YO: De mi centro, una luz se proyectó hacia todos lados, expandiéndose en los rayos de mi corazón. Cada latido bombeaba sangre lumínica, rosa y celeste. A través de cada brazo encontraron su salida por las manos, dividiéndose en rayos más pequeños de colores, que surgieron por mis dedos como focos suaves. Mis manos estaban delante de mi rostro, como un libro abierto. Las palmas de las mismas tenían escritas mis historias, todo lo que fui, lo que soy y seré, lo que hice, hago y haré, trazado en las líneas que se entrecruzaban como un tejido o extraño lenguaje. De igual manera, la luz proyectada por mis dedos se mezclaba, creando patrones de una rejilla preciosa y en expansión, cada vez más amplia según se alejaban de mí. Me sentía un tejedor, que al mover sus dedos con suavidad tensaba las redes de luz. Podría parecer también un titiritero desde la visión de quien se siente preso de la luz, quien mueve las riendas de la historia y la realidad, y sin embargo para mí, su dulce sensación era la de una apasionante arpa que emitía la música más plena y silenciosa que pudiera haber escuchado. Sentía cada cuerda entrelazarse y tocar algo aún más bello, y aunque algunas se tensaban, no hacían más que mostrarme el contraste y complemento de la melodía. Sentí que yo era todo ello que se proyectaba, y sentí paz.

SOY: La esencia en la personalidad.

YO: Sí… Eso me di cuenta. Cuando me senté en la pirámide me pregunté: ¿cuál será el tema de hoy? Y esas dos palabra surgieron de repente al mirar profundo dentro del sarcófago. Y entonces al sentarme, cuando vi y sentí todo esto, la información empezó a abrirse, y fue claro. Para los Humanos, la Personalidad es lo que nos define en este mundo, es lo que hace mostrarnos ante los demás. Definimos a los individuos, justamente, por su personalidad, que es la cualidad de ser persona. Pero también solemos decir que la personalidad es sólo una máscara, algo no real, que inventamos para interactuar con el exterior. Algo que hace oposición a lo que realmente somos, la esencia. Entonces, cuando nos cansamos de sostener una personalidad, empezamos a buscar en el interior la esencia, lo que de verdad uno es, sin máscaras. Y allí es cuando descubrimos el camino espiritual hacia la esencia, hacia el ser, tratando de huir de la personalidad, de lo que consideramos el “ego”. Pero… No es tan así, ¿verdad?

SOY: Personalidad viene del término griego “personé” que significa “máscara”, como ya dijimos una vez. Se refiere a la máscara utilizada en los teatros griegos que permitían a las personas ser escuchadas desde lejos, así como permitir al público identificar a  gran distancia la emoción que el personaje estaba expresando. Así, las capacidades de la máscara eran las de mostrar las cualidades de un humano, los atributos con los que se expresaba al mundo. Puedes relacionar también “persona” con “para sonar” del latín, es decir, herramienta para hacerse oír. Así, la máscara que un individuo se pone delante es la que le permite comunicar algo interno en el mundo externo, ser escuchado, reconocido, que puedan verme de lejos y saber quién soy.

YO: Por esto solemos decir: “quitémonos las máscaras”, “éste es un personaje”, y otras frases similares con decir que todo en realidad es una pantomima, es una falsedad. “¿Quién está detrás de la máscara?” o “Se esconde detrás de una máscara”, solemos pensar cuando queremos referirnos a que lo que muestra no es lo que es, y aún así solemos criticar a los que se quitan la máscara diciendo “Has cambiado tu personalidad, ya no te reconozco”, “no eres el de antes”, y esas percepciones inevitables de las personas que estaban acostumbradas a la máscara. Entonces, al final, las personas, ¿qué es lo que realmente buscan?

SOY: Buscan la esencia, pero muchos confunden esencia con personalidad. Y la razón es simple. “Esencia” viene de la palabra “esentia”, significando en latín “cualidad de ser”, pues surge del verbo “esse”, que a su vez proviene de la contracción “es-” de la raíz griega “etymos”, que significa “verdadero”. Si personalidad es considerado una máscara, algo falso, pues el ser, lo esencial será lo verdadero.

YO: He oído muchas veces que se relacionan a la esencia con algo sutil, como si fuese una suerte de perfume del alma… Entonces, no es eso. Sino que es algo mucho más conceptual.

SOY: Es la capacidad o la cualidad de simplemente ser. Sin nada más que agregar. Una flor, es una flor, punto. La personalidad de la flor, serán sus colores, sus pétalos, sus formas, su patrones, sus pistilos, sus cualidades medicinales, su tamaño… Pero cuando miras todos los detalles, a veces te olvidas de que era una flor. Ahora piensa en un ejemplo extremo: un joven en el parque riendo a contagiosas carcajadas, siendo observado por un violador que le busca como su víctima. ¿Qué tienen en común?

YO: Mmm… La esencia?

SOY: ¿Cuál es la esencia?

YO: ¿El espíritu que todo lo conecta?

SOY: Es mucho más simple. Esencia es lo que Es. Un flor es una flor… puede ser de una margarita o una carnívora.

YO: Humano… Ambos son humanos.

SOY: Bien. Ambos son humanos. En su interior, pues, tienen las cualidades de todo humano, ninguna de ellas falta, están todas, pues simplemente son. Ahora bien, sus caminos, han decorado sus formas, la manera en que se expresan en el mundo, sus “falsedades”. Tal vez el joven que se ríe en el parque se ríe para tapar un dolor muy grande de algo que hizo o esconde de su familia, y el violador carga esa patología mental por justamente la misma razón, un trauma doloroso en su infancia. Ambos lo han gestionado diferentemente. Son diferentes personas. Uno ríe ocultando algo, el otro viola luchando contra algo. Pero ambos son humanos. Lo que significa que ambos pueden volver a la esencia y recuperarse, reconstruirse desde cero, sanar, volver al centro, recuperar la esencia interior de su Ser, donde yace todo el potencial del humano, el arte, la música, las letras, la psicología, la filosofía, la espiritualidad, la ciencia, la cultura, todo está allí. Puede volver a elegir. Cuando hablas de esencia pero juzgas a las personas por su Personalidad, entonces no has entendido lo que es la esencia. El Papa, la Reina de Inglaterra, el Presidente de Estados Unidos, el Multimillonario más rico del mundo, el niño más pobre del mundo, la activista más coherente de la Tierra, la defensora de los derechos humanos, la maestra de escuela, un padre, una madre en cualquier país del mundo, un bebé recién nacido… Todos son humanos. Es la esencia. Nada más. Así como la flor es una flor. Ante los ojos de la naturaleza, del cosmos, de Dios o la Diosa, como quieras llamarle, sólo son humanos y flores.

YO: Por eso el Universo no juzga… Porque el Universo sólo ve la esencia de las cosas, lo demás es pasajero y modificable desde el potencial de la esencia…

SOY: La máscara es el atributo elegido por cada ser para expresar su esencia al mundo. Algunos gritan, otros lloran, otros se enfadan; cada personalidad fue diseñada a partir de las experiencias de lo que se quiere contar, cada historia vivida es diferente. Imagina que tu máscara antes era un molde de yeso sin forma, y por cada cosa que vives, haces, sientes, te sucede en la vida, tomas una gubia, una navaja, y tallas un poquito una nueva forma. Durante los días, meses y años, tu máscara habrá tomado la forma de todo lo que te pasó, no lo de una sola cosa, o idea que hayas tenido en un solo día. Es como hacer un dibujo a lo largo de 80 años, cada día agregando un trazo nuevo con distintos colores. Tal vez no acabe por ser lo que esperabas. La personalidad que hoy vemos en la gente no se formó en un momento por decisión propia, sino que fue la esencia tallando la máscara durante toda una vida. Y si el ser vive una vida incoherente y desalineada fuera de la armonía y la resonancia, el resultado será errático, distorsionado y difícil de comprender.

YO: La esencia, pues, no es algo que está detrás de la máscara de la personalidad, ¡sino que la personalidad es una extensión de la esencia!

SOY: La esencia contiene todo lo que es, el potencial de todo, y desde allí expresa, expande los atributos necesarios para cada circunstancia. Así se moldea la personalidad. No son opuestas. La personalidad, el ego, son las herramientas que filtran y generan información para la esencia, como los tentáculos de un pulpo, como las ramas y hojas hacia el tronco de un árbol. Por ello el Universo no juzga, sino que busca la forma de que la esencia vuelva a su eje.

YO: Entonces, la tarea no es dejar la personalidad o ir más allá de ella para volver a la esencia, sino que lo realmente importante es lograr que la esencia encuentre su eje, mediante la coherencia. Para ello, hay que reeducar al ser.

SOY: Eso se llama Justicia Divina. Uno de los temas claves de Libra es esta Justicia, poner todo en equilibrio. La justicia espiritual humana premia la Esencia y castiga la Personalidad. La justicia social humana premia lo Bueno y castiga lo Malo. La Justicia Divina educa la Esencia, al Ser. Pues sólo así logra que un posible violador reconozca sus dolores y vuelva a su infancia para reconstruir su vida desde el niño herido en su interior hacia un nuevo ser humano. Sólo desde allí el joven que ríe a carcajadas podrá enfrentar su temor, llorar, liberarse del peso, y poder reír con libertad sin ocultar su dolor. La Justicia real equilibra, armoniza, busca la coherencia, la educación del potencial del ser. La Justicia real jamás separa el bien del mal, jamás ordena grupos opuestos, jamás quita a uno para dar a otro, jamás castiga y premia a otros, la verdadera justicia comprende que todos Son, comprende la Esencia, y corrige el error analizando la Personalidad como una extensión de la misma, educando al ser a encontrar sus propios desajustes hasta que es el mismo ser que se recompone.

YO: La personalidad es el indicador de las falencias de la esencia, o mejor dicho, es la parte visible de las incoherencias expresadas del Ser.

SOY: Son el termómetro ante una enfermedad. La personalidad es la decoración y la medicina, polen y néctar de una flor. Y aún así, marchita o viva, es una flor. Volver a la esencia significa recordar que más allá de las etiquetas, de las proyecciones, de los prejuicios, de lo que creemos ser o de lo que los otros creen que somos, se encuentra el punto de inicio que nos conecta a todos y desde donde podemos retomar nuestro poder para volver a empezar, y florecer como en cada primavera.

YO: Así pues, debo encontrar mi esencia a través de los atributos de mi personalidad, pues son los senderos que me guían hacia ella, hacia lo que realmente soy; pues la esencia construyó lo que el mundo ve de mí, y entrando en coherencia es como puedo transformarme desde la esencia.

SOY: Quítate la máscara, pero no para tirarla, sino para observar lo que tus propias manos han creado. Sonríele. Mírate al espejo, y diseña una nueva máscara desde tu esencia.

YO: ¿Esa es mi tarea para hoy?

SOY: Así es… Dibuja tu esencia, y diseña la máscara con la que quieres mostrarte al mundo. Sólo así serás libre de la Personalidad, pues ahora sabes que eres tú quien le ha creado, ahora sabes que tú eres la flor que emana ese perfume, produce este néctar e irradia ese color.

YO: Yo soy la esencia que expande mi personalidad. Yo soy la justicia que educa la esencia para construir un mundo de personas coherentes. Yo soy una flor en un jardín floral infinito.