YO: Tengo una duda… Ayer explicaste que toda la historia es un continuo de vibración que genera el espacio, y que sus niveles (conocidos como pasado, presente y futuro), son la frecuencia con que las ondas se mueven en dicho continuo. Por lo tanto, nada ni nadie está separado en la historia, y todos somos causas y consecuencias de lo que sucede. Dicho esto, pues, ¿existe el libre albedrío? Y en contraposición, si no existe, entonces, ¿existe un destino?

SOY: Bien, es importante definir estos conceptos. Volvamos a tomar en cuenta muy bien que, como dijimos, el concepto de tiempo es relativo, debido a que no es más que un concepto que ordena las bajas, medias y altas vibraciones en términos de frecuencia. Si la onda es lenta y baja, tendrá una baja frecuencia. Es decir, que el ciclo tardará mucho en repetirse, lo cual le da una connotación de estancamiento imperceptible, lo que llamamos pasado. Si la onda vibra en la media, entonces la frecuencia será más estable entre las diferentes crestas y curvaturas, lo cual da más posibilidades de contemplar y ser partícipe de lo que sucede, y por ello le llamamos presente. Por último, cuanto más vibra la onda, las repeticiones son abruptas y rápidas, haciendo que haya una alta frecuencia entre las curvaturas, lo cual no da tiempo a contemplar ni adaptarse al proceso. Va tan rápido que no se puede ver ni manipular, y a ello le llamamos futuro. Todos los seres vivimos en estos tres aspectos, pues los tres conforman la Unidad del Ser. Podríamos decir que la baja frecuencia es la que muestra al cuerpo, con un proceso lento de reacción. Luego, la media frecuencia es el alma, que permite ver y sentir más rápido de lo que la biología puede reaccionar. Y por último la energía espiritual, que ve todas las posibilidades en un instante por vibrar a tan alta frecuencia. Si lo vemos desde el punto de vista humano, llamarás como tu historia pasada a la baja vibración, la media será tu actualidad y la alta como tus potencialidades y proyecciones. El continuo de la vibración te muestra algo inevitable: todo es una constante de vibración unida, y lo que le pase a uno afectará al otro; y esto se llama “destino”.

YO: O sea que todos tenemos un destino, y no podemos escapar de ello…

SOY: Exacto. O no…

YO: ¿…Cómo?

SOY: Toda tu realidad es una consecuencia del pasado o la baja vibración. Y tu presente es la causa de todo lo que generes en el futuro. El destino, pues, es el final de una larga cuerda que, estando atada por un extremo, tú decides tomar por el otro extremo y empezar a sacudirla de arriba abajo o de un lado al otro. El movimiento de tu brazo y mano generarán una fuerza en el extremo de la cuerda que se trasladará a lo largo de la misma por inercia, llegando al otro extremo. Todo el movimiento de la soga estará determinado por la causa de tu movimiento inicial, y no le quedará más opción a la soga que moverse acorde a este impulso. Ese continuo, como las olas de un mar, hacen que toda la vibración en el universo funcione por reacción, por varias fuerzas empujándose entre sí para buscar el balance. No existe ningún espacio vacío, todo se impulsa, se mueve en dicha sintonía. Por ello, la fuerza que tú ejerces hacia delante o hacia los lados, estará determinada por la fuerza que llega a ti desde atrás. El pasado te entrega la energía necesaria y determina tu estado vibracional. Por ello sois productos netos del pasado, sois reacciones de los acontecimientos que os han construido, basándoos en las experiencias, en el conocimiento adquirido y la sabiduría asimilada. La cultura, el idioma, la fe, la filosofía de vida, las tradiciones; todo ello moldeará tu ser, la vibración de quien eres, y determinará tu futuro. Ésta es la razón por la cual todo vuestro destino está escrito, no es en función del futuro, sino en función del pasado. El oleaje de las corrientes densas del pasado moldean el ordenamiento de vuestros genomas, dándoos las potencialidades y atributos adquiridos en la historia, determinando así vuestras capacidades para gestionar el futuro. Por ello tenéis escrito en las líneas de vuestras manos, en vuestro cuerpo por todas partes, cada paso que daréis, de la misma forma en la que podéis prever el movimiento de la soga.

YO: …Pero, dijiste que también puede que no… ¿O sea que existe una posibilidad de Libre Albedrío?

SOY: Sí. Todo es posible. Puedes ser libre de tu Destino, pero para ello debes vibrar más rápido que él.

YO: ¿Cómo lo haría?

SOY: Debes alzar tu vibración, elevar tu frecuencia, resonar con el futuro. Cuando comienzas a vibrar alto, puedes llegar al plano espiritual en que todo lo ves, previendo circunstancias, hechos que sucederán. Puedes ver todas las posibles expresiones futuras que se desarrollan a partir de tu frecuencia actual. Entonces, desde esta alta vibración, tienes la posibilidad de abrirte a contemplar nuevas posibilidades. “¿Qué pasaría si en lugar de hacer esto hago lo otro…?”. Entonces te das cuenta que, para hacer el cambio, debes volver a tu presente, y modificar tu vibración. Mover la soga de manera diferente te permitirá generar una nueva reacción en el extremo final. Crear un nuevo destino a partir de ti, y no de lo que te precede.

YO: O sea que el Universo sólo entrega destinos, pero es cuestión de cada uno construir el Libre Albedrío.

SOY: Así es.

YO: Y ¿cómo le construyo? ¿Cómo hago para cambiar esa vibración?

SOY: Pues primero tienes que reconocer de dónde viene lo que eres hoy. Reconocer el pasado, saber cuáles son las corrientes que determinan lo que eres. Los pulsos que posees de tu genética, familia, especie, cultura, fe, filosofía, etc. Recién allí podrás entender todo lo que te compone del pasado. Al analizarle, le pones consciencia, cambias tu percepción a una mirada neutral, y lo tomas como nutrientes para crear nueva energía, así, al saber dónde se encuentra lo estancado en ti, tomas la decisión de modificar esa acción repetitiva por reacción, e inicias una Acción diferente ante las circunstancias donde actuabas de la manera anterior. Allí, cambias a actitud, que modifica tu aptitud, y por lo tanto la vibración que cambiará la frecuencia de tu futuro, modificando tu destino a tu voluntad.

YO: Uf… Es mucho trabajo…!

SOY: ¿Quieres ser libre o no?

YO: Bueno… Sí…

SOY: Nadie te dará la libertad. ¿Y sabes por qué?

YO: ….No… ¿Por qué?

SOY: Por que no existe. Desde el punto de vista del Universo, el destino es orden. Orden en griego se dice Cosmos. La existencia de la que gozas es producto del ordenamiento de ondas y partículas en estado armónico y de reposo, ahorrando energía; y para ello necesitan estar ligadas una a otra en un continuo. Lo que para ti puede parecer una cárcel, para el Universo es Armonía. El cosmos no comprende los conceptos de libertad y esclavitud. Sólo comprende los conceptos de orden y desorden. Pues para el Universo todo es Uno, todo es resonante o disonante, pero nada está atrapado dentro de otra cosa. Lo único que crea la sensación de esclavitud y prisión es vivir en disonancia y separación, pues cuando resuenas y te conviertes en el sistema, el mismo deja de existir como algo ajeno.

YO: O sea, no vivir en el sistema sino convertirte en él.

SOY: Por ello nadie logra vivir en el Libre Albedrío, porque consideran que para ser libre hay que liberarse de algo. Cuando la verdad es que para ser libre debes convertirte en ese algo y tomar una acción en lugar de actuar por reacción.

YO: En tal caso… Para ser libre de mi destino, debo convertirme a mí mismo en mi propio destino.

SOY: Exacto. Y para lograrlo, debes identificar todo lo que ha construido tu destino y lo que sigues proyectado en él hacia el futuro.

YO: ¿Qué sería eso?

SOY: Todo lo que llamas Misiones y Propósitos. Tú te has puesto propósitos en tu vida para sentirte realizado, pero para lograr tu propósito, debes conseguir metas, que llamas Misiones. Por ejemplo, imagina un niño que quiere ser Doctor, un Médico. El niño tiene 7 años, y hasta los 26 tal vez no obtenga su doctorado. Su propósito es ser doctor para curar vidas, pero para llegar a lograrlo, debe año a año cumplir una misión: terminar cada curso anual de la escuela primaria, luego la secundaria, el bachiller, los años de universidad y los de doctorado. Cada año fue una misión cumplida, las cuales van construyendo su propósito. ¿Entiendes la diferencia?

YO: Sí, claro…

SOY: Ahora bien, existe un propósito consciente: ser doctor y salvar vidas; uno inconsciente: que puede ser la muerte de alguien muy querido que le mueve a querer sanar a otros para que no vuelva a pasar lo mismo; y otro subconsciente: que puede ser sentirse útil porque de niño todos le hicieron creer que era inútil. Y estos tres a su vez se mueven en un aspecto denso y otro sutil, es decir, que su ser como humano tiene el propósito de curar con medicina, pero tal vez en lo sutil su espíritu y alma tenían otro propósito que era descubrir la sanación, lo cual le llevará a encontrar la sanación en otras herramientas mediante una crisis personal muy grande donde descubre ayahuasca, o reiki, o meditación, y luego cumple su propósito de doctor desde otro lugar muy diferente.

YO: Es un amplio entramado… No es lineal…

SOY: Por esto, la gente suele perderse y nunca tiene Libre Albedrío. Porque al contemplar la vida como una línea, se olvida que la misma es un Árbol, con raíces y ramas, cientos de posibilidades. Y cuando una se corta, surgen nuevos brotes multiplicándose posibilidades.

YO: Uf… Entonces?

SOY: Entonces… Deja de escapar de tu destino. Porque no hay forma de escapar de él, porque él eres tú. Sólo tienes dos opciones en este camino: Ser consciente de ello o inconsciente. El primero te recordará que eres libre de accionar para cumplirle de la mejor manera transformando las realidades en algo superador, y la segunda te lleva a reaccionar y mantener el circuito cíclico, haciéndote sentir en una trampa. Mira hacia atrás, reconoce cuáles son los senderos que te han creado, cuáles son las misiones que has conseguido cumplir y cuáles posees aún por realizarse, las que proyectas. Identifícalas para saber dónde te encuentras. Descubre tu árbol de misiones. Ubícate.

YO: Y a partir de ello, ¿qué hago?

SOY: Reconoce que todas las misiones que te han llevado hasta ser quien eres hoy y las que proyectas a futuro, todas tienen un sólo objetivo: la trascendencia de tu propio ser. El destino eres tú. Haz la lista, ponle de nombre MISIONES, y anota debajo en una columna las que has Cumplido, y en la otra las que Proyectas.

YO: Entiendo, por ejemplo, que algunas de mis misiones cumplidas han sido lograr terminar mis estudios, tener buena relación con mis padres, crear una red de consciencia, hacer los caminos de Harwitum y RomaamoR, dar la vuelta al mundo y pisar los 7 continentes como me dije de niño entre muchas más misiones que me propuse en la vida… Y por el otro lado, lo que intenciono es terminar el proyecto YOSOY, conectar la Red Planetaria, trabajar para una Nueva Sociedad, diseñar la Ontocracia…

SOY: Bien, todo ello te llevará a cumplir tu propósito, el cual descubrirás al culminar todas tus misiones. Paso a paso. Pisa firme con tus talones, sé consciente de cómo se posicionan tus pies en el andar. Sé flexible, pero firme, y reconoce que cuanto más avances en el camino, más cerca estarás del centro de tu ser. Reconoce que más lejos llegarás hacia delante cuanto más lejos en tu historia hayas reconocido de ti. Ambos se unen en tu aquí y ahora.

YO: Yo soy mi propio destino. Y sólo así, le cumpliré siendo libre.

SOY: Pues el único destino es el Yo Soy.