YO: En la extensa charla de ayer durante la alineación, me diste la imagen de los doce signos del zodíaco para explicar que uno de nuestros grandes retos es entender la unidad, respetando las características y capacidades de cada una de las partes que conforman el conjunto. Esto me dejó pensando en que muchas veces no nos ponemos a pensar en cuáles son esas cualidades propias.

SOY: Como ayer te mostraba, la Mente buscará analizar los detalles de cada una de las partes. Como en el método científico Cartesiano, para llegar a un resultado o respuesta que nos dé comprensión y entendimiento, es necesario analizar las partes y el proceso por el cual se llega a dicho resultado. Como dijimos ayer, la única forma de convertirnos en el Cosmos, es a través del Orden de sus partes, pues la palabra Cosmos viene del griego y significa Orden. Si no pongo orden a todas las cosas que están en mi interior, no puedo entender lo que soy, lo que poseo. Si no entiendo las diferentes partes de la realidad, no puedo comprender el sentido de la existencia. Y cada una de esas partes juega un papel fundamental, pues tiene sus propiedades positivas y negativas; tiene sus herramientas propias, que al combinarse correctamente con las otras, llevan a un resultado esperado.

YO: Como hablamos, no podemos esperar encontrar Orden sólo con sentir, con esperar que las cosas se acomoden solas. Es como el erróneo concepto de la Fe, que implica una certeza de que algo sucederá, y que el hecho de que suceda está por encima de mis acciones; o pensar en el confundido concepto de Esperanza, que es justamente esperar a que algo suceda y que está fuera de mi alcance. La típica frase que se suele usar “El Tiempo pone todo en su lugar”, o “El Tiempo lo soluciona todo”, son falsas creencias, pues el tiempo no es más que un resultado de nuestras acciones y actitudes en el Espacio. Hay que hacer cosas para que pasen cosas. Y si no entiendo esas cosas y sus cualidades, nunca veré resultados…

SOY: En el mundo espiritual se suele confiar tanto en el orden del Universo, que se llega a desmerecer la búsqueda científica, el paso a paso, el análisis de las cosas para comprenderlas. Entender la realidad no es sólo confiar en que la misma exista, sino que implica conocerla, comprenderla, asimilarla en cada uno de sus factores. La alquimia del Ser no es magia mental, es química aplicada. Del árabe y griego “al-khumiya”: verter juntos, unificar elementos. Éste es un proceso de la mente. La tarea es aprender, la naturaleza es superarse mediante la toma de consciencia, y esto sólo se logra analizando las partes que me componen, sólo honrando las diferencias y cualidades de cada uno de mis órganos sabré cómo cuidarlos. Entendiendo las propiedades de cada alimento, sabré cómo nutrirme. Comprendiendo las potencialidades de cada chakra, sabré cómo conectarlos y activarlos. Entendiendo su conexión, sabré ubicarles y reconocer su posición y su lógica en el orden en que se expresan en mi cuerpo. Aceptando que a sus potenciales energéticos los llamo Emociones, puedo identificar lo que vibra en mí y aquello de lo que carezco. Al reconocer las fuerzas que me componen, puedo activar mis capacidades, mis habilidades, y abrirme a asimilar lo que me falta. Y, en dicho proceso, reconozco mi capacidad de expandirme o mis conflictos limitantes, entendiendo así mis creencias sobre el mundo. Esto me permitirá liberarme a mí mismo de preconceptos, y liberar a los demás de mis prejuicios, valorando así las cualidades de cada una de las personas que me rodean, sabiendo ahora que cada una es como esos chakras u órganos de mi cuerpo, que cumplen un rol fundamental siendo diferente. No podemos pretender que todos los órganos de nuestros cuerpos sean Corazón, y que todos trabajen para el Servicio con Amor, pues no existiría el cuerpo, moriríamos. El orden es conocernos, es entender cada parte que nos genera, es darle el valor que le corresponde, honrar el sitio que ocupa, la herramienta que brinda. Y de esta manera, vivir en armonía con el Cosmos.

YO: No esperar que los otros sean como yo, o como a mí me parece o conviene según mis creencias, sino comprender que las capacidades, habilidades y formas de personalidad de cada uno, son útiles para el funcionamiento del conjunto. Por eso no funcionan los gobiernos o las instituciones, porque es como si cada órgano de nuestro cuerpo, en lugar de colaborar, delegase el poder a un sólo órgano del cuerpo. Por eso el concepto de Unidad debe comprenderse más como el mecanismo de muchas entidades distintas construyendo un único Ser y siendo parte del mismo, que como muchos seres con una misma idea, filosofía, pensamiento o sentimiento siendo Uno.

SOY: Por ello, cada uno de los individuos, antes de pensar en las creencias sociales que nos limitan (lo cual siempre es más fácil pues de esta manera se culpa al otro), lo que debe hacer primero es reconocer cuáles son las propias creencias, las que hacen a uno mismo. Identificar cada una de ellas es como encontrar los números que forman el código para abrir una caja fuerte. Están ocultos en cada uno, y tal vez tarden años en descubrirlas, pero es importante empezar a pensar en ellas, a reconocer que están allí, y que esas creencias, son las que filtran la información de todo lo que recibimos de la Divina Consciencia del Todo.

YO: Hice mis listas, en las cuales descubrí e hice conscientes mis creencias de ser un enviado del Universo, mi creencia de que tengo un propósito comandado por las esferas celestiales, mi creencia de que todo lo que hago es por un mandato de vidas pasadas, mi creencia de que siempre hay alguien que sabe más y yo no soy nada, mi creencia de ser un inútil más allá de todo lo que hago, mi creencia de que no merezco ser amado, de que los hombres no somos merecedores, de que el humano es una bacteria… Todas ellas, positivas y negativas, han moldeado mi forma de ser, lo que he hecho en cada paso. He reconocido que logré transformar muchas de las creencias que heredé, como la creencia de no ser merecedor, o la creencia del racismo, la creencia del enviado mesiánico. Pude ver incluso que algunas de estas creencias venían de mi abuelo, otras de mi abuela, otras incluso de otras vidas…

SOY: Y hay muchas más que aún no ves, pero que poco a poco irás descubriendo. Anótalas, no dejes que vuelen en tu mente. Esta es una lista de los componentes que te hacen ser. Es la receta de tu creación. Reconocer los ingredientes que forman tus Creencias es la clave para entender cuáles son los filtros de tu información. Todo canalizador y comunicador recibe la información de su Yo Superior desde la corona, y la misma, de acuerdo a sus creencias, traduce la información a su propio lenguaje. Esto no significa que haya que eliminar las creencias, sino que hay que reconocerlas, y al hacerlo, puedo identificar cuándo hablo una verdad desde mi propia creencia, y sabré informar a los demás sobre esto antes de compartir. De esta manera me libero, y libero a los demás.

YO: Y… ¿cómo transformo mis creencias?

SOY: A través de tus Cualidades. Cualidad es el conjunto de capacidades particulares, propias y únicas de cada individuo. Son las habilidades innatas en ti, que se expresan en ti. Hay cualidades positivas y cualidades negativas. Hay cualidades que están despiertas y activas en ti, y hay cualidades de las que careces, que faltan en ti y que buscas. Igual que en la naturaleza atómica, tus cualidades activas, las que posees, son la fuerza que entregas, que te hacen destacar, y las negativas, de las que careces, son las que buscas en otros mediante la admiración, la necesidad de aprendizaje, de obtener lo que te falta, como los átomos compartiendo electrones.

YO: Entonces, se supone que debo reconocer mis Cualidades así como mis Creencias.

SOY: Identificar las Cualidades que posees es entender el rol que cumples en el conjunto, es darte cuenta de lo que eres capaz, y las herramientas que posees para entregar a los otros. De igual manera, al reconocer aquello de lo que careces, sabrás lo que buscas en tus amigos, en tus parejas, en tus grupos y compañeros. Descubrirás por qué eliges a las personas con quien compartes tu vida, y comprenderás la aparición de esos personajes conflictivos en el camino de la vida.

YO: Entiendo. Creo que muchas veces, identificar las cualidades propias y las que nos faltan es muy complicado, porque fuimos educados para no ser egoístas, y a veces, reconocer lo que tenemos de bueno, nos da un poco de vergüenza, como si en realidad estuviésemos alimentando al ego más de lo que deberíamos. Es más común o normal decir que no soy yo quien puede mencionar esas cualidades, sino que los otros son los que deben decirlo. O sea, yo puedo decir que soy un muy buen amigo, pero eso a lo mejor no es verdad, y mis amigos no opinan lo mismo… ¿Cómo sé que lo que considero una cualidad no es una idea de algo que en realidad me falta?

SOY: Es muy posible, por reflejo, que muchas personas crean que son algo que no son, pero deciden creérselo porque lo necesitan. Al decir que lo son, empiezan a buscar las formas de asimilarlo y convertirse en ello. La mirada externa es la que reflejará lo que eres. Por ello debes observar el mundo que te rodea y decirte: “Yo Soy un muy buen amigo de mis amigos”,  y allí, abrir los ojos y pensar en tus relaciones de amigos, cómo son, ¿son sinceras?

YO: Sabes…? Ahora que lo dices… Por ejemplo, yo escribí que una de mis cualidades es justamente “ser buen amigo”. Sin embargo, ahora que lo pones de esta manera, entiendo algo que suelo hacer muchas veces, y es que me creo buen amigo porque hago lo posible porque mis amigos logren cumplir sus sueños, tengan lo que deseen, y si lo analizo bien, eso tiene un sentimiento oculto muy rebuscado, que es “comprar amistad y amor”. Cuanto más le doy a mis amigos, más amor recibiré a cambio. Y mirando hacia atrás me doy cuenta de que muchas de las amistades que perdí fue justamente por hacer todo lo que querían, o por tratar de darles lo que buscaban. Entonces, realmente, “ser buen amigo” no era una de mis cualidades, sino una de mis necesidades y falencias. Desde el momento en que solté esta creencia de que “el amor se tiene que ganar”, dejé de dar como antes, y empecé a disfrutar con mis amigos. Y ahora siento mucho más equilibrio en ese aspecto.

SOY: Es justamente por eso que hay que pensar muy bien lo que apuntamos y escribimos. Lo que creo de mí no siempre es la verdad. De igual modo que no siempre lo que los otros ven, es la verdad. Por ello, debo tomar la responsabilidad de reconocer cuáles son mis cualidades despiertas y cuáles son mis cualidades dormidas. Cierra los ojos, y analiza. Piensa en todas esas cualidades que consideras que tienes como persona, activas en tu ego, y sin vergüenza ni preconceptos, atrévete a escribirlas, y analízalas pensando en si esta afirmación ha dado los resultados correctos en tu vida. Y en la columna de al lado, anota las que sabes que te faltan, que tal vez ves en tus amigos y parejas, o ídolos, y proyectas tu necesidad de despertar eso en ti. Anótalas, y piensa por qué crees que están dormidas en ti, y por qué no has hecho nada para despertarlas.

YO: Simplemente anoto, y analizo. Sin buscar despertarlas.

SOY: Exacto. Porque estamos aquí analizando qué y por qué. Hasta que no comprendas las partes que te componen, no comprenderás la funcionalidad de todo el organismo.

YO: Esto es como comer todo los días harina y no entender por qué nos duele la panza. Hasta que no entiendo cómo funciona el estómago, la vesícula, los intestinos, y todos los órganos y sus funciones diarias, no comprenderé el mal que me está haciendo, o los límites y capacidades que posee cada uno. Y recién ahí decido cambiar mi dieta, mediante el conocimiento de causa.

SOY: Así que toma tu libreta, y apunta CUALIDADES. Debajo, dos columnas: en una las que TENGO y en otra las que me FALTAN. Sincérate, y sin vergüenza ni preocuparte por el ego, anota todo lo que sabes que eres, y lo que necesitas para estar completo.

YO: Empiezo por reconocer que Tengo Gratitud por todo esto.

SOY: Yo Soy en ti, Yo Soy una de tus cualidades.