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Sy: Yo Soy el Camino al Creador

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YO: Cuando, en la alineación de ayer, me hiciste recordarles a todos que el alimento sagrado es el “Perdón”, pude darme cuenta de lo que realmente significaba ese concepto. En muchas religiones existe esto, pero hay diferentes maneras de verlo. Desde la religión cristiana, el concepto de Perdón es el de olvidar el mal o error que otra persona ha cometido, lo cual mantiene la idea de que hay una víctima y victimario, un culpable y un inocente. Pero en realidad… No funciona así.


SOY: Estos conceptos son versiones morales o éticas de “el que carece de algo” y “el que posee algo”. Como hablamos con los átomos, uno tiene algo que el otro necesita. Si yo me dispongo a dar, naturalmente y por ley de equilibrio, recibiré lo que necesito. Vosotros habéis convertido esto en una forma de valores sociales, en que el que necesita es pobre, y el que tiene es rico. Y a esto, le habéis sumado un concepto emocional: que aquel a quien le falta algo puede buscar robártelo y cometer el error, el pecado; y quien tiene, será la víctima. Aunque ahora podéis ver también, que el átomo que posee más fuerza puede robarle al que menos tiene también y dejarlo sin nada. En una visión moral, ese acto de sacar algo al otro, seas pleno o falto de cosas, es lo que crea la perspectiva de víctima y victimario. Así, el concepto que antes conocías como “dar y recibir”, como “intercambio energético”, se transforma en el moral concepto de “culpar o perdonar”. Todo vuestro sistema de valores, de justicia, de búsqueda del equilibrio, se basa en esto. Aquel que ha cometido un error debe retribuir a la sociedad dicho error o falta realizada pidiendo perdón, o bien ser apresado. Y está en la moralidad del victimario la decisión de perdonar a esta persona o no. Pero la verdad, es que quien comete una injuria, lo hace ante la falta o necesidad. Y no estoy hablando de sólo un pobre necesitado, sino también de un poderoso que ha perdido su amor propio. El control, el narcisismo, el paternalismo, el carácter de superioridad; todo ello es también producto de una carencia personal.


YO: O sea que lo que se necesita para equilibrar esto, es que todos aprendamos a dar… Así el circuito entraría en armonía.


SOY: Es normal que los humanos tengan cierto recelo a Dar, porque toda la historia humana se ha basado en sobrevivir y, para sobrevivir al invierno, hay que trabajar duro en verano y acumular reservas que nos permitan transitar el frío con comodidad y seguridad. Y los primeros a quienes protegeremos serán los propios, la familia. Por ello, hemos creado una visión de acumulación. Hemos primero acumulado alimentos, luego riquezas, luego hemos acumulado emociones, dolores, rencores… Luego información, y así seguimos tratando de hacernos dueños de las cosas, personas y emociones, tratando de controlarlas y hacérnoslas propias. El concepto “dar sin esperar nada a cambio”, va en contra de toda biología. Ningún átomo o célula dará nada perdiendo. Siempre se busca completar el circuito. De otro modo, es un fracaso. Sin embargo, cuando despiertas y te vuelves consciente, reconoces que la vida es infinita, y aún así morirás, y no podrás llevarte nada de lo que hayas acumulado. Por lo tanto, no tiene sentido acumular, sino vivir lo que tienes. Así, cuando desde la inconsciencia acumulas por miedo a perder, en la consciencia reconoces que dando, lo haces todo tuyo, pues ahora el mundo te pertenece en esa extensa cadena de dar y recibir.


YO: Es casi como un trueque…


SOY: Sí, pero no me malinterpretes, no tiene nada que ver con un sistema económico, sino con un sistema de valores. No implica los bienes materiales, sino las actitudes humanas. Muchos confunden este circuito con Comunismo, Socialismo o Trueque Medieval, pero en realidad, pensar eso es como creer que un árbol debería ser igual que el pasto para que todos tengan las mismas posibilidades de dar y recibir. No. Por el contrario, cada uno tiene su manera de hacerlo, algunos crecen más que otros, pero todos entregan, dan sus frutos, liberan oxígeno, crean nutrientes, hogar y alimento para el bosque.


YO: Entiendo…


SOY: Y es aquí cuando, en la consciencia, sanamos nuestra relación con la palabra Perdón. Como dije, Perdón viene de los conceptos “Para Dar”, que en cierta forma significa “Soltar”, liberarme a mí y al otro de un preconcepto, de un prejuicio. Sin embargo, va mucho más allá, y tiene que ver con que el Perdón no es Olvidar, sino que es la entrega de un potencial: el potencial de la regeneración. Volver a empezar un nuevo ciclo. Es utilizar la dualidad, no como oposición sino como complemento. Los humanos habéis dualizado todo en vuestras vidas, al punto de creer que lo dual es opuesto, cuando no lo es. Para que una bicicleta avance, necesitas dos pedales. Para que un árbol dé frutos necesitas raíces por un lado y hojas por el otro. Para que un bebé nazca necesitas un óvulo y un espermatozoide. La dualidad es el motor, el dar y el recibir. Los dos ojos focalizan el destino, los dos oídos amplifican mi capacidad de escucharlo todo, los dos orificios nasales regulan la temperatura, las dos manos permiten crear, los dos pies me permiten caminar.


YO: Perdonar me permite seguir libre en el camino de la vida…


SOY: Retener el juicio genera la oxidación de mi dualidad, deteniendo la maquinaria. Generando chispazos que llamarás rencor, ira, rabia, lo cual tratará de ser procesado por tu hígado y por tu vesícula. Y cuando no logres limpiar lo físico, la información pasará a las aguas de tu cuerpo, y tus riñones tratarán de purgar esta emoción. Pero, si aún así no lo logras… Aparecerá la frustración, y con ella el miedo a que se repita. El perdón es una forma de energía, es entregar lo que poseo en mí, reconociendo la importancia de ello, y libremente, sin esperar nada a cambio- Suelto el control de la energía que estaba sujetando en mí. Cuando logras perdonar, pasas de la etapa animal de supervivencia biológica, a la etapa espiritual de la consciencia del ser. Pues, como dije, tu cerebro prehistórico busca acumular para satisfacer sus necesidades, sin darse cuenta que al entregar, compartir lo poco que tengo, aumento mis posibilidades de recibir más de muchos otros. El tacaño tendrá cosas, el que entrega tendrá oportunidades.


YO: Así, el perdón deja de ser una forma de olvidar la falta del “pecador”, y pasa a ser una entrega de posibilidades para que el pecador se convierta en un agente útil. Es un intercambio de energía.


SOY: Allí se encuentra el reto de los Victimarios.


YO: Cambiar el concepto del Perdón…


SOY: Y para esto, necesitan reactivar la maquinaria.


YO: ¿Y cómo se hace?


SOY: Bueno, ¿de qué manera puedes encender fuego para generar energía en tu cuerpo y que los engranajes vuelvan a girar?


YO: Necesito una gran cantidad de energía… La Kundalini.


SOY: Y estando en un mundo físico, ¿cómo activas la Kundalini?


YO: …A partir de las energías que están en mi cuerpo… Todas las emociones juntas.


SOY: Y ¿dónde se encuentran las emociones, las energías de tu cuerpo?


YO: Todos esos datos están en las células, plasma, en el agua de mi cuerpo, en la energía de los electrones que me forman.


SOY: Y ¿de dónde obtienen la potencialidad esos electrones?


YO: De la combinación de nuevos compuestos químicos, que se mezclan en el cuerpo.


SOY: ¿Y cómo obtienes esos elementos?


YO: Comiendo… Bebiendo… Haciendo la digestión. Mediante la absorción de nutrientes en los riñones y los intestinos.


SOY: En el chakra del Agua, en el Sacro, el mar de la creación interior.


YO: El cual es regido por las glándulas suprarrenales.


SOY: Las cuales, tomando todo el potencial de esta energía que tus riñones e intestinos generan al absorber nueva potencialidad, ¿activan qué cosa?


YO: …La Adrenalina, la hormona que da energía y potencia al cuerpo, la que nos hace actuar, tener fuerza, pulsar hacia delante.


SOY: Lo que para el alma se llama “Voluntad”.


YO: O sea que la clave del Perdón está en la Voluntad, dos conceptos que nunca habría relacionado. Consideraba que el Perdón estaba en el Corazón, no en los Riñones, jeje.


SOY: Los humanos siempre creéis que lo bonito está en el corazón y la mierda en los intestinos. Es como pensar que son los Economistas del Banco Central los que te dan de comer, y no los Campesinos que se embarran todos los días para cosechar los alimentos en el campo…


YO: Tiene lógica…


SOY: El acto de perdonar desde la inconsciencia se interpreta desde el corazón, porque nos hace creer bondadosos con el pecador. Sin embargo, el Perdón va más allá, implica tomar acción, actuar con la voluntad de entregarme al servicio para hacer que el “pecador” se convierta en un actor coherente en la cadena del dar y el recibir. Aquello que actúa en disonancia, es porque no ha encontrado armonía. Imagina el piano. Piensa que cada tecla del piano, las 88, son personas. Hay, pues, notas muy graves y densas, y notas muy agudas y sutiles. Todos solemos ignorar a ambas de la misma forma que solemos evitar a las personas demasiado positivas (porque nos alteran) y a las demasiado pesimistas (porque nos hunden). Así que solemos quedarnos en el centro del teclado, con personas más equilibradas podríamos decir. De la misma forma que habíamos medido la cantidad de protones sueltos en un compuesto, es decir el pH, en una escala de 14 niveles, el medio, alrededor del 7 (6, 7 y 8), son los puntos medios del equilibrio útiles para la vida, pero si nos vamos a los extremos, la cantidad alcalina en un lado o la ácida del otro, crearán un ambiente tóxico para la vida. Así que solemos evitar esas notas o elementos lo más posible. Y cuando una de ellas suena, puede crearnos disonancia, lo cual llamamos comúnmente como “error”, que en latin se dice “pecata”, es decir: pecado. Para lo cual, en inglés, tomamos el otro origen latín: “sontis”, que significa “culpable”. Ahora bien, si decidimos perdonar desde nuestro concepto actual, a esta nota que ha provocado un “hecho de gravedad” para nosotros por su sonido, o aquella que ha generado un “dolor agudo” en nuestra vida, estaríamos, pues, olvidando la nota, para no tocarla nunca más. Y la verdad, es que esta persona no cambiará con mi perdón, seguirá existiendo, siendo alguien, con todo el peso de sus acciones.


YO: O sea que ese perdón no libera realmente.


SOY: Claro que no… Es sólo un placebo moral y emocional. La nota sigue existiendo. Entonces, ignorarla no es una solución, la solución es darle un propósito en la melodía de la vida. Así, las utilizaré para la canción de la sociedad. Y lo hago dando todo de mí, lo que tengo en mi interior, para activar su propósito, haciéndoles reconocer que ellos tienen algo que yo no, y que yo tengo algo que ellos no tienen. Y esto implica mover mis manos por el piano hasta los extremos, salir de mi comodidad de victimario, y acariciar sus mejillas haciéndolos partícipes de la música. Y ese movimiento, se llama Voluntad. Utilizo la energía que consumí, para ser entregada a aquellos que han perdido su propósito, entregándoles uno. El perdón no se demuestra con palabras, sino con acciones.


YO: O sea que una de las grandes carencias de la humanidad, no es sólo cuestión del Perdón, sino de Voluntad. Y, debo decir, que a mí mismo me cuesta. Es más fácil sentarse y relajarse en la comodidad del sofá o la cama, que levantarse y hacer algo. Cuesta. Es como lo típico que hacemos: “el lunes comienzo la dieta”, “esta semana empiezo el gimnasio”, “voy a ir a ayudar a alguien”, “tengo que estudiar para el examen”… Son las típicas cosas de la vida que implican voluntad, y ya nos cuestan… Imagínate decir “voy a levantar el teléfono para hablar con esa persona con quien me peleé”, “voy a buscar la manera de solucionar aquel conflicto que quedó pendiente”, “voy a enfrentar a mis enemigos para soltar esta tensión que llevo dentro”… Es muy difícil…


SOY: No lo dudo. Lleva su tiempo. La falta de Voluntad es la muestra de la conformidad humana ante los conflictos. Creer que siempre habrá alguien más que lo haga por nosotros. Un maestro, un padre o madre, un político, una ONG, un científico… Siempre se suele delegar la responsabilidad en un intento de ahorrar la mayor cantidad de energía en el individuo. Así, perdonar no se aplica sólo entre la víctima y el victimario, sino que también debe aplicarse a uno mismo: “Perdonarse”. Perdonarse a uno mismo es probablemente una de las cosas que más nos costará hacer, porque nunca nos consideramos culpables sino víctimas. Y la verdad es que siempre que dejamos algo por hacer, siempre que negamos enfrentarnos a los resultados de nuestros actos, siempre que tenemos que solucionar nuestros conflictos, el humano prefiere no hacerlo, y sentarse a esperar a un salvador. Es más fácil ser la víctima. Perdonarse a uno mismo, no es decirse condescendientemente: “no sabía lo que hacía, ahora entiendo mejor”… No. Perdonarse es ponerse de pie, y tomar acción, resolver, poner la energía en funcionamiento, utilizar la emoción en pro de la generación de algo nuevo que solucione lo viejo.


YO: Entiendo… ¿Y cómo puedo empezar a hacerlo?


SOY: Bueno… El primer paso es reconocer lo que no me perdono. Luego, reconocer lo que no perdono a otros. Anotarlo, hacerlo visible, tangible, físico. Y luego, recordar que la forma en que la Voluntad se activa es mediante el pulso de la adrenalina. Entonces, hay que depurar el cuerpo. Comienza a beber más agua, y menos azúcares, y en cada vaso o botella de agua, pon una intención: “Voluntad, Amor, Sabiduría, Perdón, Libertad, Consciencia, Claridad”, por ejemplo, un concepto por día. Puedes pensar en ello mirando al agua, o mucho mejor decírselo al agua antes de beberla: “Yo Soy Voluntad, Yo Soy Amor…”, etc. Así sus moléculas se ordenarán acorde a esta nueva sintonía, y transmitirán esta información al agua en tu interior. Y el siguiente paso, será la Comida. Comienza a pensar si las cosas que comes, las comes con culpa: animales muertos que han sentido dolor, angustia, desesperación, por ejemplo, ello bloquea tu fortaleza interior. Cambia tu dieta, lentamente, paso a paso, a lo largo de todo un año… Nunca, jamás elijas el Lunes para empezar tu dieta.


YO: ¿Por qué?


SOY: Por que para tu cuerpo es como saltar en paracaídas de un avión. La emoción y el hecho duran lo que tardas en tocar la tierra. Luego no vuelves a tirarte por al menos un largo tiempo. Tómalo como salir a andar en bicicleta 30 minutos diarios. De a poco, lento, y accesible.


YO: Entiendo…


SOY: Y cuando hayas depurado tu cuerpo por un año, y hayas cambiado tu alimentación, todo ello con la consciencia de que estás haciéndolo para entregarte la fuerza de voluntad para accionar, vuelve a escribir lo que debes perdonar en ti, y en otros. Y allí, toma acción, paso a paso, te entregarás, y darás lo mejor de ti, y así recibirás lo mejor de los demás de igual manera.


YO: Nada más que decir…


SOY: Nútrete, púrgate, perdónate, acciona, y perdona a los demás dándoles un propósito en tu vida y en sus vidas.


YO: Lo haré, pues Yo Soy Voluntad.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

NOTA: DO# o REb= En la escala musical cromática, nota de paso entre DO y RE (de las cuales toma la raíz de su nombre según el contexto). En la equivalencia alfabética se denomina C# o Db. Este puente de vibración marca el camino entre el núcleo que conecta al todo con el individuo, así su vibración resuena en el chakra de los tobillos, el camino del Ser.
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