YO: Hoy en la pirámide volví a sentir algo especial… Creo que llegó el mes en que empieza a hacerme efecto el hecho de ir todos los días. Hoy sentí que me expandía y vivía una especie de mini ceremonia de Ayahuasca. La realidad se empezó a fraccionar, y me expandí fuera del cuerpo rotando en todas direcciones hasta sentir que todo se contraía y descomprimía según mi posición. Todas esas formas que parecían caóticas eran en realidad muy armónicas, y podría decir que convivían sólo en mi imaginación pues no existe nada que pueda compararlo al mundo real. Y entones todo empezó a ordenarse de tal forma que de repente todo se contrajo desapareciendo. Como si por fuera todo fuese luz y las diferentes formas sólo fueran visibles por el juego de luces y sombras, pero en el momento en que cada pieza encontró su lugar, todo se volvió tan oscuro que parecía el vacío, no había nada. El concepto de centro era inentendible, y entonces, todo colapsó. Big Bang. El mayor orden de todos en el vacío generó tanta tensión entre las partes que se sostenían perfectas entre sí, que todo ese poder fue liberado hacia el centro haciendo implosión y luego explosión hacia afuera.

SOY: La Creación y la Destrucción. Ambos vividos en un instante. El mundo de las ideas, de los planos conceptuales, el universo abstracto encuentra el poder de la manifestación sólo en el instante de la destrucción de su estabilidad. Pues es la combinación de lo abstracto que crea el arte. Los colores y las líneas por separado no forman nada, no tienen sentido. Sin embargo, el caos generado es el que le permite al Ser Universal crear.

YO: ¿Qué es la Creación? Los humanos interpretamos a la creación como la capacidad que tiene una mente inteligente de diseñar y manifestar una realidad.

SOY: Para el Universo la inteligencia no es superior, es orgánica. Pues no hay inteligencia sin sinapsis, no hay sinapsis sin interconectores, no hay interconexión sin polaridades, no hay polaridades sin individualidades, y no hay individuos sin división, y no hay división sin partes, pero no hay partes sin un todo. Es decir, que para que haya Inteligencia debe haber una red Mental que le sostenga y habilite. Por esto, una mente realmente inteligente jamás se consideraría superior, pues ponerse por encima de algo le haría estar fuera de la inteligencia. El término viene del latín “inter” y “legere” (entre y leer), que daría la idea de saber leer entre líneas. Estar en lo superior implicaría ser sólo el Título del texto. Por ello, el creador no es una mente superior que diseña, el creador es un ser que se permite vivir, sentir, jugar, experimentar, atravesar todas las líneas y palabras del libro de la Vida. Un Creador es un artista que genera a partir de formas previas. Tomando lo que ya puede concebirse como un todo, lo desarma, lo destruye, para convertirlo en otra cosa trascendental.

YO: Como tomar los colores primarios, azul, amarillo, rojo, blanco y negro, y crear un paisaje lleno de colores mediante sus combinaciones.

SOY: Así es. Cuando preparas una comida, estás creando con amor algo que nutra a los tuyos, o tu propio cuerpo, y sin embargo, también puede ser entendido como la destrucción de las plantas o animales que has utilizado para crearlo. El proceso de creación no es inteligente, es orgánico, es artístico. La inteligencia se produce durante el entendimiento de lo creado, al interconectar las partes, al ver el sentido entre todo lo expresado, lo creado.

YO: Entonces, no existe el Creador como solemos decir.

SOY: No, existe “la Creación”. El concepto, y es la misma creación la red inteligente. Cada átomo es una estructura que genera al Creador. Creador y Creado surgen en el mismo instante. “¿Qué fue primero: el huevo o la gallina?

YO: El huevo. Siempre.

SOY: ¿Por qué?

YO: Porque el huevo es una herramienta celular que ha funcionado por millones de años y los cambios genéticos que produjeron que de un “gallidus” surgiera una “gallina”, sólo podían darse en la yema del huevo acorde a su temperatura y minerales.

SOY: Así, el huevo de gallina y la gallina surgieron al mismo momento, cuando la primera gallina fue gestada dentro de un huevo que se convirtió en huevo de gallina al mismo tiempo que el pollito estaba siendo formado. Y la vida surge cuando la gallina rompe el huevo y se come lo que queda de él.

YO: … la Destrucción.

SOY: Destruir viene de las palabras “De-” y “struere”, que significan “dirección de arriba abajo” y “juntar o amontonar”, respectivamente. El sentido de la palabra significa desparramar lo que estaba en un mismo lugar. Lo que estaba todo unido y junto, se separa en partes. ¿Te suena?

YO: Sí. Big Bang, historia de la creación del cosmos. De una vibración emerge todo lo que existe, de la unidad surgen las millones de partes.

SOY: Lo que llamas el Gran Momento de la Creación, es en realidad el mayor momento de Destrucción del Universo. De igual forma que la vida en la Tierra debe dar las gracias a los cometas y asteroides que destrozaron su superficie haciéndola entrar en un periodo de actividad volcánica que dejó negra y roja la superficie del mundo, hasta que ese mismo efecto invernadero provocó la condensación de las moléculas que formaron agua, llenando los océanos durante miles de años.

YO: Los asteroides y volcanes que dejan paisajes desoladores y devastadores son justamente los que permitieron la aparición de la vida.

SOY: Es la destrucción constante de los ecosistemas a través de los milenios que fuerza a la vida a adaptarse y evolucionar. Es la crisis lo que nutre al artista de creatividad, es la separación la que inspira la unidad, es la guerra la que inspira la paz. Son los problemas los que inspiran las soluciones, las preguntas son la clave de las respuestas.

YO: Entonces, lo que llamamos la dualidad de destrucción y de creación, no son opuestos, sino que son exactamente lo mismo. Pero en tal caso, podría surgir la duda de: ¿qué pasa cuando se destruye la vida, cuando se destruyen ecosistemas, pueblos, ciudades, países, familias, personas…?

SOY: La destrucción implica dolor. Pues lo que estaba junto es forzado a separarse. Recuerda, el universo trata siempre de ahorrar la mayor cantidad de energía para momentos específicos, por ello los organismos se estructuran y afirman en patrones rígidos que ahorran fuerza y vitalidad. Cuanto más se rigidizan, más dolerá cuando sea el momento de la transformación. Y en lugar de transformarse, por dolor, lo llamará “cambio”. Cambio viene del indoeuropeo “skamb”, que significa: girar o curva. A diferencia de transformarse que es modificar una forma en otra. El dolor por el cambio se llama sufrimiento cuando se produce la destrucción de los cimientos de estabilidad física, emocional y mental. Sufrir viene de la palabra latina “sub-” y “ferre” (por debajo y soportar, respectivamente), es decir: aguantar algo a escondidas, por debajo, oculto. Sufrir tiene, pues una connotación de haber perdido lo que estaba dentro, lo que era “férreo”, duro, rígido, lo que consideraba estabilidad. La destrucción trae dolor, pues dolor proviene del indoeuropeo “delh” que significa “partir algo a la mitad, cortar”. En inglés, la palabra “pain” proviene del griego “poiné”, que da origen a la palabra “pena” en las lenguas romances. La misma significa “multa”, un castigo por algo mal hecho. Sentir pena, pues, es sentirse culpable por algo que le pasa a otro aún si no ha sido tu problema.

YO: ¡Claro! ¡Por eso nos duele la creación de algo nuevo! Nos da pena que algo cambie. Porque significa algo que se rompe, que se parte en pedazos. En la vida, el primer “dolor” es la meiosis, la división de las células que generan un bebé. Luego, cada vez que el cuerpo hace mitosis dividiendo células, es un proceso de dolor. “Crecer duele”, dicen. Nacer es otro gran dolor, pues se separan dos humanos que durante 9 meses fueron como uno. Pelearse, romper con una relación, discutir con un amigo, emanciparse. Un conflicto social dividido por una grieta de pensamientos; una guerra, son todas formas de división, de romper las partes, y a su vez, está creando.

SOY: Pues si nunca hubiera habido división, jamás habría existido la vida, jamás habría habido nada, ningún cambio, empezando por lo esencial: seguiríamos todos siendo hoy organismos unicelulares a los pies de un volcán oceánico.

YO: La vida se destruye a sí misma sólo para poder existir… Es casi paradójico.

SOY: Aún así, en todo existe un balance. Creación y Destrucción necesitan tiempos de procesos que deben ser armónicos, como el tiempo que demora la primavera en hacer florecer, el verano en fructificar, el otoño en hacer caer y partir las hojas, y el invierno en contener la fuerza para el nuevo amanecer. Todo proceso de creación y destrucción como en las estaciones, ya sean las 4 cíclicas o la seca y húmeda, son estadios de balance, que mantienen todo creándose en armonía constante mediante la destrucción de lo anterior.

YO: ¿Y si se sale de equilibrio?

SOY: El proceso se acelera más, y los seres vivos no tienen herramientas para sobrellevar el proceso, saliéndose de eje, llevando a mayor sufrimiento y dolor. Esta es la explicación al porqué de tanto dolor en el mundo humano, es simple: estáis forzando la máquina cíclica, llevándola al extremo. “Cuanto más quieras producir, más habrás de destruir, y por lo tanto, mayor dolor generarás”.

YO: Claro, eso es lo que hace que en lugar de vivir los problemas como retos los veamos como un sufrir constante. Es lo que nos hace pensar que la destrucción es mala, pues no logramos procesar lo creativo en ella.

SOY: Cuando partes un átomo a la mitad se genera energía, cuando fuerzas dos átomos a unirse generas energía. Ambos caminos te darán energía: el viento, el sol, parten los átomos, los dividen, los destruyen para obtener energía. La fusión nuclear de las plantas atómicas obtiene energía haciendo lo contrario, apelando a la unidad de dichos átomos. Es decir, que en las fuentes de energía entiendes que poner todo junto no siempre es la solución más ecológica y sana. A veces, lo más sano es destruir. Sólo que no lo reconocéis como tal, pues habéis moralizado los conceptos de la Creación y la Destrucción.

YO: Ambas son una. Y todo lo que hay que hacer con ellas, es equilibrarlas a un ritmo coherente que no nos lleve a un dolor imposible de procesar, como una guerra por ejemplo.

SOY: Siempre es mejor resolver un problema que luchar una guerra originada por un problema que tal vez tenía otras soluciones. Cuanto más aprietes la energía para cambiar, más doloroso será el cambio.

YO: Yo soy la Creación que Destruye desde su origen, Yo soy la Destrucción que Crea desde su origen. Yo soy el Artista que convierte el Dolor en Evolución, y el Cambio en Transformación.