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Si: Yo Soy el Camino hacia el Balance

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YO: Ayer, cuando empezamos a liberar lo que estaba oculto en nuestras gargantas, lo no dicho, pude reconocer que había mucho odio atrapado en mí. Muchas personas con las que no pude hablar ni dar un cierre a la comunicación, personas por las que me sentí traicionado, y que seguramente se sintieron traicionadas por mí. Pero debido a que siempre consulto contigo o mis guías, quienes me hacéis ver el propósito en todo, la lógica y el perdón, el soltar, nunca dije lo que sentía. Era como si, al tomar consciencia, me llevase al silencio, y aún si era consciente, la energía se iba acumulando igual, generando odio.


SOY: Porque en el afán de moralizar y espiritualizar la consciencia os olvidáis de que la misma no es humana. La Consciencia no puede ser medida por parámetros éticos, sino por parámetros energéticos. la Consciencia no se ajusta a tus creencias de lo que ésta es, sino que tú te ajustas a lo que la Consciencia impulsa. Debes pensar en la consciencia como una suerte de brújula que te guía en un mundo caótico. Cuando las corrientes del Inconsciente te hacen perder el rumbo en el gigantesco océano del Subconsciente, es la Consciencia la que te guía… Y una brújula es muy simple: tiene una carga positiva magnética y una negativa. La positiva se alineará con la carga positiva del polo norte, y así no te perderás, sabrás siempre dónde estás. Y saber a dónde vas no tiene nada que ver con cuántas cosas llevas en la barca en la que te encuentras. Tal vez el peso que hay allí, haga de tu viaje muy lento, e incluso, te arriesgue a sumergirte. Tener la mirada clara en el destino no significa que no puedas hundirte en el intento de llegar a él.


YO: Entiendo… O sea que puedo ser perfectamente consciente de las cosas, aunque no sepa cómo gestionarlas. Tal vez deba tirar algunas cosas que me pesan al fondo del océano…


SOY: Jeje, muy gráfico, tan gráfico que está muy mal.


YO: ¿Por qué?


SOY: Porque tú eres un navegante que lleva una mercadería (semillas, bienes, oro) hacia un destino. El peso que lleves contigo, significará la velocidad a la que te muevas por la corriente. A mayor carga, menor velocidad; menor carga, mayor velocidad. ¿Qué tiene que ver, pues, haber perdido el norte con el peso que llevas?


YO: Ninguna…


SOY: ¿Entonces por qué piensas que para encontrarle debes lanzar algo al fondo del océano? Tirar mercadería al océano para llegar más rápido es lo que la mayoría suele hacer: esconder el peso que no pueden gestionar en el subconsciente, así puede avanzar más rápido y llegar a buen puerto lo antes posible. El problema aquí será que llegarás liviano, sí, pero sin recursos. Llegarás pobre. Y aquí verás el gran error humano: creer que ser consciente es hacer el proceso más rápido. Y no, no lo es. Ser consciente es ir más lento pero sabiendo a dónde voy. Ser Inconsciente es haber perdido el norte, e incluso creer que para escapar más rápido de la corriente, hay que tirar las cosas que pesan por la borda.


YO: Claro… Nos pasa a todos ahora que lo pienso. La desesperación de ser conscientes pasa a ser como una especie de carrera comparativa de ver quién lo es más, y se considera que quien sane más cosas del pasado o las deje atrás, llegará más rápido.


SOY: El tema es que cuando un comerciante de la consciencia llega al puerto sin nada que vender, debe volver nuevamente a navegar el mismo camino, donde se encontrará con las mismas rutas, los mismos puertos de materia prima, las mismas personas. “Ey, otra vez tú por aquí?” Le dirán… Repitiendo historia. ¿Qué es lo que te hace volver una y otra vez a los viejos puertos en lugar de crecer en el propio?


YO: Haber dejado muchas cosas sin trabajar en el camino.


SOY: Entonces no era una cuestión de llegar rápido, sino de redistribuir el peso dentro del barco. Porque lo que para ti ahora es una carga, será la base de lo que te enriquecerá al llegar a tu destino. Como cuando, después de una crisis, encuentras la solución, y la alegría de haberlo superado es mayor de lo que sería tu estado natural sin haber pasado por ello.


YO: Por ejemplo, si yo no hubiera pasado por todos estos años de fracasos del proyecto Yo Soy, hoy no estaría pudiendo hacerlo como debía y en tanto equilibrio conmigo mismo.


SOY: Exacto. Tenías que pasarlo, sólo tenías que reordenar lo que traías contigo. Y tal vez, algunas de esas cosas que traes contigo, sean un peso que no logras tolerar. Como el que duele en tu pecho y busca salir por tu garganta.


YO: Siempre se relaciona al mismo pesar… Ese amor tan fuerte y grande que sentí, frustrado en tan poco tiempo por terceras personas. Y por entender desde la consciencia lo que sucedía, jamás pude expresar de verdad lo que mi cuerpo necesitaba decir. Y se fue acumulando como dolor, que se hizo odio.


SOY: Ese peso, pues, es una energía que debes transformar, pero no negar por una cuestión moral. Esto no significa que cargues odio contra ciertas personas, sino que has acumulado energía en ti que ya no necesitas. El odio está en ti, y se llama “falta de amor”. Entonces, este largo proceso de navegación te debe servir para meditar sobre las cargas que llevas en tu barco, y al llegar al puerto donde te guía tu consciencia, usar esa mercancía para un propósito, dejándola ir, enriqueciéndote en el proceso de su entrega.


YO: Y para esto debo soltar en mí la creencia de que este peso es el que no me deja llegar al puerto de la Consciencia. Es cuestión de paciencia.


SOY: Oh sí, claro… Siempre y cuando no aparezcan piratas…


YO: Uff… ¿¡Más cosas!?


SOY: Siempre. En tu trayecto como navegante, te cruzarás con muchos barcos, y lo normal es estar alerta a todo lo que aparecerá, sobre todo, aquellos que quieren vivir de los recursos que tú has conseguido. Eso es lo que tú sientes en tu pecho.


YO: El dolor que siento… Esa presión…


SOY: Es tu barco protegiéndose. Cuando abriste tu corazón aquella vez, lo abriste como nunca antes lo habías hecho, de par en par, dejándote ser, libre, sensible, sin medir las consecuencias, y en ese estado, recibiste el peor de los ataques. El tesoro más preciado que habías encontrado en tus viajes, y que esperabas compartir con todos al llegar a destino, te fue arrebatado inesperadamente en medio de la celebración de haberlo encontrado. Este robo, hurto, te dejó indefenso. Vulnerable, hizo que de repente todo tu cuerpo comenzara a protegerse. Así, el esternón se tensó, presionando la glándula del Timo, y con ésta, también el Corazón. Todas las personas que a lo largo de sus vidas viven robos emocionales, invasiones en sus vidas, el ataque de intrusos, extraños, o la corrupción de los cercanos, las traiciones inesperadas; todo ello tensiona más y más la proa del barco, la cual en tu cuerpo es el pecho, el esternón. Este hueso en el centro de tu pecho es el que abre el camino, el que rompe las olas en tu andar, y los maderos laterales que conforman babor y estribor de tu barco, son las costillas. Los tesoros se encuentran en tu Corazón, Pulmones y Timo. Allí está el suspiro del viento, la Vela, y los tesoros y las riquezas (los nutrientes, glóbulos, la sangre), se encuentran en el cofre sagrado de tu corazón. Y sobre el cofre, los sacos protectores que le cubren de los ojos de los ladrones, y de la lluvia y de todo daño externo: el Timo.


YO: La glándula del Timo, ¿es la que defiende mi tesoro?


SOY: Cuando lo sagrado que vive en ti se ve amenazado por los conflictos externos, el mismo cuerpo opta por una postura natural e inconsciente que te lleva a proteger el pecho. ¿Lo has notado?


YO: Sí, acurrucarse, cruzar los brazos sobre el pecho.


SOY: Esta posición es natural, pues el cerebro, y cada célula, busca proteger el Corazón, ya que es gracias a quien la sangre, glóbulos, nutrientes y oxígeno circulan y todo funciona. Lo mismo pasa dentro. El Timo es esa glándula que protege y rodea al corazón, cuidando al cuerpo completo. Y lo hace mediante la generación de hormonas y células que dan vida al Sistema Inmunológico. Desde antes de nacer hasta entrada la Adolescencia, el Timo cumple una función primordial en tu cuerpo: defenderlo de toda amenaza externa, virus, bacterias, células enfermas. Es el centro de máxima defensa del cuerpo, haciendo que todos los demás órganos se sientan seguros y estables. Es el Escudo y Espada de batalla.


YO: O sea que si biológicamente esta glándula me defiende de aquello que amenaza el equilibrio de mi cuerpo, energéticamente es también la glándula que me defiende de las amenazas emocionales, interpretando que aquellos que me traicionan, roban, corrompen, dañan, son esos virus, bacterias y células cancerígenas.


SOY: Así es. Los piratas de tu barco son aquellos que amenazan la seguridad de tu tesoro en el lento viaje hacia la Consciencia. Cuando estos piratas se suben a bordo, el barco se detiene, pesa más, y se libra la batalla. Este peso es equivalente al vacío que dejarán al irse. Un sinsentido que hace perder la lógica de llegar al puerto. Y te hace volver hacia atrás, dañado. Ese peso del desastre que dejan en ti, puede convertirse en odio si no eres capaz de poner orden. Tú decidiste llevar esa carga y arriesgarte a que ataquen tu navío.


YO: Pero, no entiendo… ¿Por qué todo el mundo habla de este centro, el Timo, como asiento de la energía del Amor Incondicional? ¿No debería ser un chakra que me expanda en lugar de cerrarme?


SOY: El sistema inmunológico no destruye a los virus al principio. Los integra. Lo que hace es absorberlos e interpretarlos. Al integrarlos los convierte en anticuerpos, y usa su misma base genética para atacarles. Es lo mismo de lo que se hacen las vacunas. Las vacunas no se hacen de soluciones mágicas contra los virus, se hacen del mismo virus. Lo que hacen es que tu sistema inmunológico reconozca al virus. Así, cuando el mismo venga, no me afectará…


YO: Creo que sé por dónde vas…


SOY: A lo que me refiero, es a que el Timo no se cierra ante amenazas. Por el contrario, las incorpora, las reconoce, las asimila, para que luego, las mismas sean una herramienta. No hace falta destruir ni defenderse de nada, simplemente, utilicé la misma fuerza del enemigo para convertirla en mi potencial, sin vencer al enemigo. Como uno de esos insectos que se visten de colores fuertes, negros y rojos, anunciando “cuidado, puedo ser venenoso”. No matan a nadie, aceptan que los demás hagan su vida, y se protegen igual reconociendo al otro. La Incondicionalidad implica no imponerme sobre los otros, no convertirme en pirata, implica ser y dejar ser. Pero para aprender a dejar ser, primero debo aprender a ser, a valerme por mí mismo. Así, comprendo que me transformo libremente, superándome a mí mismo. Eso se llama Amor. El daño al sistema inmune es una falta de respeto personal, es una falta de amor propio, de respetar el poder interior entregando la vitalidad al otro. Cuando te enfermas, se suele decir que “tienes las defensas bajas”, lo mismo que decimos cuando buscamos dejarnos amar: “bajar las defensas”. El cuerpo biológico busca defenderse para valerse por sí mismo. Aquellos que no poseen amor propio, lo buscan en otros, al mismo tiempo en que se protegen por demás, llevando a conflictos inmunes.


YO: ¿Cómo puedo hacer para abrir mi corazón al amor incondicional y aún así protegerme sin caer en el proteccionismo?


SOY: Mira tu postura. ¿Cómo te sientas? Hay dos posturas extremas: aquél que saca pecho tirando los hombros para atrás está siempre listo para dar batalla y defenderse de todo lo que le rodea. Aquel que encorva la espalda dejando caer sus hombros hacia el pecho, tiene miedo, se protege del mundo negando el mundo, dolido por los ataques y el peso del mismo. Educar la postura del cuerpo cambia la forma en que los órganos actúan, y modifica su funcionamiento hormonal, generando pues, una amplitud de emociones distintas. Intenta pensar en cómo te sientas, y busca poner tu espalda recta, los hombros naturalmente a los lados, pecho firme pero sin sacarlo hacia afuera, sino en alto. Esto te ayudará a destensar el esternón, quitando presión al Timo, y así liberando el Corazón. Eres tú quien, en lugar de comunicarle al Timo que eres capaz de estar en tu eje, le presionas para que te defienda.


YO: La defensa y el amor incondicional, pues, están relacionados de una manera muy extraña… Simbiótica.


SOY: La única forma de encontrar la paz es habiendo reconocido la guerra, las batallas que has dado. No sabrás lo que es perdonar sin antes haber sido atacado. No conocerás lo que es ser incondicional sin antes haber experimentado las condiciones. No reconocerás la libertad sin ante haber sentido la opresión. Y para dar el primer paso, deja de poner presión en tu pecho. Estírale, hazlo sonar, crujir, inspira profundo llenando tus pulmones como nunca antes, sostén el aire el mayor tiempo que puedas, y exhala muy suavemente hasta desinflarte del todo. Recuerda, la Consciencia es la brújula, pero de ti depende el peso que cargues. No te apresures, reconoce cada uno de los bienes preciados que llevas en tu barco, distribuye el peso. Guarda con sabiduría lo más valioso, y cuando veas los piratas, ya sabrás cómo actuar.


YO: Por lo tanto, en primer lugar debo dejar de creer que la consciencia es el objetivo, cuando sólo es la brújula. Segundo, debo reconocer que no debo tener prisa para llegar, pues al ir paso a paso puedo reconocer mejor las riquezas que poseo en mí. Y no debo defenderme del mundo, sino fortalecerme a mí para atravesar el mundo, aceptando los destinos de cada uno.


SOY: Así, libera a tu corazón de tu pesar, suelta las palabras no dichas, reconociendo que no tienes que perder fuerza defendiéndote de los ataques que has recibido, sino que debes hacerte más fuerte, mirar al frente y con firmeza, reconociendo que tu mayor escudo es el Amor, y tu espada es la Incondicionalidad.


YO: Abro mis brazos… Me libero de la tensión, honro a mi Timo por protegerme todo este tiempo, y ahora le permito brillar, mostrándole que en lugar de defenderme en una batalla biológica o emocional, debo expandirme y ser más que los virus y bacterias.


SOY: Esta humanidad ha vivido muchas pandemias, y este año, más que nunca, se os han juntado varias de ellas. Vuestro Sistema Inmunológico está alerta, tratando de defenderos de un virus, pero también de un virus social, político, ideológico, espiritual. Pandemia viene de la palabra “pandemonium”, que se traduce como “todos los demonios”. Cuando se sueltan los males, el Timo tiene dos formas de accionar: desde la Inconsciencia buscará defenderse contraatacando, peleando, luchando. O desde la Consciencia buscará ponerse por encima de los males, irradiando, trascendiendo, viendo más allá del conflicto, y asimilando el aprendizaje.


YO: Optaré por la segunda vía…


SOY: Entonces, atrévete a ver más allá del amor y el odio que has sentido, ponte por encima de los actores y actrices de este teatro del corazón, y contempla la lógica. El verdadero problema de esta humanidad no es la pandemia que le acecha, sino la incapacidad de ponerse por encima, y de abrir el corazón. Abre tu Corazón.


YO: Estoy listo para fortalecerme, y mi máxima fortaleza es el Amor.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

VIBRACIÓN “Ü”: En lo más profundo de la creación, en el ADN de cada ser, se haya pues el potencial de todo el Universo de igual manera que en una semilla se haya el potencial de todo el Árbol. La Ü es la vibración que une a todos los seres en la búsqueda, en el destino, objetivos y propósito, la que nos lleva a reencontrarnos con la meditación, la conciencia, lo interno, la imaginación, devolviéndonos al cosmos mediante la muerte, hacia la eternidad, al sueño divino, recordándonos a nosotros como el mismo Soñador.
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