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El Ego

Plexo

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Emocional

Yo Puedo

Hï: Yo Soy la Vida en todas las cosas

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YO: Cuando hablamos de coherencia, mencionaste que Ego significa Yo, y que sin el Yo no se puede llegar al Soy. También dijiste que el egoísmo es el movimiento del yo, y el egocentrismo es el creer que uno es el centro de todo. Pero dime, ¿qué es verdaderamente el Yo?


SOY: El Yo es varias cosas, pero una de ellas es la construcción de todos los factores externos. El Yo es el resultado de los datos, informaciones acumuladas a través de tu historia biológica, tanto de las especies que te han hecho vivir hoy como de tu propio árbol familiar. El Yo es una construcción cultural, que ha moldeado tu forma de hablar, pensar, sentir, actuar para vivir en armonía con el medio que te rodea. Es a su vez el resultado de todas tus experiencias, y el producto final de los Astros que condicionan tu personalidad. Es todos tus atributos y tus debilidades, tus errores y tus aciertos. Es la construcción de la persona. Quien dices ser, como te presentas, cómo el mundo te conoce. Y es el centro desde el cual se generan todas tus relaciones y vínculos con los demás, pues el Yo es el punto de referencia que hace a los demás saber quién eres y qué eres en relación a ellos.


YO: O sea que soy casi un ancla, un espejo, soy el resultado de factores externos. Es como cuando me explicaste que el árbol no es verde, sino que lo es la refracción de las gamas de luz que se dividen en el proceso de fotosíntesis realizado por la clorofila, y nuestros ojos ven dicho color por nuestra capacidad de percibir dicha gama de luz, pero no significa pues, que los árboles sean verdes, sino que es el color que yo puedo ver del árbol. El Yo sería como ese color, que es resultado de muchos mecanismos que le hacen ser quien es, aunque no sea real.


SOY: Exactamente. Todos los factores externos se refieren a toda fuerza que ha moldeado lo que soy, desde lo biológico a lo experiencialmente propio, incluso el clima, el territorio en que nazco, la cultura y la religión, el cómo me han tratado mis padres, o si no los tuve; todos los factores del mundo que nos circundan, modifican y moldean el Yo.


YO: Y, ¿por qué los astros?


SOY: Porque todo está conectado, y aún si en la sociedad se cree que las cosas están separadas por distancia, en el microcosmos la distancia no existe. Las estrellas que se encuentran a cientos o miles de años luz de distancia, para el universo son luz que tú ves y percibes, como el verde del árbol. Son y no son, existen y no existen, pero modifican nuestro mundo interno al verles por más que lo que veamos sea el pasado. Toda luz que ves en el cielo no vive en el presente, sino que es el pasado de cada estrella, el tiempo que la luz tarda en llegar a ti; así pues, de la misma manera, esta relatividad hace que las partículas que forman esas estrellas sean las mismas que te conforman a ti, y cuando naces, es como si tu luz se combinase con las suyas. Así, ocupas un nuevo espacio individual en la creación, y recibes el sello de las estrellas que te observan. Piensa en lo más cercano: ¿cómo te sientes en primavera, en verano, en otoño e invierno?


YO: Soy diferente, actúo diferente. En primavera uno está más alegre y con más ganas de hacer cosas, cuando en invierno uno está más hacia dentro, pensativo. En otoño, puede que haya más depresión, y en verano todo está alterado.


SOY: Pues, si las estaciones cada 3 meses modifican tu Yo, piensa ahora en la Luna y el Sol. El día y la noche influyen en tu estado anímico, en la forma en que eres en la vida. La Luna, con su gravedad, impulsa las mareas en los océanos, creando las olas, moviendo las aguas del mundo; y tú, humano, eres 70% agua y emoción. Por esto influye en la creatividad, en lo emocional, en el ciclo menstrual. Luego, tienes Venus, y Marte, y cuanto más lejos vas, más sutil es la modificación o efecto en ti. Si el Sol muestra lo que eres durante el día ante los demás, la Luna mostrará lo que eres hacia dentro en tu interior, por la noche. Venus, Mercurio y Marte influirán en tus actitudes diarias en relación a la comunicación, al amor y a la voluntad de acción. En tanto Júpiter y Saturno marcan algo más lejano, tus propósitos, retos y misiones, algo que no es de cada día, sino que están lejos en el horizonte. Y luego, lo imperceptible, tu subconsciente e inconsciente, la búsqueda de la verdad interior, el camino espiritual de Urano y Neptuno, para al final del camino encontrarse la muerte en Plutón. Y las constelaciones que envuelven a todos los planetas, son el carácter, esencia, con los que enfrentarás cada uno de estos niveles. Así, la astronomía y la astrología son uno, un factor más que modifica tu ser. Pero tal vez para muchos esto sea muy lejano. Entonces, debes ir al centro de tu propio sistema solar: Tu plexo.


YO: El plexo solar, la boca de mi estómago…


SOY: Dime, ¿por dónde te nutres antes de nacer?


YO: Por… El cordón umbilical?


SOY: Del cual hoy sólo queda tu ombligo como sello. Tu primer contacto con la recepción de la información externa, es el cordón que se dirige al plexo, a nutrir tu ser. Este cordón no sólo transporta alimento, nutrientes, sino también emociones, sensaciones, pensamientos, que llegan a ti por el primer ser al cual te vinculas…


YO: …Mi Madre.


SOY: Tú, pues, eres la Tierra, el centro de tu sistema de vida, pero todo lo que llega a ti, se lo debes a tu madre, el primer astro más cercano que tienes en tu vida: la Luna. Aquí comienza la construcción real de tu personalidad. El mundo interno que nutre tu ser es la información de las aguas que mueve tu Madre, igual que la Luna en los cielos. En la oscuridad, es la única en quien puedes confiar hasta ver la luz del día. Al salir de la cueva, de la noche de la creación, de las aguas y la emoción, ves la luz, y con dicha luz, el rostro del Padre, el Sol. Así, tu vida comienza a valerse por ambas fuerzas: papá y mamá, el sol y la luna. Tú vida gira entorno a ambos, y día a día vives más cerca, a veces de uno y a veces del otro, expresándote, experimentando en el juego, integrando el aprendizaje, y trascendiendo lo innecesario. Es decir, vives tu primavera, verano, otoño e invierno. Entonces, a lo largo de la vida, despiertas la fuerza del juego, de los amigos, de los conflictos entre tus padres, hermanos y amigos, la lucha por crecer, y ves a Marte en sus rostros. Hasta que despierta tu emoción por la belleza de la vida, y te enamoras, despertando en la adolescencia la fuerza de Venus. Al crecer en la experiencia de Venus y Marte, comienza la búsqueda de encontrarse a sí mismo en el aprendizaje e intercambio con los demás, la presencia de Mercurio. Y al terminar la adolescencia, la escuela, te pones un proyecto de vida a largo plazo, tu propósito, lo que quieres ser de adulto y en lo que deseas tener éxito. Nuestra profesión es Júpiter, quien vive en los rostros de nuestros ídolos y ejemplos a seguir; pero para lograr obtener lo que buscamos debemos atravesar las duras pruebas de la vida, los profesores, maestros, jefes con el rostro de Saturno. Y un día, te das cuenta que todo eso que buscabas no te llena, y empiezas a buscar en respuestas que estén más allá de ti, buscas el camino de la verdad, las respuestas que hallarás en lo espiritual o filosófico, y en los maestros de la vida verás el rostro de Urano, hasta darte cuenta de que todo lo que otros puedan enseñarte, yace en tu interior, en los vastos océanos de tu mundo interno, donde encuentras en el subconsciente las respuestas más ocultas y te ves como Neptuno. Así te das cuenta, que la única forma de poder surgir como un nuevo humano, un nuevo Yo, es dejando morir al viejo, la crisis del ser y la existencia, que verás con el rostro de Plutón.


YO: Mi vida es casi un camino por el cosmos…


SOY: Y todos los que te encuentres, en tu familia, amistades, amores, maestros, enemigos; todos ellos son los planetas de tu propio sistema solar.


YO: ¿Y si no he tenido padre, o madre… O amigos… O hermanos, o amores?


SOY: Que no los veas no significa que no los tengas. Dime, ¿tú no tienes padre?


YO: Ahora sí… Bueno, siempre lo tuve en realidad, pero no lo conocí hasta mis 27 años.


SOY: ¿Y quién fue tu Sol?


YO: Por un tiempo creí que fue mi abuelo… Aunque no estaba muy presente, no le reconocía como un padre. Mi madre fue ambos, Sol y Luna. Aunque, sí sé que desde que nací, pude ver la luz de aquellos que estaban en otra dimensión. Kuen, mi guía estaba allí desde el primer momento.


SOY: Es decir que tu padre, en tu subconsciente, no era de esta dimensión, y tu Sol no era visible, sino etérico.


YO: Sí, desde la psicología podría interpretarse que hice una transferencia emocional. O sea, al no tener padre, imaginé uno para suplir esa ausencia.


SOY: Sin embargo, es un padre. No?


YO: Sí…


SOY: El conflicto de la psicología es que se queda en el trauma de la ausencia y no fortalece la capacidad del ser de completar los espacios vacíos. La ausencia física de tu padre hizo que tu sistema solar no tenga un centro, y por lo tanto, no haya límites. Pues, en un Sol etérico, el tiempo y el espacio son eternos. Así, tu Universo no fue limitado, y pudiste oírme a mí, recordar toda tu historia, recordar el Cosmos que es tu Padre, y amplificar tu familia a toda la Humanidad.


YO: O sea que mi Yo se liberó de las limitaciones… Gracias a no haber tenido padre…


SOY: El mayor regalo que te hizo tu padre en esta vida, fue no estar presente desde que naciste. A veces pensamos que para ser un ser perfecto necesitamos todos los agentes correctos de una familia: “mamá, papá, hermano, hermana, abuelo, abuela, tío, tía, primo, prima…”, como si eso fuese lo normal. Normal viene de la palabra “Natural”, es decir, Norma en latín, lo que es usual o frecuente. Sin embargo, lo repetitivo no es evolutivo, pues lo que evoluciona es justamente lo que marca la diferencia. El Yo debe salirse de lo normativo para descubrir sus potenciales y no repetir los mismos ciclos. Las ausencias, crisis, quiebres en los vínculos nos hacen crecer.


YO: Sí, eso lo he notado. En cierta forma, dentro de mí, hay una necesidad imperativa de que todos estemos en perfección, de que la familia deba estar en su mejor estado siempre, que nadie se pelee, que todos siempre podamos ser amigos, etc, pero es muy complicado… Lo he vivido, el hecho de perder la relación con parte de mi familia y con amigos, en estos últimos dos años han sido instancias en mi vida que han destruido al viejo Matías, pero que han permitido surgir a uno nuevo, trascendental, que se siente libre, sin peso alguno, amando profundamente a todas las personas que en estos dos años perdí como familiares y amistades, o al menos que perdí de la manera en que esperaba tenerlos.


SOY: Exactamente. No has perdido a nadie, has ganado una nueva perspectiva. Los vacíos que otras personas dejan en nuestra vida, modifican nuestro sistema solar, para dejar entrar nuevos mundos, y eso no elimina los anteriores, pues los llevas dentro de ti, y si les amas en su presencia y en su ausencia, habrás entendido que los cambios sólo nos hacen avanzar, que una crisis siempre es una oportunidad para ambos.


YO: El año pasado, mi Ego se sintió dolido en muchos aspectos, muchas personas que quería mucho desaparecieron de mi vida, y sobre todo, fue por mi elección propia. Sentí que las circunstancias en las que nos estábamos relacionando no eran las mejores ni para mí ni para ellos.


SOY: ¿Qué aspectos de tu personalidad hicieron que tu sistema solar propio se desajuste?


YO: Soy un comunicador, pero tengo mucho miedo a hablar con aquellos que más amo. Me cierro ante el mínimo conflicto, pierdo las palabras, y un mecanismo de defensa se activa que me impide solucionar cualquier tipo de problema. No tolero la discusión, no sé pelear ni imponer una visión sobre la del otro. Entonces, en lugar de hablar, me alejo en silencio. Esto ha hecho que muchas personas se alejaran o me creyeran como un niño haciendo rabietas. Y la verdad es que siempre me sentí un niño. Aún hoy, vivo la vida como un niño. Con la misma ilusión, y a veces eso destruye. Vi en mi entorno que algunas personas me usaban, y otras que esperaban mucho más de mí de lo que yo podía dar. Desde luego que hubo errores por sus partes, pero también fue un error de mi parte no saber gestionarlo antes de tiempo. Y en la última instancia, tomé la decisión de alejarme, de apartar el vínculo.


SOY: ¿Y eso cómo te hace sentir?


YO: Como un fracaso. No me siento mal, ni triste, algo que solía pasarme siempre. Ya no, es más, me siento liberado, como habiendo entendido que era necesario dejar un espacio entre algunos miembros de la familia y algunos amigos. Pero lo veo como un fracaso a la Unidad.


SOY: Unidad no significa estar Juntos. Los planetas tienen mucho espacio entre ellos, de otra manera, podrían colisionar. Eso es lo que pasa cuando en lugar de cada uno seguir su órbita, tratan de acercarse, convergiendo con la órbita de los otros. Los planetas chocan. El Ego es eso que trata de mantener a cada uno en sus órbitas, en sí mismos.


YO: Y también es eso que nos hace mirar sólo desde nuestro punto de vista, y luchar por meras perspectivas, las cuales no existen…


SOY: Ah, pero eso no lo sabe el Yo.


YO: ¿Y quién lo sabe?


SOY: Yo lo sé, el Soy. El Soy es el que posee todas las perspectivas, el que comprende la lógica de todos los Yo distintos que componen el sistema solar. El Soy es la gravedad, es el espacio entre los planetas. Es lo que no ves si no prestas atención. Si cuentas las estrellas en el cielo verás luces separadas consumiéndose a sí mismas, si cuentas el espacio verás el sentido que conforman entre ellas, verás la constelación y podrás contar su historia. Las estrellas y los planetas se alejan entre sí, consumen su propia energía, pero aún así, forman parte de la constelación. Nadie de quien te separes deja de existir, pues puedes juntar a muchas personas en un mismo lugar sin que las mismas se sientan unidas, pero puedes sentir la unidad entre muchas personas que se encuentran separadas. Todo depende de la capacidad de tu Yo de aceptar a esos mundos y estrellas que te rodean. La Tierra gira sobre sí, y al ver el sol, no ve las estrellas, eso no significa que no estén ahí. En el proceso de traslación, tarde o temprano, les verá. Pero si no te mueves por miedo a que tu Ego pierda su eje, entonces difícilmente cambiarás tu punto de vista alrededor del Sol. El Ego es un eje en tu rotación, es tu polo norte y polo sur, tiene sus aspectos negativos y sus positivos, y no es perfecto, pues es su imperfección la que le permite cambiar sus miradas.


YO: La evolución depende del Yo, pues, y no del Soy. ¿Es eso?


SOY: La evolución es la adaptación al cambio, el Soy no puede ver el cambio, pues lo es todo aquí y ahora, sólo el Yo puede transformarse en el viaje, puede nutrirse de los otros mundos o personas, de los distintos paisajes, crisis, conflictos, alegrías, vacíos y plenitudes. El Yo es el resultado del cambio constante. Es la historia recorrida y la voluntad por seguir haciéndolo. No tomes el fracaso como una derrota, sino como un impulso a buscar una forma mejor de hacerlo. Pues esa es tu naturaleza. Tu personalidad se vale de tu capacidad de adaptarte ante los errores.


YO: …Todos los caminos o maestros y guías espirituales que dicen que el Yo es esa parte que debe ser dominada y controlada por la Consciencia espiritual, que el Ego es la confusión y nos aleja de la claridad del espíritu, ¿qué tienes para decirme de ello?


SOY: Dime, ¿quién es el mejor artista: Rafael, Monet o Picasso?


YO: Bueno… Depende de qué tipo de arte te guste.


SOY: Entonces, ¿puedes juzgar al Ego por su arte?


YO: Dices que el Ego, más allá de un concepto egoico, es un artista… no?


SOY: Cada Ego es en sí un artista que ha descubierto una forma diferente de hacer arte. Es decir, de percibir el Mundo. Todos son pintores, todos conforman en conjunto al Arte, que es el Soy. Sin embargo, es el Ego el que ha dado la originalidad, el que se volvió artista dentro del arte. Si todos los artistas tuviesen la claridad del espíritu, todos los lienzos y muros de la historia serían blancos. Pues la Consciencia divina no puede más que ver que todas las potencialidades coexisten en una misma partícula, y la máxima claridad posible es contemplar esa partícula irradiando la energía esencial. La belleza que ves en el mundo, en la creación, en el arte, en la música, en la arquitectura, en la religión, en la ciencia, en la educación, en el deporte, en todo lo que se te ocurra, es gracias a las perspectivas del Ego. ¡Deja ya de querer luchar por controlar al artista que vive en ti! Cada persona que conoces, cada emoción que te liga a ellas, cada relación, trauma, conflicto, vivencia, separación, enamoramiento, alegría, diversión y resolución que hayas experimentado es lo que te hace original, evolutivo, capaz de mostrar diferentes formas. ¿Para qué habría creado todo esto la divinidad, sólo para descubrir lo que ya sabe?


YO: Despertar el potencial del Ego…


SOY: El potencial del Ego es el que nutre al Soy, pues cuando el Ego, el Yo, se da cuenta de lo que es capaz, levanta su cabeza y comprende lo que Es. Así, se une a mí, al Soy, y la creatividad se vuelve Creación, y la separación se vuelve Unidad.


YO: Todas las emociones que viven en mí de todo lo que viví, es lo que hace que vea los colores, las formas, los hechos, los propósitos de maneras específicas, únicas, la construcción de mi personalidad a partir de los hechos externos, es lo que me permite descubrir mi capacidad interna…


SOY: El Soy vive en ti, sólo debes descubrirlo, y la única forma de hacerlo en la vida es a través del Yo. Vive, pues, siendo tú mismo, siente sin miedo a soltar, a perder o ganar vínculos. Recuerda que tú eres el centro de tu sistema solar, y que por más lejos que estén los demás, la fuerza de la gravedad, que llamarás Amor, les unirá inevitablemente. A veces alejarse es simplemente impedir que los planetas colisionen, creando la destrucción total de ambos cuerpos celestes. Encuentra tu Eje, despierta el artista que hay en ti, deja de luchar con la única fuerza que te mueve en la vida, sé tú mismo de una vez por todas, y allí me sentirás.


YO: Yo Soy el que Soy.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

VIBRACIÓN “Æ”: El Yo Soy desciende a la contemplación, donde toma conciencia de todo lo proyectado, de que todo lo creado se corresponde directamente al creador, y el creador es directamente un reflejo de lo creado. La Æ resuena como los ecos de la fractalidad, creando los sinos y cosinos del Sueño y el Despertar.
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