top of page

54°

sep26

Impulso

Corazón

🫀

🏔️

📔

Física

Yo Analizo

SSi: Yo Soy Entramado de Latidos

BLOG

octahedron crystal sogutwiefertig_edited.png

SOY: ¿Qué quieres ser cuando seas grande?


YO: Supongo que ya soy grande, ¿no?


SOY: ¿Has perdido la capacidad de impulsarte hacia delante? ¿Cuándo dejaste de soñar?


YO: Ah, si te refieres a lo que espero ser más adelante, sí, creo que podría tener una idea.


SOY: No me has entendido. La pregunta es “¿Qué quieres ser cuando seas grande?”. Y no te la hago a ti, sino a tu niño interior. ¿Recuerdas qué querías ser de mayor?


YO: Sí… Quería ser Veterinario y Profesor de Escuela.


SOY: Cuéntame por qué.


YO: Pues, crecí en una casa con un enorme patio, donde tenía muchos animales. Mi primera mascota fue una tortuga, y es un animal que aún hoy me fascina. De niño pasaba horas observándola. Vivía en una época en que era muy común regalar animales, no como ahora, y para mis cumpleaños, todos me traían diferentes animales. llegué a tener 50 en el jardín: palomas, conejos, hámsters, cobayas, un faisán, gallinas, tortugas, perros, canarios, sapos, peces, patos… Y ello me llevó a pensar que debía dedicar mi vida a ello. Porque en cierta forma pensé que los humanos no valían la pena porque se autoprovocaban daño, y los animales eran verdaderas víctimas. Así que me puse a investigar sobre cómo funcionaban sus cuerpos. Mi madre me regaló un botiquín de veterinaria con todos los equipamientos para atender a mis animales. A veces cuando encontraba algún pájaro muerto, u otro animal, preparaba todo para hacer una autopsia y entender cómo eran por dentro, dónde estaban los órganos, cómo funcionaban, para saber cómo ayudarlos si se encontraban mal.


SOY: ¿Y tenías alguien que te ayudara con ello?


YO: De hecho sí. Todas las semanas iba a la Veterinaria que estaba cerca de mi casa donde atendía el Dr. Pablo Miquet, a quien admiraba muchísimo. Él, con apariencia de un científico artista, me hizo amar la veterinaria. Entre mis 8 y mis 11 años, me dejaba presenciar las cirugías y ayudarle en operaciones menores pasándole utensilios o limpiando la zona a operar. Luego, en mi escuela, lo tuve de profesor, y su manera de enseñar me hizo enamorarme de la educación. Era original, querido por todos, y de manera pedagógica nos hacía partícipes de la clase y la indagación de la misma manera que a mí en la operación. A su vez, en el mismo colegio, lo teníamos como profesor en un taller de cerámica, donde aprendí a hacer manualidades con barro.


SOY: Podríamos decir que esta persona ha marcado tu vida.


YO: Sí… Nunca lo había pensado de esta manera. Ahora que lo dices, su presencia definió todo lo que hago. Tratar de entender los detalles de la vida, de la biología y el respeto al mundo animal; tratar de entender el origen de las palabras, hablar con propiedad, ser lo más pedagógico posible, salirme del lugar del maestro para ser un compañero de aprendizaje, utilizando el arte como una forma de expresión. Tal vez él haya sido uno de los “ídolos” de mi infancia.


SOY: Ídolo proviene de la palabra griega “eídolon”, que significa “ver, mirar, saber”. Es decir, aquel o aquella que uno mira para aprender, para saber, conocer, asimilar. Es lo que esperamos ser. El ídolo marca el impulso de la vida, y define la voluntad de ponerse al servicio. El potencial que cada uno tiene en su interior permanece latente, enroscado en los códigos del ADN hasta que un pulso eléctrico lo despierta. Ese pulso se da por el efecto que tiene sobre nosotros una circunstancia externa. Lo que vemos, realizamos y sentimos en nuestra vida, despierta lo que llevamos dentro. Al ver algo que resuena con nosotros en lo externo, el campo magnético reconoce la resonancia, el eco de la vibración, y despierta la energía de nuestro cuerpo, llevando estos datos al sistema nervioso. Con la finalidad de que esta información llegue a todas las células buscando despertar esta voluntad interior, el sistema nervioso genera descargas eléctricas en el músculo del corazón, haciéndolo latir, bombeando sangre a mayor velocidad, dilatando las venas, llevando mayor cantidad de oxígeno a todos los extremos, creando una reacción estimulante que otorga mayor claridad, más amplitud, y que enciende los motores internos que pulsan para producir la reacción química que despierte la intención de actuar semejante a lo que estamos percibiendo.


YO: Wow, ¿todo eso pasa cuando nos emocionamos por algo?


SOY: Le llamáis “Impulso”. Lo dicho, el potencial ya está en ti, los agentes externos sólo producen la reacción en cadena que activa lo que ya está en ti. Pulsar viene del indoeuropeo y latín “Pel” y “Pellere” respectivamente, que significa empujar, impeler, recibir una presión externa para que algo se mueva. La partícula “Im-” viene de “In” que significa “adentro”. Es decir que Impulso viene de la idea de un empuje externo que se dirige hacia lo interno, o una fuerza interna que te empuja hacia lo externo. Así, en tanto el pulso es algo mecánico y sistémico, como el mismo corazón que late y pulsa sin cesar, el impulso proviene de una fuerza que te mueve en una dirección concreta hacia la acción.


YO: Es decir que los ídolos de nuestra vida, a los que contemplamos con admiración, son la llave que mediante el impulso externo despiertan el potencial y voluntad interna que llamamos el impulso interior que nos lleva a actuar en resonancia, ponernos al servicio. La voluntad de hacer, de estar al servicio, de hacer algo como el otro y por el otro.


SOY: Ahora dime, qué es lo que más mirabas de niño y admirabas. Ya sea libros, personas o dibujos animados.


YO: Pues recuerdo que hubo una época en que fui fanático de los “Power Rangers” y tenía todo de ellos. Me encantaban los dinosaurios, tenía muchos libros de arqueología, y muchos dinosaurios de juguetes, pero más me fascinaba el hecho de usar los poderes de esos animales para hacer el bien en el mundo. Además, tuve un breve tiempo en que me gustó mucho los Caballeros del Zoodíaco, una serie animé japonesa creo, aunque no era muy amante de ese tipo de dibujos. Lo que sí recuerdo haber visto con mucho amor son dos dibujos llamados “Capitán Planeta” y “El Autobus Mágico”.


SOY: ¿Y por qué crees que esto te despertaba tanto amor y ganas de hacer cosas?


YO: Bueno… Los Caballeros del Zodíaco no me despertaban nada, sólo me gustaba ver que estaban en el espacio y las estrellas. Pero los otros dos, me hacían sentir parte de algo que podía cambiar el mundo. Capitán Planeta era un señor con poderes que venía a salvar al mundo, y enseñaba ecología, naturaleza, y los niños que le acompañaban representaban a los 4 elementos: tierra, fuego, agua y aire… Y ahora que lo pienso… Es lo que hago aún hoy… Espera… ¿Quieres decir que lo que estoy haciendo hoy ha sido condicionado por un dibujo de TV de mi infancia?


SOY: No. Sólo digo que ha sido impulsado. No estás haciendo lo que haces por un dibujo de la infancia, pues el potencial de lo que haces, la información, estaba en ti. Sin embargo, tus ídolos de la infancia despertaron esta información en ti, que hasta hoy habías olvidado. Es gracias al amor por salvar el planeta desde que eras niño y veías este dibujo en la televisión que recordaste todo, que pudiste descubrir el potencial de los elementos, su filosofía, y cómo usarles hoy.


YO: Entonces, el Autobus Mágico me hace comprender lo que estoy haciendo ahora. La maestra tenía un autobús en el que llevaba a los niños de excursión a aprender biología, ciencia, historia, de todas las cosas mediante aventuras en que el autobús se hacía pequeño o grande para entrar a un cuerpo o ir al espacio. Allí se aprendían muchas cosas, de manera divertida, en un viaje con la imaginación. ¡Y me estoy dando cuenta ahora que me siento la maestra del autobús mágico!


SOY: Otro de los impulsos de tu vida. Pablo Miquet, Capitán Planeta, Autobús Mágico, Power Rangers, los Animales, la Educación, la Naturaleza… Todo ello ha estado rodeándote en tu infancia, entregándote el impulso para hacer lo que haces hoy. “¿Qué quieres ser cuando seas grande?”.


YO: …Quiero ser, lo que soy Hoy. Acabo de darme cuenta de que estoy haciendo lo que quería ser cuando era niño…


SOY: Veo que tus ojos acaban de mojarse con ciertas lágrimas de alegría mientras escribes. En el afán de avanzar hacia delante y querer convertirte en cosas en la sabes aún como convertirte, nunca te habías permitido mirar hacia atrás y recordar tu pregunta. “¿Qué quiero ser cuando sea grande?”. Tú te has dado cuenta ahora que tu niño interior se permite reír y jugar aún teniendo 33 años, porque has dedicado tu vida a hacer sus sueños realidad. Te has convertido en tus ídolos de la infancia. Pero no todos han tenido la misma suerte. Muchos se han olvidado de esta pregunta. Se han olvidado de recordar que para ser felices en la vida hay que ser como el niño que sueña, que se enamora de la existencia. Mirad hacia atrás y haceros las preguntas: “¿Qué queríais ser cuando erais niños? ¿En qué queríais convertiros? Cuando veían el mundo a su alrededor, ¿Qué les motivaba a decir: ¡quiero ayudar!?”. Lo que seremos en nuestras vidas está determinado por lo que admiramos, aún si no logramos hacerlo. Pues la frustración de tener una vida que no cumple las expectativas que buscamos, no es más que la reacción de esos niños dolidos y callados en el interior.


YO: Debo preguntarme lo que me motivaba de niño, y plantearme volver a hacerlo. No importa la edad. Permitirme hacer algo que de niño habría querido hacer siendo mayor revitaliza lo que soy y me dará la fuerza para convertirme en lo que hoy espero ser en el futuro…


SOY: La única razón por la cual muchas personas no logran que sus vidas se transformen en lo que esperan de ellas, es porque desean imitar a sus ídolos, no convertirse en ellos. Pero la verdadera razón, es porque han perdido la capacidad de imaginar de los niños. El potencial está en ti, pero no despertará mediante el sacrificio del adulto sino del juego de la niñez. Entonces, Matías, ¿qué quieres ser cuando seas grande?


YO: Quiero ser uno de los que transforme la sociedad, quiero ser alguien que despierte una nueva política, un nuevo sistema. Quiero transformar mi país, para que sea un ejemplo del mundo.


SOY: Sueña, pues, sin sacrificio. Sueña porque tu niño interior es el creador. Has descubierto que eres hoy lo que tú como niño esperabas ser de mayor. Ahora tu yo mayor puede soñar lo que será de anciano. El impulso está allí, sólo debes dejarlo salir. Atreverte a ser ese niño otra vez.


YO: Desde mi corazón, cuando pienso en esto, comienza el latido, como si me sintiese enamorado…


SOY: Porque los niños se enamoran de la vida, de las grandes cosas, de la imaginación, de la sorpresa y la magia. Nada es imposible, todo es posible. No hay límites en las capacidades de la mente infantil. Pero el adulto, en sus limitaciones sacrificadas, no sólo coarta la imaginación y el amor, sino que acalla las mentes y entusiasmo de los niños destruyendo sus sueños con el “no se puede”, o “ya serás adulto y entenderás que la vida no es tan simple”. Entonces, los sueños empiezan a limitarse, y dejas de esperar ser astronauta para tener el sueño de lograr irte de vacaciones 15 días este verano o tener tu cochecito pagado en cuotas. El adulto se conforma, y comienza a eliminar las voluntades del niño, único capaz de liberarte y convertirte en todo lo que eres capaz de ser. ¿Nunca has pensado: si los adultos son serios y responsables, por qué el mundo está tan mal y aún así tienen el descaro de llamar a los niños irresponsables?


YO: Sí, es algo ilógico.


SOY: El Corazón es el centro de la expansión, órgano que distribuye al resto del cuerpo todo lo que recibes con la finalidad de que todos puedan expresarse y cumplir su función. El corazón, pues, es el órgano el Servicio, de la entrega, de la incondicionalidad, y es por ello que desde el corazón es desde donde uno despierta al Niño que sin limitaciones espera ser alguien que marque la diferencia, creando maravillas, viviendo la magia, compartiendo su imaginación, soñando con ser igual de poderoso que los ídolos que admira. Así que vuelve un momento a tu infancia, entre los 7 y los 14 años, cuando empezaste a mirar el mundo, y a desear ser alguien en éste.


YO: Y no tienen por qué ser grandes cosas, ¿no?


SOY: Oh, no, todo vale. No todos vinieron con el sueño de salvar el mundo, y sin embargo, haciendo lo que han soñado hacer, sea o lo que sea, es como lo salvarán. Os hago a todos la pregunta: “¿Qué querías ser de mayor?”, escribe todo esto, escribe quiénes eran tus ídolos, a quién admirabas, tal vez era un familiar, o tal vez un artista, tal vez al panadero, tal vez al presidente. Recuerda qué querías ser de mayor y obsérvate si lo eres. Pregúntate si tu niño interior aún sigue queriendo ser lo que quería, y cómo te hace sentir eso. La única forma de ser quien buscas ser en tu vida es si le haces caso a ese niño o niña que has acallado por años en tu interior.


YO: Despertando el sueño de mi niño/niña interior dejo de tener ídolos para convertirme en mi propio ídolo, contemplándome a mí mismo y mostrándole a ese niño en mí que he podido hacerlo, dándole las fuerzas para que juntos soñemos sobre nuestro futuro.


SOY: Y cuando lo hayas logrado, te volverás a preguntar: “Qué quieres ser cuando seas aún más mayor?”.


YO: Yo me impulso hacia el servicio, y mi mayor servicio es cumplir el sueño de mi niño/niña interior.


SOY: Todo lo demás que te pongas como misión de vida, se hará posible desde esta primera entrega de amor. Vuelve a soñar y lánzate a cumplir el sueño que impulsa tu corazón.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

PATRÓN ÁLMICO: B= Y en cada vida, los logros son cuantitativos en forma de materia. Los bienes materiales, la casa, los recursos, las riquezas, sean cuales sean, con aquello que contamos para vivir en nuestras simples vidas materiales, se encarnan en el concepto de la Casa, de lo físico que hemos conseguido en nuestro accionar.
ankh ready4.png

(6/12)

bottom of page