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Tauro

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Yo Sé

PBü: Yo Soy Alimento que nutre

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YO: Podría decir que me gustaría estar hoy en un estado más taurino, pero no puedo pensar más que en salir a pasear. Sin embargo, si algo me ha dejado la Cuarentena de 2020 y lo que llevamos de restricciones de este 2021, es que he despertado mi aspecto Tauro como nunca antes lo había sentido. Personalmente, es uno de los signos que más me alteran, ya que van totalmente en contra de mi forma de vida, viajando, moviéndome por el mundo, a veces sin dormir, olvidándome de comer, siempre haciendo algo. Mi primera pareja era Tauro, y de hecho decidimos terminar la relación porque sentía que le estaba matando. Por lo que escuché, Tauro es un signo fijo, y eso los caracteriza bastante bien.


SOY: Tauro es el cuerpo de la Tierra, es la parte más densa de la Trinidad terrestre, y encarna la imagen de una mujer embarazada, mejor dicho, preñada.


YO: ¿Cómo? ¿No sería la de un Toro?


SOY: Bueno, su historia no deja de ser mucho más profunda que simplemente el animal. Empecemos por la época. El Toro era un símbolo importante en la agricultura, ya que los bueyes, los cebúes, los toros, bovinos en general, eran la fuerza principal para acarrear los sacos de paja, de semillas, las herramientas, y sobre todo el arado para realizar los surcos en el campo. Además, su fuerza era utilizada para moler el grano en los canteros circulares. El Toro era a su vez símbolo de fertilidad, ya que el mismo aseguraba una nueva camada de terneros cada año, proporcionando más productos, tanto de trabajo campestre como de alimentos y herramientas. Sus huesos, carnes, cueros, cuernos, fuerza, transporte; todo era utilizado para beneficio común de la familia, comunidad o pueblo. Durante fines de Abril a mediados de Mayo, la constelación de Tauro anunciaba el arduo trabajo de los campos, momento de producir riqueza. Así, el Toro era un símbolo de abundancia, riqueza, bienestar, seguridad. El Toro era el inicio del año, era el comienzo de la labor, la rutina campesina, era la principal fuente de vida. Pero también su aspecto femenino. La Vaca daba la leche, daba vida al ternero, era símbolo de fertilidad, de vida, de nutrición. De ella producían manteca, leche, queso, cremas, y las clases altas solían darse baños de inmersión en leche para nutrir su piel. La Vaca era así también símbolo de abundancia, del Todo, que reunía las condiciones necesarias para dar vida a todo un pueblo. Por esto mismo, se decía que la Vaca era la Madre de todos, y su simbolismo de fertilidad y nutrición le convirtió en el estandarte de las culturas antiguas, la madre de la civilización. Filosóficamente, se le atribuyó a la Creación el símbolo de la Vaca para describir un aspecto tan abstracto.


YO: O sea que no es que los antiguos creían que la Vaca había creado el Universo, sino que la vaca era un símbolo.


SOY: Exacto. Cuando miras lo antiguo desde lo superficial, en muchos casos la sociedad actual interpreta a los pueblos ancestrales como básicos y un poco tontos al pensar que una vaca creó el Universo, pero en realidad, no era en lo que creían. Para comprender su simbología es como si hoy pensaras que el Universo existe en base y función de las letras que componen su nombre. Es decir, el Universo no está compuesto de las letras U, N, I, V, E, R, S y O, aunque su nombre sí. Creer que el Universo se reduce a estas letras sería tonto, creer que el Universo se resume en la idea de “Una Vuelta”, o “Volver sobre Sí” (lo que significa su nombre etimológicamente), es lo mismo que pensar que si los antiguos escribían “Universo” con la iconografía de una Vaca, significa que creían que el universo era una Vaca.


YO: Entiendo la lógica… “Vaca” era una forma de describir el atributo que ellos veían en el Cosmos: un ser que lo daba todo, que era fértil, que producía muchas cosas, que daba fuerza, vida, nutriendo a todos.


SOY: Y que tenía dos aspectos: uno positivo y otro negativo, masculino y femenino, resumidos en el Toro y la Vaca. Así puedes interpretar a este animal como cualquiera de los dos en los cielos. Los antiguos pusieron su símbolo en lo que llamas la Constelación de Tauro (toro en latín), recordando que ese es el tiempo de producción de la riqueza, de la fertilidad, en que la fuerza de la vida resurge, en el florecer máximo de la primavera del norte. La constelación está cerca de la Vía Láctea, dándole inicio en cierta forma, razón por la cual se interpreta que de sus ubres se extiende el camino de estrellas, el Camino de Leche (en latín = “via lactea”).


YO: Siempre me fascinó saber eso, que llamamos al Universo como Camino de Leche por la Vaca…


SOY: Y a las Galaxias les llamamos así por el griego “galactós”, que es la leche en sí misma.


YO: Todo lo galáctico, entonces, surge de la idea de la Vaca…


SOY: Siendo la vaca la Madre de todas las cosas. Hathor, la diosa del Amor, Madre de la existencia de la tradición Egipcia, describe así a la Casa de la Luz (Hat= casa, y Luz= Hur). En la mitología del Nilo, “la Casa de la Luz” o “Hat Hur”, era el cielo, la divinidad cósmica que envolvía a todas las cosas, pues la casa de la luz es el espacio estelar que rodea al Sol, considerado la Luz, el dios Horus.


YO: Por ello el templo de Hathor en Dendera, Egipto, es la caja donde se encuentran todas las estrellas.


SOY: Y esa caja es la Casa. No hay otra casa más que el mismísimo Universo, hogar de todos los seres, los orgánicos y los inorgánicos. Cada reino, ya sea mineral, vegetal o animal, forma parte de esta casa, habita coexistiendo en ella. Tan así es, que incluso la luz vive en su interior, los soles la habitan. En su interior todos los seres se sienten cómodos, encuentran orden, paz, armonía. No tienen por qué salir de ella, porque no existe un afuera, ya que todas las cosas se referencian a ella, a esta madre que les contiene en su seno, en su interior. El útero del cosmos es como el útero de una madre, donde los gestantes se encuentran a gusto, en armonía, sostenidos por el todo, flotando en un ensueño constante. Sin esfuerzo alguno, el gestante consigue todo lo que necesita, mediante el cordón umbilical. La temperatura es constante, la placenta es la mejor cama que pueda imaginar, y no necesita hacer ningún esfuerzo.


YO: Aquí es donde se gesta el arquetipo de Tauro.


SOY: Al menos una parte de él. Recuerda que el mismo habla del gestante y el gestador. Quien gesta, quien se encuentra preñada, debe realizar el mayor de los esfuerzos, cargando la responsabilidad de la vida, creando un ambiente propicio para el bebé, comiendo de más, realizando mayor fuerza de la que puede gestionar. Y por el otro lado el gestante se ve relajado, estando su madre al servicio completo. Una madre hace todo por sus hijos, mientras sus hijos duermen en el ensueño. Estas son las dos caras de Tauro. La fuerza, virilidad, capacidad de tire, es quien realiza el esfuerzo de avanzar, de abrir camino, de preparar el terreno, y por el otro lado, es quien goza de la tranquilidad de los frutos, los resultados, las riquezas obtenidas, y descansa en su cuna de oro.


YO: Teniendo en cuenta que Tauro es el cuerpo, esto refleja, pues, que nosotros somos como ese niño o niña en el útero de la Tierra, del Cosmos, sintiéndonos sostenidos y a la vez adormecidos. Viviendo los placeres de la vida que la madre Tierra ha creado.


SOY: Así es. Tauro recuerda que el cuerpo es igual de sagrado que todo lo demás, es quien dice que hay que rendirle pleitesía al mismo. Necesita comer bien, descansar bien, producir bien. El bienestar en general es la clave de Tauro, los placeres más básicos en él se vuelven símbolo de culto, y no porque erre siendo haragán, sino porque reconoce que sin el cuerpo y sus sentimientos no podríamos realizar nada. Desde el aspecto positivo, Tauro nos recuerda que debemos amar lo que somos, que no debemos luchar contra las bases que permiten la existencia de nuestro ser. El cuerpo es sagrado, y debe tratarse como tal. No se lo debe forzar, hay que respetar sus tiempos, hay que mimarlo, darle cariño, tratarle con ternura, como a un bebé, con cariño, caricias, amor, dándole de comer lo que necesita y cuando lo necesita, descansando las horas que sean necesarias.


YO: Lo contrario a Capricornio. Pero… ¿cómo saber a quién hacerle caso?


SOY: Si haces caso a uno de los aspectos de una  trinidad, no estás más que negando al ser que eres. No puedes hacer caso a uno, sino encontrar balance en los 3, y con el tiempo, en los 12 signos dentro de ti. Tauro le recuerda a Virgo que no todo debe ser una doctrina, que no es necesario volverse loco por el orden, y que no es necesario ser tan frío y cruel para encontrar la coherencia y los propósitos. Tauro le recuerda a Virgo que a veces darse un lujo, un placer de algo, no está mal, no tiene por qué sentirse culpable, pues todo el Universo es un hogar donde sentirse cómodos. Tauro le recuerda a Capricornio que no está bueno escaparse de su casa, que es importante reconocer ese sitio que necesitas como hogar, eje, no un lugar donde esconderse en tranquilidad, sino un espacio de comodidad, donde cada tanto relajarse sin necesidad de estar alerta. Es quien le dice a Capricornio que debe premiarse a sí mismo en el trabajo, que unas vacaciones, unas caricias, un “¡lo logré al fin!” y cerrar carpeta, no viene mal de vez en cuando.


YO: Es verdad… Por más que logro disfrutar de lo que tengo y consigo, yo siempre me siento culpable, y no logro gozar de lo que consigo que ya busco algo más y más difícil, casi como un reto personal que me mantiene siempre exhausto.


SOY: Pues debes aprender de este atributo de Tauro. El cuerpo es parte de lo sagrado, y este signo lo sabe muy bien. Pero también se pierde fácil en sus sensaciones, en la necesidad de enamorarse, de construir su propio hogar, de conseguir sus propios premios, de generar riqueza y gozarla, sumergido en los placeres que le vuelven perezoso. Fuera del eje, Tauro vivirá fijo y apegado a la materia, arraigado a las cosas que le rodean, creyendo que es lo único seguro que conoce. Teme perder, teme soltar, que le dejen, teme a la inseguridad y prefiere la máxima de las estabilidades físicas y emocionales o puede colapsar en una crisis existencial por temas que para otro signo son cuestiones normales a resolver en minutos. La misma cantidad de voluntad y fuerza que pone para conseguir lo que desea, es la misma cantidad de voluntad que pierde cuando se aferra a lo que logró. ¿Tienes fuerza de voluntad?


YO: Uf… Me cuesta mucho la verdad.


SOY: La falta de energía taurina activa el aspecto negativo de Tauro. Viajas mucho, vives inestablemente, sin hogar fijo, y eso elimina la rutina, lo cual te hace falto de voluntad para cuidar tu cuerpo. Al no tener nada de Tauro, no sabes cuidar tu cuerpo correctamente, y activas los aspectos negativos: la búsqueda de placeres rápidos con el objetivo de poder seguir corriendo…


YO: Es verdad que desde la cuarentena he estado mucho mejor… No he sentido la necesidad de los placeres rápidos, y he logrado establecer rutina, hasta que empecé a moverme de nuevo…


SOY: Encuentra un punto fijo y llámalo hogar. Camina a su alrededor, y encontrarás la Casa de tu Sol. Allí recuperarás la fuerza.


YO: Necesito crear la idea de hogar…


SOY: Tu hogar es el Universo, pero tu cuerpo no lo sabe. Para que lo haga consciente, debes buscar un sitio donde se sienta cómodo y construya ese símil. Allí florecerás, darás fruto.


YO: Y podré alimentarme de lo que realmente me nutre.


SOY: Paso a paso construye el Hogar de Tauro en tu interior, y la luz de tu corazón irradiará, haciendo que toda alma que se acerque a ti, se sienta en Casa.


YO: Yo Soy el Hogar de la Luz.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

DELANTE= el frente de mi cuerpo o de un objeto es aquel por el cual el objeto se proyecta. La biología ubica el frente de un ser en relación a su avance, a dónde se dirige en la vida. La concepción de delante hace referencia a lo visible, lo tangible, lo conocido. Esto tiene dos lecturas: lo que veo delante se relaciona con mis patrones de creencias diseñadas en el pasado, o bien con la dirección hacia la cual me dirijo para realizar mis objetivos, mi futuro.
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