YO: Hoy leí en un comentario que decía que la información que comparto en estas conversaciones es funcional al sistema que nos esclaviza. ¿Qué opinas?

SOY: ¿Por qué he de opinar?

YO: Porque considero importante aclarar muchos de los conceptos o formas en que comunicamos ya que a veces puede llevar a pensar que uno está defendiendo al sistema para que permanezca tal cual es.

SOY: Yo no puedo opinar sobre las cosas, eso es tu tarea.

YO: ¿Por qué?

SOY: El Soy es, no puede posicionarse en ninguna visión. El Yo es el único que puede hacer tal cosa.

YO: ¿O sea que desde el Yo Soy no puede haber una posición respecto a nada específico?

SOY: El Soy es el centro, es la única posición posible, es la descriptiva, la que mira todos los puntos. El Yo es el que viaja por las distintas posiciones, el que puede tomar partido en algo. Yo sólo puedo ayudarte a comprenderlo desde una visión neutral y tratar de ser lo más objetivo posible.

YO: Cuanto más avancemos, creo que habrá temas cada vez más politizados, en los que yo tomaré una postura específica.

SOY: Y aquí estaré para recordarte que sólo es una más.

YO: Y si es así, entonces, por ejemplo, cuando la gente me pide que me posicione frente a algo, ¿qué debo hacer?

SOY: Primero debes pensar si esa posición es tu posición. Los humanos polarizan todo, tal vez por tener dos ojos, dos oídos, dos manos. No todo son dos posiciones.

YO: A veces parece que si no estás de un lado es porque estás del otro. Cuando hablo de los sistemas y su necesidad se creen que estoy a favor de los sistemas actuales, si hablo como ayer, de lo femenino y masculino, enseguida puede salir la idea de que si no me posiciono como feminista, entonces soy machista. Es agotador ser políticamente correcto.

SOY: Sois un péndulo, que focalizado en los opuestos, no está viendo el mandala que ha creado.

YO: Ser políticamente correcto, ¿es correcto?

SOY: Si quieres salirte del centro, sí. Ser políticamente correcto es una cualidad muy obvia de la energía de Libra: tratar de que nadie se ofenda implica dejar de ser un poco tú mismo para pensar como los demás y ser aceptado. La política es el arte de comunicar lo que la ciudad pide: del griego “polis”, ciudad, e “ikós” que significa “relacionado a”. La política pues, es el arte del discurso filosófico que guste a la mayor parte de un pueblo. Lo que agrupa, lo que genera ideologías que combaten entre sí en un parlamento o en la calle. Los discursos políticos son la plasmación de una voluntad colectiva. Sin embargo, que una colectividad manifieste una voluntad no significa que surja desde la esencia, desde el eje. Se suele decir que el pueblo tiene la razón. Ahora bien, imagina que eres padre. Tu hijo pueblo, con 6 años hace un berrinche porque quiere dulces, sólo dulces, nada de comida saludable. Tú, papá estado, le dices que no. Entonces, hijo pueblo hace una asamblea en la que reúne a otros niños de entre 5 y 8 años para pedir por dulces democráticamente. Entonces aparece el bipartidismo: mamá gobierno y papá estado. A veces uno o a veces otro, cederán, dándole dulces a los niños. Papá Estado y Mamá Gobierno empiezan a ganar el amor de sus hijos, cuanto más dulces logran darle. Así, la democracia acaba por convertirse en un sistema paternalista, en que el pueblo es el niño que se queja y pide dulces y los padres prohíben o dan según el día. Los hijos pueblos amarán más a uno o a otro en función del premio recibido. Quien mayor incentivo dé al pueblo recibirá más amor. Entonces, los hijos pueblo se dan cuenta de que no necesitan más que quejarse, llorar y pelear, la unión hace a la fuerza, y entre todos ganarán, comerán dulces, serán felices… Hasta que tengan caries, gusanos intestinales, desnutrición, incapacidad cognitiva, y se den cuenta que no importa cuántos dulces reciban, seguirán enfermando.

YO: Horrible.

SOY: Se llama Sistema Social. Vosotros lo habéis creado, por falta de amor.

YO: Emmm, entonces, lo que dices es que el sistema que tenemos hoy, de lucha, de recompensa, de huelgas, de votación; todo eso es lo mismo que un conflicto de mamá, papá e hijos.

SOY: La objetividad duele. El pueblo se basa en la Ley de Atracción, negando la ley de Manifestación.

YO: ¿Cómo sería eso?

SOY: Ambas leyes tienen dos caras, una consciente (dirigida por la lógica mental) y la otra inconsciente (dirigida por la ilógica emocional). Ambas son útiles, ya que mientras la segunda moviliza, la primera ordena lo movido. Una sin la otra no funciona, son un todo. Sin embargo, no puedes utilizarlas por separado o esto traerá problemas. Empecemos por la Ley de Atracción. Los humanos suelen aplicar esta ley universal desde la Inconsciencia, es decir, por un impulso emocional que se resume en la palabra: “Quiero…”, surgido desde un concepto de “necesidad”. La falta de algo, la escasez, el conflicto, la ruptura, la crisis; todos estos conceptos generan una necesidad de completar el espacio vacío, a veces desde una necesidad real y otras desde una necesidad inventada e imaginaria. Se entiende, pues, que la Atracción es la capacidad de intencionar el deseo sobre algo, haciendo posible su aparición. “Quiero un coche!”, y si lo pides con fuerza, el Universo conspirará para que tengas un coche. Desde la Inconsciencia, pensar que esto es así lleva al endeudamiento, al vaciado de energía, pues en lugar de generar, atraigo. Es como pedir un préstamo al banco que deberás devolver pagando intereses: Pedí 100 para comprarme una camisa. Feliz me pongo la camisa porque la considero mía, pero a la larga tendré que devolver 110 al banco, y si me retraso en el pago, irá subiendo: 111, 112… Y así… De esta forma, como un Banco, es como el pulso del Universo funciona: con interés, la misma palabra lo dice. Todo en el Universo exige que pongamos energía, que intercambiemos. Por ello, quien aplica la ley de atracción desde la inconsciencia, vivirá una lucha constante, porque siempre quedará un poco más que pagar.

YO: ¿Cómo se vería esto en la sociedad?

SOY: El niño pueblo pide dulces a sus padres. Sus padres le dicen: claro, pero por cada dulce deberás comerte un brócoli. Cuantos más dulces pida, más brócoli deberá comer. Cuanto más chocolate busque para sacarse el sabor del brócoli, más de éste encontrará en su plato. Esto es lo que hacen las luchas sociales en un sistema paternalista. Tanto la madre como el padre deciden sobre el niño, pues el niño se muestra irresponsable, y entonces los padres (también irresponsables), utilizan sus métodos antiguos de premio y castigo, en acciones arcaicas. El niño culpa a los padres por hacerles vivir esto, y los padres hacen lo que creen es mejor para sus hijos aunque lo estén haciendo todo mal. Cuando surge una lucha social, se suele proyectar el conflicto en los padres, igual que todos lo hacen en sus vidas: “el problema es mamá, esto viene de mi papá”, y así se crean las ideas de traumas, de buscar sanar los vínculos con los padres, pues han proyectado todos los males en ellos. Igual con el Estado y el Gobierno.

YO: Entonces… ¿Cuál es la salida?

SOY: La ley de Atracción aplicada desde la Consciencia. La atracción funciona por magnetismo. Atraer, como bien dice la palabra, es la capacidad de tracción, es decir de ser tirado por la fuerza de algo. Atracción sería, pues, ser pujado hacia mí. Para obtener dicho resultado esperado, debo primero convertirme en lo esperado… Es decir, por ley de Resonancia. La Atracción real no funciona sin la ley de Resonancia. ¿Cómo sería? Pues la flor debe generar colores atractivos para atraer a las abejas y así poder polinizarse. La flor no desea, y espera. Actúa, entra en la resonancia capaz de brillar de tal forma que pueda ser vista por la abeja. Socialmente esto significa volverse lo que se espera sin pretender que sea papá y mamá quien lo dé. El conflicto de la ley de Atracción es que proyectamos en la vida lo mismo que obtuvimos en los primeros años de vivirla. Papá y Mamá se convertirán en el gobierno, en los jefes, en todo lo que nos imponga premio y castigo. Así, pues, cuando te dicen que eres funcional al sistema, no están viendo una parte fundamental, que no importa lo que hagas en tu vida siempre serás funcional a un sistema que caducará en otra generación.

YO: Constante transformación…

SOY: Así es. El gran error del humano es vivir en una película de Disney donde existe la utopía del final feliz: “Y fueron felices para siempre…”. El sistema contra el que luchas hoy está compuesto de la gente que luchó contra el anterior, y ese otro sistema tenía la gente que había luchado contra el antecesor, y así sucesivamente. Por lo tanto, un día llegarán otros en el futuro que lucharán contra ti, y dirás: ¿por qué? ¿¡Si lo que yo he hecho era para todos!?, y tal vez reconozcas en aquel momento que la clave de la evolución es la flexibilidad y la transmutación, la capacidad de adaptarse. Por ello no puedes ser políticamente correcto si lo que buscas es el YOSOY, porque las políticas cambian según el contexto. Cuando entiendas esto, podrás lanzarte a colaborar en las transformaciones, pero no luchando contra lo obsoleto, sino construyendo futuro. Luchar contra un edificio en ruinas no te hace un salvador, te hace un inútil. Debes observar la ruina de dicho edificio y comprender que alguna vez fue útil, que alguna vez fue hogar de gente que no tenía otra forma de vivir. Entonces, al verlo así, tomas los restos y empiezas a construir.

YO: Pero los que aún viven en el edificio están luchando por defender lo que queda de él… ¿Qué haces con esa gente? Esas son las personas contra las que muchos realizan sus luchas. Los viejos que siguen defendiendo las ruinas.

SOY: ¿Irías a un asilo a lanzar piedras a viejos cascarrabias?

YO: Supongo que no… Pero ellos tienen el poder sobre la mayoría…

SOY: Oh no. Jamás creas eso. El poder no es real, es un concepto, y tú puedes construirlo. Eso se llama ley de Manifestación.

YO: ¿Qué sería?

SOY: Manifestar, como ya hemos dicho, viene de las palabras latinas “manus” (manos) y “festare” (festejar). Es decir, una fiesta de manos. En tanto la atracción considera que el poder está fuera, en el otro, y debo recuperarlo, traerlo a mí, la manifestación por otro lado expresa su capacidad de crear poder desde su centro, sin necesidad de buscarlo fuera.

YO: Esta es la dualidad que me dijiste hoy en la pirámide: atracción versus manifestación.

SOY: La atracción es un movimiento horizontal de la energía, de intercambio de dar y recibir. La manifestación es un movimiento vertical de la energía, en que la idea y la materia se unen para crear algo desde cero sin necesidad de buscar fuera, sino en la capacidad interior, en el eje de cada uno. Se ven como opuestos, pero en realidad ambos forman una cruz que se une en el corazón, que pulsa el equilibrio de todas las cosas. Los humanos están más acostumbrados a la Atracción debido al dar y recibir de mamá y papá, de la religión y el estado, de la cultura y la familia. Están condicionados en la noción de que hay un castigo y un premio para todas las cosas, una ganancia y una pérdida, un bien y una deuda. Es normal, pues durante miles de años ha sido así. Pero desde el Yo Soy, surge la manifestación, propia de los magos, alquimistas, sabios y mesías, aquellos que hacían milagros y fascinaban a todos por crear cosas a partir de la nada misma (de ahí milagro, del latín “miraculum”: mirar algo con asombro).

YO: O sea que la cruz “Atracción – Manifestación” nos habla de la forma en que somos creadores de realidades. La atracción es casi un ciclo de ganancia y pérdida constante, intercambio con el medio, una visión económica y capitalista, mientras que la manifestación es la capacidad de generar por uno mismo todo lo que se necesita.

SOY: Ambos son útiles, pues para poder manifestar necesito que circule la energía. Así, la atracción es funcional al sistema de manifestación, pero el sistema de manifestación está basado en la responsabilidad, mientras que el de atracción está basado en la dependencia. Reclamar a los padres (estado y gobierno) por tus necesidades o por el reconocimiento, es la psicología más antigua y simple de analizar. Para salir de su sistema debes empezar a manifestar y dejar de reclamar. Estarás poniendo el foco en lo viejo. Hacer un milagro es expresar lo imposible mostrando a los otros que se puede. Eso se llama Emancipación.

YO: ¿Entonces el rol del Estado cuál sería en un sistema manifestante?

SOY: Mantener la unidad e interconexión de las partes.

YO: Sacando la idea paternalista del mismo…

SOY: Pero un niño de 6 años no puede emanciparse. Por ello, aún necesita padres. La pregunta es si ese niño será capaz de construir su propio Estado de manera libre y sin condiciones cuando sea grande. O tal vez imite a sus padres… ¿No?

YO: ¿Cómo se hace para no imitarlos?

SOY: Aprendiendo a ser tú mismo. Yo Soy. Despertando el poder interno del ser que te convierte en manifestador. Deja de usar la ley de atracción para luchar entre el dar y recibir, entre lo que tengo y lo que falta, y empieza a manifestarlo por ti mismo y en red con los demás. Llega un momento en la vida de toda persona en que se da cuenta de las limitaciones de sus padres, y debe trascenderlos, y hacer esto no significa matar a los padres, sino entender que dieron lo que pudieron de sí.

YO: Es otro tema que da para mucha conversación…

SOY: Y aquí estaré para hablar. Pero antes de entender muchas de estas cosas, debes recordar que si esperas construir una nueva vida, un nuevo sistema, no puedes hacerlo desde los mecanismos y metodologías que justamente rechazas. No deberías luchar, ni destruir ni culpar, deberías construir, honrar, y trascender. Tejer redes ha expandido más seres vivos en la naturaleza, que aquellos a los que ha limitado.

YO: Entonces, la atracción y la manifestación no pueden ir por separado, no podemos basar una civilización en función de dar y recibir paternalistamente, sino en entregar la capacidad de que cada individuo se vea capaz de manifestar su propia realidad. Y esto se logra usando la Ley de Atracción desde la Consciencia: resonando, convirtiéndome a mí mismo en eso que busco y espero del mundo, manifestándolo en cada parte de mi ser.

SOY: Ardua tarea, pero es la única forma de salirse de las típicas frases: “¡mamá, papá! ¿Qué vamos a comer?” … “No encuentro mi mochila! … “¿Puedo salir?” … “¿Quiero comprarme un juego!”… Cuando entiendas las bases de todo sistema desde la neutralidad, podrás entonces lanzarte a construir uno nuevo. No des un discurso sin antes saber leer o escribir…

YO: Entiendo, manifestar una nueva realidad implica primero entender la realidad.

SOY: Así pues, piensa en lo que atraes a tu vida, y utiliza esta energía para manifestar tu nueva vida.