YO: Si hemos visto el Olfato en relación al chakra Corona, con su Hipófisis, interpreto que el siguiente chakra, relacionado a la Pineal del Tercer Ojo, será la Visión.

SOY: Interpretas bien.

YO: Puedo intuir que desde el punto de vista escorpiano, no se trata de hablar de lo que vemos, sino justamente de lo que no vemos, de lo que está oculto a nuestros ojos.

SOY: Visión viene de la palabra “acción de ver”, y Ver, es un verbo de origen indoeuropeo, “weid”, que significa “imagen, apariencia”. Lo cual considero una manera acertada para describir este acto, ya que todo lo que vemos no son más que apariencias, percepciones.  Percepción tiene su origen en las palabras “per” (para, o por completo), “capere” (capturar, captar: poner la cabeza en algo) y “-tio” (acción), es decir la acción de captar un conjunto de cosas. En inglés el concepto “Sight” proviene del verbo Ver: See, surgido del indoeuropeo “sekw”, significando “perseguir, seguir algo”. La vista es probablemente uno de los sentidos más maravillosos diseñados por la evolución. Biológicamente, las células de un ojo se desarrollaron durante millones de años con la intención de buscar la luz y tener mejor movilidad en el ambiente. Unas pocas células fotosensibles captaban las partículas de fotones del ambiente, permitiéndole distinguir objetos a su alrededor por el reflejo de estas partículas. Mientras más tiempo tardaban estas partículas en llegar a las células, más profundidad había, y mientras menos tiempo tardaban en llegar, más cercano el objeto. Así, por contraste, también se podía identificar si había una sombra acercándose a atacar, como depredador, o encontrar escondite o alimento a larga distancia. Estas células dieron tanto resultado, que enseguida comenzaron a perfeccionarse, permitiéndole a los animales perseguir sus presas, dirigirse a sus objetivos, tener un mapa general del ambiente en que se movían. Según el entorno o las necesidades, el ojo se perfeccionó más, como en ver por la noche en los gatos, percibir flores en los insectos o distinguir más objetos en el día como el humano. El ojo humano se desarrolló a la par que su cerebro y con la misma complejidad. El Humano encontró en su inteligencia la herramienta evolutiva perfecta, que le permitía no sólo absorber datos del ambiente sino también imaginar nuevos para manifestarlos en el afuera. Esto hizo que el intelecto necesitase de unos ojos más atentos, que pudieran percibir muchos colores, muchas formas, muchas profundidades, para cubrir las necesidades cognitivas.

YO: El ojo pasa a ser la herramienta primordial de la cognición, de la sabiduría, pues por los ojos se percibe las imágenes externas y se visualiza las imágenes internas.

SOY: Aún con los ojos cerrados, cuando sueñas, ves colores y formas, y todo ello te permite comprender que la visión no solo es el concepto que va más allá de perseguir algo en el exterior, sino también en lo interno. Allí, el ojo se convierte en la clave para comprender lo divino, la magia, el universo…

YO: Y es así que se empieza a utilizar la imagen de Ojo como símbolo de Dios.

SOY: Los antiguos veían al Sol y la Luna como los ojos de la divinidad, y las estrellas como la atenta mirada de los ancestros. La idea de que lo divino nos contempla, mira todo lo que hacemos, surge de esta percepción. Sol y Luna conforman la Vesica Piscis en cuyo centro se conforma una especie de forma de hoja u ojival, un Ojo, el que Todo lo Ve. El Ojo es capaz de percibir la luz y su distorsión en distintas ondas de frecuencia. La luz que viaja por el ambiente, las partículas fotónicas, atraviesan los espacios atómicos, o chocan contra las partículas, rebotando incesantemente, creando distintas velocidades de onda, moviéndose a mayor o menor velocidad; y esto hace que, al llegar a las células sensibles de los ojos, sea percibida de un color u otro. El Ojo es el órgano que nos permite ver las partículas de Dios al mismo tiempo en que nos es imposible verlas.

YO: Es muy paradójico eso, pero entendible, porque es imposible que veamos las partículas fotónicas moviéndose en distintas ondas de frecuencia, y sin embargo, al poder distinguir el rojo del azul, el amarillo y el negro, todo ello significa que sí les estamos viendo…

SOY: Por ello el Ojo ve lo visible y lo invisible, y lo que consideramos esencial, por más que no sea percibido por los ojos, es asimilado por ellos. La mayoría de los datos que recibimos a través de los ojos día a día no son tomados en cuenta por nuestro consciente, pero sí son almacenados por nuestro subconsciente, quien hace de ello una base de información útil para interpretar el mundo interior.

YO: Y de ahí las enormes rarezas de los sueños…

SOY: El sueño es una comunicación entre espíritu, alma y cuerpo, en la cual el espíritu y el alma utilizan los datos registrados por el cuerpo como medio lingüístico. Los sueños son el resultado de lo que viste sin ser consciente, de lo que tu Visión capta de la realidad invisible a tus simples ojos.

YO: Por ello a esa visión se le llama “Tercer Ojo”, hablando de un ojo interior que puede ver todo aquello que los otros dos no pueden ver…

SOY: Los dos ojos son necesarios para focalizar una misma realidad. Ojo derecho y ojo izquierdo están interconectados a los hemisferios opuestos del cerebro. Lo que ves con tu ojo derecho es controlado por el hemisferio izquierdo de tu cerebro (el lógico, matemático, analítico). El ojo izquierdo es controlado por el lado derecho de tu cerebro (el ilógico, creativo, flexible). Ambos ojos entienden al mundo de una forma diferente, y por ello, para poder avanzar en el medio, la naturaleza optó por crear al menos dos ojos, que permitan tener una visión integrada, focal y periférica a la vez. Esto permite encontrar el equilibrio y mantener una dirección centrada. El Tercer Ojo, en cambio, ve todo en 360 grados, como una esfera, y sólo puede expandirse o contraerse, dormir o despertar. La glándula Pineal ejerce este rol, controlando los ciclos de vigilia y sueño del cuerpo. Es importante dormir y descansar al menos 8 horas diarias para que esta glándula cumpla su función de conexión espiritual. El descanso es fundamental para un buen desarrollo interdimensional en un ser íntegro. Así los Niños deben dormir al menos entre 10 y 13 horas diarias. Los adolescentes entre 8 y 10 horas diarias. Y los adultos unas 8 horas diarias. Y a su vez, es fundamental que se ejercite los ojos diariamente, mirando a corta distancia, a larga distancia, y haciendo círculos con los ojos mirando arriba, abajo y a los lados.

YO: ¿Y los tuertos o ciegos?

SOY: En las mitologías ancestrales, alguien tuerto representaba la búsqueda de un camino interior. Dependiendo el ojo que sea, sería el trabajo a realizar, desde la lógica o la ilógica como dicho anteriormente. Muchos de los dioses más importantes de la mitología antigua eran tuertos, como Odín y Horus, ya que representaban la búsqueda de la visión interior en equilibrio con la visión exterior. De todas formas, la pérdida de uno de los ojos habla de un desequilibrio en relación al concepto que representa el faltante. Por otro lado, los ciegos, en la antigüedad eran considerados sabios, y se les educaba para llegar al espíritu. La palabra “weid” que mencioné al principio, la idea de “imagen, apariencia”, dio origen en inglés a la palabra “wise y wisdom” en inglés (sabio y sabiduría respectivamente). En ciertos pueblos, el Ciego era el que guiaba a los humanos por el mundo de los espíritus, a predecir el futuro, a ver lo divino. La ceguera en su aspecto positivo es un camino a la visión interior y la divinidad y sabiduría, aunque en su aspecto negativo, está relacionado a negarse a ver la realidad. En la mitología, tanto Odín como Horus entregaron uno de sus ojos a voluntad con el fin de tener mejor visión espiritual y así vencer a sus enemigos. Odín, de esta forma, logró obtener las runas, para leer el futuro, y las entregó a los humanos como una forma de compartir su sabiduría en los senderos invisibles del cosmos. Horus, lo hizo para tener mayor agudeza ante su batalla contra Seth, su tío, aunque en ese camino, ganó visión interior, apareciendo así todos los conocimientos de las escuelas iniciáticas de Egipto.

YO: O sea que no tener visión física no habla de haber perdido capacidad espiritual, sino de una oportunidad de profundizarla aún más.

SOY: Así es. Pues cuando meditas cierras los ojos. El Tercer Ojo es el que da sentido a las imágenes que percibes del mundo externo. Todo lo que tus ojos ven no es más que una mera percepción, una simple apariencia, cuya palabra surge de “parecer”, del indoeuropeo “pehs” que significa “ver”. Aparecer es “dejarse ver”, lo que es posible verse, aunque no sea lo completo. Los dos ojos toman la idea, las imágenes, pero no las realidades. El Tercer Ojo, la visión interior, es la que registra todo aquello que no logramos captar.

YO: Parece extraño, pues, que nuestros ojos nos engañen en lo que vemos objetivamente del mundo, y sea nuestra visión oculta en las sombras la que nos dé una imagen más completa… ¿Por qué?

SOY: Porque todo lo que ves del mundo es una interpretación del mismo, y dicha interpretación puede darse desde el subconsciente, desde el inconsciente o desde el consciente. Normalmente dejamos que sean los dos primeros los que procesan todos los datos, considerando que “Si lo veo lo creo”. El concepto “Ver para Creer”, ha dado por supuesto que las cosas que contemplamos del mundo externo son las reales, sin recordar por un segundo que las mismas son procesadas por el cerebro que es un entramado de células que nunca ven la luz, sino que la interpretan. Por millones de años, hemos pasado biológicamente esta forma de interpretar mediante la genética, generación tras generación, naturalizando que lo que el cerebro percibe es lo real. Por ello, hemos dejado al 90% de lo que percibimos en manos del subconsciente. Y es por este motivo que nuestro mundo interno se construye con ideas preconcebidas, por creencias y proyecciones sobre el mundo exterior. El humano, cuando cierra sus ojos cree que se va a dormir, cuando en realidad, entra al único espacio que siempre ha sido real: su mundo interior.

YO: Escondido en las sombras… Cubierto por niebla, simulando una ceguera ante las imágenes del mundo…

SOY: Y por ello, el humano teme ver lo que hay en su interior, pues el 90% de su verdad, se esconde en su ojo interno, en lo que ha negado ver por la costumbre de creer que lo único real es lo que percibe al abrir los ojos.

YO: ¿Qué debo hacer para mejorar esto?

SOY: Comunicarte mejor con tus células internas, observándote a ti mismo. Llevando la aparente consciencia al mundo subconsciente. Mírate fijamente al espejo, muy de cerca, a las pupilas, sin titubear, durante largos minutos. Concentrado en tu respiración, y tal vez algo de música suave y sin palabras (esto ayuda a sostener fija la mirada). Una de las cosas que más cuesta en la humanidad es sostener la mirada fija en otro ser humano por más de unos pocos segundos.

YO: Es verdad, ¿por qué?

SOY: Porque los ojos son reflejos de la luz, y al mirar a los ojos a otro, ves esa misma luz propia reflejada infinitamente, dejándote al desnudo, abriendo tus tres niveles de consciencia. Dejándote vulnerable. Por ello, practícalo contigo mismo. Habla con tus células oculares y cerebrales mirándote fijamente al espejo. Pídeles que te muestren todo lo que has negado ver, ellas tienen el registro de todas las cosas, de todos los traumas, de todo lo que has ocultado detrás de tu mirada. Para empezar a tomar las riendas de lo que ves en el mundo, de las verdades, debes atreverte a enfrentar las sombras ciegas de lo que te has negado a ver.

YO: Los secretos de mi ADN, lo secretos de mi alma, los secretos de mi cuerpo, lo que he visto y me ha desagradado, de donde aparto la vista o donde la focalizo constantemente. La mayor parte de mi capacidad de ver la realidad yace en las sombras… Ahora entiendo además, que vivimos en un mundo de constantes estímulos visuales. A mí mismo me pasa: Facebook, Instagram, YouTube, las noticias, publicidades; todo es un constante bombardeo de información que pasa al subconsciente, sin ser pensado ni discernido. Estamos acostumbrados a naturalizar muchas cosas y a negar muchísimas otras.

SOY: Tu cerebro ve lo que quiere ver, y hay gente que utiliza ese hecho para hacerte ver lo que quieren que veas. Las noticias, las conspiraciones, todas te dice constantemente que comunican la verdad, que te muestran lo que no debes ignorar…

YO: Pero en realidad, hacen justamente lo contrario…

SOY: Te muestran verdades tergiversadas, con el objetivo de que no veas la única verdad, la que está oculta en ti, encerrada y ahogada en tu subconsciente. No puedes encargarte de semi-verdades externas sin tener coherencia en tus verdades internas. Por ello debes mirarte, y preguntarle a tus células qué es aquello que debes ver de ti.

YO: Dejar de ver el mundo exterior por un tiempo, para dejar de vivir en la confusión de la venta de verdades, y empezar a ver las propias, como filtro de las externas, pues es mi interior quien interpreta, y al tomar sólo las verdades exteriores como absolutas, estoy perdiendo la cualidad humana de la inteligencia, que es saber interpretar las imágenes.

SOY: Observa con cuidado,con detenimiento, con inteligencia y agudeza, obsérvate a ti mismo y permite que las sombras de tu interior te muestren en el sueño y el descanso todo aquello que has de saber de ti, y así podrás ver al mundo con otros ojos.

YO: Pues soy un ciego que mira obnubilado el mundo exterior, cuando es en mi mundo interior donde tengo el mayor don de la visión.

SOY: Es momento de despertar, es momento de abrir los ojos.