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nov20

Soberbia

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Yo Deseo

Vü: Yo Soy Transmutación de los Aprendizajes

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YO: Durante la alineación de ayer 19 de Noviembre, cuando me dijiste que me quede en silencio, no entendí muy bien cuál era el punto. Durante la alineación me fui dando cuenta, creo que al mismo tiempo que la gente, que nos estabas poniendo a prueba en el desapego.


SOY: Hay cosas que consideramos obvias en relación al desapego y el apego, pensando que es aferrarse a un objeto, a un lugar, a una persona, pero no. El Apego sólo habla de nuestra necesidad de sentir seguridad en el vínculo con ese objeto, lugar o persona. Como te dije, es la expectativa ante ellos. Pues no te aferras a lo externo sino a la emoción interna que te produce su presencia. Como una droga, lo que te vuelve adicto es la reacción química que produce en tu cuerpo. Nadie es adicto a una droga sólo para tenerla en un frasco y contemplarla cada tanto.


YO: Es verdad… Es todo una cuestión de sensaciones.


SOY: Y por ello, nos apegamos a la espera de sentir dichas sensaciones en nosotros. Al fin y al cabo, todo apego acaba siendo una expectativa. Y debemos tener mucho cuidado con esto, pues cuando nos referimos al mundo exterior, solemos hacerlo en función de lo que esperamos de él, y no de lo que realmente es. Juzgamos a los demás acorde a nuestras propias perspectivas y expectativas de lo que es y no es correcto. 


YO: Es como hablar de política y de religión, son temas delicados pero fáciles de referirse y visualizar cuando se trata de analizar el apego y la proyección. Sin embargo, en cosas más cotidianas como “hacer silencio”, “respetar”, “apagar la luz si no estás en la habitación”, “bajar la tapa del inodoro”, son cosas que parecen tontas o simples, pero donde radican los mayores apegos.


SOY: El humano, como todos los demás, es un animal de costumbres. Una costumbre es una rutina previsible que da seguridad. Así, la mente humana está diseñada para prever, evolucionó en relación a la expectativa. Esperar que algo pase como lo espero, creo, siento, intenciono, es una clave de calma, seguridad, confianza, paz.


YO: Como cuando escuchamos una canción, que está compuesta de momentos de tensión y de resolución, si la canción es detenida en un momento de tensión, nuestra mente hará lo posible por terminar la siguiente frase resolviendo la tensión. Es casi imposible de controlar.


SOY: Por ello el apego no es sólo un tema de dependencia, sino un tema sistemático, biológico, de diseño humano. Es fundamental reconocer esto para entender que tenemos apegos hasta en las más mínimas cosas…


YO: Sí, desde la charla de ayer, pude ver los cientos de apegos que poseo, desde los más tontos como que me pone muy nervioso y mal que alguien tome mi bolígrafo cuando estoy escribiendo, con el fin de hacer apuntes sobre mi propio texto manchando o tachando, o tocando con el dedo la tinta de lo último que escribí. De pensarlo me produce un malestar impresionante. Llegando a apegos mayores, como a personas que he amado y amo aún, creyendo que les necesito para sentirme feliz. De todas maneras, he puesto tanto énfasis en trabajar los grandes apegos que cuando me mostraste los pequeños y diarios, me di cuenta de que allí radica la base de todos los demás…


SOY: En vuestra mente diseñáis todo a lo grande, visualizando lo superior, cuando todo lo que ves se sustenta en pequeñas cosas. En la física, podemos ver esto con cualquier objeto. Tu cuerpo por ejemplo, tú lo interpretas como “un cuerpo”, y sin embargo es producto de billones y trillones de partículas atómicas y subatómicas que sostienen la imagen mayor. Así comprendes que esa grandeza que veías, sólo existe gracias a pequeños aspectos que conjuntamente te componen.


YO: Es verdad, no prestamos atención a las cosas más simples y pequeñas. Sobre todo aquellos que, como yo, tenemos tanto de Leo en la carta astrológica… Estamos casi destinados a mirar todo con ojos de grandeza y superación. Muchas veces en mi vida caigo en el gigantismo, privándome de los pequeños instantes. Y de eso quería preguntarte… La idea de que nuestra mente busca la imagen mayor, nos pone en un lugar de superioridad, de absolutismo, y muchas veces al expresar esa visión temo caer en que la percepción sea de engreimiento. Como si me creyera más que los demás por hablar de estas cosas con soltura. ¿Cómo se diferencia el hablar de la visión superior de la soberbia?


SOY: Soberbia viene de la palabra latina “superbus”, que es el adverbio de “superior”.


YO: O sea que tú siendo conceptualmente “mi Yo Superior” podría llamarte “Ego Superbus”, o “Yo Sobebio”.


SOY: Exactamente.


YO: …Entonces?


SOY: Eso. Simple… Visión Superior y Soberbia son sinónimos.


YO: Entonces, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de la soberbia como uno de los pecados capitales?


SOY: A que no debemos compararnos con Dios. Recuerda que para las religiones monoteístas, Dios está por encima de todos, es el único, el superior, la consciencia superadora, el Supremo. Nadie puede estar por encima de Dios ni considerarse un dios.


YO: Claramente para las visiones monoteístas, lo que estamos haciendo aquí de reconocer que somos Dios, es una herejía. Pues estamos poniendo a Dios a nuestro nivel o a nosotros en el Suyo.


SOY: Bueno, todas las visiones religiosas se basan en una visión separatista de las realidades, y desconocen el concepto de unidad como algo físico y no netamente conceptual. En el costumbrismo del mundo de las formas, ven cuerpos separados, naturalezas separadas, cosmos separados, y no pueden percibir que los átomos que componen tu cuerpo son los mismos que habitan en las estrellas como el Sol. La visión antigua de colocar a Dios en los Cielos, hizo que se posicionara a Dios como el Rey sobre el Palacio, o el Señor Feudal sobre el castillo. Por ello a Dios se le llama “el Señor” y nosotros sus súbditos. Pero desde la cosmovisión real, no existe ser superior, sólo visiones desde distintas alturas. Cuanto más cerca de un objeto te encuentres, tal vez conozcas mucho sobre el mismo, más que cualquier otro, pero pierdes tu capacidad de ver la imagen mayor, el contexto de dicho objeto. Es como ser experto en literatura pero no saber el origen de las palabras, de los libros, la historia y desconocer el contexto de los escritores. O ser experto en medicina pero no comprender al cuerpo como una extensión de la energía y vibración universal, es decir, como un objeto subjetivo en lugar de físico. Y a su vez, por el lado contrario, ver una imagen tan pero tan grande de las cosas, una cosmovisión superior y trascendental, que te impide conocer los detalles y las especialidades de los objetos o sujetos.


YO: Noto que la soberbia a la que solemos referirnos es considerar que la visión propia es la asertiva y la más importante, despreciando la visión del otro.


SOY: Exactamente. El problema no es una visión superior, el problema es considerar mi visión la única, irrefutable y poderosa sobre las demás. Aquél que en una playa considera que lo más importante es el grano de arena negando la playa, es un ignorante soberbio. Aquel que contempla la grandeza de la playa menospreciando cada grano de arena, es un ignorante soberbio. La Soberbia no es un pecado, el pecado es ser ignorante y utilizar la soberbia como herramienta para vanagloriarte de tu ignorancia. Y recuerda que ignorancia se refiere a no tomar conocimiento, a la negación del mismo. La verdadera Soberbia se encuentra en los pies.


YO: ¿Por qué en los pies?


SOY: Pues el verdadero complemento de la verdadera Soberbia es la Humildad. Humildad proviene de la palabra tierra, “humus”, por lo tanto es la habilidad de ser terrestre. Con los pies sobre la Tierra. Durante mucho tiempo nos han hecho creer que Humildad es un sinónimo de Humillar, que proviene de la misma raíz, pero describe acción de poner de rodillas a alguien hacia la tierra, forzar, imponer a alguien que se incline con rodillas y manos en el suelo. Alguien que es humillado, no posee humildad. Pero en la visión de los súbditos (siendo “los que son dados o puestos por debajo”: sub-datus), Dios está por encima y los demás están “metidos debajo” de Él, del latín: sometidos. En la visión religiosa, la Humildad ha sido comparada al sometimiento, al arrodillarse ante el Señor, al no cuestionar, a tener lo justo y necesario, a no exaltarse, a no alzar la voz, ni mostrarse más de lo que se debe, a mantenerse bajo la raya, y no mostrar el poder personal. Durante siglos, esta idea ha calado en la cultura, desvirtuando la fortaleza del concepto “Humildad”, rebajándolo a un sentido de agachar la cabeza, bajar la voz, dudar y tener miedo de parecer soberbio. Lo que te pasa a ti.


YO: Entiendo… Pero la Humildad no es arrodillarse y bajar la cabeza, ni una obligación, sino la fortaleza de estar parado sobre la Tierra, empoderado como humano, reconociendo el valor que poseo como individuo.


SOY: La Soberbia de ser Humilde.


YO: Parece contradictorio.


SOY: ¿Qué no lo es? En un mundo de polaridades, todo es contradictorio. “Jesús lavó los pies de sus Discípulos”; ¿acaso lavar los pies de sus discípulos, súbditos y traidores, le impidió seguir diciendo que era el Hijo de Dios?


YO: No… Sería lo que llaman “la Humildad de los Grandes”.


SOY: Este concepto se refiere a aquellos que no temen a inclinarse, aprender, cuestionar, sorprenderse, pues saben quiénes son, saben cuál es su verdadero poder y grandeza, y lavar los pies de otros no le hace menos, sino demuestra su superioridad. La Soberbia del Ignorante es a la que temes, la que te lleva a considerarte mejor, más sabio o conocedor que otros, la que te hace creer que tu visión es mejor, y que los otros no saben hacerlo bien. Es la soberbia de quien dice: “déjame a mí, que no lo sabes hacer”, del que dice “no entendéis nada”, de quien dice: “deberías hacerlo mejor”, “yo sé y tú no”… Todos pecan de la soberbia del ignorante.


YO: ¿Y cómo se revierte esto?


SOY: Pues el primer paso es reconocerte ignorante. Y saber que nadie puede saber lo mismo que tú. La clave de la educación no es la igualdad sino la equidad. En la igualdad, el ignorante juzga al otro por ser diferente a su punto de vista, en la equidad, el ignorante educa y aprende con todos.


YO: Es la diferencia entre decir: “Lo estás haciendo mal, deberías hacerlo mejor”, y decir “Te comparto esto que supongo te ayudará a mejorar”.


SOY: La soberbia sería decir: “yo sé y tú no”, cuando la humildad de los grandes es decir “yo comparto”.


YO: La clave es saber que estamos aquí para aprender los unos de los otros, y allí radica la consciencia de saber que todos somos Grandes seres Superiores compartiendo en la experiencia de la Humildad.


SOY: Todos sois Soberbias criaturas con capacidades infinitas, aprendiendo de la humildad en un cuerpo compuesto de limitaciones. Nunca olvides que eres un Ser Supremo, que eres parte de Dios, del Universo, y que la grandeza vive en ti, de igual manera que nunca debes olvidar que estás aquí para recordar tu grandeza en los pequeños actos de la vida más simple.


YO: La Soberbia del Ignorante es considerar que tiene las respuestas, la Soberbia del Humilde es saber que las respuestas están dentro, y sólo puede encontrarlas mediante el compartir con los demás. ¿Es acaso soberbia entonces considerar que comparto con los demás lo que sé?


SOY: Dependerá desde qué lugar te posiciones. ¿Maestro o Profesor?


YO: ¿Cuál es la diferencia?


SOY: Maestro proviene del indoeuropeo “meg”, que da las palabras “mega” en griego, (grande) y “magnus” en latín. Dando así a Magister: el grande, el que más tiene o sabe. Profesor viene de un concepto latino que viene de “pro” (hacia, para) y del indoeuropeo “bheht” que significa “hablar” (dando origen a palabras como “fatos” en griego: dicho, o “fateri”, en latín, que es confesar). Profesor, pues, se refiere al que habla hacia otros, quien comparte la dialéctica.


YO: Creo entonces que soy más profesor, porque hablo demasiado, y aprendo también de lo que escucho y de lo que los otros me comparten. Pero sí es verdad que a veces he sentido la soberbia del ignorante, considerar que estaba en una posición superior.


SOY: Y es en esos momentos en que alguien aparece para enseñarte algo que no sabías.


YO: Sí… Poner los pies en la Tierra, recordar que todos estamos aprendiendo sin cesar… Incluso después de nuestra muerte.


SOY: Seguimos aprendiendo el uno del otro… Tarde o temprano podrás quitarle las ruedecillas al triciclo.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

EXPRESIÓN SUBCONSCIENTE= En el vacío de la mente universal, nada de lo que creemos es lo que parece, pues no hay referencias ni limitaciones, y conviven todas las posibilidades y probabilidades. En términos de tiempo llamamos a esto “futuro”, es decir la armonía entre todas las potencias, las cuales sin existir aún contienen a todas las existencias, guardando todos los diseños posibles en el vacío, esperando surgir.
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