YO: La primera vez que pisé Oceanía fue en Marzo de 2012. Volamos desde Sudáfrica, y recién habíamos comenzado el Camino Harwitum el mes anterior. La emoción que me producía pisar aquellas tierras se debía más que nada a su geografía, a su lejanía del resto del mundo. Siempre amé mirar mapas, puedo pasarme horas mirando los contornos de la Tierra, sus costas, sus islas… A veces, al observarle me siento como quien se encuentra enamorado, contemplando la piel de su amante, acariciando cada contorno, sintiendo lo sedoso de la misma en sus bosques, y sus bellas arrugas decorando su cuerpo de experiencias. Los que han vivido mucho tiempo en la Tierra, a veces naturalizan mucho el mundo en sí. Y en muchos casos, aquellos nuevos se asustan tanto de su presión que desean volver hacia las estrellas.

SOY: Recuerdo la primera vez que vi la Tierra… “La Perla Azul”, le llamaban. Un alma la mencionó una vez. Yo me encontraba realizando registros de otros sistemas dimensionales, y alguien me trajo un dato nuevo. “Proyectos del Sol en el Sector 3 ligado a Sirio”, puedo humanizar hoy el mensaje, cuando en realidad era una lista interminable de números. Abrí el registro, y la vi. Apenas estaba en un periodo de desarrollo, algo que hoy llamáis Carbonífero, durante la era Paleozoica, hace unos 360 millones de años. En ese tiempo, las placas tectónicas se movían muy fácilmente sobre una fina capa de corteza, navegando sobre el magma sin mucha oposición de ninguna fuerza, lo cual generó el periodo de la orogenia varisca, momento en que las islas comenzaron a colisionar uniéndose, secando mares internos y forzando a los peces a salir a la superficie, dando origen a los primeros reptiles, quienes habitarían el primer gran continente de la historia: Pangea (del griego: todas las tierras). Dejando a su alrededor un gran Océano: Pantalasa (del griego: todos los mares). Todos los montes que hoy vemos desgastados y erosionados, como los Urales, los Apalaches, las serranías del este de Brasil, las montañas del noreste de África, y los macizos de Australia, fueron en este periodo las cordilleras más altas del mundo, como hoy lo son los Andes y los Himalayas. Recuerdo que ese fue el primer momento en que vi al Mundo. Millones de años después, volví a escuchar el término “Perla Azul”, de parte de registros evolutivos de Arcturus, quienes estaban indagando en la modificación genética de especies. Debido a conflictos generados en los portales de Orión, se buscaba generar una especie de Arca donde resguardar genética en caso de que muchos desaparecieran. Por aquel entonces, a este mundo se le conocía como “An Ghi Lu Sa Ha”. Pero aún no existían los humanos como los conocemos hoy. El Homo Sapiens estaba en formación, y el cambio climático provocado por la erupción del volcán Toba separó a los pueblos del sudeste asiático y los oceánicos, dejando aislados a los humanos más ancestrales por más de 60 mil años, en una geografía inhóspita y desértica.  En tanto los pueblos de Indonesia, al comenzar a fragmentarse sus islas, siguieron navegando entre las mismas, desde las actuales Sumatra, Java, Malasia, Vietnam, hacia Borneo, Célebes, Papúa, y de allí hacia Islas Salomón, Vanuatu, Fiji, Tahiti, Nueva Zelanda, Kiribati, Islas norte de Polinesia Francesa, Hawaii y Rapa Nui. Además, un pueblo quedó encerrado lejos del mar: los nativos Australianos.

YO: El surgimiento de los pueblos Oceánicos, más uno que no lo es…

SOY: Y sin embargo se encuentran protegidos por los océanos. El Continente de Oceanía es básicamente un continente de islas con su centro en uno de los más grandes desiertos del mundo. Aunque está conectado a la India, sus energías han cambiado completamente desde que ésta se sumergió por debajo de Asia. Ahora, Australia es la tierra madre de todas las islas a su alrededor, desde Papúa en el norte, hasta Tasmania y Nueva Zelanda en el Sur. Desde Islas Cocos en el oeste, hasta las Samoas en el este. Oceanía se llama precisamente así por ser la Tierra de los Océanos. Todos los pueblos se mueven entre islas, navegando entre ellas, cerca de volcanes, de playas, casi a nivel del mar en todos los casos, o directamente en el mar. Sin embargo, los pueblos del desierto se alejaron de las costas ricas para adentrarse a un lugar pacífico, sin cambios, donde el tiempo y el espacio permanecen intactos, y encontraron así el Origen de todas las cosas, la Piedra angular del Universo, la fuente de toda existencia.

YO: Uluru…

SOY: La roca más grande del mundo, en el centro del desierto australiano. En tanto el mundo se movía a gran velocidad en las costas, creando pueblos, culturas, civilizaciones, luchando entre sí por territorios, por los ríos, por alimento, conquistándose los unos a los otros, los ancestros más antiguos del mundo descubrieron que para ellos toda esa creación no podría ser divina sin un eje, sin la calma del centro. Los pueblos que hoy llamamos Anangu, entre tantos otros, migraron a la Gran Roca Uluru, llamada por algunos Ayers Rock, donde sostendrían el mundo en transformación.

YO: El más antiguo Eje del Mundo…

SOY: Por ello, hace unos 60 mil años, este pueblo recibió la visita de los hermanos celestiales.

YO: La historia de las dos serpientes que descienden de los cielos creando el arcoíris, creando la humanidad… La Historia de la creación.

SOY: Las dos serpientes son las dos corrientes de Agua y Fuego, la Vida y la Muerte, el Blanco y el Negro, el latido del ser. Los hombres Reptiles enseñaron primero a los Anangu sobre la Sabiduría del Universo, sobre la importancia de sostener su eje en tanto todo alrededor fluye. Luego, los Pleyadianos llegaron desde el corazón de Tauro, y recordaron los cantos como única forma de hablar con lo Divino. El pueblo del Océano, los Muanos y Lemurianos, se dispusieron a rodear al continente rojo para proteger sus códigos hasta que la creación hubiera terminado. Los Azules llegaron, y entregaron los códigos y profecías necesarias, el plan a seguir. Durante milenios, los pueblos nativos de Australia sostuvieron el Eje del Mundo durante la Creación.

YO: Espera… ¿Cómo? O sea, ¿dices que los últimos 50 mil años de desarrollo de todas las culturas humanas, civilizaciones, los primeros sedentarismos, religiones, las migraciones y desarrollo de las potencias más grandes de la historia antigua y sus guerras, las de Lemuria y Atlántida, las colonias y manifestación de todos los pueblos que dan origen a todas nuestras culturas actuales en los últimos 12 mil años, todo ello fue sostenido por el pueblo australiano?

SOY: Así es. En tanto el mundo se movía a su alrededor, ellos fueron el Eje. Protegidos por los animales más venenosos del mundo, por una tierra peligrosa e inhóspita que lo último que desea es un nuevo inquilino, y te lo hace saber. Protegidos por océanos en todas sus costas, el centro australiano es casi como una caja fuerte, un centro de protección de alta seguridad natural para lo sagrado. El Eje se ha cuidado a sí mismo hasta el momento en que su misión culminó, hace unos 150 años, en 1873, cuando los ingleses llegaron al centro, momento en que comenzó la transición hacia la nueva Era de Acuario, anunciando así el fin del último Gran Ciclo.

YO: Uno de los pueblos que los humanos han considerado de los más primitivos de la humanidad, han sido a los que debemos nuestra existencia, nuestra creatividad…

SOY: El Continente Oceánico representa al chakra Sacro, la manifestación, gestación, generación de las cosas. Imagina que la Tierra estaba embarazada de los Humanos, y en los últimos meses, la psiquis de este niño ha sido generada. Nueve meses que han parecido 9 mil años. Y en todo ese tiempo, Australia ha permanecido intacta, sólo fluctuando con sus cantos, que sostenían cada transformación de la humanidad. No hay mal ni bien en esa tierra, allí no hay juicio, sólo libertad. Allí no hay riquezas, pues encontraron la riqueza en su interior. El momento en que los pueblos del mundo llegasen a Uluru, comenzaría una nueva historia, ellos ya no serían responsables del mundo en creación, ahora era momento del Parto Planetario.

YO: Lo que ha comenzado hace 150 años y continuará por los próximos 200 años, el parto hacia un Nuevo Tiempo.

SOY: Así es. Recuerda pues, Oceanía ha sostenido todo el proceso de tu creación. La capacidad de manifestación, de generación, de voluntad, de transformación, todo ello que ves en el Sacro, en las migraciones y cambios de la historia, encuentra su centro y lógica en la Gran Roca, en el centro del Mundo. Coloca Oceanía en tu Sacro, ubica el desierto Australiano en el centro de tu vientre creador, y recuerda que toda creación necesita un propósito, un eje, y ese eje creador es la voluntad misma de crear y de vivir.

YO: Gracias Australia por sostener todo lo que hemos creado caóticamente. Reconozco en mí: Yo Soy Oceanía. Yo Soy Transformación…

SOY: Yo Soy la Vida.