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Buscar – Negar

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Xae: Yo Soy Espiral de Dimensiones

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YO: Reconocer lo que pienso y lo que siento, es realizar una profunda búsqueda interior que es difícil de realizar, porque implica indagar muy profundo en aspectos que, o desconocemos, o hemos decidido olvidar. Tal vez, ponerse firme ante la búsqueda y trascender la negación a lo que llevamos dentro es uno de los grandes retos.


SOY: “Búsqueda y Negación” son dos claves interesantes que definen el camino de la trascendencia. La historia de la humanidad podría definirse en la palabra “Búsqueda”, pues desde el surgimiento de esta especie en la Tierra, se han definido por su característica de exploradores en cientos de ámbitos diferentes. Primero en el mundo exterior, y consecuentemente en el mundo interior.


YO: En cierta forma, toda vida busca, ¿no?


SOY: Así es. En primer instancia, la pérdida de energía, de equilibrio, nos vuelve inestables, lo cual despierta la necesidad que nos mueve de nuestro estado estático hacia un estado de acción, en que se dispone la energía restante en la búsqueda de más energía que complemente el vacío generado. Desde los niveles subatómicos, este intercambio de energía sucede por fuerzas medioambientales que circundan a las partículas, extrayendo carga de las mismas, lo cual las fuerza a buscar compensar esta pérdida buscando en el espacio otras partículas con una carga equivalente sobre la cual encontrar estabilidad. En toda la existencia, este patrón se repite, buscando conseguir partículas con cargas energéticas que equilibren las estructuras, como los fotones provenientes del Sol. Esto genera organismos atómicos más complejos para que absorban, capten estos fotones, lo cual en su conformación química, comienza a crear estructuras orgánicas, es decir, flexibles, que son capaces de adaptarse a los cambios del entorno. Esto crea las primeras células, y de allí, los organismos pluricelulares. Los mismos se desarrollan en función de buscar luz, diversificándose en una búsqueda más acertada.


YO: Lo que crea la diversidad de algas y vegetales…


SOY: Y entre ellas, los insectos y animales surgidos desde las células protozoa, que se lanzan a la búsqueda de los vegetales o de otros animales. Esta diversidad de los reinos de la naturaleza lleva no sólo a una búsqueda de nutrición, lo que evolucionó a conocerse como alimento, comida; sino que a su vez una necesidad primordial que es “sobrevivir”, o sea, poder perdurar el mayor tiempo posible. Esto genera el desarrollo del camuflaje, de mimetizarse con el ambiente, ocultarse para no ser devorado por los depredadores.


YO: Esconderse como clave de supervivencia, lo que ha dado tantas formas en los animales y vegetales, colores, formas extrañas…


SOY: Y que ha forzado a los depredadores a desarrollar sus artes de caza, y a la persecución, es decir, la búsqueda y rastreo de sus presas. Los mamíferos se especializaron en este tipo de caza mediante el seguimiento, entre lo cual los homínidos no sólo persiguieron, sino que también diseñaron estrategias de grupo y herramientas para ello. Los primeros humanos, construyeron redes, lanzas, hachas, boleadoras, búmerangs, que les permitieran cazar, pero sobre todo, la inteligencia que les permitió el rastreo. Identificar la presencia de los animales por sus huellas, sus olores, por las ramas y hojas, el pelo, el cambio en el paisaje, el clima. El análisis les llevó a desarrollar su mirada periférica, y a crear mapas mentales que fueron capaces de compartir con otros a través de la comunicación y la tradición.


YO: Y nos convertimos en Buscadores.


SOY: Nómadas. Aventureros, viajantes, que pasaron la búsqueda como parte de la tradición cultural, y fueron aún más allá del horizonte, utilizando la imaginación. No sólo buscaban comida, seguridad y tierras, sino que buscaban sueños, ideas y deseos. La esperanza de encontrar comida, hizo que la mente desarrollase la capacidad de imaginar los banquetes, de imaginar las casas que tendrían, de imaginar las tierras donde vivirían…


YO: Y crearon el Paraíso.


SOY: Un lugar mágico detrás del último horizonte, un sitio idílico, perfecto en todos los sentidos. Paraíso proviene del avéstico “pairi daeza” que significa alrededor de los muros de barro, que definían a un jardín artificial rodeado de una muralla. Hace referencia a los jardines de las antiguas civilizaciones de la región persa, vergeles custodiados entre muros desérticos, que diseñaron la idea de que en medio del desierto de la vida, se puede encontrar un oasis de abundancia eterna. En el mundo físico, los nómadas buscaban estos oasis, mientras que en el mundo de las ideas, buscaban encontrar ese oasis en los cielos, el oasis eterno. Así surgió la Búsqueda Espiritual, para la cual había muchos caminos que recorrer, y cada uno trataba de buscar la manera más directa a esta fuente de vida. Se relacionó a Dios con el agua de los oasis y las fuentes en medio del desierto, a su Cielo con un lugar calmo con comida y paz. Los caminos construyeron ideas que se dirigieron hacia las religiones, las filosofías y las ciencias. Estos senderos impulsaron la búsqueda hacia las artes, el mundo interior, la tecnología, la política, lo cultural y social.


YO: Tanto en lo físico como en lo emocional y lo mental nos volvimos buscadores incansables.


SOY: Buscando el fin en algo eterno. Allí radica la capacidad infinita de esta búsqueda. Buscar viene de las lenguas germánicas “busk”, que dio en inglés la palabra “bush” (arbusto), y en español la palabra “bosque”. Buscar es una construcción francófona que llegó al español por medio del catalán, remplazando “velle” (que dio la idea de velar por algo), por “boscare” o “bosquear”, significando: recorrer un bosque persiguiendo algo. En términos de caza, las zonas del norte de Europa se veían repletas de árboles, lo cual implicaba que descubrir la presa, el animal o los frutos, requería indagar entre los árboles. En inglés, el verbo es “search”, que proviene de una malpronunciación del verbo latino “circus”, que significa “alrededor”, es la periferia de algo, que nos dio las palabras circundar, circular, círculo, y circo, así como “recercar”, que es volver a rodear, que en inglés dio “research”, haciendo referencia a rodear un perímetro para analizar una zona.


YO: O sea que la búsqueda está relacionada en primer lugar a una necesidad, y posteriormente a una voluntad. ¿Desde dónde buscamos realmente?


SOY: Pocos lo hacen desde la voluntad. La mayoría desde la necesidad.


YO: ¿Eso por qué?


SOY: ¿A dónde pretendes llegar con tu búsqueda?


YO: No lo sé… Porque, podría decirte que mi finalidad es buscar que la Tierra encuentre un sistema armónico que le permita vivir en equilibrio, pero, realmente no es una finalidad porque la transformación es constante…


SOY: ¿Y tú, a dónde quieres llegar más allá de la humanidad?


YO: A esta altura del camino… No tengo claro, o tal vez… Es que ni siquiera creo que haya dónde llegar.


SOY: Bien, allí está la clave. Tras tantos pasos estás dándote cuenta. Cuando uno busca sabiendo que no hay un lugar al que llegar, busca desde la voluntad, no tratando de encontrar el fruto o la presa, sino de conocer cada rincón del bosque. Cuando uno busca con un objetivo, con querer llegar al final de las cosas, o con el ímpetu de descubrir algo para satisfacer su cuerpo, alma o espíritu, lo hace desde la necesidad. Pues biológicamente estás programado para saciarte, satisfacer las necesidades básicas, las cuales implican llegar a un fin, a un paraíso. La búsqueda que realizamos en nuestras vidas está condicionada por los mandatos familiares, culturales, religiosos y sociales, y normalmente no está destinada al descubrir, sino al desenmascarar.


YO: ¿Cuál es la diferencia?


SOY: Cuando descubres, lo haces con el factor sorpresa del aprendizaje, pues sacas aquello que cubre algo, sin buscar lo que era ese algo, y por ello genera sorpresa y comprensión. En el caso de desenmascarar, lo que vivenciamos es la necesidad de descubrir algo con la expectativa de ver lo que está detrás, considerando a aquello que lo cubría como algo dañino, como un enemigo que me impedía verlo, como querer culpar a la cáscara de banana por no dejarme ver la banana. Y si la banana estaba marchita, o verde, pasaré inmediatamente al extremo de esta búsqueda.


YO: A negar el resultado.


SOY: Exacto. Negar, es la acción de rechazar la posibilidad de algo, la nulidad de un resultado, origen o un estado. Aquello que estaba buscando me hizo ver algo que no estaba dispuesto a ver. La indagación en el mundo externo nos hace descubrir cosas que son feas para nuestras ilusiones. Piénsalo, con algo muy sencillo. Los humanos buscamos la verdad, tratando de mentirosos a las religiones y los gobiernos por ocultarnos verdades y engañarnos con falsos datos y dioses; y sin embargo, en casa, le hacemos creer a los niños que en Navidad viene Papá Noel, o que el Ratón Pérez o el Hada de los Dientes deja dinero a cambio de los dientes que se caen, o que existen Tres Reyes Magos que traen regalos a cambio de pasto y agua… O, cuando un niño pregunta qué pasa, solemos decir: “nada, todo está bien”, aunque no lo esté, y pasen muchas cosas. ¿Qué diferencia hay en ese engaño que viven las personas en los primeros años de sus vidas a la que viven de adultos? ¿Por qué nos sentimos ofendidos cuando nos dicen que Dios es una fantasía cultural humana, pero nos parece un juego divertido hacerle creer a un niño que existe Papá Noel?


YO: Supongo que es por la ilusión, para mantener la ilusión de los niños… ¿no?


SOY: La ilusión existe sin necesidad de engaños y mentiras. Puede que para un adulto, la idea de esa fantasía infantil sea una historia lúdica que sostiene la ilusión en la infancia, pero sin embargo, es la base que muestra cómo toda tradición se convierte en una traición. Lo que hará que su vida se vea repleta de engaños, y no sepa diferenciarlos, ilusionándose con religiones, políticas, y otro tipo de fantasías, sin poder discernir. ¿Entiendes? La ilusión vive en el arte, en la lectura, en las películas, en los experimentos, en las aventuras, en la imaginación creativa e infinita, no en el engaño y la mentira. La idea de sostener este tipo de actitudes frente a los niños, sólo nos lleva a construir una civilización ilusa, de desconfianza, y de mentiras, en que una persona considerará que es mejor una mentira piadosa que haga que todos se sientan felices, a decir una verdad.


YO: Claro… Entiendo ahora.


SOY: Son estas acciones las que encarnan en nuestra psique la idea de creernos una mentira para hacernos sentir bien, viviendo en la ilusión, ya que de esta forma, nos sentiremos mejor, creyéndonos nuestras propias mentiras, las cuales a veces son inconscientes y no premeditadas. Así, a la hora de la búsqueda exterior nos encontramos con verdades que no queríamos ver, y en la búsqueda interior descubrimos cosas de nosotros ocultas que hubiéramos preferido que permanezcan así. Y allí es donde entra la Negación como proceso contraproducente. El Árbol no te deja ver el Bosque.


YO: Oh… ¿Cómo hacer para verlo?


SOY: En primer lugar, reconociendo que el bosque es eterno, y que no hay un final. En segundo lugar, reconocer las cosas que niegas de ti, y las que niegas del mundo. ¿Cuáles son las mentiras que creías y te han desilusionado? ¿Cuáles son las mentiras que aún crees y sabes que lo son? ¿Desde dónde buscas: desde la voluntad o desde la necesidad? Sé sincero, pues no tienes que demostrar nada a nadie, sólo tienes que ayudarte a ti mismo. ¿Qué buscas o esperas del mundo, y qué buscas o esperas encontrar en ti?


YO: Estamos llenos de cosas que negamos de nosotros y del mundo… Cuando decimos “yo no soy así”, o cuando negamos situaciones del mundo por una cuestión ideológica o partidaria. Esto implica hacer una revisión muy profunda, y sobre todo saltar la etapa de negación, pues ¿cómo saber lo que niegas si lo niegas?


SOY: Amigos. Para ello tenemos los amigos de verdad. Aprovecha la energía de Géminis para recordarte algo fundamental: lo que no ves en ti mismo lo ves en los demás, y por ello tenemos amigos, para completar las miradas que no podemos observar. Los amigos de verdad son los que con amor podrán ayudarte a ver lo que niegas en ti, y lo sabrás cuando tu respuesta sea: “yo no soy así, yo no hago eso”. Presta atención a estas respuestas, pues allí radica el mecanismo de respuesta que bloquea la búsqueda interior, que adormece tus potenciales escondidos en el bosque.


YO: Tiene sentido… Sí.


SOY: Haz tu lista, ¿qué buscas y qué niegas? Pregunta, indaga, descubre. La clave de este mes es aprender, descubrir, estudiar, compartir, comunicar lo que que está dentro y fuera.


YO: Me dispongo a aceptar lo que niego, y a abrirme a una búsqueda eterna.


SOY: Única forma de encontrarte a ti mismo.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

CORONA: HIPÓFISIS= la energía que da vida y sentido a la glándula Hipófisis es el chakra Corona, el cual brilla con una intensidad blanca y tonalidades violetas. Esta glándula se encarga de regular todo el sistema hormonal, impulsando la energía sexual con el objetivo de permitir al espíritu descender a la materia a través del nacimiento y encarnación. La Corona, en sí, es el punto de ingreso y salida de la conciencia espiritual al cuerpo físico, el plano que nos conecta con el pensamiento universal y cenro cúlmine de la iluminación.
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