YO: Ufff… Al descargar la furia en mí, me siento agotado… Hoy creí que despertaría con más fuerza, y en realidad, no puedo despertarme, ni siquiera aún ahora. De todas formas hice ejercicio, creo que eso me está ayudando en la flexibilidad… Pero aún no sé si logro el punto de inflexión.

SOY: ¿Cuál consideras que sería tu punto de inflexión?

YO: Liberarme de este peso emocional, hacer un quiebre con lo anterior…

SOY: ¿Qué es lo anterior?

YO: No sé, una suerte de energía que me impide avanzar, tomar el día a día como una aventura, con fuerza, vigor. Es como si estuviese arrastrando algo que ni siquiera es mío.

SOY: ¿De quién entonces?

YO: Trato de pensar de dónde, y se me viene a la cabeza el rostro de mi abuelo, pero detrás, el de muchos en mi familia, al menos los que ya han muerto. Los De Stefano no se caracterizaban por tener la mejor de las voluntades o el amor por la vida. Partiendo del simple hecho de que mi bisabuelo decidió cambiar su apellido de “De Stefano” a “Destéfano”, porque se había cansado de tener que deletrearlo y explicar cómo se escribía. Con mi madre lo volvimos a cambiar al original. Ninguno tenía verdadero esmero por la vida, y casi adoraban el hecho de morirse jóvenes como su madre, mi bisabuela. La frase predilecta de mi abuelo era “meh, ¿para qué?”, con desgano, casi con aversión a la vida misma. Y a veces me encuentro diciendo lo mismo. Como heredando esto, un peso que no elegí.

SOY: Pero que aceptaste…

YO: Debe ser eso de “honrar al clan”. Muchas personas arrastramos cosas que no son positivas para nosotros sólo por el hecho de creer que así se honra a los ancestros. Miedos, ira, celos, lucha, racismo, misoginia o misandria, xenofobia, creencias religiosas, no sé, tantas cosas que consideramos naturales a veces en nuestra forma de pensar, actitudes que hablan de temas no trabajados, de aspectos que aceptamos. Tal vez la pereza sea uno de esos pecados que heredé de mi familia, al menos de la parte masculina.

SOY: Cuando generación tras generación, te encuentras colgado de los conceptos de tus ancestros. Eso se llama Dependencia, formado de las palabras “de-” (movimiento desde arriba abajo) y “pendere” (colgar, pendiente). Algo que está colgado de otra cosa.

YO: ¿Por qué vivimos nuestras vidas colgándonos de la vida de otros?

SOY: Por supervivencia, para asegurarnos la subsistencia en el mundo. Como hemos dicho, es la búsqueda de la aceptación del grupo, o los mecanismos que nos dicen: “los otros sobrevivieron debido a esto, tal vez te sirva a ti también”.

YO: Sí, pero me doy cuenta de que, no es así realmente, porque a muchos les fue mal usando el mismo sistema…

SOY: Bueno, esa es la vieja historia del mundo. Por más que durante milenios los reinos demostraron ser sistemas bélicos, jerárquicos y dañinos para el pueblo, aún hoy hay gente que defiende la realeza. Por más que las colonias hayan sido una desgracia en la historia humana desde que comenzaron con las conquistas de Grecia y Roma, aún hoy los países siguen tratando a sus regiones como colonias controladas por un poder central. Por más que hayan tenido todas las muestras para confirmar que la democracia no existe, el pueblo sigue defendiendo la democracia representativa. Defendemos lo anterior porque venimos de ello, porque es lo que nos trajo hasta aquí. El primer sistema que se negó a hacer lo mismo que su antecesor, fue Samael, el Portador de la Luz (Luciferus), a quien por ir en contra de su predecesor, fue considerado traidor (Satán). Este es el estigma que por naturaleza tienen los que deciden hacer algo diferente al clan. Al principio son considerados traidores, desertores, por más que lo que busquen es trascenderse.

YO: La trascendencia está vista como una deshonra.

SOY: Porque implica salirse del grupo, para convertirse en un individuo. La palabra individuo significa “que no se puede dividir” (indivisus), y por lo tanto, no puede ser una cosa en un lugar y otra en otro, no puede tener dos personalidades, dos rostros, es único, no puede ocultarse. A esto se le llama la “cualidad de ser uno sin división”, lo que conoces como “individualidad”.

YO: ¿Qué hay del individualismo? Que se ve como algo malo.

SOY: Es el movimiento de este ser sin división, es la acción que toma para dejar de vivir entre dos mundos, uno externo y otro interno, y empieza a vivir como simplemente es. No es negativo el individualismo, el problema es que va en contra de la moral y ética humana, basada en las tribus, en los clanes, en las familias y grupos sociales. Se considera una deshonra por abandonar al grupo, y sin embargo, es la clave para lograr la independencia.

YO: Ese es un término recurrente, se habla de la importancia de la independencia, pero a la vez parece ser tabú. ¿Qué hace que celebremos las Independencias pero que a la vez nos parezcan grotescas ante la búsqueda de unidad?

SOY: Veamos. Independencia es justamente liberarse de estar colgado de alguien. No depender. Ser autosuficiente y autorreferenciado, individuo. Como me dijiste al principio, la sensación que tienes parece no provenir de ti, sino de algo que tú has aceptado de otros. Pero eso lo hace parte de ti, inevitablemente. No puedes culpar a tus ancestros por lo que tú has aceptado recibir de ellos. Tú dependes de lo que aceptas, no de lo que se te impone. En definitiva, es el individuo quien toma la decisión de depender de una idea, una emoción o una actitud. Echar la culpa a otros en el pasado o en el presente sobre lo que pienso, siento o hago, es inútil en el proceso real de empoderamiento. Para que un individuo retome su poder, su lugar correspondiente, necesita primero reconocer que lo que piensa, siente o hace nacen de la aceptación de ello, no de la imposición. Así, puede comprender que es capaz de liberarse de lo demás, y empezar su vida como individuo, siendo uno mismo, gracias a reconocer el poder de la aceptación. Cuando aceptas que lo que surge de ti sólo te corresponde a ti, entonces te das cuenta que eres libre de lo que decidas pensar, sentir o hacer.

YO: Eso es volverse verdaderamente independiente…

SOY: Sí. Pero claro, va en contra de la ley del mamífero o la ley orgánica de redes, pues la vida se ordena en conjuntos de iguales para poder prevalecer. Átomos, Moléculas, Compuestos, Tejidos, Organismos, Órganos, Seres vivos, Cuerpos, Grupos; todos interactúan en redes de dependencia en que todos dependen entre sí unos de los otros. Es la clave de la existencia y la creación.

YO: Visto así, independizarse es negativo…

SOY: Lo es si ves la existencia como una extensión de partículas que buscan sobrevivir uniéndose entre sí. Pero es positivo si lo ves como una consciencia expandiéndose para conocerse. Aquí, cuando te vuelves consciente, es donde se produce la magia.

YO: ¿Qué magia?

SOY: La Evolución. Las redes se modifican por completo cuando un individuo encuentra una forma diferente de hacer las cosas. Cuando, tras hacerse las preguntas, encuentra una respuesta diferente, que le lleva a enfrentarse a todas sus dificultades, pone la intención de soltar lo que era, para, con ímpetu, resolver los problemas mediante la incesante lucha que nos enfrenta a todo lo no trabajado, manifestado en la furia. Cuando lograste reconocer las raíces de la ira, de las bajas vibraciones de tu ser, aquellas cosas que has aceptado en ti y has alimentado a lo largo de tu vida, tienes dos opciones: no hacer nada y relegarte a la afirmación “así soy, no voy a cambiar”, o liberarte de eso que crees que eres, e independizarte de esta energía. Y te respondo nuevamente; la razón por la cual las personas hablan de independencia pero aún así le temen, es por el miedo a perder el control de sus vidas, la seguridad de su subsistencia. Pues la independencia implica conflicto, quiebre, dejar lo anterior a lo que uno está acostumbrado, para encontrarse en un estado diferente.

YO: Diré que, al nacer en un país Americano, la palabra “Independencia” suena casi a diario. Todos nos regocijamos históricamente en el hito republicano de haber logrado independizarnos de la Corona Española, de igual manera que los brasileros de los portugueses y los norteamericanos de los ingleses. Desde 1776 hasta no hace más de una década,  experimentando la independencia de países y las celebraciones democráticas que ello implica, hablando del valor de poder tener determinación de gobierno, de elección, dando poder a la población de elegir su propio destino. Y sin embargo, los mismos países que en muchos casos aprueban las independencias de unas naciones, no lo hacen con sus propias regiones. En la misma Argentina, hemos visto esto con los Unitarios y los Federales, lo que acabó por hacer desaparecer la autodeterminación de las regiones, todos dependiendo de las decisiones de la capital. Y ni hablar de Escocia y Cataluña, como tantas otras regiones con menos voz alrededor del mundo. Las personas solemos llenarnos la boca hablando de libertades, pero luego, lo único que buscamos en aferrarnos a lo que tenemos, por miedo a perderlo, controlando nuestros vínculos y relaciones de libertad. Y esto que dije, es a nivel internacional, pero a nivel intrapersonal sucede lo mismo, hablando de la importancia de amar incondicionalmente a los otros, de permitirnos relacionarnos sin juicios, diciendo que somos libres como individuos, pero luego nos apegamos, o dependemos de los otros, mental, emocional y físicamente, aferrándonos hasta asfixiar, con celos, venganza, rabia, ira, traición, culpa, juicio. Todo por miedo a perder el control. Me pregunto ¿Si los seres libres son capaces de intercambiar más potenciales, entonces por qué creemos que apresando a los demás obtendremos mejores resultados?

SOY: La dependencia de los grupos y las redes ha hecho que exista en el subconsciente humano la creencia de que estar unidos es estar juntos o tener posesión y control sobre el otro. Para ser quienes somos hoy, muchos seres han dependido entre sí, lo han necesitado como forma de supervivencia en un mundo hostil. Irse solo, tenía muchos resultados negativos, sobre todo la muerte, que llegaba tras las batallas, los peligros del camino, el hambre y la sed… La soledad. El grupo buscaba defenderse, protegerse, originando la idea de proteccionismo. El mismo, puso en marcha una serie de mecanismos de control, en que bajo las palabras “yo te cuido”, “yo te quiero”, terminan haciendo a su voluntad lo que quieren con los individuos. Y los mismos entregan su poder, porque creen en estas palabras, o se ven incapacitados de hacerlo mejor.

YO: Eso es lo que vemos cada día con los gobiernos, que en el discurso de cuidar a la población, de proteger a los más débiles, acaban por controlar las vidas y dirigir el curso de seres que podrían elegir sus destinos por ellos mismos…

SOY: Y de igual manera lo hacemos con nuestros seres queridos, en el afán de cuidarles, sólo limitamos sus capacidades de ser. Pues ser un individuo consciente, te libera ante los peligros del mundo, desnudo ante una nueva posibilidad. Por ello, toda búsqueda de independencia, termina en lucha, en batalla, en guerra, en separación. Y esto es lo que el mundo no quiere, se niega a vivir, pues lo considera innecesario.

YO: Si tenemos la oportunidad de pensar libremente, de comunicarnos libremente, de gestionar nuestros propios proyectos con otros de manera libre, entonces, ¿por qué relegamos el poder a otros?

SOY: Pereza del cambio. Miedo a transformarse, a soltar lo conocido. Lo que hemos hablado hasta hoy, son claves necesarias para enfrentar el inevitable resultado de un ser consciente, que es la independencia. Un pueblo no puede obtener libertad de dependencia si no puede generar sus propias ideas, sentimientos y acciones por sí mismo. Un ser que vive por las ideas y palabras de los otros, que hace lo que se le manda, que comparte una ideología de manual, jamás será libre. Un individuo que teme estar solo, que no logra enfrentar sus propias incapacidades y conflictos internos, es incapaz de trascender y ser libre para crecer en el mundo. No es una cuestión de sistemas, sino de individuos.

YO: Por más que construyamos un sistema social que nos permita ser a todos independientes, siempre dependeremos de alguien si no aprendemos a fortalecer el individuo.

SOY: Por ello, debes aprender a usar las preguntas que hemos hecho, debes aprender a encontrar las respuestas en ti, a poner la intención de lo que realmente buscas en la vida, a soltar aquellas cosas que dañan la integridad de tu ser, a poner ímpetu en la acción para enfrentar los problemas desde una perspectiva diferente, que te permita utilizar la energía de tu frustración, rabia, ira, celos, venganza, de todas tus furias, con el propósito de ser libre, de recuperar tu independencia. Y cuando lo hagas, podrás liberar a los otros, comprendiendo que la amorosa unidad sólo se da entre dos individuos libres, no entre divisibles esclavos. Y cuando lo hagas, todos los proyectos se llevarán a cabo desde la libertad, y podrás ser un individuo próspero, que pueda construir un sistema de independencia, en la que no necesites estados que la avalen, pues la independencia ya será tu estado natural.

YO: Me gustó esto. “La Independencia como tu Estado natural”.

SOY: Mira a tus ancestros a los ojos, y diles que la independencia es tu punto de inflexión. Que el sistema que has aceptado una vez de sus manos, ya no te es más útil. Y es momento de crear uno propio, desde tu individualidad. Mira a los ojos a aquellos que amas, y diles que ya no dependerás de ellos para poder amarles, que puedes ser libre de las expectativas para darles libertad y compartirla juntos. Mira a los ojos de la sociedad y diles que prometes ser un individuo independiente en sus pensamientos, sentimientos y actitudes, para poder entregarles la mayor libertad en todos los Estados del Mundo.

YO: Al conocer mis conflictos, al gestionar la energía estancada en mí de los mismos, me expando para ser libre, para encontrar el verdadero poder en mí que nunca debí haber entregado a nadie: mi independencia.

SOY: Esta es la Sabiduría aplicada. El Amor manifestado. La Voluntad Consciente. Bienvenido a tu viaje hacia la Independencia del Ser.