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Estabilidad

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Mental

Yo Uso

LL-h: Yo Soy la Eterna Ascención

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YO: Cuando pienso en Capricornio, se me viene a la mente la idea del Trabajo, pero a su vez, de una cueva, de estar encerrado, lejos de los demás.


SOY: Capricornio, en su mentalidad, es un trabajador compulsivo, y aunque no esté haciendo nada, siente que está haciendo todo, y cuanto más solo esté para lograrlo, mejor. Capricornio surge de la imagen de un solitario, de la cabra montañera, quien vive en las cimas de las colinas, duerme en cavernas, y se esfuerza por conseguir mínimos resultados en las pocas hierbas que encuentra por caminos donde no puede ir acompañada, sino que sólo puede pisar con una de sus patas a la vez. La cabra, el carnero, fueron relacionados a la divinidad solar, pues el punto más cercano al cielo es la cima de las montañas donde habita el carnero, y por ello su símbolo representa al Sol. Esta imagen del ser que prefiere la soledad de lo alto y que es mejor no molestar cuando está concentrado, dio origen a la idea griega del Fauno llamado “Pan”.


YO: Nuestro pesado amigo Peter Pan…


SOY: Pero cuando la guerra del Olimpo tuvo su momento más álgido, el fauno decidió esconderse en el lugar más impensado para un carnero: el agua. Y por ello, bajó de las montañas, y se sumergió en el Río Nilo. Allí, sus aguas de sabiduría convirtieron sus patas traseras en la cola de un pez. La sabiduría solitaria de los cielos, del sol, se unió a la sabiduría divina de la vida, del agua, creando la imagen de Capricornio. Esto describe el proceso metódico del recorrido del agua desde las altas montañas, desde ser hielo hasta fluir en las corrientes hacia el mar. La transformación de la luz solar en hielo, en roca, en montaña, en mineral, en arroyo, en río. El Camino de Capricornio describe el esfuerzo de la transformación, la constancia y perseverancia del agua para moldear la roca y convertir la más grande montaña en el ínfimo granito de arena. Para la mente capricorniana, el recorrido del agua no es un trabajo rígido, es una labor fluida. En tanto para los otros signos puede ser agotador pensar en moldear una y otra vez la misma roca sin encontrar un resultado final o esperado, para Capricornio esto implica paz, seguridad, estabilidad.


YO: Allí radica otra gran clave de este signo, en la estabilidad. ¿Cómo se logra la estabilidad?


SOY: Estabilidad viene de las palabras latinas “stare” (estar, permanecer) y “habilitatem” (habilidad), por lo tanto, la habilidad de estar fijo en un lugar.


YO: Pero describiste su atributo mediante un río que fluye…


SOY: Y que siempre está. Son las aguas las que se mueven en un río, mas el río permanece allí. El ciclo del agua es algo fijo, una constante, que tal vez se traslade de sitio en función de los siglos, o milenios, e incluso en la mayoría de los casos, durante millones de años. Pero el sistema se repite. A pesar de que todo se modifica, de que el clima cambia, de que la erosión abre o cierra caminos, el agua sigue siendo agua, sigue experimentando sus formas de gaseosa, líquida y sólida, el ciclo del agua. Es como un carnero que se mantiene fijo en su objetivo por más mínimo que sea. Y, cabezadura como es, no importa lo que suceda alrededor, seguirá intentándolo una y otra vez. Esa es su habilidad de permanecer, de estar. Aquí la clave, el atributo, yace en comprender que no importan las formas, la esencia de las cosas debe permanecer, el propósito debe quedar intacto, la constancia debe ser un alivio, el Yo Soy de la mente espiritual debe ser un eje estable para los movimientos del alma y el cuerpo. Como si el movimiento del alma se comparase en la Tierra a la precesión de los equinoccios, y los movimientos del cuerpo a la rotación terrestre de 24hs, siendo el espíritu el eje norte y sur.


YO: ¿Cómo reconozco ese potencial de la mente capricorniana en mí?


SOY: Tu espíritu es tu eje, pero jamás podrás descubrir el eje si te quedas quieto. Necesitas moverte, transformarte, pasar por tus caídas y frustraciones (otoño), por tus crisis y depresiones (inviernos), por tus propios florecimientos (primaveras) y vivir tus frutos (veranos). Deberás cambiar de perspectivas, conociendo nuevas personas que te muestren distintos aspectos de ti, en distintas culturas, religiones, filosofías, creencias, girando como el mundo, mirando cada uno de los grados de su circunferencia. Y a su vez, recordar que en cada giro, te enfrentas a situaciones similares a las de tus ancestros, pues eres reflejo de los mismos, y ellos viven en ti y a través de ti. Así, cada uno de los estadios precesionales, será una rama de tu árbol genealógico, del árbol de la vida. Y así como encuentres aspectos útiles en el pasado, descubrirás también procesos densos que sanar y trascender. Son las ramas y las raíces del Gran Árbol. Tú eres un fruto de dicho Árbol, que como el río, se ha ido repitiendo a sí mismo una y otra vez, en una constante evolución, que ha encontrado la estabilidad en sus profundas raíces decoradas de creencias y patrones, en sus fuertes ramas de leyes y comuniones. Así, no encuentras la estabilidad en la creencia de separación, en la intención de sentirte apartado del resto, libre de sus condiciones, pues todos viven en ti, eres el Árbol, y ese es tu eje. Tu cuerpo ha cambiado miles de veces siendo miles de frutos, tu alma ha pasado por muchas estaciones, cambiado sus hojas, su corteza, creando nuevas ramas, creciendo en todas direcciones. Pero su tronco estará allí, inamovible, estable.


YO: Por ello relacionamos a este signo con las estructuras mentales, con la planificación, el diseño de proyectos, de fundamentos y esfuerzo en lograr algo que no tiene fin, en la constante búsqueda de mejorarse a sí mismo… Capricornio nos recuerda lo que hace la evolución: tratar de mejorarse una y otra vez, reconociendo que el eje, el origen, el centro, la estabilidad se encuentran sólo en el giro, en la transformación, en la observación de lo diferente, en el atreverse a cambiar. Y en ese cambio encuentro lo fijo, el eje, lo estable, la coherencia… Un capricorniano nunca verá el final, nunca será suficiente, pero no porque busque algo delante, sino porque lo que se busca es a sí mismo, y si no se perfecciona una y otra vez, dejará de verse, no podrá encontrarse.


SOY: El joven en “repulsas” es un ser en desarraigo que piensa esperanzado a solas… En un reencuentro…


YO: Es una de las psicografías de Solari Parravicini, del año 1972.


SOY: Describe este concepto, de aquellos que se encuentran, como tú, en este camino. Como toda psicografía describe muchas cosas a la vez, pero todas las circunstancias históricas tendrán un mismo origen, como ya lo hemos visto. Su origen es un concepto mental, y en este caso, habla de la necesidad de perder la estabilidad para seguir buscándose, de sentirse expulsado por el propio ser o entorno, donde creí tener estabilidad relacionada a lo externo. En cada momento que deposites tu estabilidad en otros, la vida te regalará una crisis, para recordarte que la esperanza radica en el reencuentro contigo mismo, y por ello debes iniciar la búsqueda. Durante toda la vida la gente gira y gira buscando a su alrededor el brillo de otros que nos guíe por el buen camino en este bosque de oscuridad. Como la Tierra gira observando a las estrellas, pasa una y otra vez por enfrente de las mismas, y aunque a veces cambien su punto de vista, no dejan de significar lo mismo. Esto sucede en la vida normal, cuando un individuo se lanza girando por el mundo mirando 360 grados a su alrededor, proyectándose en el brillo de las estrellas, queriéndose parecer a ellas, imitándolas, adoptando su característica, siendo espejo, conociendo personas con estas estrellas en su interior, que le muestren el camino.


YO: Lo que describes es que igual que la Tierra al girar ve todas las estrellas, y al rotar en la eclíptica solar puede ver las 12 constelaciones en 12 meses, un humano ve esas 12 constelaciones en personas a su alrededor, de distintos signos zoodiacales, que representan cosas para uno mismo, que reflejan ideas, potenciales, y vivimos buscando su luz para encontrarnos…


SOY: Cuando en realidad, lo único que te está permitiendo verles a todos, es tu propio eje de rotación. La estabilidad no se encuentra cuando logras apoyarte en el tronco de un árbol, sino cuando te conviertes en tu propio árbol.


YO: Mi eje es mi estabilidad… Y sólo le descubro en mi movimiento…


SOY: Un eje sólo existe por dos polos, uno que sube en positivo, y otro que desciende hacia el negativo. Los árboles no crecen hacia el cielo buscando la luz, los árboles, desde su eje, se expanden hacia el cielo y la tierra en una misma proporción, como un espejo en distintas direcciones, dimensiones, de igual manera que una escalera no es unidireccional, sino que ambos lados sirven para subir y para bajar a la vez.


YO: Siempre que busco afuera, la fuerza me puja hacia dentro, siembre que busco ascender, la fuerza me pujará a descender…


SOY: Esa es la estabilidad, la habilidad de moverse y transformarse y aún así permanecer, ser, estar…


YO: Me permito moverme como el agua y encontrar mi estabilidad en la transformación…


SOY: Esta es la Ascensión Eterna, cuando recuerdas que no existen distintas realidades, entidades o consciencias, sino que sólo existe una escalera, y el punto de vista desde el escalón en que decidas posicionarte…


YO: Hasta que reconozca que yo soy toda la escalera…


SOY: Y allí seré Todo.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

RESONANCIA= proveniente de la ley de Vibración, todo en el universo suena, todo vibra, se expande creando ondas que retumban en el cosmos, y al regresar sobre sí, reverbera como ecos, generando “resonancia”, es decir, volviendo a sonar. La resonancia es así la capacidad de poder saber cuáles son los ecos de mi propio ser que vuelven a mí a través del tiempo y el espacio. Lo que resuena conmigo es un eco de mi ser, lo que no resuena, es una vibración que no surgió de mí, lo cual no implica que sea mentira, sino otra verdad sonante.
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