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Tï: Yo Soy Esencia Manifestada

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YO: Tenía sólo 12 años cuando le recordé, y su recuerdo cambió mi vida para siempre. Tal vez la imagen que nos rodeaba era alucinante, pero nada de lo que allí había me impactó tanto como lo que verdaderamente me transformó. Yo estaba de pie frente a la Gran Esfinge, que en mi memoria era un León teñido de rojo. A nuestro alrededor, todo estaba lleno de templos coloridos y altas plantas y palmeras. Me di cuenta de que se trataba de otro tiempo, muy atrás, y aunque no podía diferenciar mucho ni interpretar realmente lo que me estaba pasando, pude entender que era otra vida. Supe que era el Nilo, que era Egipto, aún sin serlo, pues sentía en mi interior que se trataba de otra civilización más antigua. Me reconocí parte de las familias de Atlántida. Y pude sentir mi cuerpo. Yo era una mujer. Mi edad era de unos casi 40 años, o poco más de 30, y me encontraba de pie frente a la esfinge, con cierta nostalgia y preocupación. Las imágenes, y el conocimiento de estar allí, de reconocer este sitio, de ver lo que estaba viendo dentro de mí sobre una fracción de una historia oculta y anhelada por muchos humanos, eran dignas de sorprender a cualquier niño de 12 años que se encontraba sentado en el aula de clase de Historia viendo todo esto como una visión espiritual que cambiaría su vida para siempre. Pero sin embargo, no fue eso lo que más me marcó, sino lo que sucedió frente a esta imagen. Suavemente sentí unos dedos acariciar los míos con suavidad y hasta timidez. Eran sus dedos, era su mano, que tomaba la mía con la delicadeza con que se toma a una flor. Sostuvo mi mano con firmeza y dulzura, y el corazón se me aceleró. Su caricia, el amor con que se dejó sentir ante mi momento de angustia, me recordaron uno de los sentimientos más potentes del ser humano: estar enamorado.


SOY: Y lo seguiste estando…


YO: Desde el momento en que recordé a Sobek, mi marido Atlante de hace 12000 años, recordé lo que significaba estar enamorado, y nunca más me deseanamoré de él. Tal vez, para muchos puede ser fascinante recordar cosas de la Atlántida, de la historia ancestral, y sin embargo, la razón por la que recuerdo las cosas del pasado no es porque llevase un registro de ellas o las visualizase en canalizaciones, sino por lo que sentía por aquellas personas con quienes compartía dichos hechos. Sobre todo él. Estaba enamorada de él, perdidamente, pero de una manera que nunca había sentido: no desde la devoción o desde la belleza, desde la necesidad, sino que desde la esencia, desde el compartir, desde el saber que puedes confiar en el otro al 100%. En un instante, cuando en mis recuerdos me tomó la mano, todas las memorias regresaron a mí: Atlántida, el Nilo, las pirámides, el plan de traer el Cielo a la Tierra, la lengua, la filosofía… Todo. Recordaba la cultura Atlante por bailar con él, recordaba el idioma por hablar con él, recordaba el país por caminarlo con él. Pregunté a mis guías por qué necesitaba recordar todo de esta manera. ¿Qué necesidad había de recordar los vínculos emocionales, que tanto duelen, para saber cómo funciona el resto?


SOY: Y sabes la respuesta, imagino…


YO: Recuérdamela.


SOY: La memoria se almacena en el cerebro de manera temporal y espacial. Como experiencias útiles para datos posteriores, el cerebro administra las informaciones recibidas de manera emocional (es decir, de energía). Por esto mismo, para recordar se necesita emoción, energía, y ello se puede producir de varias maneras. Pero sólo enamorarse, más allá del tiempo y el espacio, es lo que mantiene viva la memoria. El Amor es eterno, así que, estar en el Amor, te convierte en eterno.


YO: ¿Dices que en cierta forma yo recuerdo todo esto por las emociones que me producen las personas de quienes estuve enamorada o amé?


SOY: Es exactamente eso. La información es energía en desarrollo, y por lo tanto, la misma, para adaptarse, necesita transformarse. Esto genera la energía, y la misma produce emoción. Un sistema perfecto y circular que se autogestiona. Enamorarse, pues, es hacer de los sueños algo eterno y tangible. Las emociones, pues, son los emisarios del sistema nervioso, portadores de memorias, neuronas de la red eterna que llamas amor. La emoción registra muchos datos, y enamorarse almacena toda una biblioteca.


YO: Por ello, si en esta vida tenía que ser el Bibliotecario, y recordar, la forma en que lo haría, sería enamorándome.


SOY: Y por ello, desde aquella vez que tomó tu mano, desde el momento en que recordaste su sonrisa, su mirada, y su caricia, lo que estaba sucediendo en ese instante se volvió eterno.


YO: Y Recordé…


SOY: Y él te susurró:


YO: …”No importa el tiempo, ni el sitio, ni los cuerpos que tengamos, siempre estaré contigo”…


SOY: 12000 años enamorado de la misma alma.


YO: Y 12 más hasta que le volví a recordar. Y cuando nos reencontramos, me dijo las mismas palabras. Siempre estará ahí conmigo. Hoy ya no somos pareja, ni enamorados, pero somos amigos, y sin entenderlo del todo, seguimos estando y reencontrándonos, y cada uno a su manera, recordándonos. Hasta que nos hicimos amigos sanando nuestros vínculos kármicos e históricos, jamás pude enamorarme realmente de nadie más, pues mi corazón le pertenecía. 12000 años enamorado, y en cierta forma, sigo estándolo, aunque ya no de la persona o el cuerpo que es hoy, sino de su ser, su esencia y divinidad, las cuales reconozco en el mutuo respeto y amor que nos tenemos aún hoy tras tantos milenios. Durante varios años pensé que jamás podría volver a enamorarme, pues su caricia lo significó todo para mí, tanto en el pasado como hoy, en el futuro. Sin embargo sí que pude abrirme a sentir. Aunque pocas veces en mi vida, tal vez no más de 2 veces, pude sentir la intensidad que había experimentado.


SOY: Eso es debido a que en la memoria de tu amor con él, no sentiste sólo el romance de dos adultos jóvenes, sino que sentiste el resumen de toda una vida, desde aquella primera sonrisa cuando os visteis, hasta el momento de vuestras muertes. Todo junto, todo lo que sucedió vive en ti, y de todo ello es de lo que estabas enamorado.


YO: ¿Qué es enamorarse?


SOY: Es el acto reflexivo de volverse eterno. Sus partículas son “en” (dentro), “amor” (del latín a-mors, “sin muerte”= eterno) y “-se”, que representa el reflexivo del ser, de ir o volver a uno mismo. En inglés, “Fall in love”, hace referencia a “Caer en la energía de deseo”, es decir, ingresar, estar dentro de esa lujuria que enciende el motor del cuerpo. En ambos casos, hace referencia a estar dentro de un proceso, que en cierta forma activa energía o lo convierte en eterno. Enamorarse, pues, es la acción de ingresar a lo eterno.


YO: ¿Qué diferencia hay entre enamorar y amar?


SOY: Como dice la misma palabra, “en” o “fall”, hablan de caer dentro, de estar en el interior, sumergido en la eternidad. Mientras que amar describe lo eterno, lo conceptual, lo que engloba las cosas. Amar algo es abrirse a abrazar aquello que se ama, pero sin salirse del centro en que se encuentra. Enamorarse implica abrazar lo que se ama, pero saliéndose del centro. Enamorarse es la energía de la memoria, surgida de la sinapsis, que busca la trascendencia en la gloria y gozo de la vida. Cuando te enamoras, creas vínculos potentes para conectarte a lo divino dentro de ti, descubres más fuerza y capacidades.


YO: ¿O sea que cuando nos enamoramos, nos salimos del centro pero con el objetivo de encontrarle? No entiendo la lógica.


SOY: El Amor es como las órbitas de los planetas alrededor del Sol, mientras que enamorarse es como el balanceo del eje de un planeta por la fuerza de la estrella, inclinándose hacia su centro, perdiendo el propio. La Tierra se tambalea perdiendo su eje en pro del eje del Sol, lo que produce solsticios y equinoccios, las estaciones. Es decir, que fue gracias a salirse del centro, que pudo evolucionar. Se transforma al tambalear y danzar sobre su eje. Enamorada del Sol y su brillo, la Tierra le busca y se inclina hacia él. Ahora piensa en ti. Tu transformación y evolución no dependen de la estabilidad inorgánica de tu ser, sino del organismo que mantiene a las cosas mejorando, transformándose…


YO: ¿Con esto me quieres decir que enamorarse es sinónimo de evolución?


SOY: Así es. Es entrar en este proceso que te hace avanzar, crecer, conocer…


YO: Pero, enamorarse duele, siempre hay frustraciones, tragedias, dolores, traiciones… ¿Cómo puede ser que el consejo sea enamorarse?


SOY: Porque lo único que te frustra del proceso de enamorarte son tus expectativas sobre aquello de lo que te enamoras. Desde el plexo, tu ser busca atarse, aferrarse a todos los lazos posibles con el fin de sentir seguridad. Los apegos a los vínculos y relaciones son una clara imagen de necesidad de pertenencia. Pero eso no es estar enamorado, eso es querer o desear desde la condición, cuando lo que buscas es amar incondicionalmente. Como humano mamífero, consideras que para enamorarte debes hacerlo de alguien humano, alguien que te guste y con quien quieras tener hijos. Eso es un pensamiento de supervivencia. Pero dime, ¿de quién debes enamorarte?


YO: Citando a Merlín en Inglaterra en el año 2018: “Enamórate de la Nada, enamórate del Vacío”…


SOY: Y cuando lo hagas, podrás enamorarte de ti mismo, y allí, amar a todos los demás en contante creación.


YO: Pero, espera, ¿qué significa enamorarse de la nada?


SOY: Significa encontrar la paz en lo eterno, saber que tú eres todos aquellos de quienes te enamoras, que lo que buscas fuera sólo yace dentro, que nunca has salido de ti, que todos son uno, y que no existe tiempo ni espacio para el Ser, que todos son lo mismo, son el éter eterno que resguarda y expande tu memoria. Enamorarte de la Nada es sumergirse en la Eternidad, recordando que el amor existe en todas las cosas… Y por ello, debes permitirte enamorarte.


YO: Siempre me enamoro, muy intensamente, y sufro, me duele, termino mal… ¿Qué puedo encontrar de bueno en volver a hacer?


SOY: Que cada vez que lo has hecho, has avanzado un enorme paso en tu crecimiento, y has expandido tu amor a nuevos territorios de la existencia. Cuando te enamoras, activas los lazos de la creación, la manifestación del Ser, de todos los niveles, aquí y ahora. Cuando abras el centro de tu ser sin miedo a sentir cómo te sumerges en las aguas de lo eterno, tendrás la capacidad de crear infinitamente todo lo que te propongas. Enamorarse es el motor de la existencia.


YO: Si una mirada, una sonrisa y una caricia han logrado que recuerde 12000 años de historia, y me han movilizado a lograr todo lo que logré, a reencontrarme con esa mirada, sonrisa y caricia más allá de las formas en otros tiempos y espacios, y me ha permitido vivir lo que vivo hoy, entonces, no encuentro razón por la cual no permitirme enamorarme una y otra vez…


SOY: El Universo es Eterno, así que, sólo recuerda que tú también lo eres, y la única forma de lograrlo, es Enamorándote.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

LIBRA= Justamente, tras ideantificar lo bueno y lo malo, aquella mujer de la tierra se posiciona en los aires para pesar la paja y el trigo, y para ello, toma la balanza. Así, en los cielos se dibujó entre las estrellas esta libra, esta balanza que repartiría las partes correctas entre los justos que trabajaron y aquellos que menos posibilidades tienen. Libra es entregar lo bueno, buscar la ley más justa para dicha repartición, y dividir entre todas las partes. Así, libra marcará lo justo, la división y la entrega de lo que todos necesitan.
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