ríos secos, indican que alguna vez fue un planeta lleno de ríos y mares, y tal vez vida.


YO: ¿Marcianos?


SOY: Bueno… No verdes, eso seguro, tal vez rojizos, pelirrojos.


YO: ¿Es verdad que alguna vez la gente de Marte vino a vivir a la Tierra, y que los pelirrojos son una memoria de ello?


SOY: No.


YO: ¿Así nomás? Bueno… Tenía que intentarlo.


SOY: Las historias de “Los hombres o guerreros vienen de Marte” y “Las mujeres y musas vienen de Venus”, no deja de ser más que una leyenda de interpretación mitológica griega. Que hayan venido seres de otros mundos a este, es verdad, pero no quita que los humanos hayan decorado sus visitas con sus propias historias y cuentos. 


YO: Entiendo…


SOY: Lo que nos importa de Marte a nosotros es su Acción. Este planeta representa la Voluntad en nuestro subconsciente, y como veíamos describiendo, describe la Expansión. Como hemos visto, el humano busca expandirse por naturaleza, busca extender sus posesiones, y así, relaciona el poseer con el trabajo. Y si no trabaja, invade, y si no tiene poder suficiente, roba, engaña. La búsqueda de la posesión se relaciona al tener, controlar, pero todos estos conceptos no nacen de la fuerza de poseer, sino del miedo a perder. Marte describe al cuerpo biológico, un organismo diseñado para la batalla, contra el hambre, contra el sueño, contra los virus y bacterias, contra la presión del mundo, contra la extinción. El cuerpo fue diseñado como una armadura del ser, preparado para la gran batalla de la vida. Y la forma de subsistir es acumulando reservas, es alimentándose, teniendo con qué enfrentar la vida, teniendo energía para pasar los peores momentos. La primera batalla es vivir, la segunda es respirar, la tercera batalla es comer, la cuarta batalla es dormir, la quinta batalla es reproducirse, la sexta batalla es trascender. Para el cuerpo todo se basa en la lucha por la supervivencia. La acción, pues, es la clave para lograrlo. Y la acción dice: “antes de que el mundo me consuma, yo debo consumir al mundo”. Así, hay una fuerza interna en cada ser vivo que le lleva a salir de donde se encuentra con la necesidad de expandirse, de ganar territorio, de conquistar. La expansión marciana de la primavera: polinizar, reproducirse. Como verás, para la naturaleza, esta lucha es normal, equilibrada, vive en armonía con el resto de las cosas, pues se basa en los fundamentos de la materia, que es limitada en su cantidad, ilimitada en su transformación. Pero entonces llega el intelecto, y la limitación de la materia le parece una cárcel. Donde el cuerpo ve oportunidades de subsistencia, la mente no ve más que limitaciones de existencia. Y crea cuentos, leyendas, sueños, que logra plasmar mediante los materiales del suelo, pero se queda corto. Necesita más. Utiliza la cultura, el pensamiento, el arte, como formas de batalla, e interpreta a otros como bacterias. Nacen así las guerras, invasiones, imperios, genocidios. La sangre derramada es la necesidad de la mente de saciar su necesidad ilimitada en un mundo limitado.


YO: Por ello nos enfadamos, por ello hay rabia, ira, es toda la energía que genera nuestra mente buscando tener lo que no puede, que no sólo va más allá de los objetos, sino también de las personas, emociones, almas. Nos enfadamos con otros porque no logramos tener de ellos lo que nosotros esperamos, y nunca podremos obtenerlo de otros, pues vive en el idílico de nuestra mente ilimitada. Esto frustra…


SOY: …Y da rabia. Luchamos por nuestros descontentos, por que las cosas no salen como las esperamos, porque nunca es suficiente. ¿Te suena?


YO: Sí… Me suena. Pero es difícil no enfadarse, es decir… ¿Cómo controlas en ti esa necesidad casi biológica de querer poseer, de que todo salga como se espera? Entiendo lo que dices, pero en muchas personas esa forma de ser es casi un programa…


SOY: Esta actitud se trasciende cuando logras despejar los dos satélites de Marte.


YO: ¿Fobos y Deimos?


SOY: Son dos asteroides, rocas, que tienen su órbita alrededor de Marte, pero sus nombres tienen un enorme simbolismo en esta lucha. En 1877, el astrónomo Hall vio estos dos satélites circulando alrededor del planeta rojo y muy atinadamente les nombró “Miedo” (Fobos) y “Pánico” (Deimos). El Miedo y el Pánico son los satélites de la mente de cada humano, como moscas que le rondan, recordándole que puede perder la batalla. Sus guerras mentales, emocionales o físicas se ven en riesgo todo el tiempo, y estas rocas revolotean la cabeza inteligente haciéndole dudar de su capacidad ilimitada. Así, el intelectual se vuelve frío, controlador, manipulador, olvidándose del presente, y buscando aferrarse al futuro, controlando lo imposible, perdiendo la noción de lo posible. El miedo consume la acción de Marte y la convierte en reacción. El pánico consume la voluntad de Marte y la convierte en violencia. Nadie es malo ni agresivo por naturaleza, toda violencia y agresión, reacción e impulso, provienen de un temor, del pánico a perder el control, cayendo en las fauces de la limitación. Todo ser violento, agresivo, guerrero, no es más que un alma que teme perder lo que consiguió.


YO: Enojarse, pues, es sinónimo de Temor. La agresión no es más que pánico acumulado. A veces me enfadan muchas cosas. Me da rabia muchas injusticias, o me enfado mucho con ciertas personas. Me da rabia cuando la gente comenta sin preguntar, cuando apuntalan sin escuchar. Me da mucha rabia que gente que trabaja en la consciencia se considere superior, o dé cátedra a otros desde la superioridad moral. Me enfada mucho cuando en lugar de hacer su proceso quieren controlar el mío o darme consejos que no he pedido. Me pone irascible a veces ver que esto mismo pasa a nivel planetario, en tanto juicio, tanta injusticia, tanta separación. Me desespera viendo que la consciencia es una batalla casi perdida cuando veo la reacción de personas ante lo más mínimo. Cuando se gastan millones en ir a Marte cuando en la Tierra no se ha logrado encontrar equilibrio, cuando las empresas y políticas luchan por sus intereses, cuando los ciudadanos culpan a los sistemas de sus propias irresponsabilidades, cuando juzgan la forma de vivir de los otros acorde a sus propias concepciones de la vida, cuando se discuten banalidades mientras otros mueren de hambre… Este mundo de polaridades es un mundo de dualidades, que se han convertido en opuestos en lucha, en guerra, creando grietas entre humanos iguales, sólo por una necesidad aplastante de dominar, controlar, sobreponerse a los otros, de tener la razón…


SOY: Inspira. Y recuerda lo que dijo Plutón: te vas a morir. No importa lo que hagas, morirás igual. Sólo hay una salida posible. Estás en un mundo limitado, y tu cuerpo tiene un final, al igual que tu razón e inteligencia. Luchar por conseguir controlar lo incontrolable no hace más que despertar a Fobos y a Deimos en ti. Allí nacen los males de Marte en la humanidad. Pero recuerda… Marte no es la Guerra, ¡es la Agricultura! Resignifica este mundo. Inspira, pon la semilla, ten paciencia en tanto echa raíces. Riégale con las aguas de tu alma, con la inspiración de tu espíritu. Cántale mientras crece, léele y háblale de la maravilla de la vida mientras florece. Sus frutos pues, serán eternos, y alimentarán cada semilla más allá de tu muerte, y tu voz, tu alma y espíritu vivirá en cada uno que consuma los frutos. La paciencia y la acción constante es el atributo de la procreación, de la generación. La Humanidad se encuentra en la gran lucha desde hace miles de años, pues en lugar de ver el terreno fértil de Marte, miran con temor a Fobos y Deimos, sintiendo en el rico hierro la sangre de la lucha por sobrevivir.


YO: Trasciende el Miedo y el Pánico, y verás al verdadero Marte…


SOY: El de la Voluntad, el del Inicio, el de la fuerza, el de la siembra. Verás cómo el suelo rico en hierro fortalece a las plantas que crecen creando bosques y selvas. Resignifica la batalla por vivir, pues la vida ya es eterna, sólo debes liberarte de la idea de que la vida debe ser eterna como tú quieres. Suelta lo que deseas poseer, y verás que lo único eterno es la transformación.


YO: “Lo único permanente es el cambio” (Heráclito).


SOY: Allí es donde radica la verdadera infinitud, allí es donde la acción encuentra su eternidad. Cuando sueltes el control sobre la vida que tienes, es que te volverás eterno en la existencia.


YO: Despierto en mí la voluntad de Marte, y decido iniciar un nuevo camino, donde el Miedo y el Pánico sean sólo memorias de mi pasado que me guiaron a la supervivencia.


SOY: Yo Soy Acción, y en ella encuentro la Libertad.


YO: Yo Soy Voluntad, y allí encuentro la Vida Eterna.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

PASADO= El camino transitado, lo recorrido por el cosmos, las aristas de la geometría que son transitadas para conformar los esquemas básicos de las realidades, van conformando el concepto que conocemos como pasado. Es el último tiempo en surgir, pues es a su vez el último en percibirse en las extremidades de los espacios, razón por la cual el cielo que vemos es el pasado de los confines cósmicos debido a la velocidad de la luz. Así, el pasado se compone de todos los patrones experienciales.
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