SOY: Teniendo en cuenta que entramos a la semana del Alma y, por ende, de la Emoción, seré directo y sin vueltas: ¿Cuál es tu razón de ser? ¿En qué crees que tienes razón y otros no? ¿Qué pasa si descubres que no la tienes?

YO: Uf… Qué tema, directo al grano, a la herida…

SOY: Cuando se trata de capricornio no podemos perder mucho tiempo en decorar las emociones: es lo que es, y hay que hacerse cargo, responsablemente, de las cosas que uno siente. Así que, esta semana trabajaremos con preguntas claves en relación a lo que nos mueve emocionalmente para trabajar sobre ello. Así que pongo a tu disposición estas preguntas.

YO: ¿Debo respondértelas?

SOY: Bueno, no a mí, sino a ti mismo. La tarea de toda esta semana conllevará tratar de comprender cómo nos ubicamos en los lazos emocionales respecto a los vínculos energéticos de nuestra vida. Por lo tanto, te recomiendo escribir la pregunta, y debajo, desarrollar en una serie de puntos, enumerando las razones, las cosas en las que piensas tener razón, y en cómo reaccionas cuando descubres que no la tienes. Debes hacer conscientes estas tres formas para que tu ser se vuelva consciente de estos mecanismos de reacción y estructura de tu constitución.

YO: Empecemos como siempre, recordando lo que significa Razón.

SOY: Razón viene del latín “reris” que significa “pensamiento”, y “-tio” que significa “acción”, “retionis” sería el acto de pensar, que fue evolucionando o deformándose a “reatione” y luego “razón” en español (“reason” en inglés). Razonar es el verbo que describe la acción de pensar. Razonable describe el atributo de algo que es consecuente con la forma de pensar, lógico y coherente. Y por lo tanto, “tener la razón”, es poseer la capacidad de pensamiento lógico.

YO: Aunque hoy, tener la razón ya no es tan lógico…

SOY: Y te explico por qué. Porque “la razón” proviene simplemente de la idea de pensar, algo que tranquilamente puede darse sin necesidad de estudio, ni de comprobación, y que puede nacer netamente de tu imaginación. Tú por ejemplo… ¿Has comprobado alguna vez lo que explicas?

YO: Bueno… Algunas cosas sí, pero la mayoría no. Surgen de mí, de mi interior…

SOY: De tu mente. O sea que tranquilamente todo lo que dices podría ser imaginario, un invento de tu interacción neuronal, y ya está.

YO: Si lo pones así… Sí, claro, yo siempre digo que realmente me da igual comprobar lo que digo. Es decir, hay gente que me dice: ¿cómo sabemos si lo que dices es verdad, cómo podemos comprobarlo? Y yo suelo decir que yo no vine a demostrar si es o no verdad lo que digo, porque no es mi misión demostrar nada, mi misión es ser, compartir, y si sirve y es útil, pues bien, y si no es útil, pues igual está bien.

SOY: Bueno, es un punto de vista desapegado de lo que entregas, está bien, sin embargo, sigue siendo sólo una idea. ¿Es tu idea de desapego a la veracidad un producto de tu esencia en eje o de tu ego tratando de sobrevivir?

YO: Creo que es una lucha constante, no? Bueno, más que lucha, es una cuestión penduleante entre la razón de mi ego en la percepción de las cosas, y la razón de mi esencia en la verdad de las mismas. El ego busca sobrevivir, y será inevitable que se defienda de alguna manera, si no fuese útil, la esencia nunca hubiera creado al ego…

SOY: Me atrapaste, jeje.

YO: Voy aprendiendo jeje.

SOY: El ego es una herramienta, pero a veces le dejamos conducir la vida, y es normalmente cuando tenemos accidentes. El ego es una suerte de conductor con un mapa desplegable, cuando la esencia es el GPS. Cuando el ego trata de ver el camino o decir “tranquilo, yo sé dónde estamos”, las cosas suelen siempre salir mal y terminas perdido en medio de un lugar peligroso.

YO: Me ha pasado varias veces…

SOY: Lo mismo pasa con la Razón. La línea que separa el pensamiento del ego y el pensamiento de la esencia es muy delgada, pues ambos son mapas, pero con distintas formas de abordarles. No respondiste a mi pregunta.

YO: Pues… Muchas veces me doy cuenta que ignoro adrede algunos datos, por la necesidad de sostener mi integridad. Es raro, porque, sé con todo mi ser que no vine a demostrar nada a nadie, que me da igual, y que yo vine a compartir lo que sé, lo que siento, lo que vivo, y ya está. No pienso volverme loco en esta vida perdiendo tiempo en que me crean. Y allí es cuando el ego a veces toma el control, en el concepto “me da igual”. Cuando vas oyendo cada vez más cosas en el mundo, te vas dando más cuenta que la gente quiere creer cualquier cosa, y que por más que enfoques toda tu energía en querer explicar ciertas verdades o aclarar y justificar lo que sabes o dices, sus mentes no cambiarán. A veces pienso que lo mejor es compartir, sin querer convencer de nada a nadie, y desde allí, cada uno, tomará lo que le sea útil y hará su propio discernimiento. Sin embargo entiendo a lo que vas, no es una cuestión de cómo lo ven los otros, sino cómo yo lo proyecto…

SOY: “Me da igual” puede convertirse en una forma de justificar cualquier cosa que surja de tu mente. El ego, defendiendo tu integridad, puede cerrarse a aprender nuevos conceptos que nutran tu propia visión.

YO: Siempre hay que estar abierto a aprender algo nuevo. Gracias a hablar contigo, conmigo, todos los días, puedo identificar cada día más cuándo es mi ego el que responde: “me da igual”, y cuándo es la esencia diciendo: “no está en mi camino hoy”.

SOY: Vives en un mundo lleno de mentes, y cada una proyecta su propio pensamiento en el mundo exterior, pero lo hacen sólo para referenciarse en lo externo y saber cómo moverse en el entorno, lo que se resume en tratar de sobrevivir al ambiente. Por lo tanto, el ego utiliza el pensamiento como un mecanismo de defensa, y a ello le llama “Razón”. Los religiosos creen que tienen razón, los científicos creen que tienen razón, los estudiosos creen que tienen razón, los conspiranoicos creen que tienen razón, el ignorante cree que tiene razón…

YO: En esta época, muchos de esos pensamientos se vuelven extremistas, y no se abren a ver otras opciones, al punto en que no pueden creer ni en lo que están viendo con sus propios sentidos. Por ejemplo, esta semana recibí un video de alguien en España que decía que la nieve era plástico, porque acercarle fuego con mechero no se derretía, sino que se quemaba… Y a veces nos olvidamos que hoy tenemos acceso a la mayor red de información, a la mayor biblioteca de conocimientos colectivos del mundo, mediante internet, y muchas veces antes de buscar datos, hablamos sin saber. Y me incluyo.

SOY: Hemos hablado de la diferencia entre el que desconoce y el ignorante. Quien Desconoce no sabe que tiene medios para conocer. El Ignorante es el que niega conocer aún sabiendo que tiene la posibilidad de hacerlo.

YO: Me tomó menos de un minuto buscar un video donde explica cómo es la combustión del fuego la que deja marcas de carbono (quemado) sobre la nieve, cuando es el calor (en la parte azul del fuego o la externa que rodea a la parte amarilla) el que derrite la nieve volviéndola agua. Pero es verdad que en nuestro tiempo, perdimos la costumbre de preguntar. Creemos que nos ocultan conocimiento, y a veces es simplemente que no le hemos buscado bien o hecho las preguntas correctas.

SOY: Por ello, la razón tiene tres formas de manifestarse. Proviniendo del pensamiento, tenemos la razón subconsciente, la inconsciente y la consciente.

YO: ¿Cómo es la Razón Subconsciente?

SOY: Es la que llamamos “ilógica”. Es decir, el pensamiento que resuena, como un eco, que reconocemos como verdad en nuestras células, en nuestra emoción, sin necesidad de hacer un proceso cognitivo. Nuestro ser lo reconoce. El Inconsciente es la razón que se obtiene por cultura o pensamiento colectivo en que no se duda del grupo por miedo a ser expulsado del clan y morir en el exilio. Y la razón Consciente es la que se produce en la búsqueda y aprendizaje de distintas opciones.

YO: Pero esto puede ser aplicable a muchas cosas… O sea, la razón subconsciente puede equiparar en el mismo nivel a mis explicaciones holísticas resonando en miles de personas, y a las posturas de que la tierra es plana o hueca, que también resuena en miles de personas…

SOY: ¿Y qué es lo que te hace pensar que tú tienes la razón y los otros no?

YO: Los datos… Es decir, datos desde hace miles de años, de matemáticos, geólogos, astrónomos, arquitectos, científicos, de diferentes culturas, y los datos empíricos como la rotación de estrellas, planetas, los solsticios y equinoccios, o simplemente subirte a un vuelo de Sidney a Buenos Aires o Sudáfrica, mirando la Antártida por la ventanilla… Cosa que yo mismo he hecho y cualquiera puede hacer…

SOY: Si entramos en los aspectos filosóficos de la razón, podríamos decir que ni tú ni ellos tienen razón, o todos la tienen, pues cada uno ve el mundo con la realidad de su propio cerebro. Es decir, hay gente que, a la misma caricia en un brazo, con la misma suavidad, la siente como un placer o como un dolor insoportable. Todo se debe a la percepción cerebral. El mundo externo no puede ser exacto nunca si lo percibes con los ojos de tu percepción encefálica.

YO: Pero hay datos concretos, es decir, más allá de la percepción de las cosas, los experimentos contrastados por cientos de individuos componen una verdad colectiva…

SOY: Según esa verdad colectiva, todo lo que tú sabes no es más que una esquizofrenia bien gestionada.

YO: Buen punto…

SOY: Como verás, nadie tiene La Razón, pero todos tienen razón. Y una razón colectiva moldea una idea del grupo. Hay científicos que van a misa los domingos aunque sepan que la existencia empírica del Dios cristiano sea imposible. Pero tienen fe, y la fe engloba todo lo que no se puede entender desde la razón, abre las puertas a todas las posibilidades. El problema que surge tanto en la Fe como en la Razón, es el mismo: aferrarse a la idea de que es la única respuesta. Tanto la Fe como la Razón tienen el mismo principio: abrirse a las infinitas posibilidades, no cerrarse a nada, y ambas cometen este error ancestral de creer que sólo hay una posible respuesta. ¿Qué sientes ahora que sabes que nunca has tenido la razón?

YO: Me pasan dos cosas… Siento náuseas, como si de repente no hubiera dónde aferrarse, no supiera dónde ir… Y por otro lado, me siento libre, sin el peso de tener que buscar la razón y poseerla…

SOY: La Razón se construye mediante el aprendizaje, la razón nunca se puede poseer, no se puede tener, sólo se puede pasar, compartir, integrar y trascender. Quien dice tener razón, por más seguro que se encuentre, pecará de apego y ego, es decir, demostrará que vive desde la necesidad de supervivencia de su yo ligado a este concreto tiempo y espacio.

YO: Nadie posee la razón, pero todos la construimos…

SOY: En cada pregunta que haces, construyes la Razón, y cuando descubres una nueva pregunta, le llamas Fe. ¿Cuál es tu razón de ser?

YO: Descubrirme a mí mismo y de lo que mi mente es capaz de manifestar…

SOY: ¿En qué crees que tienes razón y otros no?

YO: En la forma en que veo el universo desde la integración holística y armónica, y creo que los que lo ven desde la conspiración y la dualidad no la tienen…

SOY: ¿Qué pasaría si un día descubres que tú no tenías razón y que el universo es realmente una matrix de control creada por fuerzas opositoras de la oscuridad viviendo en una tierra plana que es un experimento?

YO: Me costaría aceptarlo… Me produciría ansiedad, se rompería el sentido de todo lo que soy, lo que hago, lo que creo… No tendría sentido nada… Y probablemente, eventualmente, trataría de ajustarme a esa nueva realidad viendo de qué manera lo que yo sé pueda ser útil para trascender ese sistema y crear otro diferente…

SOY: Ahora sabes cómo se siente cuando en tus palabras rompes los patrones de otros para remplazarlos por nuevos… Entonces reconoces la única razón posible en el juego de la vida: No se trata de tener razón, sino de adaptarse y trascender los patrones de raciocinio para evolucionar, aprender, expandirse… Conocerse.

YO: ¡Ya sé! Yo no tengo la razón, Yo Soy la Razón.

SOY: Ese es el mayor pensamiento de liberación que encontrarás en la existencia…