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Yo Soy Vitalidad

Raíz

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Mental

Yo Puedo

Mo: Yo Soy el Portal de la Vida

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YO: Hoy es el día correspondiente a la Mente del chakra Raíz, y estaba pensando en lo complicado que es para la mayoría de las personas espirituales aceptar la importancia de este chakra en la iluminación.


SOY: Bueno, está claro que en los últimos 2 milenios la función de este centro de poder ha sido malinterpretada y vista tan sólo en su aspecto negativo. Esto claramente ha generado una visión particular del mismo que por costumbre le ha convertido en algo “tabú” de lo cual no debe hablarse.


YO: Es por esa constante búsqueda de ir hacia los cielos creyendo que todo lo terrenal nos atrapa y es malo.


SOY: Olvidándose de que la forma del cosmos es toroidal, y cuanto más arriba vas, más cerca estás de volver a la base inferior.


YO: ¿Qué es lo que deberíamos entender de este chakra?


SOY: Básicamente, es el centro de la Vitalidad. Si en el sacro creaste la energía, aquí es donde se asienta y toma fuerza para encenderse. La chispa de la serpiente de luz: la kundalini. El circuito energético es un proceso cerrado de ejes positivos y negativos. Para comprenderlo, hay que entender lo siguiente: ¿qué pasa cuando enciendes un fuego? ¿El calor sube o baja?


YO: Sube, porque se disipan los electrones, no?


SOY: ¿Y el aire frío?


YO: Desciende, por eso las estufas se ponen debajo y los aires acondicionados arriba.


SOY: El aire frío pesa más, y el aire caliente pesa menos. Así, podemos ver a la nieve caer de los cielos, y al fuego subir flameando hacia los aires. Esto nos ayuda a comprender que el Espíritu, la Mente cósmica, es una energía fresca, platina, que busca descender a la materia, convertirse en agua, en vida. En tanto el cuerpo es caliente, emite energía, enciende su fuego evaporando el agua, haciéndola regresar a su estado celestial, convirtiendo todo anclaje a la materia en cenizas. Ambos generan el ciclo de la vida, el motor de lo positivo y lo negativo. Y observa el gran error: lo negativo es lo que desciende, y lo positivo asciende, es decir, que es el espíritu el aspecto negativo, y el cuerpo el positivo, no al revés. Por lo tanto es la parte más densa del ser la que busca la ascensión, la iluminación, en tanto el iluminado busca la densidad, nacer, vivir. El gran conflicto es creer que el espíritu quiere subir a la luz cuando él ya habita la luz y la consciencia. Un espíritu es un aventurero, un artista. Necesita inspirarse, vivir, experimentar, bajar a los barros y ensuciarse para nutrirse de la gracia de la creación. En cambio, el cuerpo busca la trascendencia, la liberación constante. Busca expandirse y volver a tener claridad, dejando lo que le pesa para sentirse en paz.


YO: O sea que todo este tiempo lo hemos hecho mal. Negar la parte inferior del cuerpo es negar la ascensión. La transmutación del ser.


SOY: Negar las piernas y tus genitales en el camino de la espiritualidad para encontrar la iluminación, es como querer buscar agua en la lluvia y en lugar de utilizar un barril o cubo, tratar de acumularla abriendo la boca y apuntando al cielo. Morirás de sed. Y sentirás sólo el aroma del espíritu, pero no te saciará.


YO: La fuente de la conexión espiritual, ¿está entonces en los genitales?


SOY: Por más extraño que parezca, así es. La clave fundamental para entender esto es que los espíritus no quieren morir, quieren nacer. El universo busca crear vida. Y la vida surge del potencial de la reproducción o multiplicación. Una suerte de éxtasis energético que lleva a que el espíritu se una a los patrones de la materia. En cierta forma, es la mente espiritual la que piensa en sexo constantemente, pues el espíritu entrega la vitalidad a los cuerpos; y para que el espíritu descienda, necesita multiplicación celular y combinación de genomas. Es decir, información. El chakra corona es la puerta del espíritu a la materia, y su fuente física se ancla en la hipófisis, una pequeñísima glándula cerebral encargada de la homeostasis del cuerpo, es decir, del equilibrio. Es la que impulsa el funcionamiento hormonal de todo el cuerpo, quien da órdenes al resto de los chakras, las glándulas. Las glándulas más lejanas a las que llega esta información, son las de los genitales: testículos y ovarios. El impulso del espíritu sobre esas glándulas es la de generar las células de la vida, y por lo tanto, la vitalidad. Para hacerlo, envía una gran cantidad de pulsos eléctricos que dilatan la zona genital, generando calor, lo cual busca expandirse. Este fogonazo son los calores de la sexualidad. “Estar caliente”, le dicen, no?


YO: Sí… Tiene lógica…


SOY: Así, la energía comienza a elevarse, transmutando el fuego del cuerpo, ascendiendo. La energía fría del espíritu se convierte en energía caliente del cuerpo, y completan un círculo de creación de energía vital perfecta. Ahora bien, este circuito es perfecto a nivel energético, y se complejiza a nivel biológico. La base biológica es la multiplicación, mitosis, meiosis, y la creación a su vez de estos dos aspectos positivos y negativos en dos tipos de géneros genéticos: macho y hembra. El primero será impulsado por el calor a sembrar la semilla genética, y el segundo a retener dicha semilla uniéndola a la propia. Normalmente, en el mundo biológico, el macho deberá fecundar a la mayor cantidad de hembras posibles para asegurarse territorio genético, y expansión. La hembra necesita mucho más tiempo para gestar la semilla hasta que nazca y se valga por sí sola, y es por esto que el macho no puede perder tiempo. Sin embargo, dependiendo el contexto climatológico o geográfico, esta simbiosis se adapta, como por ejemplo generando una comunión por largo plazo con el objetivo de proteger el fruto de dicha unión. Cada reino, especie y raza ha encontrado su forma. Pero el humano agregó otra: la cultural. La cultura es otra forma de asegurarse la trascendencia grupal y genética, y atribuye al acto reproductivo un peso artístico, espiritual y moral.


YO: La forma en que lo dices, es como si no existiese amor entre las parejas, como si todo implicara simplemente reproducirse.


SOY: Es que así es. Ya sea tu cuerpo, tu alma o tu mente, un individuo o el mismísimo universo, lo único que buscan es expandirse, tener la capacidad de descubrir de lo que son capaces con su potencial. Desde lo biológico, es la reproducción, desde lo emocional es la capacidad de sentir, desde lo mental es la capacidad de aprender, desde lo cósmico es la capacidad de crear. Es una cuestión de semántica. Vuestro problema es que estáis tan metidos en el concepto emocional del amor, que no veis que el amor es energía, no es cultura. Sois la única especie que llama a la energía “amor”, y os creéis diferentes o hermosos por ello. Pues no. La energía ya es hermosa, la combinación del positivo y negativo, de la capacidad de crear, de buscar multiplicarse, de ver en el otro el complemento para la trascendencia, todo eso que te suena a mecánico, es amor, es belleza, es creación, es enamorarse. Desromantiza tu idea moral de lo que es unirse a otro, pues así sólo pensarás que la única forma de sentir amor es por lo que otro me hace sentir, o por la idea utópica de llegar a un sitio donde todos nos amemos a través de abrazos y besos.


YO: Entiendo pues, que para el espíritu, todo es uno, y la reproducción y nacimiento son potenciales de manifestación, de amar, de interconectar energías que se expanden.


SOY: Exacto. Ahora bien, como toda energía, también puede estancarse. Vamos al reino animal, al que pertenecéis. Habrás notado que la época reproductiva de un humano comienza alrededor de los 12 o 13 años de edad, y durante una década aproximadamente, todo se sale de control. Las hormonas generan mucho calor, con la intención de hacer crecer el cuerpo, sobre todo posicionarlo en un aspecto digno de la reproducción, y este exceso de calor, genera un periodo en que controlar el fuego interno es casi imposible. Y cuando hay mucha energía en un mismo lugar buscando salir… Todos sabemos lo que sucede…


YO: …Explota…


SOY: Esa energía es llamada rabia, ira, odio y todas esas bajas emociones que generan discordias, luchas, peleas. Pero, ¿es acaso humano esto?


YO: No… Pasa en todo el reino animal.


SOY: Y en otros también. Es la lucha por el territorio reproductor. La energía del mamífero le hace luchar con otros machos o hembras por obtener el territorio o la mayor cantidad de agentes con quien reproducirse. Esto les vuelve intolerantes, y activa la fauna. ¿Te acuerdas lo que se hacía en Khem, hace 12000 años, con los jóvenes de entre 12 y 18 años?


YO: Se nos enseñaba a manejar la energía sexual. Se nos decía que esta etapa era la mejor para aprender a conectarse con el espíritu si aprendíamos a canalizar este potencial, si aprovechábamos este combustible. Se nos enseñaba a tener sexo consciente, lo que hoy sería tantra y kamasutra.


SOY: Claro. Hoy se reprime esa energía con moral, con tabú, con religión, con vergüenza, con “eso no se habla”, “eso no se hace”. Cuanto más se bloquea esta energía, más fuerte explota. Hace unos pocos miles de años, se asociaba este periodo fulgoroso y lujurioso con nuestro pasado animal. En la búsqueda de ser celestiales y santos, se habló de celibato. Se entendía que la rabia y la ira eran actitudes del diablo, y debían castigarse. La rabia provenía de la histeria, del griego “hystera”, que significa “útero”, lo cual vinculó a las mujeres directamente con el demonio. Para calmar su desorden emocional, se las calificó como casi animales, pertenencias de los hombres que había que saber controlar y que sólo servían para la reproducción. Y al hombre se le dijo que el sexo era sólo para reproducirse y que debían hacerlo sólo con una mujer ante los ojos de Dios. A su vez, se consideraba al hombre más cercano a la Divinidad, y por lo tanto, se forzó a gran cantidad de personas a dejar los placeres terrenales por la gloria celestial. Pero, querido amigo YO, el cuerpo seguía siendo animal, y negarlo no lo haría desaparecer, sino enfurecer aún más. Es como tener una central eléctrica en una represa, donde cada día llega más agua, y por lo tanto se genera más energía, pero la misma no se está utilizando para nada, ni siquiera para alumbrar un pueblo. Tarde o temprano, esa energía estancada, esa negación del amor, la falta del cariño, la negación de los genitales (tratándolos como la parte impura); todo esto llevará a la explosión, la cual destruye todo a su alrededor. Llámale violación, depravación, pederastia, es el mal uso de la sexualidad por el simple hecho de haberla negado. No puedes negar la fuente de tu vitalidad.


YO: ¿La violencia sexual que vivimos ahora, es un reflejo de esto?


SOY: ¿Ahora? Jaja, ahora tenéis internet, es lo único que ha cambiado. La energía positiva que entrega con su fuego la semilla, el lado masculino, quema, arrasa, penetra por naturaleza en la energía celestial. Si esa energía no fue bien trabajada desde la infancia, si no recibió el equilibrio amoroso correspondiente, si no aprendió a respetar las energías de los demás y a gestionar la propia, entonces, utilizará su energía vital para tratar de dominar a los demás. Y cuanto más haya durado el trauma de represión, peor será el resultado, como en una violación. Lo mismo pasa con la energía femenina celestial, la cual desciende y recibe dicho fuego, es decir, que puede atraparle, controlarle, manipularle para moldear al otro a su merced. Muchos de aquellos que buscaban sentir la sexualidad libremente, fueron obligados a abandonarla convirtiéndose en célibes curas y monjas, quienes sólo han encontrado en la represión de lo otros, rabia e ira como escape de su energía, y algunos, en los más vulnerables, los niños; y lo hacen, porque ellos también son niños heridos. La violencia de la humanidad proviene de no poder gestionar su fuerza vital.


YO: Decía un humorista una vez que si los humanos tuviesen más sexo no habría guerras.


SOY: ¿Era humorista o científico? Mira… La energía vital es la clave de la expansión de la vida. Si no puedo expandirme a mí mismo, buscaré expandirme sobre los demás, imponiendo mi energía, buscando dominarles. Toda rabia que siento, es la acumulación, retención de energía que no estoy utilizando correctamente.


YO: Lo que noto entre líneas es que el sexo es fundamental para el equilibrio.


SOY: No el sexo, el sexo es para reproducirse o satisfacer una energía momentánea. La Sexualidad es la clave de la iluminación. Todos los centros de poder que encienden el fuego divino de la kundalini se encuentran entre el ano y los perineo. Los testículos y ovarios, en el pene y la vagina, en el clítoris y la próstata. Allí está la fuerza que enciende la vida, ¡allí se generan las células y nutrientes que crean humanos! ¿Qué mayor fuerza de creación, pues, tienes en tu cuerpo capaz de permitirte crear sin límites?


YO: Y… ¿Cómo le uso?


SOY: Pues hay muchas maneras. En primer lugar, deja ya de pensar en lo que la sociedad te ha explicado de estas partes. Olvídate de lo que has aprendido o creído de ello. Despeja todo preconcepto de este motor energético. En segundo lugar, descúbrelo. Es parte de ti, analiza, observa, toca, descubre. Para saber utilizarle, debes aprender en la práctica.


YO: Parece tonto, pero sí, la mayoría de las personas no saben realmente dónde están sus puntos de sensibilidad. Y no es sólo cuestión de la masturbación, sino de la sensación, simplemente.


SOY: Allí está el tercer paso: los dos caminos. El primer camino es descubrir el punto de mayor placer y permitir liberar el fuego biológico hasta relajar todos los músculos. El segundo camino es enviar ese fuego hacia la cabeza, sin necesidad de liberar la tensión, es decir, eyacular. El primer camino, nos ayuda a conocer nuestros límites, y a descubrir la potencia, así como “mantener los circuitos activos y limpios”. El segundo camino enciende el fuego de los chakras hacia la corona, conectándonos con la sacralidad de la sexualidad. Y todo ello, debe hacerse solo, en primer instancia, pues esto es el descubrimiento de uno mismo. Ya llegará el momento de lograr esto con el otro.


YO: Esto nos permitiría en primer lugar no acumular energías, hacerlas fluir, y en segunda instancia, nos ayudaría a conectar mejor con nuestro espíritu. ¿Verdad?


SOY: La iluminación se siente como un gran orgasmo, éxtasis. Si no sabes cómo se siente el orgasmo, jamás sabrás si te has iluminado.


YO: Buen punto…


SOY: La energía que recorre todo tu cuerpo es infinita. Mal utilizada destruye y genera horribles emociones de odio, rabia, control, ira, manipulación, violencia. Aprende a descargar la tensión en todo el organismo del chakra base, y podrás utilizar la energía vital para ascender, conectar con el infinito poder creador, con tu ser superior y manifestarlo aquí y ahora.


YO: La gran tarea es liberar la idea de lo que creemos sobre la sexualidad.


SOY: Por ello estamos en la Mente. Seguramente muchos tienen “la mente sucia”, y es normal, es debido a la incapacidad de haber soltado las ideas ocultistas sobre el sexo. Éste es el chakra que mantiene atrapada a la humanidad, ningún otro, todos sus males pasan por aquí, la fuente de su poder, de su energía. No pueden pretender iluminarse sin electricidad, no pueden pretender sentir calor sin el fuego, no pueden pretender ver la luz sin una fuente energética. No pueden pensar que la forma de iluminar es acumulando luz y energía, pues sólo tendrán por resultado una explosión. La represión de este chakra, ha reprimido todos los demás: el miedo a crear del sacro, el miedo a ser uno mismo del plexo, el miedo a amar del corazón, el miedo a decir mi verdad del laríngeo, el miedo a pensar diferente del 3er ojo, el miedo a creer distinto del corona. El motor de todo ello, está en tus genitales, así que… “Pon huevos al asunto”.


YO: Huevos, ovarios, agallas, coraje…


SOY: Ponle tu energía, pues tú eres tu propia energía.


YO: Yo Soy Vitalidad.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

INSPIRACIÓN (INTEGRACIÓN): Es momento de ir hacia el interior, y analizar, meditar, encontrarse en una nueva perspectiva. Deja entonces de asombrarse por el mundo externo, el cual comienza a hallar limitado, finito, y se vuelca al mundo interno, al cual encuentra infinito, con un sinfín de nuevas posibilidades, y se inspira en la imaginación.
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