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Ni: Yo Soy Emisario del Corazón

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YO: Bajo de las Creencias hacia las Cualidades, y mediante ellas reconozco mis Verdades… ¿Cuál es el siguiente paso?


SOY: Recapitulemos. Las Creencias son las perspectivas que tienes del mundo y que construyen tu idea del mismo y de cómo eres en él. Las Cualidades son esos aspectos que has despertado en ti o que buscas para poder actuar en relación a dichas creencias. Y a los métodos con los que te muevas y expreses esas cualidades dentro de tus creencias, los llamarás tus Verdades. La diferencia entre una Verdad y una Creencia, es que la creencia implica cierta expectativa e intención de que las cosas sucedan como las esperas. En cambio, las Verdades son las que simplemente aceptas en el presente. Tomando el ejemplo anterior del Lápiz Rojo, tu verdad será que el lápiz es rojo, pero tu creencia será que el lápiz sólo puede pintar y escribir de color rojo.


YO: ¿Y no es así?


SOY: No, pues si mezclas el rojo con el azul tendrás violeta, o rojo con amarillo tendrás naranja. Es decir, que hay otras potencialidades más allá de lo que tu creas.


YO: Ah, comprendo. Pero en cierta forma, las verdades acabarían por ser también creencias si lo vemos desde el punto de vista de lo que explicaste ayer sobre que las verdades son perspectivas que tenemos en diferentes ondas universales…


SOY: Vuelve a imaginar lo que dijimos ayer: recuerda que tú percibes las realidades mediante las longitudes de ondas electromagnéticas, de las cuales la frecuencia en 680 nanómetros te dejará ver el color rojo. Imagina que tú vibras en esta sintonía, y por lo tanto todo el Universo lo puedes percibir en tonos rojizos. Para ti, los otros colores son inexistentes, no puedes percibirlos, y que alguien te hable de ellos, los convierte más en un sueño o imaginación. “No puedo creer en lo que no veo”, se suele decir. Para ti, tu Verdad es el Rojo, pues lo ves, y tu creencia es que no existe más que el Rojo. La verdad es lo que ves y puedes comprobar, la creencia aquí es la expectativa de que sólo exista eso. Así, podría diferenciarse la verdad en la frase: “Yo Soy Rojo porque mi Universo es Rojo”, de la frase relacionada a la creencia que sería: “Lo único que existe es el Rojo porque no puedo ver nada más”. La verdad se relaciona a hechos factibles, y las creencias a ideas de cómo deben ser las cosas. Las cualidades que despertamos, pues, estarán en sintonía con nuestra creencia y nuestra verdad.


YO: Aunque las mismas nos pueden hacer daño…


SOY: Porque las creencias pueden limitarnos al punto de hacernos creer que no podemos salir del Rojo porque transformarnos implicaría perder todo lo que conocemos, y despertar cualidades que no sabemos si seremos capaces de gestionar. Esto nos lleva al autoengaño, en que distorsionamos las verdades que vemos para volverlas una creencia, y las expresamos en forma de Mentiras, adormeciendo posibles cualidades latentes, y generando creencias limitantes.


YO: Sí, tiene cada vez más lógica. O sea que pasar de rojo a naranja es como lo que solemos decir de pasar de la tercera dimensión a la cuarta dimensión, y así el amarillo sería la quinta, y el verde sería la sexta, etc.


SOY: Exacto, es un cambio de dimensión dentro de una misma onda. Pero no sólo tiene que ver con aspectos tan amplios, sino con conceptos más concretos, como cambiar de pareja, de trabajo, emanciparse, mudarse, emigrar, adaptarse a una nueva cultura e idioma, tener un hijo, iniciar un proyecto… Ampliar el horizonte de lo que creía era mi verdad. Las dimensiones vendrán después de que haya podido al menos abrir los límites de aquella en la que me encuentro.


YO: ¿Y cómo hago para saber si puedo lograr cambiar mi realidad?


SOY: Ese es el siguiente paso: reconocer cuán útil soy en ella. Descendiendo de la garganta, nos encontramos con el corazón, y el aspecto mental del mismo es lo que llamamos Servicio. Ponernos al servicio del mundo, de los demás, de la vida, es permitirnos expandirnos y compartir nuestras cualidades con otros. Si mis creencias moldearon mi percepción del universo, mis cualidades son las herramientas en ese cosmos, y la verdad es lo que asimilo de él haciéndolo propio. Por lo tanto, es momento de poner esas herramientas que asimilé de mi percepción de la realidad al servicio de dicho universo que me rodea. Tu Corazón está en el centro de tu pecho, y de él se proyectan tus dos brazos y manos, la expansión y expresión física de sus energías positivas y negativas que llamamos dar y recibir. El flujo de la energía generadora. En tanto la conexión con uno mismo se da verticalmente estando el negativo en los pies y el positivo en la cabeza creando un circuito entre la tierra y el cielo, entre el yo y el soy, la mano izquierda y la derecha generarán el magnetismo y circuito que proyecta realidades para los otros, para el mundo horizontal, en el compartir con los fractales que me rodean. Por esto, este centro, desde la visión mental del espíritu, representa el mecanismo energético que se pone al servicio, y en tanto el flujo sea correcto y limpio, serás útil al conjunto.


YO: Ponerme al servicio implica, pues, reconocer en qué soy útil en la vida. Ya que si hago el esfuerzo de hacer cosas en las que no soy hábil, no sólo estoy incomodando y retrasando a los demás, sino que estoy desperdiciando mi potencial y tiempo.


SOY: Más que nada, en qué te consideras útil a ti mismo. Reconocer esto nos ayuda a darnos cuenta cómo fluye nuestra energía del corazón, si es aplicable o no, si otorga soluciones a otros o no. Aquí no hay sentimientos ni emociones, ni acciones, sino conceptos que uno ha formado de sí mismo. “¿En qué eres útil?”.


YO: Debo reconocer, pues, que todo lo que creo de mí genera las cualidades que manifiesto, que me permiten asimilar mi verdad, y así, me pongo al servicio de la misma. Por ello, debo saber en qué me considero útil, para reconocer los flujos negativos y positivos. O sea, en qué soy útil pero también en qué me considero inútil.


SOY: Podríamos decir que todos tenemos potencial para hacer todo en la vida, lo cual es verdad. Pero tener el potencial no implica que puedas serlo todo ahora. Tú tienes el potencial de ser árbol en ti, pero no podrás experimentar ese potencial hasta que mueras y seas alimento para un árbol, entonces te convertirás en él. Hoy tienes ciertas potencialidades activas, y reconocerlas te hace focalizarte en tratar de equilibrarlas. Ver en qué somos útiles, en qué nos consideramos útiles, nos ayuda a entender muy bien por dónde se encuentran las herramientas con las cuales cumpliremos nuestras misiones y propósitos en la vida. Y ver en qué aspectos nos consideramos inútiles nos ayuda a reconocer en qué cosas necesitamos complementariedad de otros.


YO: Los humanos consideran que “inútil” es un insulto peyorativo.


SOY: Lo es si se lo toma como tal. Pero no lo es. “Útil” viene del concepto latino “uti” (usar, servir) e “ilis” (posibilidad), por lo tanto la posibilidad de ser usado en ciertos casos. El prefijo “in-” en “inútil”, significa que no es posible ser usado en casos específicos. Eso no te hace inservible, simplemente inútil. Significa que sirves para otras cosas. Y en aquello que no sirves, radica la fortaleza del equipo. Si todos supieseis hacer todo, no existirían las civilizaciones humanas, sólo existirían algunos humanos repartidos por el mundo. La fortaleza de las culturas y las civilizaciones es justamente la inutilidad de sus individuos, lo que conlleva a la simbiosis, la colaboración, la complementariedad, el ponerse al servicio, el ser comunidad. Todos tienen algo que dar que el otro no tiene. Y reconocer esto como una facultad positiva para el intercambio en lugar de una debilidad amplificará nuestros horizontes, nuestras verdades y creencias.


YO: Poner mis cualidades al servicio transforma mi verdad y mi creencia.


SOY: Exacto. Así pues… Vuelvo a preguntar: ¿en qué te consideras útil?


YO: Bueno… Hoy anoté que desde mi percepción, considero que soy útil para guiar, para explicar, para encontrar soluciones…


SOY: ¿Y en qué eres inútil?


YO: …Podría decir que soy inútil en todo lo que tenga que ver con números y matemáticas, soy inútil para ayudar en cosas que implican coordinación también…


SOY: …Y seguramente en muchas cosas más. Medítalas. Haz la lista. Pon de título: SERVICIO DEL CORAZÓN, y debajo, dos columnas, una para aquello que consideras eres Útil, y otra para aquello que consideras eres Inútil. Identifica ambas como parte de tus habilidades para entregar algo a otros, lo que percibes que puedes poner de ti y lo que no puedes dar de ti en relación a los demás. No juzgues. Todos tenemos esta polaridad, es lo que nos hace tener familia, amigos, compañeros, vivir en sociedad. Pues siempre que reconozcas en lo que eres útil, aparecerán los que necesiten de ti, y siempre que reconozcas en lo que eres inútil, aparecerán los que puedan ayudarte. En la absurda búsqueda humana de parecer fuertes, de ser seres todopoderosos, capaces de hacer las cosas solos, muchas veces os perdéis en el orgullo, en no reconocer que necesitáis ayuda. A veces, los grandes logros de nuestras vidas se alcanzan al reconocer nuestras debilidades e inutilidad abriéndonos a recibir ayuda.


YO: Entiendo… Es verdad. Así pues, voy a escribirlas todas, pues me pongo al servicio, y me permito ser ayudado por los otros a mi alrededor.


SOY: La mayor clave de estar al servicio desde el corazón, es la capacidad de abrirse a la comunidad, al dar y al recibir.


YO: Me permito ser inútil y recibir desde el corazón de los otros.


SOY: Me permito ser útil y entregar a los otros desde mi corazón.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

NOTA: LA= “…labii reatum,” (…de nuestros labios impuros,) prosigue el Diácono acentuando que los siervos que cantan las maravillas deben ser perdonados debido a sus impurezas, a sus pecados. La nota La tiene su homónimo anglosajón en la letra “A”, considerándose la primera de las notas, y por lo tanto desde la cual se afinan y ajustan los instrumentos por convención general. Es así la nota que calibra y da propósito a las demás, el chakra 3r Ojo, la visión, el guía, quien observa y reconoce.
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