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Yo Deseo

CHe: Yo Soy el Vacío que neutraliza

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YO: Me encuentro sentado frente a la ventana, contemplando a la Pirámide frente a mí, fijamente. Desde mi punto de vista, la misma se ve envuelta de palmeras y árboles, y el brillo del sol me hace verla como si fuera blanca, como alguna vez lo fue. Antes, esta imagen me solía traer tristeza, melancolía, y las lágrimas brotaban por mis ojos sin ningún esfuerzo. Ahora he notado que no puedo hacerlo. Que ya no siento nada. Al ver el reflejo de la luz en mis ojos, pensé que podría derramarse alguna lágrima que me liberase del pesar que llevo dentro, pero noté que sólo era una reacción física, y no un impulso emocional. La imagen se iba desintegrando, como si mirar la pirámide fijamente fuera igual que mirarme a mí mismo al espejo, pues he ido tantos días, cada día a su interior, que noto llevarla en mí, y que habito en ella aunque no esté físicamente en su interior. Estos días que no pude ir por mi problema físico, sentía como si mi alma y su alma se añorasen, aunque mi cuerpo no podía dejar de sentirse feliz de no tener que enfrentarse a la meseta de Giza. Pensé, pues, en sentarme a contemplarla desde mi balcón, y dejar que las células de mis ojos me mostrasen lo que ocultan en su subconsciente. Y lo vi. Vi cómo era antes, en mis memorias, Khem, y me vi a mí, en los jardines laterales, entre árboles, mirando las blancas pirámides relucientes y brillantes. Pero la emoción no estaba allí, sino en las risas de los niños alrededor, en las voces de aquellos que amaba. Cerré los ojos, y sentí el viento en las hojas de los árboles, en algún instrumento de cuerda a la lejanía, seguramente de alguien practicando para alguna fiesta. Y la voz de la persona a quien más amé susurrándome alguna tontería al oído.


SOY: Y sentiste equilibrio…


YO: En lugar de llorar lo que vi, sonreí ante lo que oí.


SOY: Tu cuerpo necesita liberarse de muchas tensiones, pero necesita saber qué es lo que debe liberar para hacerlo correctamente. ¿Qué es lo que te produce tensión?


YO: Supongo que lo mismo que a todo el mundo este año… Estar encerrado en un mismo lugar. Sin embargo, a diferencia de lo que le está pasando al mundo, yo decidí conscientemente encerrarme aquí, como un monje de clausura. Un voto de silencio, de meditación y devoción. Siento la presión de mi propia consciencia recordándome cada día que no puedo fallar esta vez…


SOY: ¿Cuándo fue que fallaste?


YO: Lo que recuerdo… Desde hace años que escribo esa historia, “La Gran Herencia”. La comencé a mis 14 años, con la idea de plasmar mi biografía, mis memorias, para mis hijos y nietos. Con los años la forma del libro fue cambiando, y en un momento me vi escribiendo mi propia muerte. Pero esa muerte, era en una vida paralela, donde había vivido toda mi vida dedicado a la sociología y la política, ocultando mi mundo interior por miedo al “qué dirán”. Reprimido, sentí toda la presión de mi mundo interior diciéndome que estaba fallando, que había empezado mi camino al revés, de afuera hacia adentro, y que para hacerlo bien debía tomarlo al contrario, desde lo interno hacia lo externo. Pero era demasiado tarde, en esta supuesta ficción de vida paralela, ya había cumplido mis 87 años, y era momento de morir. Decidí, pues, dejarme un mensaje a mí mismo a través del tiempo, para que poder hacerlo de una manera diferente, y el mensaje sería mi propia muerte. “Hay Esperanza”, me quise decir, “Vuelve a Nacer”. Entonces, fui a Río Negro, Argentina, región que representa la conexión de los órganos sexuales femenino y masculino, para procrear. Y me acerqué a un lugar concreto, una estancia llamada La Esperanza, en la ruta 8. Me dije… “Si muero aquí, mi ser encontrará la forma de hacerme saber que hay Esperanza en el momento en que pueda perderla, diciéndome que el año en que me dé cuenta de eso, sería el año que cambiaría mi vida para siempre. Pues, este año, 2020, es el año en que me ha llegado el mensaje. El eclipse de Sol del 14 de Diciembre de 2020 se dará en su mayor foco en la zona de La Esperanza, en Río Negro. Y todo el peso de Júpiter y Saturno comenzarán a bajar la información kármica a sanar durante los siguientes días, para lo que resta de nuestro año del YOSOY. Supongo, pues, que mi cuerpo teme volver a fallar, y no lograr lo que he venido a hacer… Y tengo sólo 3 semanas para prepararme…


SOY: Responsabilidad… Y necesitas liberar esa tensión sobre ti.


YO: Creí que podía llorar para hacerlo… Pero no siento nada… Sólo dolor en el culo, de mi cuerpo diciendo: “no quiero, tengo miedo de perderme y dejar de ser yo”.


SOY: Hay una falta de equilibrio entre tus tres cuerpos, necesitas encontrarle escuchando a tu cuerpo. Prestar atención.


YO: Es lo que intento. Estoy prestando atención, estoy respetando sus tiempos…


SOY: Pero no estás escuchándolo realmente. Para escucharle no basta con decir: sí, hago lo que quieras… Descansaré. Escuchar es ESCUCHAR. Poner atención a lo que sucede. El latido, la respiración, el pulso, los intestinos, las articulaciones, la lengua, todos los sonidos que puedas oír de tu cuerpo, sin juicio, sin pensamiento. Escucha sus palabras. El oído fue diseñado para captar todas las potencialidades y a su vez tener la posibilidad de manifestarlas y transformarlas. La escucha está relacionada al Sonido directamente, ya sea el que entra por las orejas como el que sale por la boca. Todas las ondas de vibración son amplias, miles, en distintas frecuencias, y la oreja y el oído han evolucionado para captar lo más esencial de entre todas ellas. Hay muchas cosas para hablar de este sentido, pero comenzaremos por lo más esencial y biológico. Es normal pensar que las orejas están allí para oír los sonidos del mundo, pero no es ese el objetivo primordial. Todo el Universo fue diseñado mediante patrones de vibración (lo que vulgarmente llamamos sonido), fue el que diseñó las realidades, y por lo tanto, el orden o cosmos sólo puede encontrarse mediante el sonido. Así, el oído tiene la función principal de hacerte encontrar el equilibrio.


YO: Mediante el líquido auditivo…


SOY: Puedes entender tu cabeza como un Nivel de Burbuja utilizado en la construcción.


YO: Esas reglas que poseen un líquido verde en su interior con una burbuja que muestra si el terreno o material está en línea o desnivel, lo que se ve por la burbuja desplazándose a los lados por gravedad.


SOY: Exacto. El oído tiene tres partes a analizar: la Externa, compuesta por la aurícula u oreja, que genera un pliegue capaz de canalizar las ondas de vibración hacia el canal auditivo, y lleva el sonido hacia el tímpano, una membrana flexible y circular que vibra cuando las ondas golpean en él. El Medio, un espacio lleno de aire, detrás del tímpano, contiene 3 de los huesos más pequeños del cuerpo humano: el martillo, el yunque y estribo, los cuales conectados entre sí, chocan vibrando ante las ondas de sonido conduciendo el sonido hacia el oído interno como si se tratase de un puente através de la ventana oval. Y aquí comienza el Interno, una estructura semejante a la cáscara de una caracola dividida por membranas llenas de líquido llamado endolinfa. El impulso de los huesecillos hacen que el líquido vibre generando ondas que estimulan a las células nerviosas, las cuales transforman la vibración en pulsos eléctricos traducidos por el cerebro como datos, sonidos e incluso emociones. La endolinfa, como todo líquido, se mueve en función de la gravedad, y su desplazamiento deja percibir a los pelillos del sistema nervioso auditivo la dirección de dicho movimiento, lo que envía la señal al cerebro y cerebelo para que reaccionen en el resto del cuerpo, músculos, reflejos, en la dirección que el oído está indicando. Por ello los problemas auditivos pueden generan mareos, náuseas, pérdida de equilibrio y estabilidad. Ahora bien, si los sonidos que recibes del mundo externo y el movimiento que realizas informan al cerebro sobre tu estabilidad física, las cosas que escuches de otros, o los lugares en los que te encuentres bien o mal, marcarán tu equilibrio y estabilidad emocional.


YO: O sea que funciona igual en lo físico que en lo emocional, todo equilibrio de nuestro ser depende de las vibraciones que recibimos y la manera en que la recibimos. El sonido, las palabras, lo que nos dicen; los elogios, los insultos, los gritos, los silencios, la música, el ruido, las conversaciones, las risas, el llanto, una discusión, un instrumento, la estática… Todo ello es procesado por el cerebro en función de cómo es captado por el oído. Es decir que, igual que el ojo ve el mundo externo conscientemente pero registra un 90% de la información visual en el inconsciente y subconsciente, el oído hace lo mismo a nivel emocional.


SOY: ¿Qué oyes cada día?


YO: Escucho las noticias, veo cosas que me mantengan informado sobre lo que pasa, sobre todo en Argentina…


SOY: ¿Y pasan cosas buenas?


YO: No…


SOY: O sea que mientras tu consciente se informa, tu subcosnciente e inconsciente sufren. ¿Qué más oyes?


YO: Cada día que voy a las pirámides hay gente discutiendo, peleando por el negocio, gritando en árabe… Estaba estudiando árabe y dejé, porque me hacía sentir mal…


SOY: Porque cada día que vas a las Pirámides, los que hablan en árabe están discutiendo o gritando, nunca hablando del clima, o de poesía, sino de clientes y camellos o dinero o reclamándote cosas.


YO: Hay uno que suele decirme en chiste riendo: “si no me das propina te mato…”, y por más que mi consciente sabe que es una broma, me doy cuenta que mi inconsciente lo interpreta como una amenaza casi rutinaria.


SOY: Te sientes amenazado por el entorno todo el tiempo.


YO: Y ahora que lo pienso, estoy todo el día pendiente de los mensajes de la gente de la red, para saber si se entiende o no lo que explico, y por más que la mayoría sean elogios, mi cerebro interpreta lo contrario: “no puedes fracasar ni bajar el nivel o te criticarán”. Es horrible pensar eso, cada día.


SOY: Es el sistema de defensa del oído interno, tratando de mantener armonía constante, le avisa a tus emociones que hay que trabajar para sostener ese balance y no tambalearse.


YO: Pues si tambaleo, es perder el equilibrio, marearse…


SOY: En tu misión de encontrar balance y equilibrio, vives la presión de no perderles, y esa presión es la que hace que pierdas el propio equilibrio.


YO: Uf… Es horrible darse cuenta de estas cosas…


SOY: Y además… También lo que dices. Pues el oído es un sentido relacionado al chakra laríngeo, ligado a la palabra, el verbo, la vibración, el canto, a oír la propia voz. Así como los dos ojos generan una triangulación hacia el Tercer Ojo en la Pineal, los dos oídos generan una triangulación a la Tiroides, a las cuerdas vocales, siendo así el Tercer Oído aquel que escucha la propia voz interior. Aquí la pregunta sería: ¿Te escuchas a ti mismo?


YO: Pienso que sí…


SOY: Pues la mayoría de las veces no. Ya te lo digo yo, que soy tu voz interior.


YO: Jajaja, ahí me atrapaste…


SOY: Lo sé. Prestas mucha atención a lo que los otros tengan para decir. Pero no es tu tema este, es el de todos los humanos. Todo mamífero evolucionó desarrollando sus oídos para poder moverse en el ambiente. El oído registra millones de datos, las voces de los padres, familiares, amigos, enemigos, de lo que nos armoniza o nos saca de eje, nos ayuda a distinguir la mentira de la verdad, diciendo “esto me suena o no me suena”, o la expresión más novedosa y muy utilizada “me resuena” o “no me resuena”. La resonancia, es decir el eco del sonido, se refiere a identificar qué cosas de las que oyes en el mundo siguen vibrando como eco en el mundo interno, interpretado como verdad propia, y cuales no vibran dentro siendo rechazadas por el interior. Hay un gran error que todo humano comete, y es creer que lo que “no resuena” es indiscutiblemente mentira o está en su contra. La resonancia de las cosas funciona de igual manera que la música: que te guste la música clásica o lo que consideres “buena música”, no quita que la demás música no sea buena para otros grupos de personas. Hay personas que necesitan cuencos sonando en medio del silencio tibetano para meditar, y otras necesitarán música electrónica en una playa de Ibiza. Y llegarán a la misma conexión, a su propio balance. El desarrollo de las especies en función del oído nos ha permitido avanzar, relacionarnos armónicamente con el ambiente, pero a la vez, nos ha llevado a poner toda la atención a dicho ambiente externo. Así, consideramos que todo lo que está afuera define la forma en que puedo moverme en la vida pues interpreto que lo que me da estabilidad es lo que escucho en mi entorno.


YO: Cuando el sonido es interpretado por mi interior.


SOY: Escuchar la voz interior exige silencio, atención a los sonidos del cuerpo. A escuchar la propia voz, los susurros, cantos, palabras. Habla contigo mismo en silencio, permítete oír tu propia voz hablándote a ti mismo, como un Uróboros de sonido. Practica esto. Pero el primer paso que debes tomar es dejar de oír las cosas que te hacen daño, es soltar las noticias, dejar de escuchar lo negativo de la vida. Despeja tus oídos de la pena y la rabia. Escucha música, risas…


YO: Antes solía oír todos los días por la mañana el programa de radio “Nadie Sabe Nada”, de Berto y Andreu, y despertaba con mucha creatividad, riendo, con fuerzas; y últimamente no lo hago, miro noticias, porque quiero saber qué pasa, pero me está sumiendo en la oscuridad.


SOY: Es normal, quieres saber, estar atento a lo que pasa, pero eso te destruye, y no es tu misión estar al tanto de lo que pasa. Sé que quieres cumplir con tu futuro rol de sociología y política filosófica, pero no lo lograrás mirando lo malo, sino lo bueno. Vuelve a reír… Pues la única verdad es que “nadie sabe nada”. Escucha música, escúchate a ti mismo, deja de oír opiniones de otros, pues no viniste a ser lo que otros esperan de ti, viniste a ser tú.


YO: Tienes razón…


SOY: Vuelve a oírte a ti mismo, enciende el Tercer Oído, y escucharás tu verdad, a tu cuerpo, todo aquello que has oculto cubierto por las voces ajenas. Escucha tu propia canción en la sinfonía cósmica.


YO: El silencio es la clave de todo sonido, necesito ese silencio para volver a escuchar de verdad…


SOY: Y es allí donde la voz interior volverá a hablarte con firmeza para recordarte tu equilibrio.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

EXPERIMENTACIÓN INCONSCIENTE= Así como el subconsciente implica todos los posibles pasados que me han conformado, es decir, soy el resultado de la historia, en el aspecto Inconsciente soy el resultado de mi entorno, de mi presente. Lo que me rodea, lo que siento, escucho, vivo y realizo en mi día a día, lo que veo y percibo, modifica mi interior y me hace ser y actuar en función de elo, con el mero objetivo de sobrevivir en dicho entorno.
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