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Lucha

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Yo Soy

Ry: Yo Soy Sabiduría Creadora

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YO: Me dijiste que me enseñarías a luchar… Bueno… Estoy listo.


SOY: Bien. Dime, ¿cuál es la lucha más insignificante de tu vida?


YO: Emmm no sé.


SOY: Deberías saberlo.


YO: ¿Por qué?


SOY: Por que es la base de las grandes batallas que habrás de librar.


YO: Bueno, es que, no soy una persona agresiva, no suelo poner mi energía en la lucha cada día. Trato de pensar que no es necesario pelear por las cosas.


SOY: ¿Quién dijo que hay que pelear o ser agresivo para luchar?


YO: Ah… ¿No es lo mismo? Yo siempre dije que me parecía algo absurdo decir “luchemos por la paz”, o “guerrero de la luz”, porque son antítesis en sí mismas. ¿No lo son?


SOY: Sí, lo son, pero eso no implica que no sean verdades posibles, o verdades que necesitas para vivir. Mira, tenemos que aclarar algo muy importante en este camino de consciencia, y es hacia dónde quieres dirigirte en él.


YO: ¿En qué sentido?


SOY: Exactamente, en qué sentido, en qué dirección. Las respuestas de lo que hablemos hoy probablemente no tengan nada que ver con la expectativa de algunas personas, y esto no se debe a que sea o no verdad, sino a la dirección en que se dirigen en este camino. Las personas que buscan la evolución de la Tierra, del Humano, de la Sociedad, deben comprender los fundamentos de la lucha para lograr sus cometidos. Las personas que velan por la Iluminación, por encontrar la paz absoluta, expandirse al cosmos más allá de lo humano y terrícola, entonces deben aprender a soltar la lucha como medio, aunque para lograrlo deberán atravesar una batalla.


YO: ¿Cuál?


SOY: La del mundo interno. Podríamos decir que siendo humano, tienes dos caminos. Si deseas trabajar para el mundo que te rodea, aquí, ahora, debes aprender lo que implica la lucha en el mundo externo. Pero si buscas expandirte, salir de aquí, iluminarte, entonces el terreno de batalla será el mundo interno.


YO: Luchas afuera para estar aquí, luchar dentro para irse de aquí. Pero, si la lucha implica batalla, ¿entonces acaso me estás diciendo que es necesaria la polaridad, la oposición, el enfrentamiento? ¿Cómo puede ser la guerra, la pelea, una forma de camino espiritual?


SOY: Para profundizar en estos temas, tendremos que entender el origen de las palabras que usaremos. Lucha, no tiene nada que ver con Pelea. Pelear, tanto en español como en inglés (fight), viene de la palabra indoeuropea “pek”, que significa pelo, peinar. Se llama así a esta forma de agresión porque se relaciona con los arrebatos en que las personas se agarraban de los pelos y forcejeaban las cabezas. Pelear, es literalmente “agarrarse de los pelos”. Las peleas son una reacción inconsciente y animal, basadas en la agresión innata por la disputa de territorio o por reproducción. “Agresión”, es una palabra extraña que describe el dirigirse hacia un lugar, avanzando sobre algo, no como producto de una reacción, sino por un pulso interno de manera hostil. Viene de “Ad” (hacia) y “gressus” (andado, andar), por lo tanto es el acto de avanzar hacia el otro. Su contraparte sería “Regresión”, que sería volver hacia atrás lo recorrido, o andado, que dio en inglés origen a la palabra “lamentarse” (to regret). La afirmación “hostil”, hace referencia a aquello que proviene de afuera, es decir, el extranjero; viniendo de la palabra indoeuropea “ghos”, habla de aquellos que vienen de afuera y son recibidos en un sitio (de allí palabras como hospital, hotel, hostal, huésped, hospitalario). Aunque los extranjeros no siempre fueron bien recibidos, ya que a veces implicaban conflictos, guerras, y por ello, se les consideraba “hostilis”, derivado de “hostis”, relacionado estrictamente a aquel que viene de fuera y ataca a un pueblo, grupo, nación.


YO: Wow… Qué loco ver todo esto desde esta visión… Cambia mucho. Entonces, ¿Lucha qué significa?


SOY: Lucha viene de la palabra latina “luctari”, que a su vez proviene del indoeuropeo “leug”, que significa “girar, doblarse”. En inglés, la definición sería “struggle”, que se refiere etimológicamente a tropezar, al contrario que en lenguas latinas, implica aquello rígido que se rompe, y por lo tanto, implica la necesidad de flexión para continuar. Esta misma etimología latina dio una palabra fundamental que se expandió a dos conceptos muy diferentes pero relacionados a las dos bases del inconsciente animal de reproducción y defensa.


YO: ¿Cuáles?


SOY: En primer lugar, la palabra surgida de “leug”, que hoy conoces como “luxación”.


YO: La separación de dos huesos por una fuerza brusca.


SOY: Sí. Esa fuerza habla de girar, torcer, doblar, lo que hace que se entienda también su conexión con la raíz de algo “laxo”, flojo, débil, que puede doblegarse con facilidad. Así, es como surgen las palabras que definen a las bases de nuestra mente animal: “luxus” (lujuria, lujo) y “luctus” (lucha).


YO: Luxus referido a la sexualidad y luctus referido a la supervivencia y defensa…


SOY: ¿Y te imaginas por qué?


YO: Bueno, pensando un poco “sexual”, se me ocurre por qué hay que ser flexible en la lujuria…


SOY: Y piensas bien. La flexibilidad es fundamental en el acto sexual. Pero también en la lucha. Para los primeros humanos, la apariencia externa de un acto sexual y un acto de defensa se veían exactamente igual, como una situación retorcida, en que los cuerpos se revolcaban flexiblemente, sudando, gritando, mordiendo. La lucha como deporte, en algunas culturas, implicaban las técnicas de enroscarse al contrincante, atrapándolo con piernas y brazos. Los machos, igual que muchos animales hoy (y muchos humanos también lo siguen haciendo), en el momento de la lucha suelen chocar sus cabezas, frente con frente, empujando uno al otro mirándose fijo a los ojos. Esta técnica es biológicamente una remanencia del acto de la lucha en que los animales peleaban con sus cabezas y hasta cornamentas, así como algo utilizado en la sexualidad. El símbolo representa marcar el territorio: quien mueve al otro usando sólo la fuerza de sus ojos y su cabeza, sacándolo de su centro, ha ganado la batalla, o ha ganado la pareja para aparearse.


YO: Ahora entiendo esas reacciones tan absurdas de muchos hombres al pelear. Es una memoria animal.


SOY: Sí. Pero ahora bien, vamos a lo que verdaderamente nos interesa. La lucha, como verás, no habla de pelear, sino de marcar territorio, de relacionarse con el otro, y de ser flexible.


YO: Acabas de romperme la idea de lo que significa luchar.


SOY: Es la idea. Para luchar, hay que saber flexibilizarse. Hoy, el maestro que vino a ti en la pirámide, te dejó en claro varias cosas, y lo hizo con tu cuerpo.


YO: Es verdad! Ahora me doy cuenta. Me hizo ponerme de pie como una estatua egipcia, y me hacía flexionar la rodilla delantera para mostrar cómo poner toda la fuerza delante, y flexionar la de atrás para mostrar la retirada. Pero me dijo: “Nadie que se escapa lucha, la única razón por la que das pasos hacia atrás flexibilizándote en retrogradación, es para retomar fuerza del eje y poder avanzar con mayor fuerza”. Sólo retrocedes para avanzar con mayor seguridad, nunca para escaparte.


SOY: La famosa retirada, es reconocerse flexible para hacer algo fundamental. A nivel mental se le llama “reflexionar”, a nivel emocional se le llama “punto de inflexión”, y a nivel físico se le conoce como “flexibilidad”.


YO: Wow… No sé por qué esto me asombra mucho. En mi vida siempre pensé que debía evitar la lucha, la confrontación (justamente poner mi frente con la de otro), que debía huir del conflicto, de la lucha, pues las consideraba sinónimos de pelea, agresión, hostilidad… Y no lo son. Ahora me doy cuenta de algunas situaciones que me han hecho silenciarme muchas veces.


SOY: ¿Como cuáles?


YO: Bueno… Nunca fui una persona reaccionaria, y mi primera respuesta ante cualquier conflicto, es el silencio, la retirada, el llanto. Me considero un cobarde. Tal vez es un mecanismo de defensa, que me impide accionar, decir lo que pienso, expresarme. Y ante la mínima reacción externa, me siento paralizado. Pocas veces en mi vida pude enfrentarme directamente a los ojos de alguien y poner límites, o enfadarme, y mucho menos pelear. Mi abuela me contaba que cuando iba a la escuela primaria, un día le conté que un chico me había pegado, y ella me preguntó que porqué no hice nada al respecto, y mi respuesta fue: “para que la maestra no lo castigue”. Mi abuela me dijo: “nene, no sé si sos muy bueno o muy boludo” (Niño, no sé si eres muy bueno o muy tonto, en argentino). La verdad es que, no sé si era por bueno, justamente, sino por cobarde, por miedo. Me callaba todo. Entonces empecé a hablar ante la gente, pero mi mensaje siempre fue neutral, nunca hablé en contra de nadie, porque no me considero capaz de estar en contra de algo o alguien. Siempre quiero construir desde el punto 0, desde el gris, sin blancos ni negros, y considero que responder a las críticas sólo nos mete más en esa vibración. Pero ahora, cuando hablas de esto me pregunto: ¿hasta cuándo el silencio no es cómplice de permitir que las críticas se vuelvan realidad? Como dicen, el que calla otorga. ¿Hasta dónde, la búsqueda de la neutralidad, nos hará ser esclavos de una realidad por vivir presos de nuestras ideologías? ¿Hasta dónde la bondad y la neutralidad son equilibradas, y comienzan a convertirse en traicioneras de la justicia? Y entonces ahora me doy cuenta de que la sociedad hace lo mismo. Se calla, por miedo, por temor a reaccionar, a perder la comodidad, por negación a la lucha, nos mantenemos rígidos, dejando que el mundo nos devore. ¿Es acaso la no reacción un arma que brindamos a las fuerzas opuestas?


SOY: Reflexiona. La neutralidad sólo existe en medio de las dos fuerzas polarizadas. La armonía sólo es posible en la danza entre lo positivo y lo negativo. Lo que buscas lograr en la vida mediante convertirte en un Hombre Gris, en un Hombre Coherente, en el Eje, no te vuelve exento de la lucha, sino centro de la misma. Pues para permanecer en el eje, el mismo debe ser flexible. La columna vertebral está compuesta de 33 vértebras desde que naces, es decir, que el eje de tu ser, que sostiene lo que eres, sólo es capaz de lograr su misión por ser 33 veces flexible. Reflexiona. El silencio no es la clave de la transformación, sino del análisis y la contemplación. Sin silencio, no hay pensamiento, no hay razonamiento, sin silencio, sólo actuarás por reacción, impulsado por tu subconsciente. Así, pues, la palabra es liberación, es soltar, es transformación. El punto de inflexión es ese instante en que te has hecho la pregunta: eres preso de tus creencias de lo que debes ser. Para poder transformar el mundo, debes enfrentarte a los patrones rígidos del mundo, y de nada servirá que te vuelvas uno más. Trascender el miedo a lo que dirás, es la clave de tu lucha.


YO: Lo que me sucede es que, cada vez que he dicho una opinión sobre la transformación del mundo externo, hay millones de opciones que se posicionan en contra de otras, y empiezan los conflictos, y yo no he venido a cuestionar, he venido a construir, no quiero poner una pizca de energía en luchar por defender mis ideas, entonces, me callo. ¿Está mal?


SOY: No está mal, es una opción. Pero déjame mostrarte algo: tu camino se baña de iluminación, y por ello, tu sendero se escribe de neutralidad y silencio, en que la lucha es innecesaria. Tu camino real es la del ser que busca al cosmos, y por ello con naturalidad vives desde el no conflicto, desde el proponer en lugar de descomponer. Sin embargo, eso es lo que has venido a enseñar, a educar, pero no es tu propósito. Eso ya vive en ti, pero tu tarea es la contraria. Es venir a este mundo, mirarle a los ojos, y recordarle lo que debe transformar, y para hacerlo, debes confrontar al mundo. Debes flexibilizarte, doblar tus rodillas, inclinarte al mundo, y mirarle a los ojos. Con aquello que traes de los otros planos, debes enfrentar a los aspectos inarmónicos del mismo.


YO: Es decir… Tomar partido.


SOY: Oh no… Simplemente partir de un punto. Nunca debes tomar partido en algo que ya es obsoleto, pues estarías luchando batallas ajenas. Tu misión es librar tus propias batallas, desde la iluminación, desde la neutralidad, desde la educación. No tienes que pelear con nadie, tu espada es la educación, tus armas son las palabras. La lucha es llevar al mundo a la flexibilidad, a realizar el acto de la reflexión, y llevarles al punto de inflexión. “De rodillas”, te dijo el maestro hoy.


YO: Y puso su vara sobre mis hombros.


SOY: Caballero de la Doncella Azul, quien se lanza a librar la batalla contra el Dragón.


YO: San Jorge… Es el mensaje que Merlín dijo en Montserrat, el 7 de Febrero de 2012. 


SOY: Tú, como muchos otros, eres el caballero que se lanza a la batalla, para liberar a la doncella Azul, la Tierra, de la opresión a la que se ve sometida. Y para lograrlo, debe enfrentar al Dragón: la kundalini, sus chakras, su energía, sus emociones. La primera lucha que has de librar vive en ti, aquella lucha que vive tu cuerpo, tu alma y tu espíritu. ¿Cuál es tu pequeña lucha?


YO: Levantarme cada día, y seguir haciendo lo que estoy haciendo.


SOY: ¿Cuál es tu mayor lucha en este mundo?


YO: Lograr la transformación de la Sociedad acorde a la Evolución de la Tierra.


SOY: Si logras vencer la batalla más pequeña: despertarte cada día, te demostrarás a ti mismo que un día lograrás despertar al mundo. Pero debes primero ganar esta lucha propia: despertar cada día como esperas que el mundo despierte.


YO: Nunca lo había visto así… Tiene sentido.


SOY: Tu cuerpo pide flexibilidad: haz ejercicio, realiza algo nuevo en tu día a día. Tu alma te pide un punto de inflexión: deja de ocultarte y enfrenta desde el corazón las emociones que reprimes por miedo a no ser aceptado. Tu espíritu aclama que reflexiones: la neutralidad que buscas es sólo posible en el equilibrio de ambas fuerzas de polaridad. Tu lucha diaria es la lucha de todos, tus pequeñas batallas, serán las grandes victorias.


YO: Entonces, debo aprender a responder, a tomar mi partido en las cosas, a no callarme ante las injusticias, o las cosas mal dichas o hechas.


SOY: Ser neutro no es ser ciego, sordo y mudo para aparentar estabilidad, sino ser observador, saber escuchar, y pronunciar las palabras correctas. La lucha, pues, no es maldecir ni juzgar, la lucha no es callar a otros, la lucha no es iniciar la guerra con el enemigo, la lucha es reconocerse empoderado de la misión que posees, del rol que cumples. La lucha es decir las palabras justas, es mostrar los caminos justos. Defender con pasión la consciencia (luctus y luxus), sin posicionarte en la rigidez de una postura, sino en la flexibilidad del aprendizaje conjunto. Al primero que debes vencer en esta lucha es a ti mismo. Recuerda: toda hostilidad proveniente del mundo externo, no es un enemigo, sino un punto de vista diferente. Iniciar la guerra con un punto de vista diferente, sólo llevará a la masacre sin sentido, pero la lucha te llevará a la reflexión, inflexión y flexión, donde con amor, pasión y educación, puedes responder desde tu punto de vista, nutriendo de visiones al mundo.


YO: Muchos me han dicho que no haga caso a las críticas, que siga mi camino como si no existieran, que no pierda tiempo en responder. Y yo tengo esa misma opinión. Dime… ¿Qué debo hacer?


SOY: Sólo perderás energía cuando al responder te entregas a la batalla por completo, considerándola el foco de toda acción. Cuando consideras que quien emite el juicio debe ser transformado y corregido, estarás perdiendo la batalla. Sin embargo, cuando en lugar de responder a la crítica o conflicto, respondes al mundo, tus palabras serán nutrientes de los demás.


YO: No estoy entendiendo bien…


SOY: La lucha de un sabio no es con un individuo, la lucha de un sabio es educar al mundo en su ejemplo. El silencio a veces es la mejor respuesta de un sabio, el silencio es su arma ante la lucha de los ineptos. Las palabras de un sabio se vuelven armas para concientizar a los aprendices. A veces, la guerra de un individuo, se vuelve la paz de un pueblo.


YO: Con esto quieres decir que, cuando pasan cosas como juicios, críticas, las respuestas, la lucha, debe ser responder mediante educación y enseñanza, pero no perder el tiempo en convencer al adversario, sino en educar a los que escuchan.


SOY: Así es. Aprende a utilizar la energía de la lucha verdadera, y vencerás la batalla por la consciencia. ¿Cuáles eran las tres claves de la lucha que deberás llevar a cabo en tu vida?


YO: Reflexión, Inflexión y Flexión.


SOY: Respira, y como cada día, comienza tu lucha. Levántate, Caballero de la Consciencia. Despiértate, y despierta al Mundo.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

TIERRA= el siguiente planeta, es la Tierra, del mismo tamaño que Venus, pero ésta con océanos de agua y cortezas móviles donde se desarrolla una rica biosfera. Su nombre indica su principal caracteristica desde el punto de vista humano: la vida proviene de la mezcla entre el agua y la arcilla, el barro fértil donde crecen todas las cosas, del latín: Humus, origen de la palabra humano, “que proviene de la tierra fértil”. Nuestro mundo es el único capaz de albergar vida en nuestro sistema, y es la semilla del potencial de la Galaxia.
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