YO: La Pirámide era un caos. Hoy despertamos con malas noticias, pues la gente de Giza, los inspectores se habían enfadado porque se habían subido unos videos nuestros realizando meditaciones, cuando las mismas están prohibidas en el área de pirámides. El inspector de hoy, que toca cada fin de semana, es probablemente la única persona con la que no he logrado llevarme bien, y me detesta. No me deja estar más de 5 minutos dentro, aunque se tarde 5 minutos sólo en subir. Los guardias fueron advertidos de no ayudarme, y dentro de la pirámide había tanta gente gritando y con miedo del sacófago, así como de bajar las escaleras, que el día de hoy parecía ser un desastre. Pensé: “qué terrible día para conectar con el Plexo Solar, justo el chakra del Yo Soy”. Tuve que pedir a la gente que no me acompañe hoy, para no molestar ni llamar la atención. Dentro, el ambiente era de miedo, de desconcierto, de pesadez, de rabia, resentimiento, advertencia… Y me dije: estaré 5 minutos y me iré, tal vez hoy sea uno de esos días en que será imposible conectar con nada…

SOY: Y entonces…

YO: …Lo vi. Atravesó la pared Este de la cámara del Rey, y se dirigió hacia el centro de la misma, entre la gente que caminaba errática por allí. Con ambas manos colocó su bastón en el centro.

SOY: Un sumo sacerdote…

YO: Pintado con el rostro de azul y cubierto en harapos teñidos, serio. Me miró de reojo, y me dio a entender que debía ir hacia él. Lo hice, y me puse frente a él, muy cerca. Me hizo tomar el bastón, y lo sujetamos entre los 2 con las 4 manos. “El Eje es el Yo Soy”, dijo, “Y el Yo Soy está atrapado”. Entonces dijo tres palabras: “Prohibir, Cohibir, Inhibir”. Sentí justamente lo que nos estaba pasando. Nos estaban prohibiendo cumplir con nuestra tarea, nos sentíamos cohibidos a ser lo que somos, en tanto nos inhibieron nuestra voluntad.

SOY: “Hibir” es una formación tardía del verbo latino “habere”, que significa “tener, sujetar”. Los prefijos “Pro-” (hacia, adelante, avanzar, quitar de un sitio hacia otro), “Co-” (con, conjunto, unión, todo) e “In-” (en, adentro, interior), dan el carácter o intención de cómo se toma, agarra, sujeta algo. La Prohibición es la acción de impedir que se haga o tenga algo en este aquí y ahora. La Cohibición es la acción de tomar todas las cosas y apretarlas bajo una misma fuerza, desde la opresión. Y la Inhibición es la acción de sujetar en el interior aquello que quiere ser expresado, reprimiéndolo, bajo presión. ¿Qué es lo que tienes, lo que “habeas” en represión?

YO: La esencia… Al Ser. En el instante que dijo estas palabras, me vi de pie en los picos más altos del Karakorum, en sus picos nevados. Miré alrededor, y todo lo que vi era presión, opresión, represión… Caos, conflictos, guerra, incoherencias, vi el sitio más sagrado del mundo sumido en las sombras. Vi la fuerza y el poder del Ser sometido a la prohibición de mostrarse tal cual es, a ser cohibido por las fuerzas represivas, a ser inhibido de mostrar lo que yace en su interior. Y pude ver esta presión desde la geografía y desde la humanidad… Estaba en el centro del Yo Soy de la Tierra, en el techo del Mundo, y aún así, me sentía en los mismísimos infiernos del Ser.

SOY: Asia.

YO: El mayor continente de todos. Un Continente se llama así porque justamente contiene muchas cosas. Pero si alguien contiene en este mundo es Asia.

SOY: El continente asiático fue llamado así por los Europeos Helénicos de Grecia, quienes tenían por vecinos a los pueblos Assuwa de Anatolia, la actual Turquía. Desde este momento, todo lo que se encontrara al Este de las islas Egeas se le llamaría “Asia”, una helenización del nombre de sus vecinos orientales. Con el tiempo, se descubriría que este continente era demasiado grande, y la zona de Turquía y Medio Oriente pasarían a llamarse Asia Menor. La verdad es que Asia Menor es un conjunto de placas pequeñas surgidas por la presión entre África y Asia, antiguas islas que se unieron formando montañas y valles. Pero Asia comienza en los límites externos de Irán, bordeando los montes Urales hacia el norte desde el Mar Caspio; englobando el Gran Stan, la India, el Sudeste Asiático hasta Indonesia, China, Japón, Filipinas y Siberia. Su centro es el desierto del Taklamakan, un centro de poder rodeado por el macizo del Tibet y la cordillera del Altai.

YO: Pero la India realmente no era Asia, o sea, no pertenece a su energía… ¿Por qué ahora sí?

SOY: La India es una placa conectada a Australia, que proviene desde el sureste de África junto a Madagascar, desplazándose a gran velocidad hacia el norte. Siguiendo el desplazamiento de Australia, estos dos territorios empujaron las cordilleras de Indonesia, formando Sumatra y Java, con todas sus islas desde Myanmar hasta Papúa. Pero la India, a diferencia de Australia, no se detuvo tan fácilmente. Al norte de la India existía el antiguo mar sagrado de Tetis, y su velocidad la encerró en el centro de un continente en formación. El mar se secó dejando un desierto en el centro de grandes tierras, y la India comenzó a sumergirse debajo de la Gran Asia. Su fuerza elevó los suelos del mar sagrado hacia los cielos, creando los Himalayas, y haciendo del mar el punto más alto del mundo: la meseta del Tíbet. Entre el desierto del Taklamakan y el Tibet se encuentran los picos más altos del mundo, desde Makalu, Lhotse, Everest, Cho Oyu, Kangchenjunga, Manaslu, K2, Broad Peak, Gasherbrum hasta Nanga Parbat. India se convirtió en Asia, sumergiéndose en ella, fusionándose con su energía como una amante, y aún así manteniendo su propia originalidad de una gran isla vagando en busca de su Gran Amor. Entre 3 placas tectónicas, el dragón benévolo de Japón se elevó entre volcanes en sus 4 islas, de igual manera que los dragones del sur en Filipinas y los países del sur. Sumatra se volvió la gema que cambió la humanidad. La erupción del volcán Toba impulsó la evolución de la humanidad, separando a los pueblos australianos y del pacífico, e impulsando las grandes migraciones hacia el este por el Pacífico, hacia las Américas, escapando de la muerte y la tragedia en que el continente se vio sumido hace miles y miles de años, tarea que continuó el Krakatau.

YO: Asia moldeó al humano que hoy conocemos… Lo hizo Ser.

SOY: Asia fue el continente que le hizo ver al humano su potencial, que le dijo: Este eres tú y puedes hacer todo lo que surja de ti. Es el continente que le recordó el poder al hombre y la mujer.

YO: Los primeros chamanes, los padres del chamanismo de todas las américas provinieron de Asia…

SOY: Concretamente del desierto de Gobi, Mongolia y el territorio Siberiano del Lago Baikal. Allí, la Mujer Sagrada descendió del Arco Iris y enseñó a los hombres y mujeres cómo convertirse en la naturaleza y así ser como los dioses. La mujer fue la madre de todo chamanismo, de toda magia, pues en su útero late la memoria de la Madre Cósmica. Asia nos recuerda la filosofía del Ser, de convertirse en la Tierra, de buscar el Camino, el Tao, el equilibrio. Todo el continente se relaciona al sistema digestivo. Al Plexo. El gran Stan, es decir la gran Tierra, incorpora a los países del Hígado: Kazajstán, Tayikistán, Uzbekistán, Kirguistán, Afganistán, Pakistán, Turkmenistán. Allí se procesa lo improcesable, los dolores, los conflictos, la rabia, la angustia… China procesa los alimentos siendo el Estómago, quien ayuda a digerir las informaciones, a entender la importancia de lo que se consume en cada uno de los cuerpos físico, emocional y mental. En tanto el Páncreas busca la iluminación del Ser, del Soy, en el Tíbet, y los países del Himalayas. India, el Intestino grueso en sus contornos montañosos, y el delgado en su interior, es el territorio de la absorción de todos los nutrientes y el desecho de lo que no es bueno. Allí, los seres son procesados limpiando todo lo que no es útil, lo que recubre las apariencias, para descubrir la esencia. Japón regenera la sangre siendo el Bazo, y Siberia el diafragma que nos impulsa a la meditación…

YO: Sin embargo… Hoy no es así…

SOY: Prohibición, Cohibición, Inhibición. El Continente que debe representar al Yo Soy es el continente que prohíbe al Yo Soy, que lo reprime. Su origen ha preparado a los fundamentos filosóficos y religiosos para hacerlo. El Tao, Tai Chi, Bon, Kung Fu, Hinduismo, Budismo, Zoroastrismo, Sikhismo, Chamanismo… A su vez, la gran cantidad de religiones y visiones de la India, da lugar a tantos caminos que la esencia comienza a perderse en patrones que aparentan libertad. El estómago dejó de procesar Seres para procesar materia, prohibiendo la búsqueda interior, inhibiendo a quienes miran hacia dentro, convirtiéndose en un estado de Represión Popular. Y el Tíbet, sometido, silenció su voz celestial, ya no pudo sonreír al Buda, ya no pudo seguir la Iluminación.

YO: Asia es el reflejo de lo que nosotros hacemos con el Yo Soy en nuestras vidas. Consumiendo cosas del mundo exterior, llenándonos de comida, ideas, emociones, relaciones, sin mirar hacia dentro. Juzgando a quienes son libres, criticando a lo diferente, apelando por la “normalidad”, sometiendo al diferente, reprimiendo las libertades de expresión, escondiendo lo que somos por miedo, encerrando nuestra verdad por la búsqueda de aceptación del prójimo y a veces no tan prójimo. El Yo Soy de la Tierra está reprimido…

SOY: La humanidad reprime al Yo Soy porque teme ser Libre, teme lo que puede hacer con su poder, y algunos temen el poder que pueden perder si los otros lo ganan. Pero no hablo de estados y países, sino de relaciones, de ceder el poder, el control sobre otros, la dependencia, los celos, las posesiones. Asia está conectada con Europa, y si su corazón dice “Quiero”, Asia buscará querer, complacerle, “panza llena, corazón contento”. Los humanos han tomado el potencial del Yo Soy para crear las filosofías que guían hacia el ser, pero luego han perdido el eje, dejaron de ver su propio ser para mirar al otro, para conquistar al otro. Perdieron el eje en la competencia y en el populismo, y resumieron los dos peores males en un sólo sistema: el “capitalismo comunista”. Esto alejó a las células del plexo de su Ser, convirtiéndolo en un cáncer de páncreas.

YO: ¿Qué hacer?

SOY: Volver al Ser, a la Esencia, a no tener miedo a decir quién eres, qué eres, qué sientes. A actuar acorde a tus pensamientos y emociones. A ser coherente con tu vida, y en cada uno de esos actos recordar que en todo tu sistema digestivo, en tu plexo, brilla el Sol radiante de Asia.

YO: No tener miedo de Shiva, en las montañas del Karakorum, en el monte Kailash, recordándonos: “A veces para crear, hay que destruir”. Cuando escuché esto sentí dolor, pensé… ¿Qué necesidad?, pero luego me di cuenta del porqué la destrucción. La misma no es necesaria, lo que es necesario es la transformación del Ser, y si los seres se vuelven rígidos como un palo, no quedará otra que doblarlo hasta quebrarlo para permitir la transformación. Por ello la destrucción es una opción, para los patrones rígidos que estancan al ser en su evolución.

SOY: Por ello Asia sufre, porque ha rigidizado al Ser, y el Ser busca su esencia en la transformación de sí mismo.

YO: Siento a Asia en mí, y me reconozco su fractal despertando en mí su fuerza transformadora. Elevando mis más profundos mares hacia los más altos cielos, reconociendo los caminos que ha creado para descubrir mi propio ser, la verdad en mí.

SOY: Es momento de recuperar el poder. Trascender lo prohibido, superar lo cohibido, liberar lo inhibido. Allí descubrirás la fuerza de Asia en ti, recuperando al Ser que escondes.

YO: Yo Soy Asia.

SOY: Yo Soy el que Soy.