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Femenino y Masculino

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Oct18

Fy: Yo Soy el Flujo en toda Emoción

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YO: Si hay un tema delicado hoy en la sociedad humana es la dualidad entre lo femenino y lo masculino, entre la mujer y el hombre. Hay quien dice que Hombre y Mujer son conceptos que definen el sexo de una persona, pero no el género. Y que Femenino y Masculino puede ser cualquier persona, todos tenemos aspectos femeninos y masculinos más ligados a la personalidad que al sexo en sí. Es un tema muy complejo, pero una dualidad muy enriquecedora que cada vez es más compleja de describir y definir.


SOY: Lo es por el simple hecho de que le dan demasiada importancia a catalogar las cosas. Desde el punto de vista universal, el cosmos no se plantea tantas cosas, el cosmos simplemente es. Todo es más fácil y sencillo. A veces las personas confunden que el hecho de que el Universo sea Mente hace que perciba al Cosmos de una manera rígida y mental, sin embargo, vuestras emociones parecen ser más rígidas que la mente cósmica…


YO: Sí, hoy volviendo de la pirámide me venía esto a la cabeza, que he notado ciertas personas diciendo que nuestras conversaciones suenan muy mentales, muy analíticas y faltas del amor y emoción del alma. ¿Por qué crees que es eso?


SOY: El alma es energía, es movimiento, y sólo se puede movilizar mediante la experiencia. El espíritu es vibración, es la mente que da lógica a dicho movimiento. La pregunta no sería “¿por qué nuestros diálogos son tan analíticos?”, la pregunta sería “¿desde dónde buscas una respuesta?”. Por ejemplo, las Matemáticas, ¿para ti son mentales y analíticas?


YO: Diría que sí…


SOY: Pues no. Eso es lo que te han hecho creer. No es lo mismo ir a una clase de matemática donde te enseñan problemas, que tener un problema y buscar resolverlo por ti mismo pidiendo ayuda. En el primer caso, la matemática será mental y analítica. En el segundo caso las matemáticas serán emocionales y sentidas. ¿Por qué?


YO: Por que en el primer caso no me interesa y en el segundo sí. Hay un propósito que me lleva a experimentarlo.


SOY: Allí está la clave. Todo lo que no experimentamos o no sentimos relacionado a nuestra experiencia nos parece mental, y todo lo que se correlaciona al entendimiento de nuestra experiencia, es emocional. Básicamente porque la emoción es movimiento, y si me encuentro en movimiento, le sentiré. Si no me encuentro en movimiento, le pensaré. Es simple. Por ello juzgar lo analítico o sentimental de una información es totalmente subjetivo a lo que estás viviendo en aquel instante.


YO: Entendido.


SOY: Como el tema de lo femenino y masculino. Antes no era subjetivo, era objetivo, y por lo tanto no había discusión al respecto. Hoy lo biológico se volvió ideológico, y lo concreto se volvió conceptual. De la misma forma en que lo invisible se volvió fe, la fe se volvió magia, la magia se volvió metafísica, la metafísica se hizo física, y ahora la física se convirtió en física cuántica. Lo que antes se consideraba humano, pasó a ser macho y hembra, de allí varón y mujer, que pasaron a ser masculino y femenino, lo cual ahora, igual que la cuántica, se volvió totalmente relativo.


YO: O sea que nuestra sociedad está viviendo culturalmente lo que sucede también a nivel tecnológico: antes la física era la base de todo, ahora lo es la cuántica. Antes lo objetivo era la base de la vida, hoy es lo subjetivo, antes era lo concreto, ahora es lo conceptual.


SOY: Y la pregunta es… ¿Cuál es real?


YO: Difícil de decir, teniendo en cuenta que el Universo tampoco es real, sino una mera proyección de la unidad.


SOY: Pues teniendo en cuenta este simple hecho de percepción, y aclarando que el universo es una fractalización de la unidad, podremos entonces empezar a analizar estos delicados conceptos que en realidad no están separados, sino que son dos caras de una misma moneda.


YO: ¿Y por dónde empezarías?


SOY: Como hemos hecho siempre… Empecemos por el origen de las palabras, desmitificando muchos de los preconceptos que tenemos sobre ellas, y desde allí pasaremos a entender la historia de porqué se han formado como tal, desde lo biológico hacia lo cultural y posteriormente a lo conceptual.


YO: Pues, vamos a ello. ¿Qué es femenino y qué es masculino?


SOY: Femenino viene del latín “femina”, que significa “hembra”, es decir, hacer referencia a la cualidad orgánica, sexual y biológica de un individuo gestante. Lo mismo para Masculino, que viene de “mascul”, que significa “macho”, atributo orgánico y sexual de la biología de un individuo fecundante.


YO: Espera un momento… Yo siempre consideré que femenino y masculino eran atributos más sutiles, del alma…


SOY: Oh, no. Es un error común, pues a lo largo de la evolución lingüística muchos conceptos han ido cambiando por el uso y desuso de la lengua. Hoy puedes interpretar que un hombre tiene aspectos femeninos cuando es delicado, pero al decir que un hombre es femenino es como literalmente decir que posee órganos de hembra, vagina, útero…


YO: Exactamente lo contrario a mi creencia.


SOY: Bueno, estoy para tratar de liberarte de ellas, ¿no crees?


YO: Sí… Entonces… ¿Qué es mujer y hombre?


SOY: Otro aspecto interesante que te hará cambiar de pensamiento sobre ambas palabras. Empecemos por hombre. Hombre es una deformación del concepto neutral “humano”, que en latín llaman “hominus”. El origen proviene de “Humus”, que significa “tierra”. Se interpreta, pues, que los hombres nacieron de la tierra, a diferencia de los dioses en los cielos. El humano es el terrestre, y de allí que en todas las mitologías narren leyendas de hombres de barro, de arcilla, naciendo de la mismísima tierra o siendo creados por los dioses, artistas que moldeaban figurillas de barro, de tierra húmeda. A su vez, “humano” tiene otra raíz indoeuropea en su interior: “man”, que significa “el pensador”. Aquel ser que nació de la tierra y es pensante, diferenciándose del resto de los animales. En inglés la palabra hombre (man), recuerda esto mismo, un ser pensante, nacido de barro que fue moldeado por las “manos” de los dioses (manos en español tiene el mismo origen: el hacedor). Así, la palabra Hombre es una deformación de “homine”, un concepto más general y no específico del macho, sino que incorporaba a la hembra también.


YO: ¿Esta es la razón por la cual quedó naturalizado el hecho de decir: “los hombres” cuando se hablaba de humanidad? No es que se negara a la mujer, sino que se usaba su antiguo significado por costumbre.


SOY: Así es. Sin embargo los tiempos y el uso de la lengua cambian, y esto también debería cambiar, volver al concepto “humano” sería más neutral ya que hoy sí que hombre se refiere al macho.


YO: ¿Y mujer, de dónde viene?


SOY: Te sorprenderá. Pero antes debemos rever otra etimología oculta de la palabra “hombre”. El sonido “-br-” en la palabra hombre para español, es lo que diferencia específicamente que se hable de “macho”, ya que el sonido “br” viene del indoeuropeo “vry”, “byr” o “vir”, que significa “fuerte”. De allí nace la palabra “Viril”, “virilidad”, y el nombre “varón”, para definir a un chico. Entonces, ¿cómo definirías a una mujer pensando como los antiguos?


YO: Normalmente con su antónimo: “débil”.


SOY: Cerca. Mujer viene de “molleris”, que significa “blando”. Ablandar, mojar, molusco, mullido, todos conceptos relacionados a la Mujer.


YO: Wow… Etimológicamente usar la palabra mujer para hablar de la defensa y empoderamiento de la mujer es casi un insulto…


SOY: Podría decirse. La palabra inglesa “woman” se origina también de “man”, de hombre, pero en este caso refiriéndose a “wyf-man”, un concepto antiguo para hablar de la mujer como pertenencia, “wife” (esposa). Depende en qué lengua se tomó para referirse a toda mujer sin importar si era casada o no.


YO: Es decir que todas las palabras referentes a la mujer son machistas de base, incluso la misma palabra “mujer”.


SOY: Sí. Y no.


YO: ¿En qué sentido?


SOY: Como hemos dicho, vamos a la historia. Con los ojos del siglo XXI no puedes juzgar 300,000 años de historia humana. Sólo puedes construir futuro reconociendo los errores del pasado, pero nada más. Descubrir estas injusticias no te dan la fuerza para cambiar el pasado, sino para concientizar sobre el futuro. Así que comencemos con nuestra historia. En el origen de la historia humana, en las primeras tribus que hoy llamamos familias, el contexto en que debían sobrevivir era muy complicado. Clima duro, muchos depredadores, muchos peligros. Había objetivos muy claros establecidos: comer, dormir y reproducirse. Así, los primeros humanos organizaron sus tareas. Piénsalo como en un documental de naturaleza de la BBC. El macho debía asegurarse dos cosas: su descendencia y la creación de más cazadores que ayudasen. La hembra sabía que el proceso de gestación llevaría 9 meses (en realidad no sabían eso, sino que contaban al menos 6 o 5 meses desde que notaban el embarazo), durante ese tiempo eran presas fáciles y “débiles” para los depredadores. Por ello debían permanecer en las cuevas, administrando los alimentos que traía el macho, que era “fuerte”. La sociedad se organizó, pues, cuidando a las mujeres de los depredadores, en que los machos llevaban los alimentos a la casa, mientras que la mujer debía asegurar hacer la familia más grande para tener más posibilidades de caza, recolección y supervivencia. La vida así es muy fácil. Básicamente este sistema funciona en las culturas que viven el día a día en relación a la supervivencia. En los periodos de la historia de auge cultural, de estabilidad, hombres y mujeres tienen la posibilidad de quedarse ambos en casa, leer, aprender, estudiar, desarrollarse sin necesidad de subsistir. Esto genera igualdad entre hombres y mujeres, pues al fin tienen la posibilidad de desarrollar su intelecto. Civilizaciones como las mesopotámicas, del valle del Nilo, las helénicas e itálicas, así como otras pequeñas culturas esparcidas por el mundo en América y Asia, llegan a esta igualdad de oportunidades ante el crecimiento de las riquezas, permitiendo a mujeres ocupar roles de hombres y hombres ocupar roles de mujeres. Es decir, hombres con tareas más blandas y débiles, y mujeres con tareas de fuerza y poder. Cuando las civilizaciones caen y fracasan, vuelve la organización sistemática de supervivencia en que la mujer pasa de nuevo a la casa y la crianza, mientras el hombre trabaja. En los últimos 300,000 años, los periodos de estabilidad en las civilizaciones no suman más de 2000 años dispersos en la historia. Es decir que unos 298,000 años aproximadamente ha sido “débiles” y “fuertes”. Como en tu vida misma, hacer un curso de un fin de semana sobre “liberación de patrones” no eliminará la costumbre de todos los años de repetición desde el día que naciste.


YO: Lleva mucho tiempo…


SOY: Porque las culturas y sus filosofías no cambian por una idea, sino por una aptitud. El contexto, la lingüística no son cambiadas por una ideología momentánea, sino por un contexto equilibrado que naturaliza el balance entre las partes.


YO: Te refieres a esta forzada intención de que femenino y masculino se mezclen, de cambiar palabras, conceptos, ideas en los demás sobre los géneros, la sexualidad, el rol de la mujer y del hombre…


SOY: La historia no es ni machista ni hembrista, los hombres no están contra las mujeres, ni las mujeres lo han estado contra los hombres. Lo que ha habido es una natural organización en función de un contexto. El foco que se está poniendo hoy en la lucha de los géneros es el equivocado. Es el mismo foco que una maestra o maestro de escuela tienen sobre sus alumnos: “¡Debes aprender esto sí o sí porque te será útil para la vida!” Y el alumno se preguntará: “Es que aún no sé de qué problema me estás hablando”. Porque no puedes enseñar a solucionar algo antes de que surja la problemática, pues los humanos aprenden por experiencia, por asimilación y adaptación al contexto.


YO: Cuál sería el foco para equilibrar el femenino y masculino?


SOY: Una sociedad Humana. Simple. Una sociedad que busque cubrir las necesidades básicas de la educación, la nutrición y la estabilidad emocional. El resto viene sólo mediante la libertad del ser. Un ser que se nutre bien desde la infancia, que tiene cariño y que recibe una buena educación (no enseñanza), es capaz de resolver cualquier tema en el futuro. El foco es humanizarnos, no “dividirnos en más géneros”. Cuanto más foco pongas en la aceptación de mayor cantidad de géneros: transexuales, asexuales, bisexuales, homosexuales, heterosexuales, hombres que se sienten mujeres, mujeres que se sienten hombres, más y más, te encontrarás cada vez más lejos de la humanidad.


YO: Pero, ¿por qué? Es decir, ¿no es acaso aceptar la diversidad ser más humanista?


SOY: Sí, lo es. ¿Pero desde dónde lo haces?


YO: ¿En qué sentido?


SOY: El humano es diverso, el humano es por naturaleza todas las cosas. Hay una única verdad biológica: existe el macho y la hembra, con sus genitales, sus sexos biológicamente definidos. A partir de aquí, reconociendo esto, puedes hacer lo que quieras. Porque eres libre, puedes convertirte en mujer, u hombre, puedes ser femenino o masculino, puedes ser débil o fuerte, puedes ser de la sexualidad que quieras. La Libertad no implica lucha, sino aceptación. Y muchos, en lugar de encontrar la humanidad en la aceptación lo único que hacen es seguir dividiendo la mujer y el hombre en más cosas, en más categorizaciones, más conflictos.


YO: Es decir que justamente la diversidad no se encuentra en diferenciar y especificar cada tipo de persona, sino en simplemente entenderles como un humano más, libre de ser y expresarse como lo desee.


SOY: El humano es un ser vulnerable y empoderado por naturaleza, es débil y fuerte como Ser en sí mismo, porque cada individuo tiene una parte tierna y otra rígida. Por ello, cada individuo es mujer y hombre al mismo tiempo. La naturaleza sólo ha separado al femenino del masculino con el único objetivo de tener mayores posibilidades de procreación y expansión de la especie, pero ambos tienen el mismo potencial, y lo que hagas de ello, no dependerá de tu sexualidad, sino de tu humanidad.


YO: Entonces, equilibrar el femenino y el masculino, no tiene que ver con hacer del hombre un poco más débil y a la mujer más fuerte, sino a ambos más humanos.


SOY: Pues ambos nacieron de la Tierra, ambos son la Tierra, y ese es el punto medio que ambos comparten. Muchos definen al masculino como el aspecto de propósito, de dirección, y al femenino como proceso de contención, de generación, y sí, son atributos orgánicos y biológicos de macho y hembra, aunque no por ello son únicos y determinantes de los mismos. La capacidad de generar y contener existe en el hombre como la dirección y determinación existe también en la mujer. Pues ambos son humanos. La próxima vez que veas a un humano no lo clasifiques según su género, pues es lo mismo que evaluar la capacidad intelectual de un individuo basándote en el tamaño de sus genitales.


YO: Lo único capaz de equilibrar lo femenino y masculino en mí, el hombre y la mujer que coexisten en mi interior, es recordar que ambos son humanos.


SOY: Allí está la única verdad, allí radica el poder de la creación.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

CUARTETO: Cada ser vivo en la existencia debe pasar por un proceso de cuatro fundamentos universales de tiempo, los cuales son inevitables, una ley cósmica e interdimensional: expresión, experimentación, integración y trascendencia. Todo ser en primera instancia se expresa, nace, crea. Luego, experimenta, es decir, crece, juega con lo creado. Al culminar su juego, integra, produce, contempla su propia creación y analiza lo vivido. Para finalizar trascendiendo, muriendo, liberando la obra, herecándola a sus sucesores en el ciclo. Todo ello, le lleva nuevamente a expresarse, en otro nivel superador de sí mismo.
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