YO: La búsqueda de la estabilidad, de estar en un sitio, es lo que nos da la sensación de estar fijos en un sitio concreto, mientras que hacer, nos impulsa a movernos, a generar cosas afuera. ¿Cómo gestionar las acciones de movimiento y de fijación?

SOY: Esta dualidad nos lleva al dilema más ancestral de una cultura humana: nomadismo o sedentarismo. Comencemos por recordar los fundamentos universales de movimiento y estabilidad. ¿Te acuerdas?

YO: El Universo es una constante de movimiento. Ondas que vibran creando distintas frecuencias que impulsan a las partículas a través de las constantes de tiempo y espacio.

SOY: ¿Y la estabilidad?

YO: Es la búsqueda de ahorrar la energía que se dispersa por el movimiento, en que las partículas se agrupan por resonancia creando estructuras donde comparten energía y así se estabilizan.

SOY: Bien. Mirándolo desde la visión universal, todo lo que existe se encuentra permanentemente en un desarrollo de movimiento y estabilización que son consecuentes el uno al otro. La estabilidad agrupa partículas que conforman estructuras, pero que en un momento agotan su reserva, impulsándose a buscar más energía, lo que irrumpe con la estabilidad para absorber energía del espacio, y este cambio impulsa movimiento, que realiza un efecto en cadena a lo largo del espacio. Esto transforma a las estructuras que la onda atraviesa, forzándolas a reordenarse en una nueva estructura fija.

YO: Como una vez explicaste, que movimiento y estabilidad pueden ser entendidos como el trayecto de un tren a lo largo de diversas estaciones, donde el mismo se detiene en distintos momentos para intercambiar energía, en forma de cargamento o pasajeros, y luego seguir su recorrido.

SOY: Así es. De esta forma puedes comprender que el moverse o fijarse en un sitio, son procesos constantes, y que todo el reino vegetal y animal cumple a la perfección. Ambos reinos se mueven por el espacio, buscando recursos, y se adaptan establemente en un lugar que les entrega lo necesario, hasta que el ambiente se modifica, y deben volver a moverse a uno siguiente, hacia otra estación.

YO: Como las plantas buscando minerales en los suelos, y que por cambio climático, sequía o inundaciones, las mismas van creciendo en otros sitios, y los animales siguen esas plantas, mientras que los depredadores siguen a estos primeros animales.

SOY: Y así es como el humano surgió. En primer lugar, como homínido, un ser sedentario, viviendo en bosques, alimentándose de frutos, insectos, raíces. La palabra Sedentario viene del latín “sedere” (sentarse) y “ente” (entidad, ser), que dio lugar a “sedents” o “sedens”, significando “que parece sentado”. El concepto describe a aquella persona, animal o cosa que se encuentra en un sitio, dando los términos sedentarismo, sedentario o sedimento. Los homínidos surgieron como tales, moviéndose en zonas acotadas de los bosques de África; pero como toda población de homínidos, al crecer la población, debían dividirse en manadas, ya que muchos machos no podían convivir en un mismo grupo. Tenían que moverse.

YO: Y así surge el nomadismo. Su origen es la mezcla de dos términos: Numada, una tribu del Sahel, región subsahariana, donde los pueblos eran pastores y viajaban de un sitio a otro con sus animales, y por otro lado, de su conjunción al verbo griego “nemin” (pasturar, pastar, esparcir) que viene de “nomós” (pasto). En cierto modo, ambos se relacionan a la pastura y al ganado, a la idea de viajar buscando buenos pastos y a la repartición del territorio. Por circunstancias climáticas, los humanos tuvieron que salir de los bosques y empezar a seguir a los animales, incluso domesticar algunos a los que llevaban de un sitio a otro buscando pastos y agua, lo que les volvió nómades. Estas culturas fueron las que llevaron al humano a lo largo y ancho del mundo. Somos hijos del movimiento. La migraciones han sido la clave del perfeccionamiento humano. Migrar es un concepto surgido del indoeuropeo, “mei-” que significa moverse afuera, cambiar de sitio. El movimiento, por lo tanto, de origen indoeuropeo “meu”, describe esta característica innata en el humano de desplazarse. Sin embargo, se le relaciona a cualquier actitud que implique manifestar una energía hacia fuera.

YO: Y en el sedentarismo… ¿Estar fijo?

SOY: Fijar, fijo, viene de “dhig”, que es pegar algo contra algo, clavarlo. Esta referencia en el sedentarismo es clara cuando se describen las antiguas historias de los fundadores de civilizaciones. Todos clavaron una vara en el suelo, y expresaron: “Aquí construiremos una civilización”. Como Manco Capaq para los quechua, historias e pueblos originarios de Norteamérica, de África, Oriente Medio… Poner la vara en el suelo, clavarla, poner una piedra fundacional, marcan el eje del comienzo del sedentarismo, como el pastor que deja su bastón y construye su casa.

YO: Pero… ¿Esto implica que estar fijo es no tener movimiento?

SOY: No, estar fijo implica encontrar el eje. Imagina un bosque de bambú, cuyas cañas crecen fijas, firmes, fuertes, y sin embargo, son flexibles, se dejan mover por el viento, y danzan en círculos y elipses.

YO: Ser firme y flexible como el bambú… Que no se rompe aunque se doble.

SOY: Vamos, pues, a entender el concepto más filosófico de este asunto. Las personas suelen vivir entre dos mundos, el movimiento y la fijación. Para la mayoría, moverse es un gasto de energía de igual forma que para los átomos, por ello buscan estabilidad, fijarse en un sitio, quedarse allí. Lo contraproducente de ambos casos, es que el constante movimiento impide el anclaje de bases firmes y fuertes a futuro, mientras que el sólo estar fijos nos viste de estructuras rígidas. Las personas rígidas y fijas interpretan el movimiento como una suerte de crisis, de cambio, que despierta miedo e inseguridad, inestabilidad a lo que han construido. Las creencias, rutinas, patrones de vida, diseñan su vida ladrillo a ladrillo, poniendo forma rígida a su existencia. Esto endurece al carácter, y lo vuelve duro, tosco. Esto generará problemas a largo plazo, pues en momentos de cambios, les será imposible adaptarse, y cuando el entorno les fuerce a doblegarse, se quebrarán.

YO: Crisis… Quiebre, ruptura, es lo que muchas familias e individuos viven cuando tienen sus creencias o formatos de vida tan esquematizados.

SOY: Es necesario atrever a moverse, a vivir situaciones distintas en entornos diversos. Aprender de cosas que nunca habías visto o sentido, abrirse al mundo para entender nuevas opciones.

YO: Lo que veo en personas, familias y sociedades que fracasan, es esa necesidad de mantener una idea por encima de la realidad, como basar todas sus decisiones en algo meramente ideológico, sin lógica a nivel contextual, como cuando un país se cierra a ver cómo los demás obtienen mejores resultados con una metodología, para quedarse con sólo lo que piensa por más que dé malos resultados. Esto siempre me lo he planteado. Por ejemplo, si Finlandia es número 1 mundial en educación: ¿por qué los otros países pierden tiempo en buscar otras formas y no analizan cómo aplicar la educación finlandesa?

SOY: Porque hay muchos factores a tener en cuenta, y no es sólo que la educación se haya estancado en un patrón, sino que la cultura lo hizo, la economía lo hizo, todos los sistemas están estancados, y aplicar el cambio en uno solo, no produciría un efecto positivo. Es necesario producir cambios y movimientos estructurales para flexibilizar a las personas a recibir los nuevos. No es tan fácil como imitar, sino que implica conocer los conflictos internos. Es como querer ayudar a alguien a que enfrente sus miedos lanzándolo en paracaídas sin saber cuál era realmente el origen, fuente de su miedo. Las personas se vuelven fijas en sí mismas por temores infundados en las bases de su personalidad, de la creación de su ser.

YO: ¿Y los que nos movemos? ¿Cuál es nuestro gran conflicto?

SOY: No poder plasmar. Tú, nómada, has plasmado más cosas que nunca desde que pudiste aceptar el sedentarismo por más de un año. Moverse sólo remueve, pero no manifiesta. Se necesita un anclaje fijo para manifestar algo concreto. Cuando encuentras un sitio firme, es como una isla en medio del mar. No harás crecer maíz, patatas, ni criarás gallinas en el agua. La inestabilidad de las olas produce inseguridad a largo plazo, pues todo puede cambiar, es fluctuante, y sólo puedes más que llevar algunas cosas contigo, que sean de utilidad.

YO: La valija que siempre cargo…

SOY: Hacía años que no pintabas cuadros, que no escribías tanto. Mucho tiempo sin escucharte a ti mismo en el silencio. Cuando encontraste el lugar, pudiste ver el siguiente paso, los cimientos del siguiente paso. Quien sólo se mueve es una gota en el océano. Quien sólo se encuentra fijo en un sitio, tiene más posibilidades de quebrarse. Pero quien encontrando un eje fijo se permite balancearse en movimientos suaves y amplios, ha encontrado la clave de la vida.

YO: El eje… Como la Tierra… Que se mueve, fija en un eje…

SOY: Exacto. La circulación de la sangre en el eje firme de los huesos, la rotación de la Tierra en un eje norte y sur. El bastón de poder, vara interna, que te permite recordar siempre quién eres aunque te muevas en muchas opciones. Construir el propio eje nos vuelve fijos en la esencia de quienes somos. Descubrir quién eres es lo que te entrega el mayor eje de la vida, y reconocer cuál es el sitio del mundo que te otorga esa estabilidad, es lo que te permitirá manifestar.

YO: O sea, que necesito pensar qué sitio del mundo me da claridad, eje, me hace sentir en casa, y buscar la manera de vivir en ese lugar.

SOY: Así es. Puede parecer una locura desde el punto de vista sedentario y temeroso de la realidad… Pero es la clave de la trascendencia del ser.

YO: Y de este modo, nunca detenerse, siempre indagar más…

SOY: Moverse es conocer, es abrirse a la existencia, al crecimiento, permitir que la energía fluya nutriendo al eje sobre el cual nos fundamentamos.

YO: Los dos pilares de mi vida, el eje fijo y el movimiento…

SOY: El Yo, y el Soy.

YO: Ya lo sabes, estoy haciendo todo lo posible desde esta estabilidad para encontrar mi eje fijo dentro, y así es que estoy manifestando como nunca los sitios donde plasmaré mi misión, mi ser.

SOY: Y cuando lo hagas, podrás moverte con libertad, sabiendo que tu legado está manifiesto.

YO: Yo soy tu Movimiento… En constante generación.

SOY: Yo soy tu Eje Fijo… En constante armonía.