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Qü: Yo Soy Raíz del Espacio

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SOY: ¿Quién es Dios?


YO: Uff, vaya pregunta para comenzar la mañana… Pues, podría decirte lo que yo sé de Dios.


SOY: Dime. 


YO: Es un constructo socio cultural que busca dar un sentido a las cosas que existen.


SOY: Bien. ¿Qué más?


YO: Bueno… Diría que es una imagen que sirve como guía para aquellos que se sienten perdidos en un mundo extraño.


SOY: Aha…


YO: Que hace las veces de Padre y otras de Madre, para las circunstancias de cada individuo o grupo que necesita sentirse protegido por algo mayor.


SOY: Sí…


YO: Es una idea que nos moviliza…


SOY: Aquí quiero llegar… Dime, ¿qué moviliza?


YO: Bueno, creo que la idea de un Dios da sentido a lo que no se ve, lo que no se entiende, y esto otorga la idea de destino, de propósito, de aquello que está ahí pero desconocemos, y por lo tanto da esperanza, conducida por la fe, y esto impulsa a buscar, a seguir avanzando.


SOY: Da sentido a la vida.


YO: Sí… Podría decirse.


SOY: Entonces, ¿está mal creer en Dios?


YO: Emmm… Supongo que no.


SOY: …Pero…


YO: …Pero hace mucho daño también.


SOY: ¿Por qué?


YO: Porque la fe es ciega, y eso obnubila la capacidad de cuestionamiento, anula la razón y la capacidad de autogobernar la vida, de discernir. Se relega todo el poder a algo externo, y la persona no puede encontrar su camino a no ser que se lo dicten de afuera. Nos hace presos del destino ajeno. Y la esperanza se corrompe, pues no siempre las cosas salen como se esperan, y por siglos la gente espera algo que nunca llega, nos vuelve irresponsables con nuestro aquí y ahora, a la expectativa de que alguien más solucione los problemas.


SOY: Así es…


YO: Y lo peor de todo, cuando Dios se vuelve tradición, se convierte en cultura, y la cultura relega a los individuos a pertenecer a un grupo, y así nace una religión. Y las religiones no son más que ideas políticas de un tiempo que se volvieron una constitución, que, por no tener los recursos de la razón, se convirtieron en libros sagrados, a los que seguir sin cuestionar, como “palabra de Dios”, y bajo este pretexto, en contextos de analfabetismo, la religión y la política utilizaron al mundo en nombre de Dios, controlándolo todo, manipulando, matando, masacrando. Muchos asesinos, matones, tiranos, mafiosos, terroristas, cruzados, genocidas, son personas religiosas, que tienen fe en Dios, y le rezan para que les sostenga en cometer sus atrocidades.


SOY: Entonces, ¿creer en Dios es malo?


YO: No… Es que, el problema no es Dios.


SOY: ¿Entonces?


YO: El problema son las personas… Los dioses no tienen nada que ver con esto.


SOY: Exactamente. “Dios obra a través de nuestros actos”, dicen, ¿sabes por qué?


YO: No… ¿por qué?


SOY: Porque nuestros actos son Dios. ¿Qué mueve al Universo?


YO: La energía… La polarización.


SOY: La energía es el intercambio de electrones entre diferentes átomos, que produce una corriente eléctrica. En pequeños o mayores pulsos eléctricos, cada átomo es capaz de crear moléculas, y éstos a los elementos químicos, y así a los constructos inorgánicos, y luego se combinarán de manera orgánica hasta crear vida, la cual eventualmente generará una red eléctrica interna capaz de originar el pensamiento, el cual no es más que un intercambio de corrientes eléctricas a nivel atómico. Todo movimiento eléctrico se llama Acción, o fuerza de trabajo activa, y ésta genera la energía constante. Si toda la existencia se va de esta energía constante que permite la percepción del Tiempo y el Espacio, es la actividad energética lo único capaz de dar sentido a la existencia, además de “conducir el sentido” hacia el cual se dirige: de negativo a positivo. Por esto, en cada acción, existe una reacción correspondiente.


YO: Dios es Acción… 


SOY: Y por ello se manifiesta en cada acto. La mente humana, diseñada para conseguir un propósito, ordena esta acción de negativo a positivo, lo que construye una idea del mundo en que debemos salir de lo negativo para ir a lo positivo, y esto puede entenderse como salir de la Tierra y lo denso para ir hacia el Cielo y lo sutil. Esta idea hace que la acción nos impulse hacia la realización de acciones positivas, hacia adelante, y por ello consideramos a Dios como esa fuerza impulsora, con la esperanza de llegar al polo positivo. Cada acción que realizamos proviene de los impulsos de Dios, y por ello, Dios se manifiesta a través de nuestros actos.


YO: Wow… Vaya, comprendo ahora esto. Unifica la idea de la existencia de un Dios que nos guía, pero a la vez no hay guía si no tomamos responsabilidad de nuestros actos. Es como en una corriente eléctrica que no producirá luz en la lámpara si no acciono el interruptor que permite a los electrones desplazarse.


SOY: No hay luz sin acción, no hay rayo sin descarga a tierra, no hay luz solar sin presión gravitatoria. No hay Dios sin acción. ¿De dónde viene la palabra Dios?


YO: Del indoeuropeo “dyew”, que significa brillar, luz.


SOY: Nombre con el que se reconocía a la luz del Sol. Si nos remontamos a hace 50 mil años, cuando el humano se empezó a extender por las estepas europeas y asiáticas, la idea que los humanos tenían del Sol cambió por completo. Recuerda qué pasó hace 70 mil años.


YO: El volcán Toba erupcionó en Sumatra. 


SOY: Una de las mayores explosiones de la historia reciente. Sus cenizas cubrieron por meses y meses gran parte del planeta, sobre todo las regiones habitadas por humanos. Muchos se vieron forzados a migrar. El cielo se cubrió, y comenzó un periodo de invierno volcánico, en que la temperatura descendió debido a que la luz solar no podía ingresar correctamente. Los humanos se alejaron de las zonas cubiertas, y esta catástrofe generó un cambio psicológico que definió la historia que vendría a continuación: los humanos comenzaron a migrar en busca del brillo del Sol.


YO: Buscando a Dyew…


SOY: Buscando el calor, la claridad. Las plantas morían, los animales se extinguían o migraban, el frío lo devoraba todo así como las cenizas en el sur. Más allá de que varios lograron adaptarse y permanecer, la mayoría se vio obligada a desplazarse buscando el Sol. El trauma del Volcán Toba quedó registrado en la memoria de los 100,000 humanos supervivientes, que heredaron este temor a las tinieblas del infierno, buscando la luz divina que daba calor y alimento.


YO: La erupción del volcán más grande de la historia, definió nuestra fe y esperanza religiosa. Wow.


SOY: Así salimos de la tradición Animista, que seguía a los animales y sus cualidades, para iniciar una etapa Dévica, es decir, basada en la búsqueda de las luces, dicho de otro modo, de las Devas.


YO: ¿Devas significa Luces? 


SOY: Así es. Todas las Devas juntas, conforman lo que conoces como el Plano “Divino”.


YO: Una Deva, pues, es una parte de la Divinidad.


SOY: Es su misma etimología: dyew… dyeva… deva… devi… devinus… divino. Es el mismo origen etimológico que engloba a la palabra devoto (aquel que sigue una luz), divinidad (cualidad de la luz), adivinar (encontrar claridad), deidad (una deva concreta), y la misma se transpoló al griego como “theos”, que representa la luz sobre algo, como en “teoría”, o el estudio de la luz, como la teología. Theos, dio el nombre Zeus, padre de la Luz y el Rayo. Zeus tuvo su homónimo latino proveniente del mismo origen indoeuropeo “dyew”, llamado “Dyw”, sonido que acabó alargándose como “Djú” y que terminó sonando “J” (una i larga). El Padre de la Luz: Djú-Pater, es decir: Júpiter. A su vez, la palabra “deva” se convirtió en “divos”, originando divino, divina, divo y diva. Y para los pueblos de la India, la cosmovisión Dévica, un panteón de dioses y diosas.


YO: Y del latín, pasó a las lenguas romances como “Dios, Dieu, Déu, Deus, Dio…”.  


SOY: Todos concuerdan en un principio fundamental: Dios es Luz, es claridad, es verdad, es quien todo lo ve, y ese es el Sol, quien está sobre todas las tierras, quien reina por sobre todos los dioses, quien habita y llega a todas partes. Dios es la luz, y esa gran luz proviene del Cielo. Dios está en el Cielo, y vive en un reino celestial junto a otras divinidades (luces) que son los planetas, la luna y las estrellas. A veces algunos dioses nacen en la tierra, se pueden ver descender por los cometas y asteroides que caen de los cielos, anunciando un nacimiento. Los antiguos sabían que había un gran Dios, el Sol, y un gran panteón dévico, de todas las luces que le rodean en el cielo y ocupan su lugar durante la noche para guiar a las almas perdidas. Durante miles de años, la idea de seguir a las luces construyó historias, y los antiguos narraban las hazañas de las estrellas, de los astros, a los que ponían nombres y le daban un cuerpo, una relación entre ellos. Esto llevó a que se generaran deidades más allá de la luz, para describir la luz que había dentro de cada cosa. 


YO: …Politeísmo. Muchos Dioses.


SOY: Manifestados en los aspectos más humanos, o en la naturaleza, en las plantas, minerales y animales, en algunos humanos, en los elementos, y en las constelaciones y planetas. Así aparecen los dioses y diosas. Y, es importante reconocer la visión clara de Akenatón, quien explicó la gran diferencia entre Atón y Amón, es decir, la luz visible y la luz invisible. Akenatón fue faraón del Alto y Bajo Egipto hace unos 3370 años, cuando su capital estaba en Luxor. La cultura egipcia tomaba como Dios supremo a Ra, la luz misma, pero el mismo poseía dos aspectos: Atón (la luz visible) y Amón (la luz invisible). Se consideraba a Amón el aspecto espiritual y real del Universo, y por ello, todos los cultos eran dedicados a este atributo de Ra. El rey nació nombrado como Nefr-Jeperu-Ra Amen-Hotep, es decir: “bellas son todas las manifestaciones de Ra, Amón está satisfecho”, pero a los años de su reinado, cambió su perspectiva de la realidad y su fe,  renombrándose como Akhen-Aton, es decir: “Servicial a Atón”. Su idea era sencilla: ¿por qué honrar a un Dios invisible y conceptual, si su manifestación es visible? Su planteamiento hoy podría interpretarse de la siguiente manera: ¿por qué honrar a los fotones que no puedo ver, si puedo honrar al rayo de luz que conforman y que puedo ver?


YO: Tiene lógica…


SOY: La lógica de Akenatón implicaba honrar a lo que se ve, la naturaleza, y en ella encontraríamos la divinidad manifestada. Pero no sólo eso: la imagen que Akenatón impuso en la historia es un símbolo reconocido en la antigüedad: un enorme disco solar del cual emergen rayos de luz con manos en los extremos, bendiciendo la vida. Esta imagen resumía lo siguiente: todos los dioses y diosas en que creéis no son más que los rayos de luz de un solo dios, el único posible del cual todo surge: el Sol. 


YO: La idea del Monoteísmo.


SOY: Pero una idea que no se opone a la existencia de otros dioses, sino que los reconoce a todos como parte de una unidad. Es decir, podemos entender este planteamiento con la siguiente pregunta y afirmación: todos los colores provienen de la luz blanca… Entonces ¿creer en la luz blanca elimina la posibilidad de que existan otros colores?


YO: No… O sea, la luz blanca sólo existe como unidad del resto de los colores en una longitud de onda… Ningún color existe por sí mismo, y aún así, si no existieran todos a la vez no habría luz blanca.


SOY: Entonces, el monoteísmo abraza la idea del politeísmo, es natural. Y el politeísmo conforma al monoteísmo por esencia. Saber que sólo existe un Dios, una sola Luz Blanca, no elimina la existencia de todos los colores del universo.


YO: Y cada color, será un dios.


SOY: Los dioses y diosas son esos atributos de la luz que dan sentido a la existencia, que permiten que veas, te enamores, degustes, disfrutes, goces de lo que te rodea. Dan profundidad, sentido, vida y entendimiento. Cada cultura tiene una forma especial de ver la luz, de comprender el brillo que habita cada objeto.


YO: Cada divinidad es un aspecto de la luz… De igual manera que los mismos electrones, protones y neutrones conforman diferentes organizaciones y cargas que dan lugar a una enorme variedad de moléculas, y éstas a cientos de elementos, y los mismos a millones de realidades inorgánicas y orgánicas, también la misma base de la divinidad puede generar millones de opciones de divinidades… Y aún así, ser el mismo Dios.


SOY: Dios es Luz, Dios es el fotón, es la partícula que se mueve, que genera movimiento, y que habita cada existencia, cada objeto vivo o inerte. Sus distintas frecuencias, sus distintas longitudes de onda, dan lugar a las infinitas posibilidades, distintos dioses y diosas, manifestados en cada realidad.


YO: Así… Dios existe, Dios es el Fotón.


SOY: Y el arcoiris son todos los dioses y diosas de la existencia. Altjira, Baiame, Bamapana, Banaitja, Baralku, Barnumbir, Bobbi-bobbi, Bunjil, Bunyip, Daramulum, Dilga, Djanggawul, Eingana, Galeru, Gnowee, Kidili, Kunapipi, Julunggul, Mangar-kunjer, Numakulla, Pundjel, Serpiente Arcoiris, Ulanji, Walo, Wawalag, Wondjina, Wuriunpranili, Yowie, Yurlungur suenan en Australia. YHVH, Elohim, Adonai, Eloheynu, Hashem suenan en el judaísmo. Padre, Hijo y Espíritu Santo, Jesucristo y Dios, suenan en el cristianismo. Jehová, cantan sus testigos. Allah, reza el islam. Asa, pronuncian en Kenia, y Jok los alur del congo. Jubal, Manat, Uzza y Allat adoran los viejos árabes. Tezcatlipoca, Xipetótec, Quetzalcóatl, Mictlantecuhtli, Huitzilopochtli, Tláloc, Coalicue, Ometéotl, honran los aztecas. Gulo dice el baganda e Imana el banyarwanda. Aizen, Daiitoku, Fudo, Gozanze, Gundari pronuncia el budista japonés. Angus Og, Anu, Arianrhod, Badb, Balar, Belenus, Belisama, Bran, Brigid, Cailleach Béirre, Camulos, Cerridwen, Cernunnos, Dagda, Dana, Endovéllico, Epona, Esus, Grian, Gwyndion, Lugh, Lyr, Macha, Manannan mcLir, Morrigan, Nantosuela, Nemain, Nuadha, Ogmios, Roble, Acebo, Rhiannon, Sucellos, Taranis, Teutates resuenan entre los celtas. Lü Dongbin, Lan Caihe, Zhang Guo Lao, He Xiangu, Li Tienguai, Han Xiangzi, Zhongli Quan y Cao Guojiu son los ocho inmortales de alquimia taoísta en la mitología china. Nanabozho, Sint Holo, Wemicus dicen los chippewa. Cheonjiwang, Daebyeolwang, Sobyeolwang, el chamán Dangun entre tantos muchos se extienden por Corea. Bendis y Zalmoxis por el Danubio. Agé, Ebo, Gu, Mawu, Lisa, Gbadu, Da, Loko, Zinzu y otros de los dahomey. Anubis, Atón, Atum, Bastet, Bes, Geb, Hapy, Hathor, Heget, Horus, Imhotep, Isis, Jepri, Khnum, Jonsu, Maahes,  Maat, Menhit, Min, Montu, Naunet, Neith, Neftis, Nun, Nut, Osiris, Thot, Sekhmet, Ptah, Ra brillan para los egipcios. Suenan en los fiordos escandinavos los nombres de Aegir, Balder, Bragi, Frey, Freyja, Frigg, Hell, Heimdall, Hoder, Idun, Loki, Njord, Nornas, Odín, Sif, Skadi, Thor, Tyr, Valí. Para los etruscos canta Alpan, Minerva, Nethuns, Tinia, Turán, Uni y Voltumna. Ukko, Luonnotar, Mielikki, Tuoni, Tounetar, Turisas resuenan en Finlandia, mientras en Frigia suena Cibeles. Conoces ya a los griegos Afrodita, Apolo, Ares, Artemisa, Cronos, Deméter, Dioniso, Deimos, Érebo, Eris, Eros, Enio, Fobos, Gea, Hades, Hebe, Hécate, Helios, Hefesto, Hera, Hermes, Huma, Iris, Morfeo, Niké, Nix, Leto, Ponto, Rea, Selene, Tetis, Urano y el gran Zeus. Achamán, Guayota, Magec y Chaxiraxi honrados por los guanches. Abaangui y Jurupari por los guaraníes. Los vedas cantaban a sus devas: Adati, Aditiás, Agni, Apsarás, Aruna, Asuras, Aswini-kumaras, Bakasura, Balaram, Brahma, Chandra, Dhármarash, Dhanu-Antari, Durgá, Diaus Pitar, Gandharvas, Ganesh, Ganga, Jaiagriva, Iámarash, Indra, Kali, Kalki, Kartikeia, Krishna, Kurma, Laksmi, Matsia, Mitra, Narasinja, Parashuma, Paryania, Prayápati, Prithivi, Rama, Rudra, Sarasuati, Shiva, Soma, Suria, Usha, Vamana, Varaja, Varuna, Vasus, Vayu, Vishnu, Visva-deva, Yáganat y Buda compartida su luz hacia el budismo. Los hopi se unen a Aholi, Angwusnasomtaka, Kokopelli, Koyangwuti, Muyingwa, Taiowa y Toho y su Kachina. Brilla Inti en los Andes de los quechua, junto a Mama Cocha y Mama Quilla, Pachacámac, Zaramama, Pacha Mama y Viracocha. En el frío de los inuit, brilla Igaluk, Nanook, Nerrivik, Sedna y Torngasoak. Amaterasu, Susanoo, Tsukuyomi, Inari, Izanagi e Izanami son luces de Japón. Los lakota tienen a su Canopus, Haokah, Whope y Wi. Ngai, Olapa, Kiliken, Le-eyo de los masai. Y en la penínusla de Yucatán, los mayas cantan a K’inich Ahaw, Chaak, Yum Kaax, Kukulkaan, Xbalanque, Bahlam, Hun Hunajpuh, Hunah Kuh, Xibalba, Ah Kimi, Ix Chel, Itzamnaaj, Bolon tza cab, Bakab, Balam, Ixtab. Y en Mesopotamia resuenan las voces de Anar, Anshar, Anu, Antu, Apsu, Ashur, Damkina, Ea, Emes, Enbilulu, Enmesarraa, Endursaga, Enlil, Enurta, Ereshkigal, Erra, Hadad, Inanna, Ishtar, Isimud, Iskur, Kingu, Kishar, Marduk, Mummu, Nabu, Nannar, Nergal, Nidaba, Ninazu, Ningal, Ninhursag, Ninlil, Ninsubur, Nintu, Ninurta, Nunbarsegunu, Shamash, Sín, Tiamat, Utu, Zarpanitu. 


YO: Wow… Son muchos… ¿es necesario nombrarlos a todos? Es imposible!


SOY: Cada vez que los nombras, en sus sonidos resuena la luz y la fe de cada humano… Siéntelos en tu mente, pues al encenderles, conectas la Divinidad de la Humanidad dentro de ti. 


YO: Entiendo…


SOY: Ahsonnutli, Bikeh Hozho, Estanatelni, Glispa, Hasteoltoi, Hastshehogan, Tonenili, Tsohanoai, Yolkai Estasan para los navajo. Suenan en el Pacífico los nombres Make-make, Rongo, Tane, Tangaroa, Hau-Maka, Hiva, Hotu Matua, Uoke, Hiro, Haua-tuu-take-take, Tive, Raraia hoa, Arebati, Khonvoum, Tore, Atea, Ina, Kane Milohai, Maui, Papa, Pele, Rangi. Los romanos nos recuerdan siempre a Apolo, Baco, Belona, Bona Dea, Ceres, Cupido, Diana, Fobétor, Jano, Juno, Júpiter, Marte, Mercurio, Minerva, Neptuno, Pluto, Plutón, Proserpina, Saturno, Urano, Venus, Vesta y Vulcano. Por el mediterráneo, los nombres Janas, Maymon, Panas y Thanit se pronuncian. Euskadi nombra a Maddi, Suggar, Gaueko, Atarrabi, Mikelats, Ekhi, Ilazki, Etsai, Akerbeltz, Inguma, Erio, Ortzi, Hodei, Eate, Aidegaxto, Aideko, Egoi, Ernio. Los yoruba aclaman a los Orishás nacidos de Odumare, Aja, Babalí Ayé, Egungunoya, Eshu, Elegua, Oba, Obatalá, Odudua, Olofin, Olokun, Orunmila, Ochun, Ochosi, Oggun, Oshunmare, Yansan, Shakpana, Shango, Yemanyá, y Yemu. Los zulú cantan a Mamlambo, Mbaba, uKqilo, Umvelinqangi, Unkulunkulu… Por abarcar sólo algunos.


YO: ¿Sólo algunos? ¡Dios!


SOY: Exacto. Todos los dioses son los rayos del Sol, una sola Consciencia llamada “Consciencia Divina”.


YO: Entonces, la consciencia divina es aquella que va más allá de las formas, es aquella que engloba la esencia de las cosas.


SOY: Es la información, la energía que mueve toda la existencia. Cada ser existente tiene su aspecto divino, la luz que habilita el movimiento de su ser. Y el movimiento no tiene una sola dirección, sino que se expande por el universo en todas direcciones, y sin embargo, surgen y retornan a una misma fuente.


YO: Dios es la esencia lumínica que manifiesta el Espacio por el que nos movemos…


SOY: Es el mismo movimiento, y tú eres la raíz que ancla su divinidad en este espacio. Tomar Consciencia Divina es reconocer que no existe un solo Dios, sino que todos los dioses y diosas son Uno.


YO: Todos somos Dios…


SOY: Todos provenimos de Dios, todos somos Dios, y todos volvemos a Dios. Más allá de las religiones, de las creencias y los conflictos humanos con su mundo interno y externo, la divinidad existe en todas las cosas, y desde una visión Inconsciente, no haces más que buscarla en proyecciones externas por no poder verlo en ti. Pero cuando reconozcas que Dios es movimiento, sabrás que es tu origen, destino, misión y propósito. Pues es el movimiento, la acción, la potencia e intención que sostiene la esencia de lo que eres. Cuando te vuelvas consciente de tu divinidad, sabrás que en tus actos yace el poder de transformar el mundo, y ser uno con el Universo. Y sin miedo, más allá de la creencia, podrás reconocer quién eres…


YO: Yo Soy Dios.

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