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YO: Mitosis, Meiosis, Mutación, Redes, todo nos lleva a un constante cambio, una constante transformación, ¿en qué momento se descansa?


SOY: ¿Eh?


YO: Sí… O sea, descansar. ¿Cuándo se detiene este proceso y dejamos de cambiar?


SOY: Cuando mueres. Y ni aún así.


YO: Cuando muero, te refieres, ¿a después de morir?


SOY: No, me refiero a los momentos postmortem. Cuando no hay ningún movimiento celular. Y aún así sigues cambiando, pues todos tus elementos químicos empiezan a buscar energía en las reservas del cuerpo, y se consumen a sí mismas liberándose al ambiente, comenzando una oxidación sin reciclaje, que llamas “descomposición”.


YO: Uf… Bueno, pero, me refiero a otro descanso, ¿sabes? Eso que se dice: descansar después del trabajo, o la estabilidad tras una crisis dura… No sé, algo así.


SOY: Es una visión muy religiosa de la vida, pero sí, entiendo a qué te refieres. La idea del “Descanso Eterno”. Surge de algo muy básico, que es descansar, dormir tras el trabajo, de la labor de la caza o la recolecta. El cuerpo duele tras tanto ajetreo, y necesita relajarse, dormir para recuperar fuerzas. Esto, por miles de años, hizo pensar que la vida es como ese trabajo arduo que nos implica esforzarnos cada día, y que la muerte era el merecido descanso. Por ello convirtieron a la muerte en una idea de vacaciones eterna, donde nadie tiene que trabajar, donde todo está dado. ¿Cuál es el objetivo de vivir si en la eternidad tienes todo lo requerido?


YO: Supongo que la vida es como una prueba de Dios o el Universo antes de llegar a la vida eterna.


SOY: ¿Prueba para qué?


YO: De que si hacemos bien las cosas, tendremos buenas cosas…


SOY: ¿Y por qué? ¿Hacer bien qué cosas?, ¿Con qué fin?


YO: Supongo que la idea es que el Universo, Dios, creó todo esto para encontrar orden y armonía, y si nosotros logramos encontrar ese orden y armonía, entonces somos dignos de vivir en la eternidad de buena manera.


SOY: Entonces el Paraíso sería una recompensa dentro de un sistema de castigo y premio. ¿No?


YO: Bueno…


SOY: ¿Karma y Dharma? ¿Justicia Divina?


YO: Supongo…


SOY: ¿Para qué?


YO: No lo sé… Creo que hay una idea generalizada de que si hacemos las cosas bien en la vida viviremos buenas cosas en el más allá.


SOY: Moralidad, de nuevo. Me gustaría que podamos ir diferenciando nuevamente la Moral de la Consciencia. Los humanos construyeron la idea de premio y castigo porque es la manera en que los individuos de una manada tienen derechos en un grupo. Quien hace parte de la labor diaria, se ganará el pan y descanso. Es evidente por qué, porque si no trabajan, no se produce, no hay comida. Y por lo tanto se muere. Si haces las cosas mal y afectas a la integridad de una manada, debes ser castigado, como muestra a los demás que lo que has hecho está mal, y que puede hacer daño a la fortaleza del grupo. Así se crea la idea de que en el Universo funciona de igual manera. El “Patriarca” celestial, premia o castiga con un paraíso o un infierno a aquellos que hagan bien la tarea moral de vivir en la Tierra. Pero la moral varía mucho.


YO: ¿En qué sentido?


SOY: Según la historia y las tradiciones. Por ejemplo, en los pueblos antiguos el incesto era requerido para mantener un linaje, hoy el incesto es visto como algo malo. En las escuelas griegas, la pederastia era algo normal, pues se incentivaba a los alumnos y los maestros a generar vínculos en todos los cuerpos, tal como sus dioses lo hacían. A imagen y semejanza.


YO: Oh, claro… En cambio el Dios cristiano, que es único, y que no tiene relaciones, incita a la castidad.


SOY: Así, para los pueblos semitas monoteístas (cristianos, hebreos, árabes), la castidad hasta el matrimonio es fundamental, pues el sexo puede ser sólo visto como método reproductivo, mientras que para los pueblos grecolatinos entre otros, la sexualidad desde la infancia era requerida para que un individuo conozca el poder de su cuerpo y de la creación. La moral cristiana se puso por encima de las grecolatinas, generando tantos traumas y represiones sexuales, que acabaron emergiendo nuevamente como psicopatías. Pero más allá de eso, la moralidad, la idea de que algo está bien o mal, emerge de una idea cultural, y no de la verdad cósmica. Esto significa que la idea de Descanso está relacionada a las culturas semíticas monoteístas que consideran vivir en el mundo como un castigo divino, y ven al trabajo en la Tierra como un sufrimiento en que debemos demostrar nuestro arrepentimiento a Dios y que somos dignos de ir al Cielo y vivir en el Paraíso nuevamente.


YO: ¿Nuevamente? Hay muchas cosas que necesito comprender aquí…


SOY: Sí. En el principio todos los seres, las almas, vivían pulcras e iluminadas junto a Dios, según estas tradiciones. Cuando Se creó a la primera pareja para que tuviera hijos, el Diablo les tentó con sus artimañas, despertando el mal en la Tierra, el pecado original. De allí se libraron batallas entre ángeles y demonios, y muchas almas cayeron a la Tierra. Así empezaron a nacer muchos de esos guerreros de la luz, y todos a partir del linaje de esta pareja original. Por lo que llevaban el pecado, la negación a Dios, en sus genes. Esto les hizo salirse del paraíso para tener que esforzarse por conseguir alimento, y empezaron a trabajar, a sufrir. Desde entonces, por haber negado a Dios, la humanidad sufre, trabaja, debe esforzarse por conseguir las cosas, de sol a sol. Por ello, la idea del descanso se nubla con el Paraíso, llevándonos a una sutil idea de creer que todo proceso que vivimos es parte de dicho castigo, que algún día terminará si hacemos las cosas bien.


YO: Wow… Acabas de romperme un concepto, algo que, hasta yo creo que lo tenía inculcado en las células. La idea de que todo lo que vivo es un examen para probar algo a alguien, y que si lo hago bien, seré aprobado y podré descansar, tener esas vacaciones, cuando todo esté bien… O sea, que no es así.


SOY: Claro que no. Es cultura, es moral. ¿Descansa una molécula? No. ¿Descansa un órgano? No. Siempre, de una u otra forma, están en funcionamiento, realizando algo. Ahora bien, en la naturaleza existen dos procesos que llamamos de Contracción y Distensión. El proceso de Contracción es la fuerza de Acción, en que las polaridades se contraen entre sí para generar tensión energética que da lugar al movimiento. La Distensión es el proceso de liberación de esa energía, en que las polaridades se relajan tras la acción. Estos dos procesos son naturales en todas las cosas, y marcan los ciclos de las mismas, como las estaciones, las tormentas, los sismos, el nacimiento, los enlaces químicos, todo. Naturalmente esto produce la vigilia y el sueño, estados de Alerta o de Relajación del sistema nervioso. El estado de Alerta es el que nos pone en Acción, haciendo que el cuerpo reaccione, produciendo emociones distintas y creando enlaces mentales que generan ideas o soluciones a las circunstancias, de manera eficaz. Este proceso exige mucha energía, por lo que, eventualmente, se necesitará recuperarla. Por ello el mismo cuerpo y sus redes entran en relajación, liberando toda la energía, y dejando cada parte del cuerpo distendida, relajada, lo que lleva a que el organismo “descanse”. Descansar viene de la palabra “cansar” del indoeuropeo “kwet” y así del latín “quassare” que significa agitar, sacudir, golpear, por lo que agregando la partícula “Des-” nos habla de dejar de agitarse o de dar golpes. En inglés, “Rest” viene de “restare” que significa permanecer en un sitio, en contraposición a “tire-out” (cansar) que proviene de “tiorian” y ésta de “teu” que significan “falta de algo”. Esa falta, es de energía. Así que, para generar esa agitación energética, se necesita un momento de recarga. En el subconsciente, esta idea tan básica del funcionamiento energético, fue creando los conceptos básicos de “dormimos de noche”, “de noche hay que ocultarse”, “se trabaja de sol a sol”, “se descansa cuando se termina el trabajo”, “hay que hacer las cosas bien para poder descansar”. En las culturas del trabajo, el descanso se ve como un premio o una derrota, ya que un buen trabajo realizado en el día se merece un buen descanso, y un mal trabajo entre el cual decides descansar un momento, es una derrota a la supervivencia.


YO: Vaya, pero sí, es verdad, aún hoy yo mismo me digo cosas así, que dormir durante el día es como una derrota…


SOY: Cuando no tiene sentido, pues si estás cansado es porque te falta energía y debes dormir para recuperarla. La falta de conocimiento del cuerpo físico creó ideologías que mantenían al cuerpo al límite de lo que puede dar. Tomando la vida y su esfuerzo como un castigo divino. Por ello, se generó el concepto de que la vida en su totalidad era un trabajo de prueba para saber si éramos dignos de volver a ser partes del clan divino del que fuimos expulsados alguna vez, y así, en nuestra muerte, lo que parecía ser un largo descanso, poder descansar en el paraíso, siendo aprobados por Dios.


YO: Claro… Todo muy visto desde la visión humana.


SOY: Pero la verdad es mucho más diferente. Mitosis, Mutaciones, Redes… Y aquello que buscas, lamento decirlo, no existe.


YO: ¿El descanso tras todo este proceso?


SOY: Porque el proceso es Eterno, y no existe un “detrás” o “antes”. Es una constante, de Contracciones y Distensiones. De Valles y Montes en una onda de vibración. Por esto, debes ampliar tu visión de las cosas y reconocer que sólo tú eres capaz de determinar cuánto y por qué necesitas el descanso. Es en función de cómo decides vivir tu vida que será de una forma u otra. ¿Entiendes? No depende de un castigo, ni de nadie superior, sino de tu forma de vivir la constante.


YO: Y… ¿Cómo hago para vivirla armónicamente?


SOY: Con Innovación. Seguramente hayas escuchado este término referido a la tecnología, pues últimamente es la Innovación Tecnológica la que más modifica el mundo que vivimos. Sin embargo, la innovación va más allá. Innovación es permanecer en un estado constante de buscar lo nuevo. El humano es un animal de costumbres, que al encontrar algo que le hace bien, trata de sostenerlo constantemente. Esto desgasta a ese algo, haciendo que se deteriore en su uso, y tarde o temprano acabará por ser obsoleto. Y aún así, le siguen utilizando. Sistemas, creencias, objetos, espacios, ideas, relaciones, y caen una y otra vez en lo mismo, cada vez más deteriorado, roto. Esto produce siempre, ciclo tras ciclo, los mismos conflictos y errores.


YO: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”, dice un dicho humano.


SOY: Y así les va. Esta frase resume muy bien esta idiosincrasia. El miedo a no saber gestionar lo nuevo, hace que se aferren a lo viejo sólo por saber sus mecanismos. Cuestionan lo nuevo con temor, no por que haga algo malo, sino porque quedarán al ridículo al no sentirse conocedores de ello. Prefieren tener argumentos conocidos sobre ideas viejas e inútiles al contexto actual, que lanzarse a lo nuevo y padecer de mediocridad. Por ello, es importante aceptar el cambio, e innovarse. La práctica diaria de innovación nos ayuda a comprender que nada es fijo, nada es estático, que todo cambia, y que es necesario readaptarse, aprender nuevas cosas en la vida, siempre mirar más allá de la costumbre.


YO: O sea que nos aconsejas que busquemos hacer siempre algo nuevo.


SOY: Tras una crisis no viene el descanso prometido, viene otra crisis. Crisis es un momento de transformación, y la transformación es constante. Siempre sufrirás las crisis si lo que anhelas es un descanso eterno, diciendo: “¿hasta cuándo tendremos que hacer estos trabajos de consciencia?”, pues la verdad es que ese descanso depende de tu capacidad de innovar, de comprender que cada crisis es una oportunidad, que en cada conflicto aprendes algo nuevo. Quien ve el trabajo como un castigo en lugar de un mecanismo de crecimiento, siempre anhelará un descanso que jamás llegará, pues siempre vendrá algo nuevo que gestionar. 


YO: Entonces, a esa gente que suele preguntar “hasta cuándo”, es necesario decirle: Siempre. Y que debido a ello, debemos aprender a hacer que la crisis se convierta en una estabilidad…


SOY: Una opción diaria de crecimiento. Quitarse el temor a desconocer, no saber está bien, porque nos invita a aprender algo nuevo. Y si eso nuevo no viene, será necesario inventarlo, crearlo, vivirlo. Está bien sentirse un niño aunque tengas 90 años, está bien no saber y preguntar, sorprenderse, aprender algo nuevo cada día si es posible. La innovación enriquece al ser, lo nutre de miles de nuevas opciones. Estamos entrando en un tiempo Acuariano en que la clave es la Innovación, cosas, objetos, situaciones novedosas en cada esquina. Por esto, no puedes negar lo evidente: siempre habrá algo nuevo que aprender, y la única forma de adaptarse a lo nuevo es “viviendo en lo nuevo”…


YO: Es decir: “innovar”.


SOY: Así que plantéate esto: ¿cuáles son las cosas en tu vida que necesitan un cambio? ¿Qué cosas has querido hacer siempre y no has hecho? ¿Cuáles son las cosas que repites siempre o tienen el mismo resultado cada vez? Toma consciencia de ello, y reconoce que en ti existe el poder de innovar, de transformarte en algo nuevo, y que por mínimo que sea, lo que aprendas marcará en ti una gran diferencia.


YO: Como aprender a hacer huevos fritos, algo que parece muy fácil, pero que podría marcar la diferencia un día en tu vida, con mucha hambre…


SOY: Exacto. Por ello, humano, reconócete innovador eterno, pues no existe el descanso en la vida, la vida hay que vivirla, y en tanto la vivas como un niño, sorprendiéndote en cada paso, aprendiendo en cada juego, sabrás que ya vivías en el Paraíso, sólo te olvidaste de lo que éste significaba.


YO: Yo soy generador de todo lo nuevo…


SOY: Tú eres producto de dicha generación. Tú has sido innovación, y puedes volver a serlo.


YO: Para construir un nuevo mundo, debo ser alguien nuevo.


SOY: Innóvate.

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