top of page

67°

oct9

Bien y Mal

Raíz

🌀

🧠

⚖️

Mental

Yo Equilibro

NHo: Yo Soy Destino de todo Fruto

BLOG

octahedron crystal sogutwiefertig_edited.png

YO: Cuando vino a mi mente el concepto de Bien y Mal recordé el juego de ajedrez. Recuerdo que tenía un amigo en la infancia, que cuando jugábamos quería siempre ser los blancos, porque los consideraba los buenos. Hoy se sigue usando adjetivos blancos para los conceptos buenos, y adjetivos negros para los malos. “Cobrar en negro”, “mercado negro”, “lo veo todo muy negro”, y cuando nos referimos a los bueno decimos “cobrar en blanco”, “es un blanco fácil”, “blanquear la situación”. Y muchas veces he escuchado a gente que, en la intención de no ser racista, comete el grandísimo error de llamar a los negros “gente no blanca” para no ofenderlos, creyendo que no diciendo negro los hará más blancos, lo cual es aún más racista. A veces, recordando esos juegos de ajedrez, miro la vida y es como si todo fuese un juego de ajedrez. Todos tratando de luchar con el opuesto, en una batalla entre buenos y malos, entre negros y blancos, mujeres y hombres, científicos y espirituales, ignorantes y conocedores, derechas e izquierdas, ricos y pobres, y cada uno es una pieza: algunos buscando destruir al oponente, otros tratando de esquivarlo; cada uno es su pequeña caja cuadrada, tratando de estar siempre sobre el mismo color para no cambiar de perspectiva. Y ante el mínimo cambio, puedes encontrarte en riesgo. Es como si recorrer la vida fuera tratar de sobrevivir a la moral. Además, estamos en la época de lo “políticamente correcto”, en la que, en lugar de llamar a más unidad y respeto, lo único que se ha logrado es separarnos aún más en grupos, élites, comunidades.


SOY: El humano, como los vegetales y los animales, ha visto siempre la vida como una lucha, la batalla por la subsistencia y la expansión. Ha encontrado en el defender a los propios una forma de protegerse y asegurarse la vida; visto desde esta perspectiva, todos serán enemigos hasta que se demuestre lo contrario. Avanzar por territorio conocido, por aquellos sitios en donde las personas piensan igual, nos hace sentir seguros, estables, y cada movimiento debe ser previamente meditado con mucho cuidado, pues en cada esquina el cambio puede convertirse en la muerte a manos del enemigo. Así, la búsqueda del bienestar diseña todo tipo de antinomias, de antípodas, de antagonistas, de enemigos, con el fin de estar preparados ante cualquier situación. El jefe de la tribu lleva la vara con la que marca el terreno, con la que toca el suelo para ver su estabilidad, con la que da el primer golpe ante el primer peligro que surja. Así, el bien mide la seguridad ante el mal.


YO: “¿Con qué vara mides?”, he escuchado esa expresión.


SOY: La vara del jefe, el bastón de mando, es el que determina el peligro, pero antes de que el mismo aparezca, pues no puedes resolver el mal cuando sucede, debes preverlo, generar la posibilidad antes, y estar listo para cuando pase. Esto genera una escala de valores sobre lo que puede ser bueno y lo que puede ser malo, y es la vara la que lo mide. La frase se popularizó durante el imperio Español, pues la vara fue una unidad de medida en barcos, comercio y construcción. Pero la cultura humana diseñó otra vara: la de la moral.


YO: La moralidad es una gran guía y una gran prisión al mismo tiempo.


SOY: Moral es de origen latino, de la palabra “moris”, que significa “vivir en un mismo lugar”, que da origen a las palabras “morador y morada”, y se emplea en el sentido de todo aquello que es una costumbre, que es fijo, repetitivo, se sostiene en un mismo sitio, sedentario. La moral es una forma de definir una escala de valores que no cambian, que se sostienen en el tiempo en relación a una cultura o lugar específico.


YO: O sea que la “vara” cambiará según el sitio donde se haya puesto…


SOY: Exacto. La moral no es un indicador objetivo, sino plenamente subjetivo de un grupo en un tiempo y espacio concretos.


YO: Entonces… ¿Cómo sé qué es el bien y qué es el mal de verdad?


SOY: “Bien y bueno”, son palabras originadas por el latín “bonus”, que a su vez proviene de “duonus”, nombre con que se conocía a “aquel que busca un enemigo”.


YO: Espera… ¿Cómo? La palabra “bueno” que utilizamos para la gente buena, para hacer el bien, proviene de una concepción de ir por la vida buscando un enemigo?


SOY: ¿De qué otra manera sabrías que eres el bueno sino?


YO: Tiene lógica…


SOY: No existe el bien sin el mal. No tiene sentido. Por esto, el bien busca incesantemente un enemigo a quien culpar de sus circunstancias.


YO: ¿Y el mal?


SOY: “Mal”, en la mayoría de las culturas que utilizan este vocablo, se refiere al pecado, al error, al conflicto. Todas relacionadas a las raíces cristianas. En las lenguas tanto griegas como latinas, la palabra “Mal, Malé, Milo, Mela, Mel, Mála”, están todas relacionadas a “Manzana”: el fruto prohibido. El fruto del pecado original, del mal en la tierra, de todo lo maléfico. Las mentiras, los engaños, lo blasfemo, inútil, el pecado; todo ello está relacionado a la historia de la manzana y el árbol del conocimiento del cual la serpiente, el Diablo, entregó su fruto a la mujer, Eva, lo malo: “Evil”. Así, el Bien surgió para luchar contra el mal, que antes no existía. Nuestra concepción de Mal está relacionada a un concepto educativo: comer del conocimiento, dudar, romper la regla, ir más allá de las normas, destruir la “moral”, es decir, volverse inmoral, que significaría: mudarse, exiliarse, abandonar, irse del mismo sitio y romper la tradición.


YO: Entonces, los conceptos de mal y bien que tenemos están totalmente errados… No existen como tal.


SOY: Al menos no existen los que tu cultura considera bien y mal. Para las lenguas sajonas, “bien” (good), proviene del indoeuropeo “ghedh”, que significa “unir, encajar”. Es decir que lo bueno es aquello armónico, que conecta las cosas, que las hace formar parte. En cambio, la palabra “mal” (bad), proviene del vocablo “baeled”, que significa “hermafrodita”. Todo concepto que tenga que ver con lo antinatural, con lo considerado fuera de lo establecido por Dios, afeminado, depravado, son los conceptos que dan origen a este vocablo.


YO: O sea que el mal para los sajones y anglosajones es aquel que no se define por hombre ni por mujer. Homosexual, lo que rompe la ley natural. Dando así a la palabra el sentido posterior de todo lo que va contra la ley real de las cosas. Una palabra que claramente hoy se vería horrible usar.


SOY: Porque la moral ha cambiado. Lo que significaba malo en la edad media, ya no lo es para la edad contemporánea, así como pasa al revés también. El concepto de encajar en algo tomado como algo bueno, implica que para que algo esté en la ley del Bien no puede ser diferente al resto, debe ser igual, y si es divergente, es Malo. A tu pregunta sobre qué es malo y qué es bueno, la respuesta es: depende de dónde, cuándo y quién.


YO: Pero eso es un poco caótico… Porque un asesino o un tirano podrían decir que lo que hacen está bien… Y que quien intenta ayudar a los demás está mal.


SOY: No podría… Puede, y de hecho lo hace. Porque los parámetros de la moral entre lo bueno y lo malo cambian según el observador. Aborto: ¿sí o no?


YO: Depende…


SOY: Ah… Pues ya está. Es una respuesta fácil. Depende. El Universo no tiene Moral. Porque el Universo no está aferrado a ningún tiempo ni espacio. Lo que decidan hacer con la existencia, jamás será juzgado por el Universo. No existe un juicio final, no hay nadie del otro lado tras la muerte diciendo quién hizo bien y quién mal, la única vara es la vibración y el peso energético que uno mismo se genera en la vida y cada acto. La única vara que mide el bien y el mal es la consciencia de un individuo en una época y contexto concretos. La moral es una ilusión. ¿Por qué juzgar un asesinato pero no un aborto? ¿Por qué prohibir un aborto y permitir una guerra?


YO: Tal vez esta cuestión lleve días, pues la dualidad del bien y del mal es algo eterno.


SOY: No puede llevar días discutir sobre algo que no posee verdad.


YO: ¿En qué sentido?


SOY: Las grandes discusiones por la moralidad humana sólo crean mayores conflictos, pues lo que se defiende hoy, tal vez será irrelevante en el futuro. Lo que hoy se ve como normal, tal vez en el futuro sea una atrocidad. Así como lo que hoy es una lucha, en el mañana será absurdo luchar por lo obvio. Entonces, yo no perdería tiempo en tratar de identificar qué está bien y qué está mal.


YO: ¿Y qué harías?


SOY: Entender al mal y el bien como herramientas sociales de armonía entre las partes. No como parámetros de medida del Ser. El error es defender posturas cuando en realidad hay que resolver problemas, no filosofías. Cuando tratas de resolver problemas desde la filosofía, sólo te enredas en la mente, y no es práctico. La política social y lo políticamente correcto deben ser prácticos, no morales. Los problemas se renuevan, y la moral es siempre la misma, es su naturaleza. No digo, pues, que no deba existir una moral, sino que debes reconocer que la misma no es un parámetro de valores Universal. No existe una ley para la moral, la única herramienta capaz de regular el mal y el bien se llama Educación.


YO: Pero la Educación está controlada por un currículum, un sistema.


SOY: No, eso no se llama Educación, se llama Enseñanza. Enseñar es señalar algo, mostrarlo tal cual es. Educar es preguntar e incentivar a encontrar las posibles respuestas desde la duda y la imaginación. La Enseñanza transmite una moral y unas leyes preestablecidas, la Educación es inmoral, pues es transformadora e incentiva a romper las normas de la ley buscando formas nuevas de aplicación a los problemas de siempre. Según la moral, todos iríamos en carruaje, pues no haría falta usar otros medios de transporte ya que éste funciona. La moral hace que los del caballo se vean como los buenos luchando contra los malos que son los coches, y los coches se ven como los buenos porque traen algo novedoso y mejor que el carruaje. Y así sucesivamente, hoy los de los coches son los malos, los de los aviones una vez eran los héroes y ahora son los culpables, todo gira. La educación es la única que en lugar de quedarse en ver quién es malo y quién es bueno, se ve capaz de buscar otra solución y avanzar. La moralidad del bien y del mal no es más que un retraso en la evolución humana.


YO: Pero de alguna forma debe haber orden… Somos muchos, tiene que haber un parámetro para saber cómo hacer las cosas bien o mal.


SOY: “El hombre es bueno por naturaleza y la sociedad le corrompe”, decía Rousseau. “El hombre es malo por naturaleza y la sociedad lo vuelve peor”, decía Maquiavelo. Sus concepciones son extremistas y se afianzan en la percepción de las sociedades de sus momentos. Ni el hombre es bueno ni malo, ni la sociedad lo hace peor. Hablan como si fuesen ambas cosas diferentes. La sociedad es una extensión de la humanidad, no un lugar que el humano habita. Todos hacen a la sociedad, y todos tienen actitudes malas y buenas en la vida. Es sólo que las malas se notan más.


YO: ¿Por qué?


SOY: Porque el mal tiene mucho más éxito que el bien en la vida. Y la razón es sencilla: el mal no niega a la materia, la usa; mientras que el bien suele vivir de utopías y expectativas. Cuando vives de sueños e imaginación, pero nunca te embarras las manos, entonces ese sueño nunca se realizará. Los buenos son soñadores en su gran mayoría, pero poco hacedores. Son críticos, pero muy malos responsables. Los malos saben que si no manejan la materia no tendrán recursos, no viven de ilusiones, usan la vida para obtener beneficios. Y por ello, en la Tercera Dimensión, se ve más éxito en lo que llamáis “el Mal” que en lo que conocéis como “el Bien”. Mientras la gente de Bien espera a un Salvador, a un Extraterrestre, a la Quinta Dimensión, a los Maestros o quien sea para que los salve (porque buscan volver a un mundo mejor, idealista), la gran mayoría de personas humanas viviendo de las sombras trabajan, aplican, manifiestan, sin cesar. Quien ha estado ignorando la vida ha sido el Bien, quien le ha dado la espalda a la Tierra ha sido el Bien. ¿Es acaso culpa de lo que llamáis “Diablo” haberse asentado en un terreno abandonado cuando nadie había allí para manifestar su presencia?


YO: Sí, comprendo… Los que decimos ser los buenos de la película, no hacemos, no plasmamos, sólo soñamos… Y necesitamos actuar. Pero, ¿cómo actuar sin necesidad de entrar en la lucha o la dualidad del Bien y del Mal?


SOY: Resolviendo problemas sin buscar culpables. Inténtalo. Parece imposible, pero se puede. Como dijimos, el Bien busca un enemigo, y el Mal busca cambiar las reglas de juego. Así, cuando te vuelves un revolucionario de la luz o del bien, en realidad tú eres el Mal, cambiando la moralidad y la normalidad de la vida. Desde los ojos de muchos, tu trabajo es del Diablo, es el mal, eres un líder de secta que engaña, miente, roba dinero, y vaya a saber qué más pretendes hacer… Tal vez trabajas para reptilianos, o el Vaticano. Y desde los ojos de otros será todo lo contrario, tú serás el bueno y los otros los malos. Entonces, ¿quién tiene razón?


YO: …El que hace?


SOY: Exacto… El que soluciona problemas, el que manifiesta herramientas. Ninguno tendrá razón, pues son sólo perspectivas. El Bien y el Mal no se juzgan por nacimiento ni esencia de nadie, ni por filosofía, ideología, cultura, religión, sexo o raza. El Bien nos recuerda la importancia de unirnos para protegernos y mejorar, y el mal nos recuerda que no siempre debe hacerse de la misma forma y que hay que cambiar constantemente nuestros valores. Allí radica la unidad de esta poderosa dualidad.


YO: Y, ¿cómo se juzga el bien o el mal que alguien hace? ¿Cuál es la vara social para medir esto?


SOY: No existe ningún libro que pueda decirte quién hizo el bien y quién hizo el mal. Pero sí hay indicadores: La pregunta desde el Cuerpo sería: “¿va en contra de la vida de otros seres vivos?”. La pregunta del Alma sería: “¿daña la integridad emocional de otra persona?”. Y la pregunta del Espíritu sería: “¿oprime la libre expresión de pensamiento y palabra del prójimo?”. La pregunta al Creador sería: “¿amenaza los logros y manifestaciones individuales de los demás?”. Si la respuesta a una de estas es Sí, podría interpretarse que el individuo está fuera de la Armonía. Así se sabe que puede ser juzgado mediante un exhaustivo proceso de educación.


YO: Comprendo, pues, que la moral es lo que me constituye aquí y ahora para vivir en Armonía, y que la misma fluye y se modifica en tanto cambia mi aquí y ahora. Debo, pues, ser flexible y promover la educación como forma de equilibrar el bien y el mal.


SOY: Y recordar que ambos son necesarios entre sí, pues el mal es quien viene a recordarle al bien que debe cambiar, y el bien viene a recordarle al mal que es necesario encontrar armonía en la transformación.


YO: Me libero de la lucha entre el mal y el bien, y me lanzo a una constante transformación equilibrada.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

PATRÓN FÍSICO: D= Así, reconoce en su esencia que posee una trinidad intrínseca en su ser: sonido, luz y forma, música, arte y construcción. Se reconoce creador, y parte inevitable de la cadena eterna de la generación: padre, madre e hijo. D es la vibración de la Trinidad, de las esencias creadoras del Todo. Por ello se ve hijo de la matriz y del patrón, y reconoce su Familia divina, y a la misma proyectada en su Familia física. Se recuerda hijo del Universo, y manifestación de la Conciencia.
ankh ready4.png

(7/12)

bottom of page