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Ti: Yo Soy Amor Manifestado

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YO: Tanto la risa como la mirada son atributos de comunicación emocional que se transmiten a la distancia, por telepatía, y que vinculan a los seres a la distancia, fortaleciendo los vínculos. Ambos se relacionan a los sentidos del gusto, oído y visión, incluso el olfato, ¿entonces qué hay del tacto?


SOY: Los estímulos sensitivos son los que generan las emociones en las zonas internas del cerebro, ya sea la amígdala o el hipocampo, debido a la interpretación sináptica de los estímulos eléctricos recibidos por los nervios ante la interacción con el medio que le rodea. Allí se registran, mediante los lóbulos de procesamiento temporal y espacial, todas las sensaciones a través de los sensores de movimiento, que almacenan las memorias, es decir, los registros de cada pulso. La mirada y la sonrisa, son producidas por los estímulos de sonido, de sabor, de aromas y colores que el cerebro relaciona con cosas familiares previamente registradas. Así, la mirada pone atención y la sonrisa se muestra como reacción a esa memoria placentera. Pero todos estos estímulos se desarrollan con posterioridad en la evolución del cuerpo de un gameto hacia su camino a convertirse en feto. El primero en registrar pulsos de sensaciones es el Tacto.


YO: O sea que es el primero de los sentidos que se activa. ¿Por qué?


SOY: Porque en el desarrollo de un cuerpo, los ojos no serán funcionales hasta no ver la luz; el oído no será del todo funcional hasta no salir del líquido amniótico y tener que balancear el líquido auditivo; el gusto no se intencionará hasta que no pruebe el primer alimento del pecho de la madre; y el olfato no se activará hasta no poder oler las partículas que circulan en el aire. Así, por más que los 4 sentidos ya existan desde meses antes de nacer, los mismos no se activarán en su totalidad hasta el momento de nacimiento.


YO: En cambio el tacto, está allí, activo, percibiendo todo en cada movimiento…


SOY: Las manos y los pies, el rostro de un bebé, tienen terminaciones nerviosas que le permiten recibir con claridad las señales del espacio en que se mueve para tener noción de dónde se encuentra. El líquido amniótico, la placenta, el cordón umbilical, los órganos de la madre, la vibración del latido del corazón de la mamá resonando como los pulsos que sientes al sumergirte en el agua. Desde que no es más que un ínfimo feto de tan sólo uno o dos centímetros, pegado a las paredes del útero, el humano empieza a sentir pulsos de placer y dolor, a recibir los estímulos del medio. Las células empiezan a registrar datos, información, que convertirá en memorias para comprender el entorno. Siente el pulso del corazón de la madre como las olas de un mar, y cada célula pulsante, distribuyendo la sangre a través del improvisado corazón, se alinea al sonar de su progenitora.


YO: O sea que un feto posee sentimientos desde las primeras células… Posee, pues, memoria debido a sus registros de datos.


SOY: Desde el momento que una célula conforma un conjunto de células nerviosas que registran datos, empieza a constituirse la mente humana. Esto se produce alrededor de la quinta semana de gestación, momento en que se produce la primera sinapsis en la médula espinal.


YO: O sea que por más que un ser gestante tenga alma desde el momento de la concepción (cuando las células del óvulo y el espermatozoide se unen), el conjunto de células vivas no se considera “humano” hasta que no haya una primera señal neuronal. O sea que a partir del mes y una semana de gestación podemos decir que aparece un humano…


SOY: Un humano es humano desde la quinta o sexta semana de embarazo. Y desde entonces hasta el momento de nacer, el sentido que mayores datos registra es el tacto. La piel es el órgano más extenso del cuerpo, formando el sistema tegumentario, es decir, los tejidos del cuerpo físico que envuelven a todos los órganos, músculos y huesos del cuerpo. Es el sistema con mayor interacción con el medio, el primero en sentir los cambios externos y transmitirlo al sistema nervioso central. Debido a esto, la información recibida por la piel es la más rica en datos para el desarrollo del ser. Durante 9 meses, un humano siente el calor de la madre, en todas direcciones, siente la piel, el tacto, la protección, contención y seguridad mediante la calidez, mediante la caricia.


YO: La caricia… Más allá de cualquier tipo de contacto, de tacto que desde lo externo se pueda tener con la piel, tal vez la caricia es la más sutil de todas, la que más se hace sentir…


SOY: La suavidad que se genera en los 9 meses de gestación, hace que el contacto con el mundo se produzca de una manera sutil, ligera, casi intangible, y todos los pulsos externos llegan sólo como ecos en el líquido espeso del saco amniótico. Y esas ondas son percibidas por la piel como un suave cosquilleo, traducido en señales eléctricas conducidas al cuero tegumentario por las raíces de pequeños vellos sensibles a lo largo del cuerpo, sensores de movimiento. Las señales recibidas producen una descarga a todo el sistema nervioso, produciendo estados de alerta o excitación, pero sobre todo, de placer. Como una mano acunando, el líquido es una caricia que conecta el mundo interno con el mundo externo.


YO: ¿Qué es una caricia exactamente?


SOY: Caricia viene del latín “Carus”, que significa “querido, amado”, proveniente del indoeuropeo “Kar”, significando “deseo”, origen de la palabra “querer” en español, así como carente, caro, caridad. Esta palabra viene de “kah”, en realidad surge del concepto “intención”, es decir, que pone la atención en algo, buscando conseguir, obtener alguna cosa. Este sonido surge de la antigua idea de “alma”, o espíritu en movimiento, concepto que hace relación a la energía en sí misma. La caricia, pues, habla del atributo de querer, de proteger, de poner la intención, o de desear algo. A nivel biológico, la caricia es la sensación nerviosa del tegumento que ayuda a reconocer el entorno sintiéndose contenido como en un útero, relajando el cuerpo, llevando al descanso como si se tratase de una mecedora. Cuando un agente externo produce esta sensación, la mente se relaja, bajando las defensas, y llevando al cuerpo a un estado de dormitación, ya que la memoria celular recuerda a esta sensación como la memoria viva de los 9 meses de gestación. El sistema nervioso central reacciona, enviando señales a las glándulas y descargando hormonas que activan a las células del cuerpo a reaccionar, generando o desprendiendo energía, lo que llamas emoción. Así es que las caricias se relacionan a la comunicación que lo espiritual y álmico poseen con la materia. La caricia es la intención del espíritu, es el deseo del alma.


YO: Cuando alguien nos acaricia, sentimos que volvemos al punto 0, al equilibrio, al sueño divino…


SOY: Os recuerda la creación, la maravilla de lo que es sentir. El espíritu se regocija pues recuerda por qué ha elegido nacer.


YO: ¿Por qué hay gente a quien no le gusta el tacto, que le toquen o acaricien?


SOY: Sencillamente porque, o ha tenido un trauma con su madre o con el amor y la sexualidad. Todo lo que represente el primer contacto o tactos cercanos, de confianza, caricias dolorosas o inapropiadas, hacen que el cerebro interprete este atributo espiritual del mundo como una forma de violación o agresión.


YO: O sea que hay que revisar la relación que poseemos con nuestra madre o los vínculos que hemos tenido, o las agresiones que hemos recibido y no hemos logrado sanar aún… Y así podremos ver la manera de sanar la caricia.


SOY: Y ello es fundamental, pues la caricia es la forma en que el espíritu siente el mundo, en que la consciencia divina percibe la maravilla, el milagro, la alquimia alucinante que ha manifestado.


YO: La caricia es el amor manifestado…


SOY: Cierra tus ojos, respira profundo… Acuéstate con suavidad en la oscuridad de un espacio amable… Con dulces movimientos, regresa a tu posición fetal, volviendo al útero, al interior de la madre. Y desde allí, vuelve a acariciarte, pero esta vez en consciencia, hazlo sabiendo que lo haces para la gloria de tu espíritu. Acaricia cada rincón de tu piel, siente cada centímetro de ella. Respira, y medita en cada sensación, en los recuerdos que se despiertan en tus caricias. Recuerda que eres tú acariciando tu cuerpo, y en cada memoria acaricias a tu alma, y en cada suspiro consciente, acaricias a tu espíritu. Recuerda que es tu propia mente espiritual acariciando tu ser. Como padre celestial, el espíritu acaricia tu rostro, mientras que la madre divina en tu alma acaricia tu espalda. Siente en cada suspiro el tacto de lo divino. Enciende tu corazón en la memoria de la piel. Atrévete a sentirte, y así la próxima vez que tomes la mano de alguien, que entrelaces tus dedos con los dedos de los otros, cuando tus labios se posen sobre sus mejillas, o con suavidad sientas tus labios en los suyos, o te fundas en un abrazo familiar, fraternal o amoroso, podrás sentir la grandeza del corazón cósmico en cada célula de tu ser.


YO: El deseo de la intención real del espíritu… Vivir.


SOY: Eres la Caricia Cósmica. Atrévete a sentirte.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

VIRGO= lo cosechado y ganado, tras ser traído a la casa de la madre guiados por el padre, debe ser ordenado: “separar la paja del trigo”. El concepto agronómico de la administración de la cosecha, del discernimiento de cuántos granos deben guardarse para comerse, cuántos para tener reserva en invierno y cuántos para sembrar en la siguiente primavera, era tarea de la madre representada por la tierra, el alma generosa que está al servicio de mantener equilibrio entre las partes. Virgo es así, la energía del orden y discernimiento entre lo bueno y malo.
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