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Saturno

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Yo Sé

Du: Yo Soy Equilibrio del Camino

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YO: “…Me ensañaste el coraje de las estrellas antes de irte. Cómo la luz continúa interminablemente aún después de la muerte. Con falta de aliento explicaste el infinito: Cuán raro y hermoso es incluso existir. No podía dejar de pedirte decirlo de nuevo. Intenté escribirlo, pero nunca pude encontrar un bolígrafo. Daría todo por escucharte decirlo una vez más: que el universo fue hecho sólo para ser visto por mis ojos… Con falta de aliento explicaré el infinito. Cuán raro y hermoso es verdaderamente que existamos.”


SOY: Lo recuerdas, pues…


YO: Como si fuera ayer aunque fuera 2017. Estaba en la casa de alquiler donde vivíamos con mi madre en Argentina, y me encontraba escribiendo el libro “La Gran Herencia”. En un momento me quedé en silencio, y dejé de sentir inspiración. No sabía qué era lo siguiente, cuáles serían las próximas palabras. Y entonces cerré los ojos, como esperando una señal… Y llegó. Fue esta canción en una radio aleatoria de Spotify.


SOY: “Saturno”, de la banda Sleeping at Last.


YO: Su melodía me hizo sentir lo que mi corazón estaba viviendo… Una suerte de melancolía desoladora, en la que me sentía solo, despojado de toda la esencia que buscaba transmitir… Y de repente, la letra de la canción dio todo el sentido.


SOY: Traté de ser lo más directo posible para que me entendieras. 


YO: Lo sé… Cuando oí la canción inmediatamente pensé en ti. Me di cuenta de la cantidad de tiempo que llevaba sin hablar contigo. La primera vez que te sentí, a mis 12 años, en un suspiro me mostraste el infinito, y no encontraba la manera de anotar todo lo que sentí, lo que me hiciste ver, recordar. Entendí la existencia y aún así me parecía de lo más extraño y hermoso. Me mostraste cómo el Universo se creó a sí mismo para verse, verme a mí mismo. Y con tu mirada lo entendí todo. Lo que me contaste en un suspiro, es lo que ahora yo cuento en los míos. Pero cada tanto necesitaba que me lo recuerdes. En aquel momento, cuando sentí tu presencia, tu vibración resonó como un gong, y dijiste: “este es mi nombre”.


SOY: “Ghan”… Tu “Yo Superior”…


YO: Pero en 2017, tras escuchar la canción, cuando sentí tu presencia, pregunté: “¿Ghan?”, y me respondiste: “Soy”.


SOY: Y tú eres Yo.


YO: Y entonces por primera vez escribí un breve diálogo entre Yo y Soy. Estaba escribiendo sobre la historia de mis nietos, quienes descubrían sobre mi historia, pero no sabía de qué manera lo hacían, y entonces me susurraste: “Por nuestras conversaciones”.


SOY: “Conversaciones entre Yo y Soy”.


YO: Supe en ese momento que nuestra trascendencia no era como Matías y Ghan, sino como Yo y Soy, es el ser quien me mostraría el coraje de las estrellas. Y esta vez ya no te irías, ahora vives en mí, en mi silencio. Nunca te agradecí por hacerme oír esa canción que entre lágrimas me devolvió la inspiración.


SOY: No hace falta que me agradezcas algo que ya vibra en mí. Somos Uno.


YO: Saturno nos unió.


SOY: Como nos une a todos a nuestro Ser Superior. Como hemos dicho, cada planeta es como un paso inevitable en el camino de nuestras vidas. En tanto el Sol es el Yo, el centro, el ego que ancla a la realidad física de esta existencia, Mercurio es la expectativa de aprender, conocer, moverse y comunicarse con el entorno, siendo Venus las relaciones que creamos en nuestro andar, vínculos que nos llevan a manifestar proyectos, a generar nuestras realidades en la Tierra, que despiertan la fuerza expandiéndonos por los trabajos y luchas de Marte. En el cinturón de asteroides, se produce la primera crisis por estas luchas en las que no hemos vencido, que nos llevan al alma, donde nos encontramos con la grandeza de lo que llevamos dentro, el potencial para cumplir con nuestros propósitos en la vida: Júpiter. Y aún así, el alma nos recuerda que para lograr lo que hemos venido a hacer, es necesario revisar la historia con Saturno, para abrir la mente a nuevas opciones de Urano, y reconociendo que no hay a dónde ir, pues somos todos un océano en Neptuno, que acaba en la muerte de Plutón, donde el vacío nos entrega la oportunidad de volvernos creadores libres. Pero Saturno es el punto de inflexión que nos libera de la idea de la individualidad para pasar a la idea de un ser colectivo, integrado. Y para ello, nuestras almas deben expandirse hacia todos los tiempos, reconociendo que somos uno en el pasado, en el presente y en el futuro. Sólo así comprendes al “Soy”.


YO:  Y por esto Saturno, el dios del Tiempo.


SOY: Así es. Tal vez la razón de llamar a este planeta así se debe a su lenta órbita alrededor del Sol, al menos la de los planetas conocidos en la antigüedad. Los pueblos sumerios y egipcios, y por ende los griegos y romanos también, tenían a Saturno como última estrella errante del cielo, desconociendo los demás por detrás. Al analizar su movimiento podían ver que era mucho más lento que el de los demás, es decir, que un ciclo completo de este planeta alrededor del Sol, un año saturniano, es de casi unos 30 años terrestres. Pero estas son cualidades más propias del dios griego que dio nombre a este planeta.


YO: Cronos, el dios del tiempo.


SOY: Sencillamente, Cronos no es un nombre, sino que significa “Tiempo”. Cronología, cronograma, crónica, todos conceptos relacionados a la medida del paso del tiempo y las historias. Para los antiguos, la lentitud de este planeta se relacionaba a la paciencia y la capacidad del tiempo de englobar todo lo demás. En la mitología griega, Cronos es hijo de Urano, el espíritu mental de los Cielos. Y a su vez, es hijo de Gea, el espíritu de la Tierra. Cielo y Tierra, Urano y Gea, se unieron para dar nacimiento al concepto del paso del Tiempo. Pero Urano impedía la evolución de las cosas viviendo siempre en el plano idílico de las cosas, y por esto, Cronos le mató cortándole los testículos.


YO: Sí, de los que nació Afrodita, como ya hemos dicho.


SOY: Y con ella nació la vida, y Cronos reinó, manipulando la evolución de la vida misma junto a su mujer hermana Rea, quien moldeaba las montañas con el correr de las aguas. Pero un día sospechó de algo a ciencia cierta: sería traicionado por uno de sus hijos. Entonces decidió llevar a cabo una atrocidad: devorarles a todos.


YO: Una imagen que encarna perfectamente el pintor español contemporáneo y expresionista Francisco de Goya: “Saturno devorando a su hijo”.


SOY: Cualidad que tal vez describe mejor a Saturno: lleno, opulento. Mientras Cronos resume la idea del Tiempo creando la vida y la evolución y a su vez destruyendo y devorando su propia creación, Saturno es la visión de quien se encuentra lleno de lo que ha devorado.


YO: ¿Por qué?


SOY: Por más que muchos tomen a Saturno como la versión romana del Cronos griego, la verdad es que sus historias son distantes como Marte de Ares. Saturno es también un dios de origen etrusco, más relacionado a la Cosecha que al Tiempo en sí. Sin embargo, ambos tienen un punto de conexión que les ha convertido en uno mismo. Saturno viene del adjetivo latino “satur”, que significa “saciado”, del verbo “satire” (saciar). El concepto hace referencia a un tiempo de celebración por la enorme producción, por la gran cantidad de cosechas, manufacturas, por el ganado; y rememora la idea del principio de los tiempos en que dioses y humanos convivían en la Tierra, y el mundo estaba lleno de riquezas, abundante de alimentos; en que cada humano estaba saciado, y no había que trabajar para conseguir nada. Esta utopía pasada de los orígenes, se celebraba como “Las Fiestas de la Saciedad” que en romano se llamarían “Saturnalia”. Las mismas serían como un mes de fiestas y celebraciones de opulencia y compartir entre todos. Incluso los ricos sentaban a los esclavos a la mesa y eran ellos quienes les servían, recordando los tiempos de igualdad. El vino, el pan, las carnes, y todos los productos acumulados durante las cosechas eran compartidas durante este frío mes en que todo se decoraba con hojas de laureles, de vid; en que los pobladores se hacían obsequios entre ellos, recordando el compartir de los pueblos junto a los dioses. Estas fiestas eran tan extensas que se unieron a la celebración de “Sol Invictus”, que recuerda la victoria del Sol sobre las tinieblas el 25 de Diciembre, día en que vuelve a resurgir en el horizonte anunciando el regreso lento de la primavera.


YO: Es decir… Navidad.


SOY: Navidad, o Natividad, es la celebración del Solsticio, pero las decoraciones que hasta hoy se utilizan, así como los regalos que se dan, están relacionados a la Saturnalia romana. Era un tiempo sin tiempo, tiempo de celebración, de riqueza, de entrega, de alimentos, de compartir la cosecha, de comer todos juntos antes de comenzar el nuevo retorno del Sol.


YO: Por ello relacionaron a Saturno con Cronos.


SOY: Pues la idea de fin y comienzo del tiempo, del dios Janus, que da lugar al mes de Enero (January en inglés), es el que marca el fin de un año y comienzo de otro al culminar la Saturnalia. Es así, un tiempo de unidad, de compartir sobre lo realizado en el año, de replantear los objetivos para el nuevo año, en que la familia se une para celebrar un nuevo comienzo.


YO: El significado de Saturno pues, es de unidad… De bienestar. ¿Por qué se lo pinta tan rudo y cruel?


SOY: Veamos: Saturno es el concepto divino que engloba la riqueza de la cosecha. Todo lo trabajado durante el año da sus frutos y es tiempo de compartirlo. Saturno está relacionado al tiempo de esfuerzo que has tenido que emplear y dedicar a la obtención de los frutos, no sólo a los frutos en sí. Para obtener una manzana necesitas 2 años mínimo y mucha paciencia y cuidado. Para obtener pan necesitas meses desde la siembra a la cosecha, el procesamiento del grano hasta lograr la fina harina y cocinarla. Para un banquete de carnes rojas, necesitas al menos 2 años de pastoreos. El tiempo y el esfuerzo son claves para la celebración, labrar la tierra es la base de la fiesta. Para que cada individuo de la familia se reúna, es necesario que todos hayan logrado realizar esta labor, sumar, formar parte del clan que se ha esforzado para conseguir los productos, cada uno en su oficio, en su camino. Esfuerzo y Tiempo son claves para celebrar las Saturnalias, y por ello, este planeta nos recuerda que si queremos conseguir algo en la vida necesitamos esforzarnos, trabajar para conseguirlo, ya sea con nuestro cuerpo, emoción o mente, la doctrina, el calendario, las herramientas, el poner manos a la obra, son fundamentales.


YO: La imagen de que Cronos y Saturno, como uno mismo, devoran a sus hijos, tiene pues una visión negativa y una positiva. La negativa sería ver cómo el tiempo nos consume, el esfuerzo se lleva nuestra energía, y el proceso sólo nos conduce a la inevitable muerte. Sin embargo, en su aspecto positivo nos habla de la riqueza conseguida, de la capacidad de celebrar y gozar de lo conseguido en la experiencia…


SOY: Cuando se trata de la base primordial humana de la agricultura, relacionarás estos dos procesos desde la visión del Cuerpo, donde Saturno se posiciona como un juez, como una especie de inquisidor que nos pone a prueba, que impulsa al esfuerzo físico, incluso a la enfermedad, con la intención de reconocer las cosas que hemos tragado en la historia y que nos pesan, así como reconocer la riqueza que hemos conseguido y que no podemos ver por buscar más y más. En el plano emocional, Saturno nos hace revisar la historia, la riqueza interna que hemos cosechado a lo largo de la vida o de las vidas, que nos hace evaluar lo que hemos consumido, y si nos hace bien o mal. Así se toma como el gran mandatario de la Junta Kármica, quien no vacilará a la hora de mostrarte aquello que más pesa en tu alma. Y para la mente, Saturno tiene una enorme lista de revisión de creencias y expectativas, de hacer una evaluación exhaustiva de lo vivido, aprendido, rechazado a lo largo del año. Saturno es quien recuerda que si has hecho bien el trabajo del año, de cada día, tendrás tu recompensa: el Descanso. Por esto, hace más de 4000 años, los pueblos de medio Oriente llamaban al último mes de su año y al último día de la semana como “Shabbat”, significando “Descanso”, y originando el nombre del día Sábado, el cual en lengua inglesa mantiene su nombre latino dedicado a Saturno (Saturday = el día de la Saciedad).


YO: El Gran Planeta Gaseoso que más atrae la mirada por sus anillos.


SOY: Tal vez muchos no lo sepan, pero los anillos de Saturno son trozos de hielo y roca no más grandes que un coche o tan pequeños como un puño o como partículas de polvo y arena, que flotan como trillones de satélites sostenidos por la fuerza gravitacional de este gigante gaseoso. Con al menos 82 satélites naturales, varias hileras de anillos y un polo sur gaseoso con forma hexagonal, Saturno es uno de los planetas más llamativos, fantasiosos y extraños de nuestro sistema solar. Su tamaño comparado a la Tierra es como si esta última fuese una pelota de ping-pong y Saturno fuese una pelota de baloncesto. Su atmósfera de amoníaco le da el tono amarillento entre tonos oscuros debido a las tormentas huracanadas que rondan en los trópicos del planeta. Sus anillos comienzan alrededor de 6500 km por encima de su ecuador, culminando alrededor de los 120.000 km de distancia exterior, donde comienzan a circular sus satélites mayores, entre ellos Titán y Rea.


YO: Es un planeta único…


SOY: Por ello nos llama a la Unidad. Todos los trillones de trozos de hielo que componen sus anillos, las decenas de satélites que le circundan, todos hablan del orden de las partes, el equilibrio de todo aquello que podría ser caótico levitando por el espacio exterior. Saturno integra la historia del Alma como una biblioteca, donde uno puede revisar su karma, su historia, sus actos pasados, presentes y futuros. Saturno es el ser que nos recuerda que la gran celebración es la unidad de todas las partes, y que el mayor propósito de todos no es lograr un objetivo externo, sino unir toda la riqueza generada en el mundo interno. Así, es fundamental revisar el pasado, reconociendo que la historia no es algo ajeno, sino una extensión de nuestro propio ser, y que los individuos que atraviesan nuestra historia humana y árbol genealógico no son más que extremidades de nuestro ser único. Saturno nos hace ver que los logros de la vida no son para uno mismo como individuo separado, sino para el Uno que conformamos con aquellos que nos rodean, pues los que habitan el tiempo presente no son más que extensiones físicas de mi cuerpo. Y al nutrir mi mente, al nutrirme de experiencias, no hago más que proyectar mi ser hacia el futuro, revisando los caminos por los que deseo transitar, transformándome en aquellos que vendrán. Saturno es el umbral donde el individuo ve todo lo que ha hecho y sido, dejando la visión acotada de quien es aquí y ahora, hoy en este sitio, y puede ver que es, ha sido y será todo lo que sucede y todos los sitios que pisa y las personas que conoce en cada día del año y cada lugar de la Tierra. Pasa de la visión individualista del propósito reconfortante del ego, a la trascendencia del conjunto, del gran ser.


YO: Por ello es aquí donde me hablaste, pues esta unidad que suma todos los tiempos y los espacios, es el Yo Soy.


SOY: Yo Soy todos los Tiempos y los Espacios.


YO: Yo Soy Aquí y Ahora…


SOY: Yo Soy el Camino…


YO: Yo Soy el Caminante…


SOY: Y reconociendo nuestra riqueza interna obtenida a lo largo del camino realizado es que podemos al fin celebrar lo que somos.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

ETERNIDAD= Los tres tiempos no funcionan de manera lineal, sino de forma orgánica y en el mismo instante en distintas sintonías o frecuencias. Por ello el Universo temporal es entendido mejor como una canción que está provista de un ritmo (pasado), una melodía (presente) y una armonía (futuro). La canción, el producto final que combina a las tres, es llamado Eternidad, es decir, el concepto temporal de lo que espacialmente llamamos Éter.
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