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Todo y Nada

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Yo Equilibro

NH-h: Yo Soy Destino de la Eternidad

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YO: Si algo me deja el concepto del Sentido y del Sinsentido, es que todo está fundamentado en el concepto de la Nada. Parece ser que el Vacío es la respuesta recurrente a todas las cosas. Cuando comenzamos el camino espiritual, en realidad nunca pretendemos que al final del sendero nos encontremos con una verdad tan cruda. A veces, adjudicamos ese sinsentido a los agnósticos, a los ateos, a los nihilistas. Mi abuelo era un nihilista, un buscador incesante de conocimiento, pero cuya visión de la vida era simplemente un momento de desarrollo orgánico sin sentido que acabaría pronto, y luego, el vacío eterno, la oscuridad, la nada misma, y los gusanos se lo comerían. Cuando escuchaba esto, había algo profundo en mí que me decía que eso era imposible. Además, podía ver a mis guías, a los seres de otras dimensiones, que le daban un sentido al después de la muerte. Podía recordar mis vidas pasadas, tener visiones del futuro, todo ello me hizo ver que no estaba sólo en la inmensidad, que en realidad es un Todo completo, de millones de cosas, la vida no podía terminar en un sinsentido total, en la nada misma. ¿Nada vale la pena, pues? Y a lo largo de mi vida, descubriendo más y más sentido, encontrando mayores respuestas y visiones, de repente, llegué a la última y más determinante de mis memorias: el Vacío. Recordé las palabras de mi abuelo… Recordé su forma de ver el mundo desde el sinsentido. Pude entender que él desde la ciencia y la lectura, y yo desde la espiritualidad y el recuerdo, habíamos llegado a la misma conclusión. Sin embargo, había una diferencia…


SOY: Faltaba yo en la ecuación.


YO: Exacto. La visión de mi abuelo era personalista, basada en el ego, en la separación. Como si cada individuo cayese al vacío, al sinsentido. Como si el Vacío fuese algo separado de mí, a donde nuestra existencia culminaba, y no había nada más que hacer, pues estábamos relegados a esta vacuidad.


SOY: Pero no es así. Entonces, te diste cuenta de lo que significaba…


YO: El vacío no era algo o un lugar donde mi existencia terminaba… Yo era el Vacío… Yo Soy el Vacío. Eso lo cambia todo, saber que el vacío no es algo que me rodea, sino algo que me hace ser. Que me permite existir. ¿Por qué, entonces, el Vacío, la Nada, permitiría al Todo?


SOY: La palabra Todo viene del indoeuropeo “Teuta”, que hace referencia a un grupo de personas, una tribu. En inglés, “All” proviene también del indoeuropeo “hël”, significando “completo”, o el común “Everything”, surgido de los términos “cada/toda” y “cosa”. Y la palabra “Nada” surge increíblemente de la palabra latina “Nacer”, algo que es “nato”, la “natalidad”.


YO: O sea que, el origen de la palabra que consideramos vacía y sin nada, en realidad habla del nacimiento de todas las cosas…


SOY: Así es. La Nada es el nacimiento del Todo. Las partes, las tribus, los conjuntos, los grupos, los objetos e individuos son contabilizados por el Todo, ordenados, como hijos e hijas de distintas edades, nacidos todos del mismo útero, del mismo origen, del útero de la Matrix Divina, el Vacío. Vacío viene del verbo “vacare”, dando origen a la palabra “vacante”. Es decir, un sitio libre, desocupado que ha de ser completado. Todos los conceptos relacionados al vacío no hablan de la fuerza opuesta al Todo, sino de la fuerza que permite que exista el Todo.


YO: Por eso cuando en el camino de la espiritualidad conocemos al Todo, el camino de la consciencia del ser nos lleva al origen, donde nos encontramos con la Nada, el vacío, la madre. Es decir, que a lo largo de nuestra búsqueda vemos las partes, vemos el Todo en la imagen del Padre celestial, el creador, el que disemina, el que etiqueta, ordena, nivela, guía, el que agrupa, une, junta, que nos hace recordar que somos parte de un Todo en Unidad. Y recorremos las maravillas de su creación, en los distintos mundos de esta dimensión, en la Tierra, y luego en las maravillas de la multidimensionalidad. Descubrimos que el Todo es visible e invisible, que es eterno y etéreo, reconocemos la conexión entre todas las partes como un gigantesco rompecabezas, como la Verdad que tanto habíamos buscado. Y cuando contemplamos la imagen completa, nos damos cuenta de que en realidad, todo eso no surgió así porque sí, todo debe tener un origen, un punto en común, cada parte y la red misma, tienen que haber surgido de un mismo sitio. El camino espiritual se profundiza a tal punto, que las imágenes del gran rompecabezas dejan de tener sentido, y desaparece la idea de los humanos como un simple cúmulo de átomos y vibraciones. Desaparecen los maestros, los guías, los ángeles. Desaparece la idea de dualidad, todo colapsa sobre sí mismo, dándote cuenta de que nada de lo que antes tenía sentido, realmente ahora lo tiene. Y allí descubres que todas las partes del rompecabezas eran simples proyecciones de una idea, y esa idea lleva al Yo Soy. Y cuando te conectas al Yo Soy, descubres el origen de todo, en el Vacío, en la Nada.


SOY: Y allí es cuando te das cuenta de que el creador, la creadora, habían sido siempre el mismo ser: tú, yo, nosotros, vosotros, ellos, él, ella… La Nada. La Natalidad de todas las cosas. Nada y Todo, pues, no son opuestos, son Madre e Hijos. El Todo es los cielos y miles de hijos nacidos de la Nada, es el Soy expresado en millones de Yo. Y todos esos Yo buscan la forma de expresarse, de construirse, generando más separación, más cosas, más maravillas; generando cada ínfima parte que compone al Todo, lo que nos maravilla, lo que todos nuestros sentidos pueden percibir en todas las dimensiones. En sus caminos, los Yo, los Ego, descubrirán su potencial hasta encontrar la verdad más bella de todas: que no estaban solos en el camino, que todo está conectado, que todo es uno, todo es una red, millones de partes en Unidad constituyendo la Mente del Todo, al mismísimo Creador. Descubren que no existe Dios por encima ni por debajo, pues todos son una célula de Dios, todos son Dios, y sus acciones, emociones y pensamientos moldean a Dios de la misma forma que nuestras células moldean nuestro Ser. Así, se dibuja la poesía de la creación, dando sentido a todo lo que antes no lo tenía, a la lógica entre las partes. Y esa verdad es eclipsada en un instante por la verdad absoluta: el sentido fue creado por la mente del gran ser, y por lo tanto, la manifestación, la experimentación, no tuvieron ningún sentido hasta que la integración no les dio uno. Descubre, pues, que nada tuvo nunca sentido, que la mente fue la única capaz de darle uno, y así se lanza a entender el sinsentido, y descubre que todas las cosas surgieron, nacieron, de un mismo origen, de un espacio que necesitaba llenarse de experiencias, de un vacío sin sentido. Y no será hasta el momento en que se reconozca a sí mismo como ese Vacío, como esa Madre dando a Luz, que tome consciencia de que el Todo fue creado por sí mismo, que el sentido fue propuesto por sí mismo. El descubrimiento de que el origen y sentido de las cosas, del Todo, es la más profunda Nada desde el sinsentido, no es la clave para caer en la depresión de la muerte del ser, del “¿para qué?” eterno y autocompasivo, sino todo lo contrario. Es la clave que te recuerda que todo esto ha sido posible porque te has permitido nacer de la nada, que tú le has dado sentido. ¿Por qué esperas a que el sentido y la unidad existente de todo sean determinados por alguien externo, un Dios que no puedes comprender, cuando tienes en tus manos la capacidad de decir: yo soy ese Dios que lo ha creado todo y ha dado sentido a la existencia?


YO: Volvemos a lo mismo… La irresponsabilidad. Es más fácil decir que otro lo hizo, así la culpa es del otro.


SOY: El universo es como tú, y cada ser que le compone, cada estrella, planeta, especie, individuo, es como un distinto tipo de células que te componen. La paradoja radica en lo siguiente: “¿Quién es culpable de los conflictos y el sentido de tu vida: tú que con tus decisiones determinas el destino de las células, o tus células que en el ADN han determinado tu existencia?”.


YO: Claro… Es una enorme paradoja, pues significa que lo que yo le hago a mi cuerpo repercute en cada célula, pero a su vez, son las células las que me construyeron como soy, o sea que es recíproco, son los individuos los que generan el Todo, son las partes las que le dan sentido al Universo!


SOY: “Voilà!”. Cada individuo en la replicación de su ADN, de su experiencia y percepción de vida, multiplica al Todo, lo engrandece, le da sentido, propósito, no al revés. No es Dios quien da sentido al Todo, es el Todo quien da sentido a Dios. Y la única forma de darle sentido, es eliminando todos los preconceptos, volviendo a nacer…. Nacer, desde la Nada.


YO: Por ello me llevas una y otra vez allí, al vacío, para poder resurgir… Para poder ser creador de mi propio Universo.


SOY: Y es así como al fin entiendes lo que sabes.


YO: Yo soy la Nada que genera el Todo, Yo soy el Todo dando sentido a la Nada.


SOY: Bienvenido al verdadero Sentido de la Creación.

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EN BREVE

CÓDIGO

PATRÓN FÍSICO: KK= Debido a entenderse constructor de sus propia realidad, traza un puente entre lo material y espiritual, donde se ve capaz de crear un canal de comunicación entre lo mundano y lo divino, sin abandonar ninguno de los mundos, sino enlazándolos. Pues aquí sabe que la verdad es que no existen dos mundos, sino que ambos son él, que ambos le conforman, y sólo es la expresión de uno de los extremos de la misma verdad. KK es el intenso sonido de la conexión que golpea la puerta al espíritu en la materia.
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