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Ne: Yo Soy Emisario de la Verdad

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YO: Cuando hablamos de las Creencias, dijimos que las mismas eran el filtro por el cual la esencia del Yo Soy, de la Verdad Universal, ingresa a nuestro cuerpo físico, y que todo lo que entendemos del mundo espiritual y del que nos rodea, es traducido por las creencias para que podamos comprenderlo y asimilarlo mejor. A su vez, dijimos que si las creencias son lo que nos impulsa o detiene en nuestro camino, las Cualidades son las herramientas con las que accionaremos en dicho camino. Las mismas pueden estar despiertas en nosotros, o dormidas, como la Pineal, en nuestro Tercer Ojo. Pero una de las cosas que posiblemente sea más difícil de hacer para identificar esas creencias y cualidades, es lograr la sinceridad con nosotros mismos, pues siempre solemos proyectar lo que vemos, sentimos, las culpas, creencias y cualidades en los demás…


SOY: Es fácil atribuir una creencia a otras generaciones, o a la presión cultural. Es fácil decir que no puedo despertar en mí el potencial de otro. Quita un peso y responsabilidad sobre uno mismo. Pero la verdad es que todo ello fue creado por mí mismo, lo acepté yo mismo. Si vivo esa creencia no es porque alguien me la pasó, sino porque cada célula del ser que soy la aceptó. ¿Has pensado por qué en una misma familia puede haber varios hijos con distintas creencias? Uno con la creencia del padre, otro del abuelo, otro de la madre…


YO: Supongo que es por resonancia…


SOY: En mí despierta lo que soy, lo que vibra en mi misma sintonía, lo que está en armonía conmigo, ya sea disonante o resonante. Cada uno despertará y tomará la creencia que más se ajusta a su estado vibracional, y activará las cualidades que más alimente con su propia energía. Todo lo que somos es heredado, pero a su vez, lo que somos, son las herencias que hemos aceptado por vibración. La forma en que uno vibra, resuena, expresa, aprende, en la que acepta una u otra creencia; despierta o adormece una u otra cualidad. Allí radica el ser sinceros con nosotros mismos. En dejar de juzgar en el afuera lo que recibo adentro, o dejar de mirar al espejo de los otros para que reflejen lo que soy, y tomar las riendas cerrando los ojos y mirándome adentro. La fractalización del Universo ha hecho que veamos en los otros todas esas cosas que nos faltan o que tenemos. Por resonancia atraemos a nuestras vidas a las situaciones o personalidades que nos pueden mostrar lo que está dentro, como un magnetismo innato, que actúa de espejismo de uno mismo, atrayendo en forma de amigos o enemigos, de víctimas o victimarios, aquello que mueve nuestro mundo interior. Esto implica sacarse todas esas capas de protección del ego, lo que nos hace querer sobrevivir culpando a los de afuera por aquello que no podemos conseguir por nosotros mismos, atribuyendo las creencias al pasado, buscando eliminarlas, o utilizándolas para cubrirnos y así protegernos del mundo exterior.


YO: O sea que reconocer esas estructuras y capas que nos bloquean, esos juicios de separación, de proyectar en otros lo que no quiero ver en mí, en mis propias incapacidades o cualidades, es fundamental para reconocer la verdad de quiénes somos, de discernir lo que es nuestro de lo que no lo es, y aceptar que si está en mí, si viene a mi mente, es porque yo le he integrado, asimilado, y por lo tanto, debo reconocerlo como propio y hacerme cargo.


SOY: Y eso es ser sincero y resonar con la propia verdad. Sinceridad viene de la palabra en latín “sin-cerum”, es decir que no posee cera, aludiendo a la apicultura, en la cual se reconoce que la miel pura es la que no tiene nada de restos de cera en ella. El producto limpio y claro, sin asperezas. Limpiar la cera de nuestro ser, es aceptar que las creencias y patrones con los que filtramos al mundo, han sido sólo las estructuras que permitieron la producción de la miel, que han sido útiles para el panal de tu ser, pero que llega un momento en que se seca, se rigidiza, y en lugar de ayudarnos a producir la miel del ser, se convierte en una prisión para éste. La miel pura de tu ser surgió gracias a las creencias, y por ello las has aceptado y asimilado. No reniegues de ellas, ni juzgues o proyectes sobre otros tus propias limitaciones que sólo tú has elegido para ti. Porque llegará un momento, en que el panal se secará, y deberá romperse, y la miel habrá nutrido a las abejas, que gracias a sus cualidades, podrán vibrar fuerte y sonoramente, resonando para crear un nuevo panal de nuevas creencias, nutriendo un nuevo ser de pura miel. La sinceridad, pues, está relacionada a la capacidad de la abeja de vibrar correctamente, una abeja que fue capaz de nutrirse de la miel pura.


YO: Y esa pureza, esa miel, ¿qué representaría?


SOY: La verdad. La propia verdad. Por esto, la miel es buena para la garganta y sus asperezas, pues nos entrega la vibración expansiva y coherente de las abejas. Nuestras creencias y cualidades se expresan a través de nuestras verdades, es decir, de lo que hablamos, decimos, expresamos. Si la cera del panal son las creencias, el propóleo (del griego pro-polis, es decir, lo que es para la ciudad, lo que construye) será tus cualidades, pues es lo que utilizarás para revestir la colmena y prepararla para crear la miel. Y la miel misma será tu verdad, lo aprendido, lo asimilado, y lo que podrás entregar para que otros se nutran, es la esencia de tu ser. A mayor vibración de las abejas, más lejos llegará su búsqueda de la verdad en el polen de cada flor, y hay muchos tipos de flores, muchas verdades. Pero si las abejas se quedan pendientes de su propia colmena, en sus propias creencias, sin expandirse, entonces el producto final en forma de miel, será bajo en cualidades. No servirá.


YO: ¿Y esto cómo se entiende en nosotros los humanos?


SOY: Pues a mayor expansión, más absorbo perspectivas del mundo, pero más vibro, más me expreso, y por lo tanto, me atrevo a compartir mi verdad, a reconocer las verdades que están en mí, a darme cuenta que mis verdades son el producto de estas cualidades y creencias, y las acepto. Y por el otro lado, el miedo a expandirse, genera baja vibración, ignorancia, secretos, y por lo tanto, mentiras. Las mentiras no son lo opuesto a la verdad, sino distorsiones de la misma, son abejas que vibran bajo o disonantes.


YO: Mis secretos, pues, se expresan hacia afuera con distorsiones, convirtiéndose en mentiras, las cuales se anclan en nuevas creencias que secan el panal de mi consciencia. Pero por otro lado, mis verdades no son las que pienso de mí, sino las que manifiesto al decirlas, y me niego a callarlas, reconociendo que son parte de mí.


SOY: Por esto mismo, los aspectos que debes reconocer en tu garganta son tus Secretos y Mentiras, en contraposición a tus Revelaciones y Verdades.


YO: Lo dicho y lo no dicho…


SOY: Cuando dices algo de ti, lo conviertes en tu realidad. Cuando callas algo, también lo conviertes en tu realidad. Sólo que una es la externa y la otra la interna. Y ambas van construyendo lo que eres, lo que vibras. Es por esto que es en este centro donde mayores personas fracasan en su camino hacia la coherencia: por lo que dicen.


YO: “Por la boca muere el pez”, dice un dicho, que en cierta forma resume el concepto de cómo muchos humanos son incoherentes al decir una cosa y luego decir otra opuesta o demostrar lo contrario con sus acciones. Normalmente vemos esto muy claro en los políticos.


SOY: Los políticos no son otra especie, son humanos. Todos los humanos lo hacen. Todos mienten. Ayer mismo hablaste de esto en una entrevista, diciendo que el despertar espiritual es comparable al momento en que te das cuenta que Papá Noel no existe. ¿Por qué los buscadores de la verdad coherente osan mentir a sus niños durante los casi primeros 10 años de vida?


YO: Bueno… Se considera que es lindo que exista la magia…


SOY: La magia existe, hay muchas formas de mostrarlo en la vida, sin necesidad de mentir. Esto crea un precedente en que los niños reconocen que para hacer feliz a otros deben engañarlos y mentirles, ocultar cosas.


YO: Claro… Les enseñamos a no ser sinceros a través de engaños y juegos mentales. Y así obtenemos una humanidad basada en relatos y mentiras.


SOY: Como verás, no son los políticos, es la cultura humana basada en la ilógica.


YO: Bueno… He de decir que nuestra vida, mi vida, también podría considerarse un engaño ilógico desde el punto de vista de muchas personas.


SOY: Aquí te haré la pregunta: ¿Y desde tu punto de vista?


YO: Bueno… Es mi verdad, lo vivo como verdad.


SOY: ¿Pero lo tomas como absoluta verdad?


YO: Oh, no, claro que no. Sé muy bien que todo lo que sé y veo es una perspectiva, que se expresa en mí, pero que no es la absoluta verdad. De hecho, lo explico de esa manera.


SOY: Entonces ¿ocultas la posibilidad de que lo que dices no sea cierto?


YO: No, no lo oculto. Como siempre digo: esto es lo que yo recuerdo, y lo comparto porque es mi verdad, y es útil para otros. Porque aquí podemos entrar a un dilema filosófico y preguntarnos “¿qué es la Verdad?”.


SOY: La verdad es un conjunto de prejuicios. Nada es realmente verdad, sólo lo es la visión que tenemos de las cosas. Diferente es cuando ocultas tu visión de las cosas engañando a los otros. Es decir, un padre estaría diciendo la verdad si él mismo creyera en Santa Claus.


YO: ¿Incluso si todos sabemos que no existe?


SOY: Es lo mismo cuando los padres enseñan una fe religiosa, a creer en Dios. Ellos creen en Dios, por lo tanto es su verdad, aunque sepamos que Dios no existe como ellos creen.


YO: Entonces, no entiendo, ¿cuál es pues la verdadera búsqueda de la verdad?


SOY: Encontrar la forma de calibrar la mentira. La mentira es la distorsión de la verdad. Es decir que alguien que reconoce la verdad, la distorsiona para que otro ser crea algo que no es. Es diferente cuando la persona no sabe cuál es la verdad, y convierte la propia mentira en una verdad absoluta; en este caso, cuando comparta “su” verdad, estará siendo sincero. Aún si lo que dice no es real.


YO: Parece complejo de entender, porque hemos crecido con la dicotomía de Verdad o Mentira como cosas opuestas y absolutas.


SOY: Pues no lo son. ¿Qué color es el verdadero? ¿El rojo, el violeta, el azul?


YO: Mmmm… Todos?


SOY: Depende, ¿…y si eres daltónico? La única verdad es que los colores son sólo proyecciones electromagnéticas en una longitud de onda. Los colores no existen, sólo existe la frecuencia a la cual vibran los fotones en la onda. ¿Pero cuántas personas en el mundo pueden ver la onda?


YO: No sé…


SOY: ¡Ninguna! Todos verán colores. ¿Son reales los colores? Pues la respuesta es No, y Sí. ¿Consideras que estás mintiendo a un niño diciéndole que el “lápiz es rojo”?


YO: No… Pero decirle que no es rojo sino que lo que sus ojos ven es la longitud de onda a 680 nanómetros… Sería complicado para un niño entenderlo…


SOY: Por eso dices “Rojo”, y ya está. No lo hace una mentira, sino una interpretación de la verdad. Es imposible comunicar la verdad absoluta. Por ello existen las culturas y los idiomas, por ello la religión llama Sagrada Trinidad a lo que la ciencia llama Átomo.


YO: Entonces, la Verdad absoluta no se puede comunicar, pero puedo comunicar como verdad lo que yo percibo de ella, lo que he logrado interpretar por mis creencias y cualidades… Y la mentira es lo que conscientemente oculto, sería como decirle a ese niño que el Rojo en realidad es Azul, y que el lápiz no es un lápiz sino una espada, cuando yo sé que es un lápiz rojo.


SOY: Ahora lo entendiste.


YO: Por lo tanto, lo que tengo que identificar en mi vida ahora es cuáles son mis verdades y cuáles son mis mentiras… ¿No?


SOY: Ese es el análisis de hoy. Anota: ¿cuáles son tus grandes Mentiras en la vida? Aquellas que sabes que, aún si la verdad era otra, decidiste ocultar en forma de secreto, y has engañado a otros, protegiéndote a ti mismo. Hay mentiras que duran poco, y otras que construyen toda una vida. Piensa en aquellas que atraviesan siempre tu consciencia. Todos tenemos mentiras, secretos que ocultar. Algunos pueden parecer tontos, otros pueden ser muy graves. Y no estoy hablando de secretos traumáticos en este caso, cosas que nos hayan pasado dolorosas que hayamos ocultado, sino que estoy hablando de mentiras propias, de engaños a otros o a uno mismo.


YO: Y en la otra columna, anoto las Verdades. ¿Cómo identifico lo que son?


SOY: Mis verdades son aquellas que, a pesar de mis creencias, reconocí como verdades en mí que decidí expresar, decir, comunicar.


YO: Como por ejemplo en mi caso, haber dicho mi verdad al mundo de lo que recuerdo del universo y mis vidas pasadas, o también hablar de mi homosexualidad.


SOY: Exacto. Y piensa en qué no has dicho, o en qué cosas has dicho mintiendo.


YO: …Pues, hoy puedo reconocer que a veces he alimentado la historia de algunas personas diciendo lo que querían oír sólo por no querer dañar su ilusión. Me ha pasado cuando veo gente que me pregunta cosas muy entusiasmada sobre cosas que sienten o recuerdan, y aún si yo sé que no son ciertas, les he dicho que sí, porque pensé que arruinaría su emoción. A veces me arrepiento de esos momentos… Porque por más “empático” que haya tratado de ser, justamente no lo fui.


SOY: Reconocer tus mentiras y tus verdades es fundamental para entender tu estado de vibración. No trates de cambiarlo ahora, sólo reconoce, anota, observa sin juzgar. El Universo no juzga, sólo busca la armonía, y por ello, encontrar los puntos donde no hay armonía, es el primer paso para iniciar su búsqueda.


YO: ¿Y el segundo paso?


SOY: Reconocer que tú las creas con tu propia vibración. Eres lo que vibras, lo que dices, lo que expresas.


YO: Buscaré todas mis disonancias, pues, para poder hablar con mi verdad.


SOY: Y Yo Soy el Camino hacia la Verdad.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

NOTA: SOL# o LAb = Frecuencia que en la escala cromática se encuentra entre las notas SOL y LA. En el cifrado alfabético se denomina G# o Ab. Este es el puente que comunica el Alma con el Espíritu, donde surge la Verdad, y por ello, su vibración sintoniza con el chakra Laríngeo, puente de lo emocional y mental, centro de coherencia y expresión.
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