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nov19

Apego

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Yo Deseo

Vu: Yo Soy Transmutación de los Caminos

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YO: Lo que viví hoy en la pirámide fue muy intenso… Como todos los días, saludo a todos los guardias, hablo un momento con los camelleros, doy los buenos días al inspector y guardia de la entrada de la pirámide, subo, me presento ante la cámara y, como los gatos, camino buscando el lugar donde la energía me llama a colocarme. Hoy había dos de las mujeres que vinieron al viaje de Octubre conmigo, y dos chicos canadienses. Como siempre, no digo nada a nadie, y me siento tratando de no incomodar a los demás. Si la energía lo requiere, aguardo en silencio, o comienzo a sintonizar con cánticos y respiraciones. Cuando la configuración se formó, sentí la presencia de la energía creadora, una presencia muy intensa femenina y masculina. Y reconocí la masculina. Era la una energía perteneciente a Ptah, una de las divinidades egipcias relacionadas a la creación del Universo. En la época atlante le llamábamos Eptul-Há, y su nombre hacía referencia al Árbol de la Vida. Al sentirle, supe que en mi imaginación debía abrir una puerta invisible que me llevara a observar los códigos que había allí en la interdimensionalidad. Y entonces vi las redes, la matriz, y la presencia de Manik, la araña tejedora del cosmos. Ptah se posicionó delante de mí, y me dijo: “Vamos al Principio”. Y en ese instante se fue la luz eléctrica y quedamos en completa oscuridad. Como si flotásemos en el universo. Sus voces femenina y masculina se intercalaban para mostrar los aspectos del creador y la creadora. Podía ver en la oscuridad todas las conexiones, una enorme red. Mostraban la manifestación de la existencia misma, el entramado, y cómo cada cuerda se unía en los corazones de todos los seres vivos. Manik tejía incesantemente. Y entonces vi algo que hacía años no percibía: el Canal de Shiff.


SOY: El pasillo interdimensional…


YO: Recuerdo que la primera vez que lo recordé fue cuando tenía 14 o 15 años,  una suerte de pasillo infinito, que aparentaba recto pero en realidad era espiralado, como un rulo que atravesaba todo el Universo enroscándose sobre sí mismo, como las cadenas de ADN, ahora que lo pienso. Y desde allí, podía accederse a todas las realidades, a todos los mundos y dimensiones. Estaba su guardián, una entidad que habitaba cada rincón. Él me abría las puertas… Cuando sólo era tú…


SOY: Yo, Ghan. El guardián me mostraba las puertas, caminos cortos para llegar a todos lados.


YO: En entramado, era fantástico, como un arpa en forma de espiral con todas sus cuerdas en todas direcciones, creando una red preciosa. Cada ser estaba conectado a Shiff, y sus latidos resonaban en el pasillo como una canción indefinida e infinita. Hoy volví a entrar a Shiff, y muchos seres hablaban a través de sus ramas, de sus portales. Decía: “Las puertas se están abriendo, pues cada uno de vosotros es una puerta”. Lo que noté es que la Kundalini es como ese canal de Shiff, como una espiral que conecta todo, y cuyos niveles se encuentran desconectados por la incoherencia, por la incapacidad de mantener un flujo de conexión entre las partes de nuestro ser. Pero al trabajarnos la Coherencia cada día, más y más, es como si las partes se unieran… La imagen que veo es como si muchas grúas estuvieran tomando los cilindros de un conducto gigante, y estuvieran alineándolas a todas como partes de un telescopio. Y en el momento en que estén todas en su posición, podremos ver perfectamente hacia el otro lado.


SOY: Y así las puertas se abrirán.


YO: Pude verlas… Era todo muy grande, infinito, impresionante… Engranajes que se alineaban entre todos, y mediante el interior podíamos ver la luz del centro, lo que antes veíamos por destello, podía verse perfecto desde el sitio en que cada uno se encontraba.


SOY: La pregunta sería si estarán dispuestos a atravesar las puertas.


YO: ¿Por qué?


SOY: El miedo a lo que hay del otro lado. Todo ser vivo se aferra a lo que conoce, pues el miedo a lo desconocido produce inseguridad, duda, y hace que uno vuelva a lo de siempre, cayendo en las mismas garras del subconsciente una y otra vez. “Malo conocido”. La Luz de la consciencia puede cegar a muchos que han estado acostumbrados a vivir en las sombras. Sus ojos no pueden adaptarse tan rápido, necesitan tiempo.


YO: Como cuando despertamos. Si tenemos las cortinas bien cerradas como los ojos, que alguien abra las cortinas de golpe con un sol de media mañana encima, puede quemarnos la retina…


SOY: Y lo único que verás así son lucecitas de colores de destellos irreales, impidiéndote ver la verdad. Ilusiones. Esto enamora a algunos y se pierden en esas ilusiones, en tanto otros se aferran a las sombras, cerrando las cortinas otra vez. Necesitan tiempo de adaptación, paso a paso.


YO: Y está bien, cada uno tiene su ritmo, no se puede forzar a nadie.


SOY: A no ser que hayan decidido estar al Servicio. Y sí se convierta en un Deber.


YO: El Servicio surge del corazón… Como dije ayer, no puede ser obligado.


SOY: Pero debe ser cumplido con responsabilidad. Obligar viene del latín “ob-ligare”, es decir, encontrarse ligado, enlazado “atado contra otro”. Responsabilidad, proviene del latín “tener habilidad de responder”. La responsabilidad nos invita a tomar acción en función de lo que sé y tengo. Servicio, viene del indoeuropeo “serw”, que significa Proteger: “pro-teg” (poner techo a algo, cubrirlo). Y hay dos formas en que la gente está al servicio: la primera es al Servicio de su Supervivencia, y la segunda al Servicio de la Trascendencia.


YO: ¿Qué sería el Servicio de Supervivencia?


SOY: El Servicio a la Supervivencia es lo que conoces con la palabra “Apego”. En el mundo de la consciencia y la espiritualidad, el concepto de tener apego a las cosas se refiere a que tienes mucha estima, cariño, aprecio por algo, llegando a considerar impensable el hecho de dejarlo o abandonarlo, de soltar y dejar ir. Así, la idea de Desapegarse es fundamental: dejar ir las cosas, soltarlas, no aferrarse a nada. Pero la mayoría de las veces, en el mundo espiritual humano, se confunde el Desapego con el Abandono. Abandonar es dejar de lado, pasarse a otro bando, a la otra banda, ya que el concepto abandonar proviene de “cambiar de discurso” (del indoeuropeo “bha”, que es “hablar”). Por ello, el concepto de desapegarse hoy se confunde con el cambio de discurso en el que la persona en lugar de tomar responsabilidad sobre aquello sobre lo cual se había apegado, decide simplemente dejarlo ir a la deriva, negándolo, abandonándolo. Se ve al desapego como la idea de despojarse de todo vínculo emocional y material para sentirse liberado. Y la verdad es que alguien sin consciencia de los vínculos, es puro aire con incapacidad de manifestación. Ahora vamos al origen de la palabra “Apego”. La misma proviene del indoeuropeo “pei”, que significa “gordura, leche, grasa”, y que dio origen al latín “pix”, una sustancia que da nacimiento a la palabra “Pez Negro”. No el animal acuático, sino una secreción espesa, aceitosa, grasienta, también conocida como Alquitrán. La misma se utiliza para embadurnar el interior de las botas de bebida, y toda superficie interior porosa, que necesite un tratamiento de impermeabilidad, ya sea para impedir que el líquido salga o que entre.


YO: O sea que Apego sería que algo está pegado con alquitrán… Que es grasiento.


SOY: En el concepto antiguo, la grasa no era algo negativo, ni lo era el “pez negro” o brea (“tar”, en inglés). Algo grasiento, alguien obeso, reflejaba riqueza, fertilidad, estabilidad, seguridad, nutrición, belleza. Algo grasiento implicaba la capacidad de retener, de acumular riqueza y alimentos, de generar seguridad bajo un techo (proteger). Apego hace referencia a la protección, a la seguridad de supervivencia, de estar en la zona de confort, cómodo, sano, cuidado por alguien. Apego, pues, recuerda lo que nos hace sentir vivos, tranquilos, lo que nos hace sobrevivir. Aferrarse a la vida como única vía de escape, a la permanencia. En inglés, “Attachment” (apego), proviene de la palabra indoeuropea “steg”, que se refiere a “estaca”, un palo donde se afirman las cosas, donde se aferra y se manifiesta la seguridad y estabilidad. Te pregunto: ¿es malo el apego?


YO: No… Al menos si tu objetivo es la vida y la supervivencia como organismo biológico y cultural.


SOY: Exacto. No podemos juzgar el apego de las cosas, pues implica buscar estabilidad y seguridad, y todo humano, animal, hace esto. Trata de encontrar un punto de calma donde las cosas pueden ser predecibles y rutinarias, donde encuentre comodidad.


YO: El Apego, visto como algo negativo, es casi negar lo mucho que este concepto ha hecho por nosotros. Protegernos de todo mal externo, e impedir que se pierda la fuerza interna. Podemos decir que los sistemas de tejidos de músculos y piel contienen los líquidos, los humores, dentro de nuestros cuerpos, haciéndolos impermeables. Y también, los mismos tejidos, nos protegen de lo que está afuera: venenos, líquidos, virus y bacterias, amenazas. Esto se traduce culturalmente a la seguridad del interior de una casa, de una familia, de las personas que nos hacen sentir seguras y los objetos que nos producen estabilidad.


SOY: El único gran conflicto aquí es la dependencia de dicha seguridad, y la creencia de que es el único camino o forma.


YO: Por esto se relaciona al Servicio de la Supervivencia, porque se dedica a proteger la vida. Y… ¿Cuál sería, pues, el segundo camino, del Servicio de la Trascendencia?


SOY: Aquí también encontraremos una interesante raíz etimológica que te ayudará a comprenderlo. La misma palabra “pei”, que en latín dirás “pix – picis”, que da origen a Apego (ad-picare), es la raíz de la palabra “pituita” (mucosidad pegajosa), que da lugar al nombre de la glándula Hipófisis en latín: “Pituitaria”.


YO: La glándula de la Corona. Escuché hace mucho que los romanos creían que esta glándula era la que creaba el moco nasal. Por eso no me gusta llamarle Glándula Pituitaria, porque me parece una falta de respeto a la glándula de la Visión Espiritual y la Consciencia. Su nombre es Hipófisis (significando en griego: por debajo del crecimiento, es decir, desarrollo).


SOY: Esta glándula nos permite abrir los ojos del cosmos para ver más allá de las “fisis”, de las formas, de lo que conocemos, y comprender lo que yace detrás. Ya no lo que pega las cosas con brea, sino lo que conecta las cosas. La Red. Aquí encuentras el concepto de Desapego. El desapego es el Servicio de la Trascendencia, donde dejas de pensar en proteger la vida, y empiezas a pensar en proteger la existencia. La existencia abarca mucho más, fuera de una simple vida humana. Va a la conexión entre todos los seres a través del tiempo y del espacio, sin límites. El desapego no implica dejar los vínculos y la materia, sino comprender que es imposible dejarlos, pues tú eres parte de todos, y no estás atado a ninguno, sino conectado a cada uno como un tejido. No perteneces a uno, eres todo. Así, la hipófisis te permite ver la unidad en las cosas, poniéndote al servicio de lo que fue, es y será, sin necesidad de aferrarte a lo que es. El desapego es despertar a ver con mayor amplitud el rol de la vida en la existencia, y ya no dependes de la vida, pero tampoco te apartas de ella, no la abandonas, sino que la cuidas, la proteges, la impulsas a desarrollarse.


YO: Desapegarse no es dejar ir, es amar sin límites, comprender su eterna capacidad de transformarse.


SOY: Ahora piensa en todas las cosas que te detienen, como parado sobre alquitrán, sumergiéndote en brea, las cosas a las que te apegas en la vida, aquello a lo que sirves con la necesidad de sobrevivir. ¿Cuáles son las cosas que temes cambiar y transformar y que prefieres dejar como están para sentirte seguro? Aunque sepas que es una falsa seguridad… Y luego reconoce: ¿Has sido responsable de aquello de lo que pregonas haberte desapegado? ¿Son tus desapegos equilibrados o simplemente reacciones abandónicas? Toma consciencia de ambos, pues ni uno ni el otro te llevarán a la libertad real.


YO: ¿Y dónde la encontraré?


SOY: En el gozo de disfrutar las cosas mientras duren, responsabilizándote de ellas con amor, y celebrando el momento en que se transformen para seguir su curso de evolución y expansión. Allí encontrarás la libertad, en el punto medio entre el Apego y el Desapego, en el Amor de la Consciencia.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

12º DIMENSIÓN= La caja interdimensional, es como un tesaracto compuesto como un complejo cubo rubik, en el cual todo tiempo y todo espacio paralelos, interactúan entre sí y pueden modificarse: modificar no sólo el futuro de un mundo paralelo, sino que uno universo imaginario puede a su vez modificar el pasado de nuestra realidad. No hay límites, y todo es moldeable.
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